El SEÑOR irá delante de ti; El estará contigo, no te dejará ni te desamparará; no temas ni te acobardes.

                      Deuteronomio 31:8.

Las circunstancias de la vida, muchas veces, nos hace temer al futuro, al día a día de lo que vivimos. Nos abandonamos a creer que estamos solos y olvidamos que desde nuestro propio mundo interior y desde lo alto, estamos en compañía.

Nunca estaremos solos pues alguien en este gran universo nos ve y nos acompaña. Dios, con la cualidad que le asignes, permanece siempre junto a nosotros.

La soledad es una falsa ilusión que nos sumerge en la tristeza. Es hora de echarla fuera. No darle cabida a las emociones que nos aniquilan como persona. No estamos solos si confiamos en que Dios es nuestra fiel compañía. Él está allí, sólo espera que lo aceptemos.

Sólo debemos creerlo...