Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo.  Efesios 4:2 

La humildad del espiritu viene de un corazón sincero, limpio y lleno de bondad. Viene de entender que  no somos los ùnicos que merecemos este mundo.

Creer y pensar en la igualdad, en el reconocimiento hacia el otro.

Entender que sobre todas las cosas esta Dios, que es el único soberano, y despues nosotros en un mundo de igualdades. Blancos, negros,  altos, bajos, ricos, pobres... todos somos iguales.  Venimos del mismo lugar y alli volveremos sin mas gloria que nuestra fe en Dios por su misericordia.

La humildad nos hace  mejores personas... la soberbia al final nos cobra por lo bajo. Ser humilde es un estado del corazón.

  Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra;
Mas con los humildes está la sabiduría. Filipenses 2:3