
Única Parte
14 de febrero
Para muchas personas esta fecha suele ser alucinante, un día en el que podrás disfrutar al máximo de tu pareja y demostrar cuánto la amas sin temor a resultar empalagoso o cursi frente al resto. Es un día para dar y recibir amor sin frenos.
Sin embargo, para Min Yoongi San Valentín era un día más, solo un número insignificante que adornaba su calendario. Una excusa para colmar las calles de personas y trasmitir películas empalagosas todo el día.
San Valentín, desde su punto de vista, era horrible.
Un largo suspiro escapa de sus labios. No podría ver su serie favorita el día de hoy y eso lo frustraba en demasía.
Con caminar despreocupado y a pasos lentos se dirige hacia su sofá, dejándose caer sin cuidado, tomando en una mano el control y en la otra el teléfono.
Marca unos números con agilidad y, luego de llevar el aparato a su oreja, pasa canal por canal en busca de algo que pudiese ver mientras tanto.
El sonido de los tonos cesaron, una voz amable saluda al otro lado de la línea y procede a hacer su pedido, una pizza Hawaiana sería su cena el día de hoy. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que había intentado preparar algún platillo comestible, sin embargo, siempre terminaba carbonizado. Había dejado de intentarlo, la cocina no era lo suyo.
Su mirada se dirige al frente y su nariz se arruga en desagrado.
ー Ugh. Esto me provocará diabetes.
Emite un chasquido de desaprobación y, abandonado su lugarcito caliente en el sofá, se dirige hacia el estante a un lado del televisor, repleto de discos de todo tipo. Luego de mirar varios y negar repetidas veces finalmente decide cual sería el afortunado, El conjuro 2 adornaba la portada del disco.
¿Quién veía una película de terror a solas? Y por sí fuera poco, en total oscuridad.
Definitivamente, Min Yoongi era ese tipo.
Introduce el disco en el dispositivo y, luego de acomodarse nuevamente en el cómodo mueble, da play a la película en la pantalla.
Había pasado más de media hora y aún su pizza no llegaba. Su estómago rugía y a cada segundo su estado de ánimo iba de mal en peor.
Maldito día.
Se encontraba marcando unos números en el teléfono cuando, luego de un golpe seco en la puerta, el timbre comenzó a sonar con insistencia. Con pereza estiró sus músculos, dirigiéndose a paso calmado hasta la puerta. Al abrir un cuerpo se abalanzó sobre él casi cayendo ambos al suelo.
Con poco cuidado separa el cuerpo ajeno del suyo, notando que el chico traía aún el casco de la motocicleta.
Ridículo.
Pensó mirando con detenimiento la persona frente a él. Sin embargo, su rostro se escondía detrás del cristal del casco lo que hizo fruncir el ceño a Yoongi.
ー ¿Eres el repartidor?
Pregunta elevando una ceja sin apartar su mirada del chico, era tan torpe.
ー ¡Si! Este, iré por su pedido.
Añade corriendo en dirección al vehículo, tomando entre sus manos la pizza del pálido. Con pasos apresurados vuelve al umbral de la puerta con una pequeña sonrisa adornando sus abultados labios debajo de aquello que lo cubría.
ー Serán 120 pesos.
Pronuncia extendiendo la caja cuadrada en dirección al contrario, este la toma sin indicios de emoción alguna en su rostro.
El mayor busca en sus bolsillos y, luego de encontrar unos billetes, los extiende en dirección al desconocido, cerrando la puerta en su cara.
Apenas unos segundos bastaron para que el timbre volviera a sonar con insistencia. Su expresión se contrajo con hastío.
¿Ahora quien era?
Con expresión agria abre la puerta encontrándose con el chico de hace un momento enlazando sus manos, consumido por los nervios.
ー ¿Qué?
Su voz suena irritada traspasando con la mirada al molesto repartidor de pizzas.
ー Disculpe Hyung-nim pero no puedo aceptar el dinero que me ha dado, perfectamente podría comprar otra pizza del mismo tamaño con lo que ha dejado de propina. Acéptelo de vuelta por favor.
Añade con voz dudosa extendiendo unos billetes en dirección al pálido.
ー ¿Eres nuevo?
Pregunta el contrario con voz neutra.
ー ¡Sí!
Responde enérgico.
ー Es mi primer día. ¿Cómo lo supo?
Sonríe haciendo que sus mejillas achicaran sus ojitos en dos medias lunas. Yoongi rodó los ojos y luego de tomar una larga respiración se acerca al chico con pasos sigilosos.
ー En primer lugar porque se nota a kilómetros tu inexperiencia.
Arruga el entrecejo mirando con detenimiento al chico delante.
ー En segundo lugar porque yo cada día hago mi pedido, siempre, por lo que conozco en absoluto cada uno de los empleados.
