¿Samy?

El eco de su voz se hizo presente, el viento elevaba la arena casi impidiéndole poder abrir los ojos y el mar resonaba contra las rocas.

¿S-s-samy?

Hacía mucho frío, su cuerpo temblaba.

¿¡Samy!?

Un mal presentimiento.

Por Dios...

Un cuerpo.

No, Dios, no

Flotaba, sus brazos chapoteaban.

¡Samy, no!

Corrió hacía el puente y sin pensarlo dos veces se lanzó.

S-sam-m-y

Logró sacarla del agua, congelada.

Despiert-t-ta

Lágrimas y más lágrimas, pero Samy seguía sin poder respirar.

Por favor...

Respiración boca a boca.

Sam...

Tos,

Tos

Y agua

¡Samy!

Ojos abiertos, sorprendidos.

¿Eres tú?

Voz rasposa, casi inaudible.

Sí, soy yo

Abrazó su pequeño cuerpo, tratando de darle algo de calor a pesar del frío viento.

Dijiste que no volverías...

Tono triste, como siempre.

Pero volví y me quedo, te voy a ayudar.

Susurró y sonrió.

¿En serio?

Intentó devolverle la sonrisa.

En serio.

¿Por qué hiciste aquello?

Preguntó mientras la ayudaba a levantarse.

Pero ella sabía la respuesta.

Ellos, mi cabeza, no podía más.

Empezó a llorar y la abrazó.

Te voy a ayudar.

Lo sé.

No estás sola.

Lo sé.

Repitió, sintiéndose bien y más tranquila.

No estás sola.

Y Samy sonrió de verdad.

Aquella voz, she, era el salvavidas que esperaba todos los días en la playa, en aquel puente donde una vez la había dejado sola y ahora volvía dispuesta a sacarla de la corriente incorrecta.

Nota final:

Esté final sigue dejando muchos cosas sueltas para mí, espero un día tener el tiempo para hacerle la edición que se merece esta historia. Darle más sentido, un principio sólido. 

Pero en esta edición me concentré más en errores gramaticales y de orografía. 

Como siempre digo, espero que les guste. 

Voten y comenten.