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15✧*|Misa

CAPITULO 15= MISA.

Faltaba una semana para irme, las opciones no estaban a discusión y el portero estaba a cargo de que yo no saliera del hotel ni para ir por una pizza o a la universidad, por lo que estaba encerrada dentro de mi casa la cual pronto iba a ser alquilada a alguien, pero si vemos el lado bueno mi mamá me dijo que como el departamento está a mí nombre el dinero del alquiler es mío así que ya no iba a depender de ella y tendría más tiempo para buscar un empleo, obvio, si es que luego de estos tres meses de aislamiento en el centro Crystals no me vuelvo loca.

Golpearon a la puerta y peresozamente fui a abrir. Tan solo hacía una hora me habían dado de alta pero por órdenes de mi mamá yo pasé prácticamente dos días en la habitación del hospital algo completamente exagerado para una simple deshidratación como la que yo tenía, pero como el dinero arregla todo ella pagó y nadie dijo nada por la chica hospedada cómodamente en el hospital.

Abrí la puerta y el pija caliente me envolvió en sus brazos con fuerza. A decir verdad su actuación me llegó a convencer y me la creí hasta que recordé que a él lo había llamado primero y nunca se había aparecido.

Me solté de sus brazos, le señalé la salida con la cabeza para que se fuera y volví a sentarme en mi sillón para terminar mi té.

-Babygirl me tenías preocupado ¿Dónde estuviste?- cerró la puerta y se sentó a mi lado. -Bri- insistió cuando no le respondí.

-¿Quieres té?- le ofrecí.

-Babygirl llevas dos días sin aparecer no quiero té, quiero que me digas dónde estabas y con quién- me quitó la tasa cuando seguí sin prestarle atención y la dejó sobre la mesa muy alejada de donde yo estoy.

-En el hospital, estuve internada con...- me abrazó y me quedé quieta por la sorpresa.

No me esperaba tanto cariño y preocupación de su parte, se siente raro.

Sus brazos se amoldaron a mi cintura, levantó mis piernas y me acunó contra su duro pero suave pecho para tenerme cara a cara con él y verme a los ojos desde una distancia muy corta la cual yo aproveché en grande para detallar sus rasgos:

Sus gruesas cejas eran perfectas lineas oscuras, sus atractivos ojos ahora se veían celestes por la luz pero en realidad son verdes y sus labios son rosados y tan sensuales que me dan ganas de comerle la boca y más aún porque mientras más le detallo el rostro más belleza encuentro. Por ejemplo sus labios, el superior es más fino que el inferior y eso lo hace más atractivo y si bajo un poco la cabeza puedo ver su fuerte cuello con la mandíbula marcada, los hombros en un ángulo perfecto y sus musculosos brazos están como para morderlos y prenderse de ellos.

Acerqué mi rostro a su cuello e inhalé su dulce fragancia, esa que tanto me había gustado desde la primera vez que nos acostamos y que me a vuelto loca de solo olerlo.

-¿Qué perfume usas?- yo quiero uno igual así puedo pensar en él y en su forma tan varonil de verme cada vez que lo oliera.

-No traigo perfume babygirl, acabo de bañarme- besó con delicadeza mi frente y me estrechó más entre sus brazos.

Alcé la mano y acaricié su cabello húmedo, cerré mis dedos alrededor de su cuello y me paré de puntitas para besarlo, él no se opuso cómo creí que por su enojo haría y se inclinó y rozó nuestros labios, pero no me besó.

-¿Por qué estabas internada? Me tenías preocupado Babygirl te dejé cientos de mensajes y no me contestaste ni uno, me estaba volviendo loco. La idea de perder a mi niña...

-Lindo discurso papi pero por tu culpa casi muero.- es hora de un numerito de la reina del drama -La droga me provocó intoxicación, tuve un ataque al corazón y casi muero.- le mostré una mirada triste y apunto de quebrarse pero en realidad me estaba regocijando por dentro.

Brittany 2 Sanden 1

-Vamos al doctor, haré que te revisen y me digan que todo está bien. Debieron dejarte más días- dijo molesto por y con los médicos y me cargó hasta la puerta donde me bajé y comencé a reírme a carcajadas.

Él ya tenía mi teléfono y mi bolso en mano y me miraba confundido.

-Sanden me deshidraté y la policía creyó que me habían violado pero no fue así ¿O no? Ambos sabemos lo que pasó y el único que tiene que decir todo eres tú. ¿Dónde estabas y por qué no llegaste? Sanden mi profesor cree que me drogo, Reygi te odia, Alonso no me habla y mi madre está decepcionada y me enviará lejos ¿Qué excusa tienes para destruir tan rápido mi mundo?- me crucé de brazos y esperé.

