Todo el mundo andaba de un lado al otro. A George Richardson se le había ocurrido que cada departamento estuviera al corriente con los informas para unos días antes del aniversario de Richardson Financial, y bueno... Allí estaba ella corriendo de un lado al otro entre los gerentes.

— Ojala estas dos semanas pasen rápido—  decía la asistente de Ventas.

— Es lo qué mas deseo. Gracias, nos vemos mañana—  se despidió y abordo el elevador. — Estoy cansada—  pensaba mientras leía el informe de ventas. Todo el día estuvo yendo de un departamento al otro, ni a comer había ido y ya eran las 6:30. estuvo más de media hora en ventas; lo más posible es que todo mundo se había marchado y solo quedaba su "jefe".  El cuál, se había encargo de recordar-le que era una "puta", en esos quince días, pues su cena con el presidente Richardson no paso desapercibida. Dejo de pensar en ellos y respiro profundamente.

Al salir del elevador, nunca espero a ver a todos en la oficina. Las mujeres sonrían y cuchicheaban algo que no alcanzaba escuchar pero no le tomo importancia solo quería terminar e ir a descansar.  Se dirigió a la oficina de su jefe y lo vio hablando con alguien.

  — Sullivan, tardo mucho. Además aquí la,,,—  dijo irritado Edward.

— Lo siento, señor. Aun no estaba listo—  entrego el reporte a su jefe y pensaba a darse la vuelta.

—Samantha Sullivan.

Aquella voz la reconocía. Alzo la mirada y lo vio —Luke.

 — Tan hermosa como siempre—  declaro abrazándola.

  — Luke... ¿Cuándo?¿Cómo su... 

  — Anna—  dijo interrumpiéndola — Llegué en la mañana. Fui a buscar a Anna porqué perdí mi teléfono móvil  en París, y me encontré con que habías regresado.  Siento lo de tu madre.

Sus ojos se cristalizaron ante la mención de su madre; se abrazo fuertemente a Luke y comenzó a llorar.

  —Lo siento, Sam. Aquí estoy contigo— dijo abrazándose a ella y besando-le el cabello.

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Enojado y furioso, era lo menos que se podía decir que estaba. Ver a ese hombre abrazando a Samantha le ocasiono una gran cólera pero la tuvo que aguantar y más al ver llegar a su novia.

  — Amor—  Tyffani sonrió pero su vista fue captada por esa pareja que se había dejado de abrazar frente a su novio.  Miro de pies a cabeza al hombre y vaya que era sexy: vestía un pantalón oscuro bastante ajustados, una playera simple color blanca y una chaqueta negra. Cuando sus ojos se encontraron lo reconoció, lo había visto en revistas: era el heredero de K&K  Corp —  Luke Kramer.

Luke alzo la mirada y vio la castaña —¿Sí?

— Eres él...

Soltó una risa — Sí.  

  — ¿Se conocen?—  pregunto Samantha limpiándose las lagrimas.  Luke negó.

  — No—  sus mejillas se sonrojaron — Lo he visto en las revistas.

— Ya veo... Sam, vamos. Me dijeron que salias a las 6— aunque más bien la quería sacar por esa mirada dolida al ver a esos dos juntos

— Esta bien—  respondió tomando su bolso — Tenemos que ponernos al corriente. Hasta mañana.

Tyffani y Edward miraron alejarse a ambos  al igual que los demás, pero no solo por eso, sino porque iban tomados de la mano.

— Escuche que tenía una novia pero ella se marcho a París y él la siguió ¿Será Sullivan?— comento Tyffani mirándolos aún.

  — No sé y no me importa. Vamos a tu departamento—  acoto llevándose a la castaña a rastras.

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  — ¿Así que eso paso?—  comento Samantha. Había decidido ir a su departamento, pedir comida a domicilio y platicar.

— Sí...

— No la pasamos muy bien. Tenemos mala suerte.

— Sam... ¿Qué dices? ¿Lo intentamos?—  cuestiono sujetándole la mano y entrelazando sus dedos.

  — yo...