Último capítulo del día, podéis considerar estos tres capítulos como un pequeño maratón para y por vosotros, mis amores ♥

-Pues nada, al paso que va cuando tenga que marcharme con los humanos otra vez tendré que llevarme a la manada- comentó la loba con tranquilidad, observando al omega acurrucado en Shania.

Kasen intentó contener la risa, pero acabó fracansando.

-No te rías que es la jodida verdad, Kasen- gruñó Aisha de mal humor- Decido venir unos días para despejarme y pasarlos con mi chica y, ¿qué me encuentro?

-¡Aisha!- chilló la pelirroja.

-A mi madre en celo, por lo que me toca encargarme de todo- hizo una pausa para mirar a Samira- Mi chica me reprocha que a ella no le han pedido tener sexo, y ahora esto.

-¡Oye, ya te he dicho que no quise decir eso!- chilló avergonzada.

-¿Eso es verdad, Samira?- inquirió el beta, completamente divertido por la situación.

-¡Qué no!- chilló indignada- ¡Sólo quería saber el motivo!- soltó la mano de Aisha para poder cruzarse de brazos- ¡El chico ese dijo algo de mi olor, sólo quería saber a qué se refería!

-Sí, sí el caso...- gruñó Aisha entrelazando nuevamente sus manos- ¿Qué se supone que ha hecho ese?- señaló al alfa.

-Estaba acosando al omega- intervino Shania- Dijo algo de usar su voz, y después el omega comenzó a chillar y parecía más asustado de lo que ya estaba.

Aisha asintió con comprensión.

-¿Y tú utilizaste la violencia, señor diálogo ante todo?- inquirió mirando al beta.

-Shania le pegó- comentó burlándose de ella- Si no llego a intervenir probablemente lo habría ahogado en el lago. 

La loba volvió a asentir mirando a Samira.

-¿No gritas o algo?- inquirió sonriéndole- ¿Se enfrenta a un alfa y no te sorprendes?

Samira se encogió de hombos, sonriéndole de vuelta.

-Estamos hablando de Shania, no me sorprende para nada- Aisha asintió, embobada- No te enfades con ella, ¿por favor?

-Oh, no bebé- comentó la loba sonriéndole- Si ya suficiente va a tener con los hermanos del omega, tú tranquila que yo no me enfado.

Kasen tuvo que limpiar varias lágrimas rebeldes que se le habían escapado debido a la risa, aunque sabía que ella tenía razón.

-¿Le harán algo malo?- inquirió la pelirroja con preocupación.

La loba negó, besando castamente su mano.

-Bien, esto es lo que haremos- comentó la loba dejando escapar un suspiro, cargado de un poco de dramatismo, todo sea dicho- Tú, maldito beta traidor, vas a meter a ese alfa en la casa principal, y tú, roba omegas, te vendrás con nosotros a casa, necesito hablar contigo seriamente.

El alfa tirado en el suelo, comenzó a gritar exigiendo que lo soltaran.

-¡No puedes meterme ahí, me matará nada más darse cuenta de mi olor!- gritó, forcejeando.

-¿Qu...qué?- tartamudeó Samira- ¿Váis a...matarlo?

-No le hagas caso, bebé, él simplemente está exagerando- comentó la loba comenzando a caminar hacia la salida del bosque- Mi padre solo jugará un poquiiiito con él, no te preocupes.

Kasen tuvo que tapar su boca para evitar soltar otra carcajada.

-¡Kasen, vete a la mierda!- gritó la loba- ¡Ve a hacer tu maldito trabajo!

-¡Ya estoy en camino, jefa!- gritó el beta riendo- Eso te pasa por intentar aprovecharte de una persona indefensa- susurró en el oído del alfa.

Abel comenzó a seguir a las chicas, mientras que Anibal se colocó al lado de Shania por si necesitaba un poco de ayuda.

-¿Necesitas que lo cargue yo?- inquirió el lobo con amabilidad.

