El día indicado se vistió con sus mejores ropas. Aunque sabía que solo le irían a dar algunas indicaciones, entendía que la primera impresión era importante. Llego a la hora indicada, al lugar estipulado: El Centro de Investigación que financiaba estos experimentos. Al llegar una mujer de entre 30 y 35 años lo atendió, y cortésmente le dio la clásica orden:

- Pase adelante, no tenga pena.

Pasó a una sala con algunos muebles, la cual, después de examinarla bien, comprendió que era la sala de espera. Solo había 3 personas en ese momento, las cuales también habían sido elegidas para experimentar en ellas, por así decirlo. Ya que había llegado temprano en comparación, decidió sentarse a esperar. Pasados algunos minutos, cuando se incorporaron los demás elegidos, descubrió por que lo habían elegido: La mayoría tenía una característica en común, eran de aspecto fuerte y musculoso, fornidos, pero aun así muy inteligentes. El (Ósea Sam) era todo eso y más. Era de aspecto fuerte y temerario, grande de estatura, con piel algo blanca. Lo de inteligencia es ya sabido. Aun así, habían más fuertes que el en aspecto, y también mas débiles. Sumido en estos pensamientos estaba, cuando, por un altavoz, se oyó lo siguiente:

-Pueden pasar; el profesor Thompson los espera.

Caminaron por un gran pasadizo, y llegaron al centro de investigación propio. Allí los recibió el profesor, quien con un carismático saludo, los condujo a una sala de conferencias donde les hablaría del experimento detalladamente. Thomas Thompson era muy diferente a Sam, ya que era delgado, con la clásica apariencia de un nerd, pero sin lentes, piel morena y algo mejorado en lo físico en comparación. También los diferenciaba su actitud; Sam era reservado y tranquilo, mirada de pocos amigos, nada simpático, y poco presto a las bromas, mientras que Thomas era muy carismático, algo bromista, cara de muchos amigos, y sobre todo alegre. Siempre había sido alegre, incluso en la época de fracasos, nunca se rindió, y siempre mantuvo la sonrisa.

- Hola amigos- comenzó su discurso el profesor- como ustedes sabrán soy el profesor Thomas Thompson, el ilustre creador de la máquina del tiempo de la que ustedes tendrán el placer de viajar en unos días.

Luego paso a explicar el funcionamiento de la misma, cosa que no detallare para no hacer muy largo el capítulo, lo que si detallare es la forma en que se hará el experimento, explicado en la boca del profesor Thomas:

- Para hacer el experimento, lo que me motivo a hacerlo fue el simple hecho de poder viajar en el tiempo, cosa que nadie había logrado, excepto mi gran amigo Doc.- broma simple pero efectiva- y ustedes serán los primeros en hacerlo. ¿Como? Pues simple; Cuando sea su turno de viajar se les dará una pulsera como esta- muestra la pulsera prototipo- la cual servirá para regresar. En resumen, la persona sera introducida en una capsula especial, diseñada para este experimento, se le dara la pulsera ya mencionada, luego viajara a la determinada fecha que le toque, y para regresar a la época actual tendrá que presionar este botón incrustado en la pulsera, la cual actuara como una especie de mini máquina del tiempo, trayéndolo de vuelta. Este mecanismo solo funciona para regresar.

Con el experimento explicado, y verificando que todos entendieron se pasó a la demostración; se envió en la maquina a un pequeño perrito en una capsula a 20 segundos en el futuro, y pasados estos 20 segundos un pequeño portal se abrió y trajo consigo al perrito, sano y salvo. Los aplausos y los gritos de ¡bravo! se alzaron en todo el centro. Luego como último paso, se les dio la fecha de su viaje; a Sam le toco el 17 del próximo mes, siendo el tercero en viajar (el primero sería el más fortachón, y así iría bajando la cadena) y le toco viajar ocho días al futuro, de forma predeterminada.

- Nada mal- pensó Sam al salir de la conferencia, y era cierto; todo había salido como él lo esperaba.

En unos días viajaría al futuro y eso lo llenaba de emoción.

- El destino es magnífico- pensó, aunque no sabía lo que le aguardaba