Suspira con profundidad, respirando con rapidez.
ー Y por último, aún llevas el casco puesto.
Golpeó el plástico con su dedo índice, haciendo que su cabeza rebotara hacia atrás.
ー ¿Hace el mismo pedido cada día?
Dice imponiendo su pie en cuanto el mayor se propuso cerrar la puerta.
ー Sí.
Añade con frialdad el pálido, traspasando el rostro del chico con su intensa mirada.
ー Ahora vete.
Termina con amargura tratando de cerrar la puerta. Sin embargo, un objeto se lo impide.
El chico había retirado el casco de su cabeza y lo había utilizado de bloqueo para que no pudiese cerrar la puerta. Los ojos del mayor se encontraron con el rostro ajeno y, por una extraña razón, una fuerza invisible le impedía desviar su mirada de su rostro, para ser exactos, de los esponjosos y regordetes labios del contrario.
El menor tomó la distracción del pálido para escabullirse a través del umbral y adentrarse en la casa.
¿Era correcto?
No sabía ni le importaba realmente, solo quería permanecer un tiempo más a su lado.
ー ¿Qué crees que haces?
Su voz suena incrédula, recién se recuperaba de su reciente shock y se le aproximaba otro ¿Por qué se impresionaba tan fácilmente?
ー ¿Está solo?
Pregunta el de mejillas regordetas siendo consciente de la pregunta tan obvia. El contrario solo le dedica un leve asentimiento antes de que caminara sin apuro de vuelta a su querido sofá.
ー Hoy es el Día de San Valentín, debería disfrutar la velada en conjunto a su familia, un amigo, su pareja . . .
ー Debería, tú también, sin embargo yo no estoy de humor para esa tontería y tú estás allanando mi propiedad sin pensar en que podría denunciarte.
Responde con simpleza, tomando una porción de la pizza y llevándolo a su boca. El otro chico por su propio peso tomó otra de las porciones para proceder a comerla bajo la atenta mirada de Yoongi.
ー ¿Qué crees que haces?
Pregunta incrédulo intercalando su mirada entre la caja y su rostro.
ー Dado que no tiene quien lo acompañe pues yo lo estaré acompañando en su cena.
Responde con simpleza dándole otro mordisco al medio triángulo de pizza en su mano.
ー Yo no te invité a cenar.
Añade con resentimiento el mayor.
ー Tampoco me invitó a pasar, sin embargo, aquí estoy.
Eleva sus hombros, restándole importancia a lo que pensase el pálido.
Es tan molesto.
Pensó Yoongi, mas no lo dijo.
La mirada del menor viaja hacia la pantalla del televisor, haciendo que su ceño se frunciera en desaprobación.
ー ¿Quien ve una película de terror en San Valentín?
En su rostro se denota incredulidad.
ー Yo.
Responde con serenidad el mayor, prestando mayor atención a lo que sucedía en la pantalla.
ー Eso debe cambiar.
Niega lentamente caminando en dirección al televisor y, antes de que Yoongi pensara en lo que sucedía, quita la película que una vez había estado adornando la pantalla.
ー ¡Hey!
Protesta con los ojos abiertos en demasía y una expresión ofendida. El menor sonríe ante la acción del mayor y, tomando posesión del control, se sumerge en las búsqueda de la película perfecta.
ー Veremos una película romántica, tal y como todos hacen en San Valentín.
Sentencia divertido.
ー ¿En qué momento he perdido el poder sobre mi propia casa?
Murmura ofuscado Yoongi, cruzado de brazos aún sobre el sofá.
Pasados unos minutos finalmente se había decidido por una película: El Titanic, un clásico
ー ¿Le molesta si coloco mis pies sobre su regazo?
Pregunta el chico retirando sus botas.
ー ¿Te importa si digo que no?
Rueda los ojos Yoongi robándole una sonrisa a su acompañante y eso, por alguna extraña razón, le calentó el pecho.
Los minutos pasaban y con ellos la película también. A cada momento ambos se encontraban más unidos y, nunca supieron en qué momento el menor había tomado lugar completamente sobre el regazo de Yoongi, este acariciando con delicadeza la cintura ajena. Disfrutando de a poco la sensación agradable que los rodeaba.
Ninguno de los dos lo supo, quizás se encontraban demasiado absortos en la película como para saberlo, quizás no necesitaban darse cuenta de lo que sucedía. Sin embargo, en el momento en el que Yoongi hundió su nariz en la curvatura del cuello del menor, aspirando su dulce esencia, supo que estaba perdido. Estaba loco y no, no deseaba pensar al respecto, se sentía bien ignorando lo que fuera que estuviese sintiendo.
