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002. sea snake





sea snake / chapter two








INTENTABAMOS DIBUJAR un camino más o menos factible para llegar a Monte Weather. Nos habíamos quedado Clarke y yo solas, no habíamos intercambiado muchas palabras, solo las necesarias.

―Tenemos problemas, el sistema de comunicación no funciona, he subido al techo y faltan doce paneles, el calor ha quemado los cables. ―dijo Wells.

El chico se había acercado más que nada a Clarke y parecía que la información solo iba para ella. No había podido evitar notar todos los intentos de acercamiento por parte de Wells hacia Clarke, era obvio que le gustaba la chica.

―Lo único que importa ahora es llegar al Monte Weather.

―Si no tenemos comida el caos y la preocupación aumentara, no podemos dejar que eso pase. ―dije apoyando a Clarke.

―Exacto, mirad, estamos aquí, y aquí es donde tenemos que llegar para sobrevivir. ―Clarke nos enseñaba el camino que había hasta Monte Weather.

―¿Donde has aprendido eso? Tu padre.

Wells se respondió el solito pues la cara de Clarke dejaba ver incomodidad al recibir la pregunta. Un chico con gafas de aviador se acerco a nosotros. ―Que guay, un mapa. ¿Hay algún bar por aquí? Te invito a una birra.

Rei levemente por el comentario tan tonto que acababa de hacer, sin embargo Wells lo tomo con rabia de la camiseta y lo aparto de Clarke.

―Oye no es para tanto, déjalo. ―defendí al chico, pues Wells no se había molestado por el comentario, sino para a quien iba.

―Eh, no le toques, es de los nuestros.

Otro grupo de chicos se acababa de acercar, el comentario lo había lanzada uno de ellos que parecia ser su "líder", llevaba una chaqueta como los demás y una melena media que le quedaba bien.

―Tranquilos, solo queremos saber donde estamos. ―intentó defenderse Wells.

―Estamos en la Tierra, ¿No te vale con eso?

El guardia que había bajado con nosotros y su hermana se habían unido a la conversación.

―Tenemos que ir al monte Weather, ya oísteis a mi padre, es nuestra máxima prioridad.

―Que le den a tu padre. ―dijo la chica con rabia. ―Qué, ¿Os creéis los jefes? Tu y tu princesita. ―siguió,

―¿Te crees que nos importa quién manda aquí? Hay que ir al Monte Weather, no porque lo diga el canciller, sino porque cuando más esperemos más hambre tendremos y más duro será, ¿Cuánto creéis que duraremos aquí sin provisiones? Hay que recorrer treinta kilómetros ¿Vale? Para llegar antes de que anochezca tenemos que salir ya. ―dijo Clarke.

Clarke era una chica muy lista, tenia razón y la iba a apoyar. No me caía nada bien ni el canciller ni su hijo, pero tampoco quería morirme de hambre, era una cuestión de supervivencia.

―Yo tengo una idea mejor, id vosotros y encontrad la comida, que los privilegiados trabajen por una vez.―respondió Bellamy.

―No es tan fácil. ―dije intentando calmar un poco la situación. El chico que había oído que se llamaba Murphy me paró mientras intentaba avanzar.

―No te metas.

―Haré lo que me de la gana. ―contesté apartando su brazo.

―No os enteráis, tenemos que ir, ¿Vale?―habló Wells.

―Atención todos, es el canciller de la Tierra.―dijo burlonamente Murphy luego de darle un empujón.

―¿Te hace gracia?

―No, pero esto si. ―respondió Murphy pegándole una patada en el tobillo a Wells haciendo que cayera al suelo.

Clarke intentó ir a ayudarle pero los amigos de Murphy se lo impidieron, esto se estaba empezando a parecer al Arca.

―Sois unos estúpidos. ―dije mientras los amigos de Murphy se ponían en mi camino. ―No sirve de absolutamente nada que os peléis.

No me hicieron caso alguno y Murphy y Wells se pusieron en posición de pelea, Murphy burlón y sobrado, mientras que Wells no sabía muy bien qué hacer. Todo el mundo animaba la pelea, pero justo cuando Murphy iba a golpear cayo el chico de antes entre ellos.

Finn saltó desde la nave hasta en medio de los dos chicos. ―Solo tiene una pierna, ¿Qué tal si esperas a que se recupere? ―dijo Finn.

―Eh, paseo espacial, rescátame a mi. ―Octavia se acercó a ligar con él y eso no pareció hacerle mucha gracia a su hermano.











―BUENO AL MONTE WEATHER. ¿Cuándo salimos? ―preguntó Finn.

Después de ese intento de pelea, Clarke y yo ayudamos a Wells y lo separamos de los demás, con Clarke estábamos intentado montar una especie de plan para llegar a la comida, aunque no estábamos teniendo mucho éxito.

