
15
Hoy me apetece escribir sobre Shania, y así explicaros el comportamiento de estos lobos ♥
Shania.
Genial.
Simplemente genial.
¡Qué maldita vergüenza!
Pensaba una y otra vez, observando a las personas frente a ella, quienes tampoco apartaban su mirada de la misteriosa chica que había montado aquel bochornoso espectáculo.
-¿Te encuentras bien?- inquirió Samira mientras acariciaba lentamente su espalda, intentando reconfortarla.
¿Cómo iba a estar bien después de vomitar delante de toda esa gente?
-Sí...creo que...ya me siento mejor- comentó con voz temblorosa- Lo siento...yo...-
Se vio interrumpida por los sollozos del omega que le había hecho aquella particular propuesta.
Consiguió desaparecer, ocultándose tras un par de lobos que miraban a Shania de una forma no muy agradable.
-¿Cómo te ateves a despreciar a mi hermano de esa forma?- gruñó una alfa, avanzando con rapidez hacia ella- ¿Es qué no es lo suficiente para una humana como tú?
¿Que yo qué?
Pensó mirando a Aisha en un vano intento para que la defendiera.
-Ella no ha hecho nada que yo no hubiera hecho en su lugar- gruñó Aisha, interponiéndose entre la loba y Shania- Ellos no están acostumbrados a este tipo de cosas y los estáis agobiando.
-Además, se encontraba mal porque se nos ha ocurrido hacer una carrera y se ha mareado- intervino Cai- Kasen tuvo que parar un momento para que la chica se recuperase un poco.
Éste asintió, sin relajar un poco su postura de defensa.
-El alfa no vendrá, su omega entró en celo casi de madrugada- comentó el beta del padre de Aisha, haciéndose paso entre la multitud- Me alegro que hayas venido, Aisha, deberás ocuparte de la manada por estos días.
¿Entró en qué?
Pensó Shania.
Miró a su mejor amiga, intentando encontrar una respuesta, más ésta tampoco parecía comprenderlo.
-Simplemente genial- gruñó Aisha de muy mal humor- ¡Todo el mundo largo, supongo que tendréis cosas que hacer!
Shania se sintió terriblemente mal, observando como aquel omega se marchaba junto a los demás, todavía llorando.
-¿Se quedarán con nosotros en la casa secundaria?- preguntó el beta de su padre señalando a los invitados.
-Sí- respondió Aisha, autoritaria- Puedes descansar estos días mientras relevo a mi padre, Kasen se ocupará de ayudarme.
El beta asintió, haciendo una pequeña reverencia.
-Nos veremos por la casa, entonces- comentó con amabilidad- Espero que disfrutéis nuestra compañía, humanos.
Seguro que sí, porque la primera toma de contacto ha sido muy gratificante.
Pensó Shania con sarcasmo.
Comenzaron a caminar hacia la casa donde se quedarían temporalmente, con suerte los tres días que solía durar el celo de un omega.
Después de eso, ellos podrían hospedarse en la casa principal, donde realmente vivían.
-¡Qué oportuna nuestra madre!- chilló Cai, cruzándose de brazos- ¡Yo quería dormir en mi nido!
Aisha frunció el ceño, mirándolo con reproche.
-¿Desde cuándo tienes tú un nido? ¿Quién te lo hizo?- inquirió la loba con molestia.
Y no era la única.
Cierto lobo deseaba matar a la persona que se había atrevido a hacerlo.
-Papá me lo hizo porque extrañaba mucho dormir contigo cuando te fuiste- refunfuñó el omega- Cedió por su salud mental, o eso me dijo.
Por su salud mental y su salud sexual.
Pensó Aisha con diversión.
-¿Y te gustó dormir ahí?- Cai asintió muy emocionado.
-¿Me harás un nido en la casa secundaria, alfa?- inquirió Cai haciéndole ojitos a su hermana- ¡Quiero uno!
Samira estaba totalmente perdida en esa conversación.
Shania la seguía.
Y Sean...ese simplemente se dedicaba a molestar a Abel.
-No, no te haré nada de eso- gruñó Aisha- Sabes que es demasiado personal.
-Pero papá lo hizo, ¿por qué tú no?- lloriqueó- ¡Soy tu hermano, alfa!
-Sabes que te consiento en todo, pero no lo haré con eso, omega- objetó Aisha- Pídeselo a un alfa, seguro está más que dispuesto- bromeó.