-¿Serviría de algo decir que te amo con locura o que estoy perdidamente enamorado de tí?- no, no serviría, no quiero escuchar sus mentiras ahora.

-Dime dónde estabas y terminemos con esto de una vez por todas. Admite que seguías enojado porque quiero romper el contrato y tú no, admítelo y vamos a la corte, tú rompiste lo establecido, consecuencia de tu falta de cuidado estuve internada y ahora me enviarán a un internado católico ¿Recuerdas lo de las monjas? Bueno saluda a la novicia Brittany- le hice un saludo con la mano y me volví a cruzar de brazos.

-Brittany estaba enojado pero no por eso no te protegería y para tu mala suerte y la mía buena te aseguro que acudí a tu universidad, revicé cada salón de clases y hasta que no me echaron no me largué- dudoso teniendo en cuenta que mi universidad es enorme.

-Eso es imposible, cualquier turista se perdería entre las cien aulas...

-Ciento veintiséis aulas de clase divididas en dos edificios- me corrigió y sonrió -Fuí por tí y lo haría siempre pero no te encontré- se acercó y volvió a abrazarme -¿Novicia Brittany?- preguntó divertido y golpeé suavemente su pecho.

-Lamentablemente sí, mi madre quiere quitarme el demonio que tú me metiste- levanté la cabeza y al verlo sonreí con malicia
-Siempre me salgo con la mía y por eso romperemos el contrato- besé su mejilla y me solté de sus brazos, me acomodé en el cómodo sillón y vi como me miraba.

-No te saldrás con la tuya esta vez, hablaré con tu madre y si es necesario tener abogados de por medio lo haré, tú eres mi pequeña no la de ella y lucharé por tí cueste lo que cueste querida- se sentó a mi lado y encendió la TV.

-¿Listo?- pregunté confundida -¿Sólo así? Creí que me gritarías, que me nalguearías o que tendríamos sexo contra la puerta ¿Qué pasa contigo?- lo miré extraña y de arriba a bajo para asegurarme que fuera el mismo. La imágen de mí bajándole los pantalones para saber si es el mismo se coló por mi cabeza tan rápido como su voz interrumpió tal morbo.

-Babygirl estoy pensando en unas vacaciones, tú, yo, un crucero y sexo a todas horas ¿Qué harás mañana?- no puede hablar enserio pero hay tanta seguridad en su voz que no sé si es en broma o si dice la verdad.

-Mañana debo asistir a misa, Sanden, mi mamá quiere que vaya con el padre Victor para que santifique mi alma, me quite los demonios y me devuelva la pureza que me arrebataron- rodé los ojos y me concentré en la TV, tomé el control remoto y busqué el canal Disney.

-¿Padre Victor?- asentí -Bien, nos vemos allí y me presentaré formalmente como tú prometido, tu madre estará satisfecha con que quiera asumir mis errores por quitarte la pureza e infundir la maldad en tu cuerpo- reí y él se siguió burlando -Y de paso podré contarle la historia de como nos conocimos en aquella terrible y apasionante noche llena de tatuajes, alcohol y sexo alucinante- me robó un beso cuando menos me lo esperé por estar concentrada en lo que es tener sexo con él, solté un largo suspiro y luego caí en la realidad de sus palabras.

-Ni se te ocurra Sanden, mi madre me enviará al internado le digas lo que le digas y si se lo dices sólo arruinarás más las cosas. Esta es la despedida así que te sugiero que rompas el contrato o nunca obtendrás ni el dinero ni a tu preciada esposa- me levanté del sillón y abrí la puerta antes de que el portero llame a la policía o peor aún, a mi madre.

-Babygirl cierra la puerta podrías resfriarte y antes de que lo digas te aclaro que no me voy a ir y me quedaré contigo a cuidarte y a hacerte sentir como mi dulce babygirl.

. . .

-"Y la mujer le dijo a gritos: ¡Señor, tú que eres el Mesías ten compasión de mí y ayúdame! ¡Mi hija tiene un demonio que la hace sufrir mucho!"- hasta la biblia hace que piense en mi mamá.

Mirando distraída el techo de la iglesia me perdí gran parte de la cita bíblica pero sí escuché el final y ví a mi madre lanzarme un penetrante mirada cuando el padre Victor dijo:

-"¡Mujer, tú sí que tienes confianza en Dios! Lo que me has pedido se hará." Y en ese mismo instante su hija quedó sana.-hice una mueca. Hasta el padre Victor me miró al decir eso y entonces comprendí que esta cita bíblica solo era un plan de mi madre y el padre para devolverme a la luz. -Ahora vamos a arrodillarnos y rezaremos por dios para que ayude a todos aquellos que
se alejaron del camino del señor.

