Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

36


Samira tardó un poco en reaccionar, pero cuando consiguió hacerlo, Abel temió por su vida.

-¡Oh, bueno...si solo es un poco entonces no tengo nada de lo que preocuparme!- chilló, histérica- ¡No tiene gracia tu bromita, chucho estúpido!

Si se había sentido bastante aliviada al insultarlo, se sintió todavía mejor cuando consiguió golpear al lobo desprevenido.

-¡Está poseída!- chilló Abel con horror- ¡Haz algo, Aisha!

Aisha obedeció, consiguiendo atrapar a la pelirroja entre sus brazos para evitar que siguiera golpeándolo.

Si por ella hubiera sido, habría dejado que Samira continuara, pero debía evitar disgustos y emociones demasiado fuertes por el bien del bebé.

-Te prometo que me encargaré de él, amor...- susurró la loba en su oído- Ahora tienes que calmarte.

Eso pareció tranquilizar a su chica, más no tuvo el mismo efecto en Abel.

-¡Es que es muy malo, Aisha!- se quejó Samira, pasando de la rabia al llanto, acurrucándose en la loba- ¡Mi hermanito está enfermo y él se dedica a hacer bromas!

Abel intentó defenderse, más la mirada cargada de rabia de Aisha le hizo cambiar de opinión.

-Samira, cariño...- comentó Aisha con dulzura- Abel no está bromeando, pero voy a explicártelo, ¿si?

Samira comenzó a alterarse nuevamente, siendo Aisha incapaz de calmarla esta vez.

Y, para mejorar la situación, Sean salió del baño con lágrimas en sus ojos, mientras acariciaba su vientre visiblemente más rellenito.

¡Genial, Abel! ¡Siempre cagándola!
Pensó el lobo con rabia.

-Yo...- murmuró Sean con voz quebrada- ¿Es cierto?

La situación comenzó a tornarse surrealista, ganándose la aceptación de Kasen cuando fue a comprobar si todo estaba saliendo bien.

Kasen comenzó a llorar también, éste debido a la risa provocada por la propia situación frente a él.

Dos lobos, cada cual más histérico que el otro, intentando calmar a su respectiva pareja, siendo ambos ignorados por estos.

-¡Si es que no sé cómo puedes estar respirando aún!- gritó Aisha con rabia hacia Abel- ¡Mira lo que habéis causado tú y tu polla inquieta!

Abel dejó de susurrar palabras tranquilizadoras en el oído de Sean para así poder encarar a la loba.

-¡¿Y la tuya qué?!- gritó Abel de igual forma- ¡Te recuerdo que Samira también lo está y es gracias a la tuya, la cual, por cierto, es más inquieta que la mía!

Las lágrimas de Kasen aumentaron, teniendo incluso que sostener su estómago debido al dolor que le estaba provocando tanta risa.

-¡Yo le expliqué a Samira lo que podía suceder, ¿pero tú?, ¿siquiera te pusiste un maldito preservativo?!- inquirió Aisha, comenzando a emitir pequeños gruñidos.

Sí, muy típico de alfas intentar buscar pelea en situaciones extresantes.

-¡Bien, ya vale!- gritó Kasen, intentando poner un poquito de orden- Lo mejor es que la lleves a tu habitación e intentes calmarla allí, Aisha.

-¡Y una mierda, Kasen!- gritó Aisha, tomando a Samira en sus brazos para salir de la habitación- ¡Embaraza a alguien y te corto la maldita polla, ¿entendido?!- amenazó a su beta- ¡Aquí nadie va a tener más bebés hasta que le explique a mi chica como funcionan las cosas para evitar más disgustos!

Aisha no estaba pensando con claridad en ese momento, pero Kasen tenía muy claro que no estaba bromeando si se trataba del bienestar de su chica.

Si tan solo supieras, Aisha...
Pensó el beta con burla.

-Entendido, jefa...- comentó burlón- Sin gorrito no hay fiesta.

Aisha abandonó la habitación, emitiendo un último gruñido de advertencia.

Ignoró los gritos proveniente del salón y el drama que se estaba montando con la presencia de Nick en la casa, y se metió en su habitación.

No consiguió explicarle cómo es que Sean había quedado en estado, aún siendo biológicamente imposible, puesto que Samira parecía querer echarse a llorar cada vez que veía la intención de la loba.

Por lo que se dedicó a mantenerla entre sus brazos, mimándola e implorando que se calmara.

A la hora de la comida, un buen filete de carne poco hecho pareció subirle el ánimo, no sólo a ella sino también a su hermano.

-¿Tú también, Sean?- inquirió Nick haciendo muecas de asco- ¡No me puedo creer que podáis comer eso!

-¡Tú, cállate!- gritó Anibal a la defensiva- Nadie pidió tu maldita opinión.

Nick sonrió ampliamente, mirando disimuladamente a Alissa, quien correspondió su sonrisa.

Entrelazó sus dedos con los de Cai, acomodándose mejor en su asiento, dispuesto a soltar una patochada.

-He notado que no te caigo bien, Anibal...- comentó Nick con fingida tristeza- Ya te pedí perdón por la trampa del perfume, ¡y te dí las gracias por mi ascenso!- refunfuñó- Pero aún si no quieres perdonarme, vas a tener que lidiar conmigo porque mi suegris me invitó a quedarme aquí...- miró a Alissa- ¡Gracias por eso, suegris, no me imagino estar separado de tu hijo, al cual amo mucho!

Cai emitió un bajo gruñido, soltando sus manos entrelazadas.

-Lo que sea por el novio de mi hijo- comentó Alissa con burla- Mi amorcito está encantado contigo, ¿verdad?- Jared asintió con emoción, mirando descaradamente a Anibal.

-Nos estamos conociendo, papá- refunfuñó Cai- No somos novios.

-Todavía, bebito- comentó Nick- Estoy esperando a que me lo pidas- depositó un suave beso en su mejilla.

Anibal se levantó con brusquedad de su asiento, golepando fuertemente la mesa con sus puños.

-¡Ya está bien, apártate de él o te juro que te voy a romper todas y cada una de tus costillas, a ver si con suerte alguna te perfora el corazón y te mueres!- gritó el lobo con rabia- ¡Atrévete a llamarlo bebito o besarlo otra vez si tienes huevos!

-Deja de ser tan dramático...- refunfuñó Nick- Serás el primero en recibir la invitación a nuestra boda, no te preocupes.

Alissa tuvo que levantarse rápidamente de su asiento para parar a Anibal, quien estaba más que dispuesto a abalanzarse sobre él.

-Nick tiene mi aprobación para estar con Cai, si mi hijo así lo desea...- comentó Alissa con tranquilidad- Ya no hace falta intimidarlo más.

-¡Soy yo quien está intentando formar un vínculo con tu hijo!- gritó Anibal, histérico.

Samira aprovechó el silencio que acababa de producirse para apretar suavemente la pierna de Aisha, quien estaba sentada a su lado.

-Quiero mi porción de tarta de chocolate que me has prometido- refunfuñó Samira haciendo un puchero- Ya he terminado mi carne, y el drama me da hambre- susurró en su oído.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro