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Chocolate

-¿Cómo es que termine metido en esto?- se preguntó Seiya con una expresión cansada y fastidiada mientras cargaba una pila de bolsas llenas de ingredientes y alimentos.

Seiya miro la bolsa, hizo una mueca y luego inclino la cabeza para mirar al dueño de todas esas cosas, DeathMask de cáncer.

El susodicho le estaba dando la espalda al castaño, recargando los brazos en un mostrador mientras hablaba con un vendedor.

Seiya suspiro, no es que se quejara, pero ya llevaban 3 horas yendo de un lado a otro por todo el pueblo para que el italiano pudiera comprar un montón de comida y utensilios de cocina, que sinceramente no entendía para que eran.

Volvió a suspirar triste por su mala suerte. Si tan solo no se hubieran topado con el italiano cuando estaban conversando con Aioria en el coliseo.

FlashBack

-DeathMask, hola- saludo Aioria en cuanto el peliazul de cabello corto entro en su campo de visión.

-Hey- le devolvió el saludo de forma rápida sin detener su caminata.

-Oye, espera- le dijo Aioria saltando de su asiento para alcanzar a su pareja.

Seiya, pensando en retrospectiva, debió quedarse en su lugar o irse a otro sitio, así se hubiera ahorrado todo ese tiempo siendo el cargador o el mandadero de DeathMask.

Sería muy fácil culpar a Aioria, pero jamás podría hacerle eso al que consideraba su hermano mayor. Tristemente tampoco podía culpar a DeathMask, esta vez, ya que era obvio que el peliazul trato desesperadamente de salir de la conversación, cosa rara para ambos castaños, e irse solo.

Tristemente para ambos, Aioria le pidió que se acompañaran mutuamente debido a que tenía que ir a revisar unas cosas con el viejo maestro y Saga.

-Oye, no hace falta Aioria- hablo DeathMask bastante nervioso y mirando a todas partes menos a su novio.

Seiya entonces entrecerró sus ojos, sospechando del comportamiento del italiano. A pesar de que el caballero de cáncer había sido redimido tanto por Athena, el resto de dorados, su propia armadura y sus amigos (Shiryu, Shun, Hyoga e Ikki) él realmente nunca pudo hacer lo mismo. Ese tipo no le agradó desde el primer minuto cuando entró en su templo por primera vez. Luego ese desagrado creció cuando pelearon frente al templo de Aries, cuando DeathMask "se vendió a Hades". Incluso si solo estaba fingiendo, como los demás caballeros dorados, para Seiya, seguía siendo un tipo desagradable y vil. No lo perdonaría, y menos ahora que descubrió que ese tonto y Aioria estaban saliendo ¿en qué estaba pensando Aioria? ¿por qué? ¿por qué de todos los hombres en la tierra tuvo que fijarse en ese lunático peliazul de cabello corto?

Usualmente no cuestionaba las decisiones del castaño, pero esto simplemente escapaba de su comprensión. Incluso tenía una fuerte sospecha de que el caballero de cáncer lo tenía en una clase de embrujo o engaño. Tristemente no tenía pruebas más allá de su instinto de hermano menor. Es decir, biológicamente no eran hermanos, pero igualmente su sentimiento de protección estaba ahí. Y no es que Aioria fuera el único que le activara ese sexto sentido, lo mismo haría por sus amigos, que en realidad ellos si eran sus hermanos, bueno, medios hermanos.

El punto es que sospechó del extraño comportamiento del italiano desde un inicio, era mas raro de lo habitual, por lo que aprovecho la oportunidad para vigilarlo cuando Aioria se lo pidió. Así descubriría que estaba planeando y, con suerte, hacer que su héroe lo deje finalmente.

-No necesito un chaperón Aioria- dijo con una mueca al escuchar que Seiya acepto el acompañarlo.

-No lo veas así Death, velo como un tiempo de calidad, para limar asperezas entre ustedes- dijo el castaño mayor con una sonrisa encantadora.

-Eres despreciable ¿lo sabes, verdad?- comento con el ceño fruncido.

