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12✧*|Pastelito.

CAPÍTULO 12=PASTELITO

-Bri debes ir a la universidad, Alonso se está bañando ya- abrí los ojos y Reygi era el que me estaba sacudiendo de un lado a otro con la intención de despertarme.

-Puedo faltar, la amiga de Sanden llamó y me dieron el resto de la semana- volví a taparme hasta la cabeza.

Hoy es uno de esos días en los que quiero permanecer en la cama y dormir hasta tarde, sin que nadie me hable o sentiré que voy a estallar y diré cosas que no pienso para alejar a la otra persona y obtener al menos una hora más de siesta sin interrupciones.

-¿Cómo conociste a ese chico?-me hice a un lado y él se metió a la cama conmigo, lo abracé y recosté mi cabeza en su duro pecho. Esto sí que es una suave almohada.

-Vive al lado Reygi- su cuerpo se tensó y lo disimuló estirándose, seguramente él también se acaba de despertar. -Sanden es un cabrón que folla bien pero ya tengo un plan, le voy a reducir la tarjeta a cero, hay una cláusula...- bostecé -En la que dice que él debe darme todo lo que le pida- me acurruqué más a su pecho.

-Bri debe haber otra forma, si haces eso solo lograrás que él te odie y te trate mal- como si ya no lo hubiera hecho.

-Él no me hará daño, quiere que nos casemos y para que eso suceda él me tiene que enamorar así que se va a esforzar para lograrlo y se cansará cuando vea que conmigo no puede.

Alonso salió de mi baño recién duchado, nos vió sonrió, le dió un beso en la boca a Reygi y uno a mí en la frente.

-Solo somos tú y yo cariño- le dijo Reygi y Alonso sonrió con perversión.

-Siempre somos tú y yo cariño- me guiñó el ojo y me sonrió a mí -Pastelito andando, irás a la universidad o el profesor pesado no dejará de molestarme.

-¿O sea que quieres que vaya para que me moleste a mí y no a tí?- hice puchero y me abracé más a Reygi para ponerlo celoso

-Más o menos...- siguió con ojos de halcón el movimiento de mi mano sobre la de Reygi -¿Qué haces con la mano?

Bajé la mano y fingí inocencia.

-Ups ¿Te molesta esto?- besé el cuello de Reygi.

El chico cada vez estaba más rojo y miraba en busca de ayuda a su novio. Otra vez habíamos metido en medio de nuestras discusiones al pobre chico que solo es culpable de ser mi amigo y novio de Alonso.

-Bri quita tus garras de mi hombre- amenazó Alonso haciendo señas muy exageradas y tocándose el pecho al decir "Mi hombre".

-A Reygi le gusta ¿O no cuñi?- saqué la lengua para lamer su cuello y Alonso ya no lo resistió y jaló a su novio lejos de mí y "mis garras".

-¡Vale, puedes quedarte!- gritó molesto y con la manga de su remera trató de limpiar el cuello de Reygi como si yo fuera una leprosa, lo hubiera tocado y le hubiera dicho "¡Tú tienes la peste, corre!".

Me partí a carcajadas al ver esa escena, Alonso seguía limpiándole el cuello y Reygi rodaba los ojos y se ruborizaba hasta el punto en que no se sabe si es Tinkerbell, tomate o culo de mono.

-Reygi- lo llamé, aún no terminé de provocar a Alonso, es divertido hacerlo porque parece una tetera que va a explotar
-Me gusta tu perfume ¿Cuál u....

-¡¡¡TE MATO!!!-

-¡EXPLOTÓ!- grité y salí corriendo fuera de la cama y de la habitación con Alonso siguiéndome.

-¡YA VERÁS BRITTANY!¡TE VOY A GOLPEAR EN LA CABEZA ASÍ TE REINICIAS!- reí aún más y llegué hasta la puerta.

-¡TE QUIERO REYGI!- grité para provocarlo y salí del departamento ya que no tenía otra salida.

-¡YA NO ERES MI HERMANA ERES EL DEMONIO!¡POR ESO NO CRECES, MALDITA ENANA!- reí aún más y seguí corriendo hacia el ascensor.

Alonso me pisaba los talones y podía escuchar la risa de Reygi hasta aquí.

-Ábrete, ábrete, ábrete- presioné repetidas veces el botón.

Alonso ya casi llegaba y la puerta no se abría.

-¡YA TE TENGO!- me giré lentamente y sonreí inocentemente.

-Nadie se enoja con pastelito, Alonso tampoco- puse mi voz de niñita.

-Pastelito se porta muy mal- se quejó -Esta vez sí te quemaré el pelo- incliné la cabeza hacia un lado y junté mis manitos.

-Pastelito quiere a Alonso, ¿Alonso ya no quiere a pastelito?