Su nariz se movió con lentitud por toda la curvatura de su cuello, luego siendo reemplazada por sus labios. Le gustaba lo que sentía al hacerlo y para él era suficiente. Ambas respiraciones se aceleraron, el vaivén de sus pechos a cada segundo se hacía más frecuente, más constante.
Las manos de Yoongi apretaron las caderas del contrario, quien se olvidó en ese momento de la película que se desarrollaba en la pantalla. Con agilidad el menor giro su cuerpo, rodeando el cuerpo ajeno con sus piernas. Sus rostros se encontraban tan cerca.
ー En el día de San Valentín besas a la persona que te gusta.
Dice por lo bajo el menor para acto seguido unir sus labios con los de su mayor. El toque era electrizante y una explosión tuvo lugar en ambos pechos, una explosión de calidez que ninguno de los dos pasó por alto.
Se besaban con deseo, pasión y fiereza, no había un nombre para aquello que sentían, ninguno de los dos estaba preparado para lidiar con aquello que se arremolinaba en su pecho, arrasando con cada nervio de sus cuerpos.
Las manos de Yoongi recorrían con ahínco el trasero ajeno, recorrían los mismos sin pena y acariciaba con delicadeza su espalda. Era una mezcla entre ser posesivo y tierno y para ambos resultaba embriagadora. En algún momento la ropa comenzaba a sobrar, por lo que cuando sus cuerpos desnudos se acariciaban entre las luces y sombras del salón, una electricidad deliciosa recorría cada centímetro de sus cuerpos, embriagando ambas almas en el proceso.
La desesperación crecía y con ella el deseo insaciable que ambos sentían. Yoongi preparó a su pequeño, asegurándose de que, en el momento de la unión de sus cuerpos, no saldría lastimado. Con delicadeza eleva el cuerpo del otro chico en el aire y cuando su miembro se abrió paso en su estrecho trasero, casi se sintió lloriquear ante el placer que le proporcionaba. Sin poder evitarlo su palma se estrelló contra una de sus glúteos, haciendo eco en toda la casa. Yoongi no podía negar que el sonido le resultó tan excitante.
Luego de haberse adaptado al grosor del miembro del pálido, el menor comenzó a moverse arriba y abajo, dentro y fuera, creando un vaivén adictivo, delirante.
El mayor recorrió la cintura del de mejillas abultadas y apretó sus manos alrededor de las mismas, haciendo movimientos más certeros, más profundos, convirtiendo al menor en un manojo de gemidos y jadeos.
ー Dime tu nombre bonito.
Susurró en su oído haciendo que los vellos del contrario se erizaran y un nudo comenzará a formarse en su vientre.
ー J-Jimin~
Soltó a duras penas en medio de un jadeo, ubicando su cabeza en la curvatura del cuello del mayor. La velocidad de las estocadas iban en ascenso, el sonido de las pieles chocando una y otra vez acompañada por los gemidos y jadeos que escapaban sin remedio de los labios de ambos jóvenes crearon su propia melodía, haciendo eco en toda la casa.
Los músculos de Jimin se tensaron, estaba cerca. Yoongi rodeó el miembro ajeno con una de sus manos, subiendo y bajando por toda la extensión, mientras con la otra marcaba el ritmo de las penetraciones.
ー Quiero que te corras para mí, Jimin.
Susurra a su oído, haciendo que el chico tragara en seco, aguantando el poco aliento que le quedaba. Unas estocadas más y Jimin se corrió en manos de Yoongi con un profundo gemido, embarrando su propio abdomen y el del pálido. Segundos más tarde Yoongi le siguió, liberando su semilla en el interior del chico.
Las respiraciones desacompasadas hacían eco en la estancia, ninguno de los dos decía nada, no lo necesitaban. Una amplia sonrisa adornaba ambos rostros y, sin esperar por más ambos unieron sus labios en un tierno beso.
Tal vez nadie nunca imaginaría qué sucedía en sus cabezas, quizás nadie creyera a Yoongi si confesara lo que sentía en esos momentos. Sólo tal vez, nadie comprendería lo significativo que había llegado a ser ese San Valentín para ambos, porque quizás, solo quizás, no todos sean capaces de comprender qué sucede cuando dos almas destinadas a unirse chocan, cuando se unen y se entregan.
Nadie sería capaz de confirmar o negar los hechos a menos que sintiesen la explosión que ese encuentro ocasiona y los estragos que deja tras su paso.
Porque el destino es incierto y uno nunca sabe lo que este tiene reservado solo para ti. . .
Dedicado a YoongiBaby962. Feliz cumpleaños querida \ (^◡^) /❤. Espero te haya gustado, de no ser así me disculpo por quedar por debajo de tus expectativas. Ten un lindo día y disfrútalo al máximo :3. -besos y brillitos-
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