Todos nos arrodillamos, juntamos nuestras manos, cerramos los ojos y rezamos en silencio o eso hizo la mayoría.

-Dios no te pido mucho y siempre trato de guiarnos a mi hija y a mí por el camino correcto- mi mamá tenía los ojos cerrados -Pero Brittany está pasando por una recaída señor y sus actos son dezonrosos...

Me levanté y salí de la iglesia. Mi madre estaba tan concentrada acusando y tirándome indirectas que ni siquiera notó que me fui.

-¿Ya terminó la misa?- Sanden estaba afuera esperándome con mi moto y los dos cascos en las manos.

-No pero me da igual, quiero ir a follar- me monté en la moto y le enseñé mi mano a para que me diera las llaves.

-Yo condusco babygirl- me movió más atrás y me besó la boca antes de ponerme el casco. -Te quedan muy lindas las orejitas- sonrió y picó con su dedo las orejas añadidas a la parte de arriba de mi casco.

-Me hace más cool- sonreí y él se puso su casco justo en el momento en que mi madre salía trotando de la iglesia. -¡Súbete antes de que te vea!- le grité, me obedeció por primera vez y mi madre no llegó por suerte a verlo.

-¿A dónde me llevas Sanden?- discretamente acaricié su abdomen mientras andábamos por las estrechas calles.

-A mi casa y en la noche te sacaré para llevarte a un lugar único.- bajé mi mano a su entrepierna y mientras él conducía yo lo acariciaba por sobre su pantalón.

-Sanden- susurré en su espalda.

-No tendremos sexo mientras condusco- aclaró.

-No, yo te iba a decir que voy a asistir al internado, Alonso y Reygi son mis únicos amigos y no quiero seguir interviniendo en su relación- me abracé a su espalda y cerré mis ojos para que el aire no me pegue tan fuerte en la cara.

-Babygirl ya que no quieres contradecir a tu madre aunque yo te diga que lo hagas tendrás un castigo- gritó contra el viento y me abracé más a él.

-Si es mucho sexo está bien- me quedé quieta el resto del viaje y no volvimos a hablar hasta que entramos al edificio por la puerta de servicio en el callejón de atrás.

-Sexo, ducha y luego fiesta, si te vas festejaremos y luego planearé algo para que me dejen entrar, no te dejaré sin tu daddy y tú no me dejarás sin mi problemática babygirl- me alzó como a una pluma con sus fuertes brazos y empujó con su pie la puerta de su departamento, la pateó para cerrarla y nos llevó a su habitación.

-Sanden- me bajó en la cama.

Lo veía mientras desvestía ese cuerpo de dios con dura mirada, fuerte escultura y bello tesoro placentero entre sus piernas.

-Habla ahora

-O calla para siempre- me burlé y ya sin camisa y pantalones se subió a la cama encima de mí.

-Babygirl- advirtió. Tiró con fuerza bruta de mis muñecas y me obligó a dejarlas bajo la espalda para que no me moviera.

-No quiero que mi mamá me odie así que no dejes marcas- miré las correas que estaba por tomar para atarme a la cama y las dejó en su lugar.

-Sin marcas- confirmó con sensualidad y hambre en los ojos. Mi cuerpo reaccionó al brusco toque de su entrepierna al ser rosada con mis muslos para hacerme sentir su excitación y diablos que lo estaba, su masculinidad se marcaba en sus boxers, se inclinó y rozó sus dientes y boca perfecta contra mi garganta,dejando besos húmedos .

El roce hizo arder mi cuerpo, mis piernas sin control le rodearon la cintura uniendo en una perfecta sincronía los movimientos de sus besos y mis caricias. Mi cuerpo fue inundado por la sensación roja fuego llameante que me producía sentir sus caderas moviéndose contra las mías como si me estuviera penetrando alocadamente, sin control.

-¡Brittany! ¡Pastelito!¡Habrán!- el timbre sonó y Sanden gruñó con frustración, me besó la boca y se bajó de la cama para comenzar a vestirse.

-Odio a tu amigo, tiene suerte de que no golpeo débiles- dijo molesto.

Me senté en la cama y lo ví como se vestía.

-No es para tanto, guarda tu cartucho de tinta de nuevo en el estuche y listo- encogí los hombros y sonreí divertida.

Haber cuánto tarda en ponerse los pantalones, seguramente se quejará de que le apretan.

-Que graciosa, a tí no te molesta- lo miré con inocencia y le besé la mejilla.

-Si hubieras nacido niña eso no te pasaría daddy.

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