-Yo tambien te quiero- contestó Aioria sin perder el buen humor- los veo en la noche, y Seiya, por favor asegúrate que Death no se meta en problemas ¿de acuerdo?-

-No le quitare la vista ni un solo minuto, te lo prometo- le aseguro Seiya con un pulgar arriba y una sonrisa llena de confianza.

Fin del Flashback.

Bueno, ahora estaba muy arrepentido por todo el asunto, porque estaba mas aburrido que una roca y mas entumido que un palo de madera.

Al principio, Seiya creyó que el peliazul cambiaria sus planes para que no descubriera nada sospechoso, pero no fue el caso en lo absoluto.

El italiano prácticamente lo ignoro y, presuntamente, siguió con sus planes como si nada. Incluso saco una lista donde estaba anotado todo que necesitaba comprar en el pueblo.

Tal vez lo único raro, para los parámetros de DeathMask, era que estaba comprando muchos ingredientes de repostería, así como instrumentos para lo mismo. No tenía ni idea de que era lo mitad que compraron, y lo peor es que ni siquiera podía investigar por su cuenta porque el peliazul lo agarro de cargador y no lo dejaba acercarse fuera de lo necesario porque, según él, estorbaba sus tratos comerciales.

-¿Qué significa eso?- preguntó Seiya indignado.

-Nada que te importe pony- le contestó con una mezcla de indiferencia y molestia.

-Ahhhhh- se quejó el menor cuando el otro se fue y lo dejó colgado en medio de la conversación- eres un inmaduro cangrejo, cara dura- le soltó mientras le daba alcance.

-Lo que digas pony-

-Que molesto-

-Si ya terminaste de maldecirme en esa cabeza hueca tuya, te sugiero que empieces a moverte que todavía tengo cosas que comprar- le dijo con una sonrisa burlona mientras seguía con su camino.

Una vena creció en la cabeza de Seiya. Solo la fatiga de hacer fila por horas pudo competir con su disgusto de estar cerca de DeathMask.

-Oye, oye- la voz del peliazul lo saco de sus pensamientos.

-¿Qué?- preguntó segundos antes de verse forzado a atrapar una nueva bolsa repleta de cosas.

-¿Algo mas oh gran caballero de cáncer?- preguntó Seiya con sarcasmo.

-De hecho si- le confirmo para sorpresa y alivio- esto es lo último que me faltaba comprar-

-¡Por fin!- exclamo el menor lleno de alivio.

-Que pasa contigo ¿acaso no puedes con unas simples bolsas?- le preguntó con una sonrisa maliciosa.

-No es eso- se defendió Seiya irritado.

-Si no supiera que Marin es tu maestra diría que tuviste un tutor muy incompetente, pero como se que ese no es caso solo puedo asumir que eres un bueno para nada- se burlo con una risa maliciosa.

-¡Que no es eso!- le grito todavía mas irritado, casi se tallaba los dientes de furia.

-Uy, pero que serio- comentó entre risas mientras empezaba a caminar en dirección al Santuario.

-En serio eres despreciable-

-Quéjate todo lo que quieras, pero no te quedes atrás- sin verse afectado por las palabras del castaño.

-Ya voy, ya voy-

.

.

.

En el templo de cáncer

-¿Y para qué es todo eso?- preguntó Seiya mientras hurgaba las bolsas por curiosidad.

-Deja eso- le grito el mayor al tiempo que le daba un golpe con una cuchara de madera.

-Ouch- exclamo Seiya sobando su mano ahora con una marca roja.

-¿Acaso Aioria no ten enseño a no hurgar en cosas ajenas?- le preguntó arqueando una ceja- pensé que el gato te enseñaría buenos modales-pensó en voz alta mientras sacaba las cosas de sus bolsas, lejos de Seiya para que no contamine sus instrumentos de trabajo y sus ingredientes.

-Tal vez si no fueras alguien tan poco confiable, no tendría que ser un entrometido- le contestó señalándolo con un dedo de forma acusatoria.

