Sam cayo inconsciente. La gigantesca pieza de lámina cayó encima de él, dejándolo desmayado.

Entonces, en medio del desmayo, Sam tuvo una borrosa visión: Veía como los edificios se derrumbaban, las calles se abrían y tragaban gente, había tsunamis, terremotos y huracanes. Además los relojes de todo el mundo se habían detenido, y todos gritaban lo mismo, una enigmática frase. Sam se esforzó en entender lo que decían, hasta que pudo oír con claridad lo que gritaban:

- ¡Todo por culpa de Sam!- gritaba la gente de todo el mundo, al unísono.

Sam se asustó, y rápidamente despertó del desmayo. La pieza de lámina estaba sobre él, aplastándolo. El profesor, Rita y Andrea estaban asustados.

- ¿Sam estas bien?- pregunto Thomas.

- Si estoy bien, solo que esta pieza me aplasta y me duele- respondió con sinceridad Sam.

- ¿Puedes salir de allí?- pregunto Rita.

Sam intento quitarse la pieza de encima pero a pesar de que lo intento varias veces, no lo logro.

- No puedo salir de aquí, necesito ayuda- hablo Sam después de varios intentos fallidos. Rápidamente todos se pusieron en marcha. No había tiempo que perder, en cualquier momento los tanques de Uranio explotarían, y nadie quería que Sam muriera.

Mientras luchaban para sacar a Sam de allí, este se preguntaba el significado de la visión. Pensó que aquello tenía algo que ver con el incidente de la máquina del tiempo que exploto. Lo relaciono con todo lo que había ocurrido aquella semana. Poco a poco Sam fue armando aquel rompecabezas, hasta que por fin entendió.

Comprendió todo lo que había pasado, ahora todo tenía sentido. Aquello era un mensaje del Destino.

- ¡Ya lo entendió!- grito Sam emocionado.

- ¿Qué es lo que entiendes Sam?- pregunto confundido el profesor, quien intentaba sacar a Sam de la gigantesca pieza de lámina.

- ¡Todo!, ahora entiendo todo lo que paso esta semana, incluyendo el incidente de la máquina del tiempo y los relojes. Todo fue obra del Destino.- hablo Sam.

- ¡Qué bueno Sam!- dijo Andrea un poco confundida- Oye, ya estamos a punto de sacarte de aquí.

- ¡Nooo! ¡No deben sacarme de aquí!- grito asustado Sam

- ¿Estás loco? ¡Si no te sacamos de aquí morirás!- grito Thomas.

- ¡Es justo lo que debe pasar! ¡YO DEBO MORIR!- grito Sam, confundiendo a todos.

- ¿De qué hablas? ¡No puedes morir Sam, el Destino te habrá ganado si eso pasa!- dijo Andrea.

- ¡Es justo lo que debe pasar! Escuchen les explicare todo- comenzó su explicación Sam- Verán, los flujos del tiempo y el Destino están relacionados entre sí. Si yo no muero, además de afectar mi Destino, afectare los flujos del tiempo, provocando un apocalipsis. En resumen, si yo no muero hoy, todos morirán en el futuro cercano.

- ¿Pero Sam...?- hablo el profesor, pero Sam no lo dejo continuar.

- ¡No hay ningún pero que valga! Yo debo morir hoy, si no lo hago el mundo se destruirá. Prueba de ello es el incidente de la máquina del tiempo y de los relojes locos. Eso fue una amenaza del Destino, me estaba diciendo que estaba cambiando mi Destino, y que por consiguiente estiraría provocando el fin de todo.- hablo con tono serio Sam.

- ¡No puedes morir Sam!- respondió melancólica Rita.

- Pero si no perderé nada valioso. Mi casa se destruyó, no tengo familiares cercanos ni muchos amigos. Mi vida no vale nada, si muero no lo lamentare.- defendió su hipótesis Sam.

Todos comenzaron a llorar. Descubrieron que era una decisión irrevocable.

- No lloren amigos, tienen que entender que así es la vida- intento consolarlos Sam- mi vida no vale la vida de todos en este planeta, es algo que debo hacer- aquí se detuvo por que comenzó a llorar también. No quería morir, pero sabía que era algo necesario. Ese era su Destino y debería cumplirlo.

Paseo una funesta mirada a su alrededor. La última vez que vería algo así. El Destino le dio fuerzas y continúo con su discurso.

- Los extrañare a todos... en verdad lo... lo digo. Te extrañare Rita, gracias por todo- se despidió de Rita con una sonrisa- te extrañare Andrea, gracias por todo... y recuerda esto: El Destino si existe... ojala que esto te ayude en tus investigaciones- se despidió de Andrea con una sonrisa- te extrañare Thomas, gracias por todo... y lamento destruir tu carro, tu laboratorio y tu casa de campo...

- No hay problema Sam- hablo con los ojos mojados y la voz quebrada. Se despidieron con una sonrisa.

- Bueno, este es mi Destino, no el suyo... así que corran antes de que explote el tanque, corran...

Todos le hicieron caso, sabíanque esto era necesario. No pudieron ocultar sus lágrimas, y comenzaron a llorar de la forma más tierna posible. Corrieron hacia la salida y cuando estuvieron a punto de salir, Sam les dedico las últimas palabras:

- ¡Adiós amigos... los quiero mucho!

Esto hizo que lloraran aún más.

- Bueno, si este es mi Destino, que así sea...- grito Sam, y al terminar, los tanques de Uranio explotaron, y destruyeron todo el Centro de Investigaciones. Todo se evaporizo.

Y Sam murió...