El omega en sus brazos comenzó a emitir pequeños quejidos, aferrándose más a ella.

-No te preocupes, no hace falta- comentó ella, sonriéndole- Gracias.

Shania estaba aterrada.

Ella no sabía realmente como había acabado con un lazo de esos, pero la idea no le desagradaba en lo absoluto.

Pero sí le aterraba la idea de no ser una buena...

¿Una buena qué? ¿Qué soy yo ahora de este omega?
Pensó Shania.

-¿Crees que me grite mucho en esa charla tan seria que quiere tener conmigo?- inquirió Shania mirando al lobo- ¿Me echará a patadas de aquí?

El lobo negó, riendo.

-Tú no te preocupes que para cuando quiera hablar contigo ya se habrá desahogado conmigo- comentó Abel con diversión- Así que de nada por salvar tu vida.

Tuvieron que detener el paso con brusquedad al percatarse de que los tres que le llevaban ventaja de habían detenido.

Estaban otra vez en el mismo lugar, y en la misma situación de antes.

Muchos pares de ojos centrados en ellos.

Malditos lobos cotillas.
Pensó Shania mordiendo su lengua.

-¿Qué?- espetó con brusquedad al ver que no le quitaban la vista de encima- ¿Ahora también váis a pedirme sexo, malditos...-

-¡Shania!- chilló la pelirroja con horror.

La hermana del omega comenzó a caminar con rapidez hacia ellos, mostrándole sus dientes a Shania.

-¡¿Qué le he has hecho a mi hermano?!- Aisha se interpuso entre ellas- ¡Déjame!

-Tu hermano acaba de formar un vínculo con la chica que quieres matar- intervino la loba- De verdad, entiendo que estés enfadada por el muermo que vas a tener que soportar toda la vida como cuñada, pero ahora te toca aguantar. Si yo puedo hacerlo por Sami, tú puedes hacerlo por él.

-¡Oye!- se quejó Shania- ¡Más respeto!

-¿Lo ha forzado?- inquirió la alfa, acompañado de un gruñido- ¿Cómo ha sucedido?

-Ian estaba acosándolo en el bosque, y ella golpeó al alfa en su maldito pene y rompió su nariz para proteger al omega- la alfa asintió.

Sin embargo, no estando satisfecha del todo, revisó las manos de Shania un par de veces, confirmando lo que Aisha le había dicho al observar varios rasguños en su mano derecha.

-Hablaré con ella, y en cuanto se calmen un poco las cosas tomaremos una decisión- la alfa asintió, retrocediendo lentamente, satisfecha por el trato.

-Gracias por salvar a mi hermano- comentó con suavidad, olvidando su orgullo- Cuídalo bien, por favor.

-Lo haré, te lo juro- susurró Shania.

Comenzaron a caminar nuevamente hacia la casa donde se hospedaban. Pero el silbido de aquella alfa los detuvo.

-¿Qué pasará con Ian, alfa?- inquirió con respeto- Deseo...-

-Kasen lo está dejando en la casa principal en este momento, no hay nada de lo que preocuparse- la interrumpió Aisha- Vuelvan a sus cosas.

Al llegar casa, un omega particularmente contento los recibió.

-¿Shania está cargando a un omega o es cosa mía?- preguntó confundido, sin apartar la mirada de ellos.

-Omega ahora no- gruñó Aisha- Ve a tu cuarto, por favor.

-Vale- comentó el risueño- ¡Iré a estrenar mi nuevo nido!- salió a correr hacia la habitación.

La loba se tensó, emitiendo un salvaje gruñido.

-Anibal...- se detuvo a sí misma- Maldita sea, no puede estar pasándome esto justo ahora.

-¿Qué? ¿Qué te pasa, Aisha?- inquirió la pelirroja con preocupación- ¡Está ardiendo, Anibal!

-Tenemos que salir de aquí, ella está entrando en celo...- gruñó retrocediendo- ¡Omega ven aquí ahora mismo, tenemos que irnos!