Death en respuesta solo rodo los ojos. Siempre era lo mismo. Igual no dijo nada porque sabía que el pony no estaba del todo equivocado. Se creo su propia fama y ahora debía atenerse a las consecuencias. Igual eso es algo que siempre supo, solo que ahora todo dio un giro inesperado, justo como su vida y muerte.

El italiano estaba tan metido en sus propias reflexiones, que no noto que Seiya se volvió a acercar a sus bolsas para revisar su contenido.

-¿Eh? ¿pero qué es esto?- pregunto Seiya desconcertado por ver muchas cajas de chocolate y otros ingredientes de repostería.

Súbitamente sintió un golpe en la cabeza que casi lo noquea. Lo extraño que no fue el golpe de un puño, sino de algo más legado y cilíndrico.

-Ay ay, eso dolió- se quejó, y cuando volteo vio el arma con que fue atacado. La cuchara de madera, sujetada por un DeathMask con cara de pocos amigos.

-Ya van 2 pony- le dijo mientras un aura aterradora crecía a su alrededor- vuelve a tocar mis cosas sin permiso y yo...-

-¿y tú?- pensó Seiya muy asustado, imaginando que usaría sus ondas infernales para mandarlo al Yomotsu.

-Te acusare con Aioria- le grito, ahora era el peliazul quien lo señala con el dedo furiosamente.

-No lo hagas- le replico el menor. Las reprimendas de Aioria eran peores que las de Marin.

-Entonces compórtate- le regaño como si fuera un niño pequeño- te vas allá y no te muevas de ahí- le señalo una silla en la esquina la habitación.

Seiya de verdad quiso objetar, pero de inmediato recordó que Aioria le pidió que por favor lo escuchara y evitara confrontaciones en medida de lo posible con el italiano.

De mala gana y con un puchero en la cara, obedeció y se sentó en el lugar.

Death entonces decidido continuar con su trabajo. Ese niño ya le había quitado mucho tiempo.

No pasaron ni cinco minutos cuando Seiya paso de la molestia al asombro, al ver como el peliazul trabajaba con maestría.

Si Seiya no lo conociera mejor, diría que DeathMask era un maestro repostero. Empezó a hacer varias cosas a la vez sin problema. Tenía el tiempo perfectamente contado. Seiya miro sorprendido.

Cada vez que parecía que iba a descuidar algo y él deseaba gritar para advertirle, DeathMask de inmediato se hacía cargo con maestría.

-Vale, estoy sorprendido- pensó Seiya sin dejar de mirar sorprendido.

Ahora, la única inquietud del menor era ¿qué estaba preparando específicamente? Es decir, obviamente era un postre con chocolate, pero no podía decir cuál. Si bien no era un gran experto en el tema, ver tantos ingredientes lo tenían confundido. Ni hablar de todos los instrumentos que estaba empleando.

-¿Y...que estas preparando?- preguntó el castaño tras un rato, ya no podía contener su curiosidad. Especialmente tras percibir los deliciosos aromas que emanaban de la estufa y la mesa.

La única respuesta del peliazul fue mirarlo por lo que pareció una eternidad. Fue un silencio terriblemente incómodo para el castaño. Nunca creyó que DeathMask pudiera ser tan intimidante sin soltar una sola palabra. Hasta podía sentir que sudaba por la presión que sentía ante esa tensión tan afilada.

Hasta podría jurar que lo estaba maldiciendo mentalmente y que sus ojos eran una forma de hacérselo saber.

-Oh vamos- grito Seiya para romper esa tensión asfixiante- solo estoy preguntando algo, ni siquiera me he movido de aquí-

-No puedes mantenerte callado aunque lo intentes ¿cierto?- le respondió dando un suspiro cansado.

-Tal vez si no intentaras matarme con la mirada, no me hubiera sentido incomodo- se justifico

-Eso no tiene sentido, lo sabes ¿verdad?- le comento su observación.

-Como sea, estoy aburrido- respondió Seiya empezando a mecerse en la silla, lo que causo un chillido molesto.

-Si hablo contigo ¿prometes comportarte?- le preguntó el mayor sobándose la sien para tratar de calmarse.

-Tal vez- entono entre malicia e inocencia.

-Bien- acepto rodando los ojos- para que lo sepas, estoy haciendo un pastel de chocolate-

-¿No es mucho para un solo pastel?-

DeathMask suspiro, el Pegaso no era tan tonto como parecía.

-Me atrapaste- dijo sin mucho animo- estoy preparando postres de chocolate para todos-

-¿Todos quienes?- Seiya sabía que estaba tentando su suerte, pero esto era muy bueno para dejarlo en misterio.

-Los demás, ya sabes, Aioria, Athena, mis...amigos...ustedes- las ultimas dos las dijo con cierta duda, o mas bien, cierta vergüenza.

-¿N nosotros?- bueno, Seiya no esperaba eso ultimo.

-Si ¿por qué no? Se han ganado mi respeto y eso significa mucho ¿sabes?- le contestó siguiendo con su trabajo en la cocina.

-¿De verdad?-

-Bueno, a diferencia del amor, el respeto se gana- comentó Death con simpleza.

-¿Eh? ¿qué significa eso?- preguntó Seiya confundido.

-No te agobies por eso, todavía eres un pequeño tonto- se rio mientras esparcía harina por la mesa.

-¡Oye!-

-¿Qué? No dije nada que no fuera verdad-

-Agh, ni siquiera se porque me molesto- refunfuño Seiya. Siempre que Death parecía actuar como un ser humano decente, siempre decía o hacía algo que le recordaba que era un cretino.

-Ya, ya pony, deja de quejarte por todo- le "pidió" con su tono desinteresado y burlón de siempre.

-En serio no entiendo que vio Aioria en ti- pensó en voz alto.

-Ni yo, es uno de los grandes misterios del mundo- le secundo juntando harina, huevo, leche y mantequilla en un recipiente.

-Cambiando de tema ¿por qué de pronto haces esto de los chocolates? ¿hay alguna ocasión especial o te pico algún insecto que de pronto te hizo cursi?-

-Mañana es San Valentín- fue su única respuesta antes de encender su batidora eléctrica.

-¿Y eso que tiene que ver?- preguntó Seiya una vez dejo de trabajar la maquina.

-¿A que te refieres pony?- ahora el confundido era DeathMask ¿acaso no era obvio por qué estaba preparando todo?

-Si sabes que solo las chicas hacen chocolates para los chicos mañana ¿verdad?- le comentó tratando de no sonar tan rudo.

Silencio

1 minuto entero de total silencio.

-Ustedes los asiáticos si que son unos cretinos- soltó el italiano sin ningún ápice de malicia, solo como una simple observación.

-¡¿Qué dijiste cangrejo?!- gritó Seiya al escuchar eso. Para él fue un terrible insulto el que soltó el peliazul.

-Velo como quieras pony- le dijo Death sin alterarse- solo no olvides que soy occidental y para mí es ridículo que solo las mujeres deban hacer regalos en una fecha que significa mostrar tu afecto a tus seres queridos- se explico mientras abría el horno para revisar si ya estaba a temperatura- y no digo que los occidentales seamos todos unos lideres en la equidad absoluta, solo mira a mi país, por mucho que amo a mi patria, tienen mucho para ser criticados. Así que no te lo tomes personal ¿vale?-

-No entiendo nada de lo que dices- le respondió Seiya cortando el momento.

Death puso los ojos en blanco y se recordó que estaba hablando con un chico no muy listo de por si.

-Dejémoslo con que yo hago lo que quiero cuando quiero ¿vale?-

-Vale- aceptó el castaño sin mucha pelea.

-Bien-

-Pero ¿qué pasa con...?

Seiya quedo mudo porque Death le metió una cuchara a la boca.

-Pero que- dijo el menor entre entre tosidos y sacando la cuchara de su boca para poder respirar bien- ¿qué te pasa y?- volvió a callarse, solo que esta vez porque percibió un sabor delicioso en su boca- guau, sabe bien- al mirar la cuchara vio que tenía chocolate.

-Solo quería que probaras la combinación que hice- se excusó el peliazul.

-Pudiste habérmelo pedido ¿sabes?- le regaño.