-¡No! Alonso ya no quiere a pastelito- hice más notable mi puchero.

-Pastelito siempre te va a querer- jugué mi última carta.

Escuché las puerta del ascensor abrirse y disimulé la sonrisa bajo mi puchero mientras retrocedía y entraba lentamente al ascensor.

Alonso abrió los ojos como platos y choqué la espalda contra algo.

-¿Qué se supone que hacen?-

Oh oh

Levanté lentamente la cabeza y Sanden me miraba desde arriba con su mala cara de ogro y esos ojos perfectos que tocan hasta el alma.

-Pa...pastelito vamos- Alonso trató de tomar mi mano y Sanden picó el botón desde a dentro y las puertas se cerraron dejándome en una prisión que sube y baja y a solas con Sanden.

-¿Por qué estás en ropa interior?- preguntó y por primera vez desde que lo conozco, hizo un gesto lindo y se quitó la chaqueta para dármela y la colocó en mis hombros.

-Tengo dos respuesta a eso- sonreí inocente. Él se pasó la mano por la frente y suspiró.

-Vale, mejor que sean buenas- me advirtió y estoy muy segura de que lo son o al menos la primera sí.

-Uno- las enumeré con los dedos -Calentamiento global- Sanden rodó los ojos y se recargó en la pared del ascensor. -Y dos-hice amor y paz con los dedos para enseñárselos -Las termitas se comieron mi ropa.

Levanté ambas manos en el aire y me encogí de hombros.

-¿Te convencí?- le pregunté y me puse bien su chaqueta, me subí el cierre y metí las manos en los bolsillos. Mis dedos tocaron algo y sin que él se diera cuenta hurgeteé para ver que encontraba.

-No no me convenciste Bri- Dijo enfadado como siempre. Yo creo que me ve y se enojada, algo así como odio injustificado hacia mi persona.

Saqué lo que encontré y lo dejé caer.

Él siguió con sus ojos lo que dejé caer y lo recogió con apuro.

-¿De verdad? ¿Tres condones?¿Quién rayos lleva tres condones a todas partes?- las puertas se abrieron en la planta de abajo y toqué el botón para volver a subir -De verdad Sanden, el otro día en tu...- se abalanzó sobre mí y cubrió mi boca.

-Hay cámaras con micrófonos- me susurró al oído y guardó los condones devuelta en el bolsillo de la chaqueta.

-La próxima solo dí "Aquí no" casi me cago del susto- lo aparté y ambos esperamos silenciosamente a que las puertas se abrieran y yo poder huir porque Alonso seguro ya no me persiguirá pero Sanden sí lo hará y no lo aguantaré más de la cuenta, además tengo la semana libre, no puedo ni deseo pasar tiempo con él.

-¿Pensaste en mi cita?- hablé de pronto tomando a Sanden por sorpresa. Él no se esperaba esa pregunta y yo tampoco me esperaba hacerla.

Su forma de mirarme y los movimientos nerviosos que hizo al rascarse la nuca y tocarse la oreja lo delataron más de lo que se esperaría para alguien como él tan "Inteligente" como para hacerme firmar un contrato estando borracha.

Me acerqué más a la puerta dándome cuenta de que ya sólo faltaba un piso y si Sanden seguía pensando en que decir yo iba a tener el tiempo suficiente para correr y tomar distancia para que no me atrape cuando intente huir de él y su calentura que está activa todo el tiempo.

-Te llevaré esta noche al diamond, vístete elegante- las puertas se abrieron y él salió antes que yo. Me esperó a que saliera y metió las manos en los bolsillos de la chaqueta, tomó su celular y entró a su departamento sin decir más nada.

Volví dando saltitos a mi departamento. Entré con cuidado y Alonso estaba desayunando junto a Reygi en mis sillones.

-Adivinen quién tendrá la peor cita de la historia!- levanté ambas mano y giré. -¡Esta chica!- reí y ellos intercambiaron miradas.

-¿Otra vez el restaurante Diamond?- preguntaron al mismo tiempo, se miraron y rieron.

-Sí, le dije que haga algo original y como todos los chicos anteriores, Sanden me llevará al restaurant elegante donde todas las parejas adineradas de esta ciudad van. Como sea, la noche será un desastre y ya no lo veré más- les sonreí y me dejé caer junto a ellos en el sillón.

-Bri ¿Estás segura?- me preguntó Reygi -El tipo tiene un contrato, una mala cita no lo hará cambiar de opinión- oh créeme querido amigo, esta cita lo hará olvidarse de mí para siempre.

. . .


-¿Qué haces aquí?- Heyden entró, se ubicó en el sillón y sacó sus materiales de trabajo.

-Quedamos en hacer el trabajo hoy ¿Recuerdas?- rayos sí pero se supone que ya no lo vería. Eso es! Gracias a Heyden fastidiaré más a Sanden.