-¡Sí, claro, a un alfa cualquiera para que piense que quiero tener cachorros o algo!- chilló el omega con indignación.
Él realmente no había pillado la indirecta.
-Eres muy astuto, omega- espetó Aisha con molestia- Pero hoy estás siendo muy estúpido.
-Yo también soy muy astuta, pero me estáis haciendo sentir verdaderamente estúpida el día de hoy- intervino Shania- ¿Qué eso de celo? ¿Y nido? ¿Por qué no puedes simplemente cumplir el capricho de tu hermano, Aisha?
-¡Yo se lo cuento!- chilló Cai con emoción- ¡Ven, vamos a mi habitación y hablamos!
El omega entrelazó su mano con la de Shania, obligándola a caminar hacia el interior de la casa donde, se supone, se quedarían.
-Antes de explicarte esas cosas quiero pedirte perdón por la forma en la que los lobos han reaccionado- comentó el omega apenado.
La hizo sentarse en la gran cama que ocupaba gran parte de la habitación, mientras que él se sentó en el suelo frente a ella.
-Mi hermana me explicó que para vosotros el tema del sexo es algo relativamente privado- Shania asintió, en acuerdo- Para nosotros no lo es, quiero decir, no es como si hiciéramos esas cosas frente a todos y tal, pero sí hablamos abiertamente del tema.
Shania agradeció la aclaración. Le había horrorizado pensar en encontrarse a personas o peor, lobos, haciendo esas cosas si decidía salir de la casa.
-Nosotros intentamos crear un vínculo aquí- señaló su cabeza- Justo antes de crearlo aquí- señaló su cuello.
-¿Te refieres a la mordida esa tan famosa?- el omega asintió.
-Nosotros llamamos a la marca vínculo físico, y es relativamente fácil de crear- prosiguió el omega- Pero el vínculo mental, la conexión entre las dos personas, ese sí que es difícil.
Shania se acomodó mejor, dispuesta a continuar escuchándolo. Le parecía interesante aprender sobre ellos.
-Si me siento atraído por tí, entonces, por lo general, te pediría sexo- explicó el omega- Si acabamos haciéndolo, entonces existe mayor posibilidad de que se cree el vínculo mental, gracias a las caricias, los besos, y el sentimiento de protección que puede llegar a surgir.
-Creo que lo pillo- murmuró Shania- ¿Y si no se crea mientras...bueno...hacemos eso?
-Entonces simplemente cada uno por su camino- respondió el omega- Sólo un loco crearía un vínculo físico sabiendo que no tiene oportunidad de crear el otro.
-Entiendo- murmuró ella- ¿Y por qué lloraba aquel omega?
-Si la atracción no es mutua, entonces rechazamos la propuesta, pero siempre hay que hacerlo con cuidado- respondió el omega- Nosotros, los omegas, reaccionamos así, nos sentimos un poco inservibles, y los alfas reaccionan peor, porque literalmente golpeas su orgullo.
Pobrecito.
Pensó Shania al recordar las lágrimas de aquel omega.
-Pero yo no quería hacerlo sentir así- comentó ella con amargura- ¡Ni siquiera le rechacé!
-Bueno...tú vomitaste, literalmente, después de que él te hiciera la propuesta- comentó el omega con suavidad- Creo que hasta tú te lo tomarías como un rechazo si hubieses estado en su lugar, y créeme, vomitar no es una forma sutil de rechazar la propuesta.
-¡Pero...-
-Ya no importa, Shania- murmuró el omega- Se le pasará.
Realmente no lo haría, pero el omega no quería hacerla sentir peor.
-¿Quieres que te hable sobre las almas gemelas, el celo y el nido?- inquirió Cai.
Shania negó, levantándose de la cama con rapidez.
-¿Puedo salir?- inquirió sintiéndose agobiada.
-Sí, claro que puedes- respondió el omega con una dulce sonrisa- Aquí nadie te hará daño, pero debes tener en cuenta que las propuestas seguirán presentes.
Me dan igual las malditas propuestas, necesito encontrar al omega.
Pensó Shania.
-Iré a dar una vuelta, ¿se lo dirás a Samira?- El omega asintió.
-Le diré a Kasen que te acompañe, yo intentaré conseguir mi nido- comentó sonriendo de forma traviesa- ¡Anibaaaaaaal!
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