-¿Hubieras aceptado?-

Seiya iba a responder, mas no pudo decir nada. Death tenía razón. Le hubiera dado mil excusas o lo hubiera acusado de algo malo.

-¿Y qué te parece?-

-Esta muy bueno- dijo antes de comerse todo el chocolate gustosamente.

-Si te portas bien te podrás comer el sobrante del tazón que estoy haciendo- le ofreció a cambio de que lo dejara trabajar.

-¿Crees que puedes comprarme con chocolate casero? Pues si, de hecho si, pero solo si me das otra cuchada- le pidió agitando su cuchara de un lado a otro y sacando la lengua.

-Trato- aceptó el mayor satisfecho.

Ya el resto del proceso fue tranquilo, con Seiya solo viendo desde su lugar y asombrándose de como Death trabajaba. Quien hubiera imaginado que alguien tan aterrador podría ser tan bueno en un trabajo tan fino y delicado.

Aunque su sorpresa solo creció cuando llego la hora de la decoración.

Death se tomó el tiempo y el cuidado de poner una serie de detalles, acorde con el simbolismo de cada destinatario. Seiya podía fácilmente saber a quién iba dirigido cada pastelillo con solo verlos a simple vista, hasta le pareció ver el suyo fácilmente.

-¿No son una obra de arte?- preguntó Death orgulloso de su trabajo.

-Bien, lo admito, son muy buenos- admitió Seiya- aunque no espere que fueras tan perfeccionista con los detalles-

-Esta en mi naturaleza después de todo-

-¿Eh?-

-Ya sabes, porque soy italiano y los italianos somos increíbles con la comida- dijo con una sonrisa amistosa.

-Te lo diré cuando me coma mi pastelillo- dijo saltando de la silla, listo para comerse su pastelillo.

Otro golpe de cuchara de madera.

-Ouch, ya deja de hacer eso- se quejó sobándose la mano.

-Son para mañana-

-Vale, vale, hasta mañana- aceptó con la esperanza de poder comerse el sobrante del tazón.

-Anda, comete el chocolate del tazón- le dio permiso el italiano casi adivinando los pensamientos del menor.

-Gracias, gracias- saltó de alegría, casi dándole un abrazo del mayor.

-Ya, ya, no te pongas cursi pony- dijo pidiendo un poco de espacio. Por el momento, solo Aioria tenía el privilegio de poder tocarlo tan íntimamente sin causarle incomodidad emocional.

-El mas grande es de Aioria ¿verdad?- preguntó al ver el mas alto y elaborado de todos.

-Obviamente-

-Se que le gustara- comentó sin que el otro le preguntara.

-¿Tú crees?- cuestionó Death con cierta inseguridad.

-Si, y no lo digo solo porque se ve increíble y estoy un 99 por ciento seguro que sabrá mejor, sino porque Aioria aprecia mucho las cosas hechas con cariño y tú realmente te esforzaste en esto-

-Gracias niño- dijo sobando la cabeza del castaño en un gesto amable.

-Solo cuida de él ¿esta bien?- le pidió dándole un codazo amistoso.

-No era necesario que lo pidieras...Seiya, pero igualmente lo hare- eso ultimo lo dijo con una sonrisa gentil, muy rara en el caballero de cáncer.

Como respuesta, Seiya le devolvió el mismo tipo de sonrisa. Una llena de alegría sincera.

Parece que ahora podría considerar la posibilidad de que Death fuera un nuevo hermano mayor para él, aunque sea solo uno político.

FIN

OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

Bueno, espero que les haya gustado. La verdad no supe si ponerlo en el libro de AioriaxDeathMask porque tal cual no se enfoca en ellos, así que opte por publicarlo aparte. Espero pronto regresar a las historias pendientes. Una disculpa por todo, pero a finales del año pasado pase por una perdida muy grande para mi y creo que apenas me estoy recuperando. 

Perdonen, no debo agobiarlos con mis cosas.

Igual espero que les guste esta historia rara que hice para una dinámica con mis amigos en privado. Ya puedo compartirla y espero que les saque una sonrisa o mínimo los distraiga un rato.

Por favor no olviden votar y comentar.

Hasta la próxima

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