-Sip, ya vuelvo, voy por mis cosas...

-¿Te quitarás eso?- señaló mi rostro y me miré en el reflejo de la TV. Mi mascarilla de burbuja aún está en mi cara.

-Aún no, me faltan otros cinco minutos- lo ví rodar los ojos y me metí en mi habitación la cual ahora es un spa en el cual Reygi le unta crema en las manos a Alonso y este mira cada cierto tiempo su reloj para poder quitarse la mascarilla idéntica a la mía, que tiene puesta.

-¿Seguro que no quieres?- le pregunté a Reygi señalándole mi rostro y el de Alonso.

-Muy seguro, yo no uso esas cosas- dijo avergonzado y tanto Alonso como yo nos encogimos de hombros.

-Como quieras, si te arrepientes en el baño hay de todo menos condones así que ni lo piensen que tenemos visitas- tomé mi laptop y volví a la cocina.

Heyden actuaba raro, cada vez que me acercaba para enseñarle algo él se alejaba o evitaba mirarme

-¿Qué sucede?- copié la información y la pegué en un archivo Word llamado "El grupo de los dos".

-Sanden fue a mi casa- casi dejo caer la computadora.

-¿Y? Eso no tiene nada que ver con el trabajo ¿Qué te pasa?- me removí y limpié la mascarilla de la cara y luego me sequé de a toquecitos la cara.

-Me amenazó con molerme a golpes si te beso o te hago algo- sí yo también lo haría, Sanden no es el único querido Heyden.
-Tampoco quiere que me acerqué.

-Hipoteticamente hablando- volví a su lado y mi mente comenzó a maniobrar un plan.
-¿Si tú me besas él se enojaría?- le pregunté.

-Hoy estás más retrasada que nunca pero sí, eso pasaría- se volvió a alejar.

-¿Y si cojemos?¿Crees que se enoje?- subí mi mano a su pierna y la acaricié despacio. Él bajó la mirada y observó mi mano, su boca se entreabrió, luego la cerró y tragó grueso.

-Mu...mucho- tartamudeó.

-Britanny ni se te ocurra!- gritó Alonso con Reygi detrás.

Me aparté de mala gana de Heyden y seguí con el trabajo.

-No pensaba hacerlo de todos modos- me defendí. Heyden no dejaba de mirarme.

-Bien! Porque es más chico que tú y...

-¿Y qué? Él fue el primero en insinuarseme- me encogí de hombros y le dí un codazo a Heyden -Anda diles- me miró mal y yo fingí que no.

-Bri deja al pobre niño, mejor prepárate para arruinarle todo a Sanden en la cena de esta noche

-¿Cena?- Heyden se metió en la conversación.

-Sí, mi pastelito tendrá una cita con diferente chico pero en el mismo lugar aburrido de siempre ¿Por qué?- Alonso se cruzó de brazos y miró mal a Heyden.

Mi amigo está celoso, amo cuando es así. Me hace sentir que me quiere tanto como yo a él.

-Por nada, pero me parece raro que Sanden hoy no vaya a trabajar por tener una cita contigo- me dijo Heyden y juntó sus cosas

-¡Oye espera! Aún no terminamos!- me quejé.

-Te enviaré el resto por mensaje- me robó un beso y se largó sin darme tiempo para abofetearlo o para gritarle un poco más.

-Me alegra que se haya ido, ahora puedo transformarte de Fiona a Fiona- fruncí el ceño.

-¿Cómo que de Fiona a Fiona?- me hice sonar los huesos de las manos fingiendo que lo iba a golpear.

-Sí es que Fiona sigue siendo Fiona, se llama así ¿O no?- Reygi se cubrió la boca para que no lo escuche reír y entre los dos me prepararon para la cena de esta noche.

Para las ocho de la noche yo me veía, sensual, hermosa, exótica y elegante. Eso es a lo que Alonso y yo llamamos una perfecta S.H.E.E.

El timbre sonó justo cuando me ponía los zapatos y Alonso abrió por mí.

-¿Y mi bebé?- bufé cuando escuché a Sanden llamarme así. Me acerqué a la puerta una vez lista, me despedí de mis amigos y Sanden me rodeó la cintura, cerró él la puerta y me besó y pasó sus manos por mi cuerpo.

-¿Ya está?- quité sus manos
-Te recuerdo que hay cámaras- señalé con mi dedo la más próxima a nosotros que literalmente apunta hacia mi puerta.

-Luego borraré las cintas babygirl ¿Estás lista?- no, esto será un desastre.

-Sí, muero por ir y ver cómo se arruina todo

-¿Qué dijiste?- me miró raro.

-Nada Daddy, tú sólo camina que yo te sigo...

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