―Ahora mismo.

―¿Cómo vais a cargar con tanta comida entre los dos? ―preguntó Wells.

―Alex viene con nosotros, ¿A que si? ―dijo Clarke.

―Por supuesto. ―respondí con una sonrisa mientras me ponía en pie.

―¿Tres entonces?

Finn agarró por los hombros a los dos chicos que iban siempre juntos, el asiático y el de las gafas, Monty y Jasper.

―Somos cuatro, ¿Nos vamos ya? ―dijo Finn y vi a Clarke asentir al respecto.

―¿Estas de broma? ―cuestionó incrédulo Wells desde el suelo.

―Esto promete, que sean cinco. ―se unió Octavia.

―¿Qué diablos haces? ―le preguntó Bellamy. ―Dar una vuelta. ―respondió su hermana librándose de él.

―¡Eh! ¿Has intentado quitártela? ―inquirió Clarke viendo la pulsera de Finn.

―Si, ¿Y qué?

―Esta pulsera transmite tus constantes vitales al Arca, si te la quitas creerán que has muerto. ―explicó Clarke.

―¿Debería importarme? ―le respondió Finn.

―¿Quieres que tus seres queridos piensen que estás muerto? ¿Quieres que bajen aquí en dos meses? Porque no lo harán si creen que nos morimos. ―terminó de hablar Clarke.

Todos nos miramos entre nosotros con unas miradas un poco preocupantes. Antes de eso no se me había ocurrido quitarme la pulsera, de hecho me había olvidado de que llevaba una. Supongo que después del discurso de Clarke ahora nadie se las quitaría, reconozco que yo no tenía ninguna persona querida en el Arca, pero tampoco tenía ganas de quitármela y dejar que toda la gente inocente del Arca no bajara a la Tierra por mi culpa.

―Vale, vámonos.














TENIA MUCHAS GANAS  de empezar a explorar la Tierra, todo era precioso, mirase donde mirase encontraba alguna cosa que me enamoraba por completo. Habíamos empezado a ir a por las provisiones, éramos seis, Finn, Jasper, Monty, Clarke, Octavia y yo, que avanzábamos en ese orden de momento.

―Oíd, no os hagáis ilusiones, Finn es mío. ―habló Octavia cuando nos quedamos las tres un poco detrás de los demás.

―No te hagas ilusiones, me da igual. ―le respondió Clarke.

Yo me limite a estar callada, me daba muy igual quien estuviera o dejará de estar con Finn, desde luego que no iba a ser yo.

Clarke y yo nos quedamos un poco atrás e intente sacar un poco de conversación.

―Finn pega más contigo igualmente.

Clarke me miro y se le escapo una risita. ―No pienso en chicos ahora, estamos en la Tierra.

―Es cierto, pero por si lo consideras, es mono para ti. ―intentaba hablar de manera amigable para que viera que iba de buenas maneras con ella.

Aunque no volvimos ha hablar más pareció funcionar pues me sonrió y ya no era tan incomodo como antes. Estuvimos un rato caminando hasta que vimos como Finn le ponía una flor morada detrás de la oreja a Octavia.

―Mirad, eso amigos míos me pone. ―dijo Jasper.

―A mi amigos míos, me pone más su hermano. ―les dije a los chicos a lo que Jasper y Monty rieron y Clarke me dio un leve manotazo. ―Es verdad, nada de chicos, que estamos en la Tierra. ―dije mirando a Clarke y ella rodo los ojos de manera divertida.

―Dejando atrás el comentario de Alex. ―empezó a decir Monty ―Tengo que decirte amigo mío, que eso es un zumaque venenoso. ―terminó de hablar.

―¿Que, enserio?―dijo Octavia quitándose inmediatamente la flor.

―Las flores no son venenosas, son medicinales, son calmantes. ―explicó Monty.

―Su familia cultiva todos los fármacos del arca.―dijo Jasper.

―¿Eh chicos, queréis daros un poco de prisa? ―ordenó Clarke frustrada.

La entendía pues si no íbamos más rápido nos íbamos a morir de hambre, pero también tenia ganas de ver la Tierra y hacer algunos amigos, así que no hice mucho caso de su comentario.

―Venga Clarke, ¿Cómo puedes ignorar tanta belleza? ―habló Finn.

―Pues muy fácil me pregunto por qué no hemos visto animales, puede que no haya ninguno o puede que la radiación acabe con todos nosotros ―dijo parándose de golpe y girándose para vernos. ―Pero si, es muy bonito, ahora vamos. ―ordenó.

―Alguien debería darle un zumaque venenoso. ―dijo Octavia a lo que todos reímos.

―¿Por qué no nos contáis qué hicisteis para que os encerraran? ―preguntó con curiosidad Finn.

―El zumaque no es la única flor que mis padres cultivaban, tu ya me entiendes. ―dijo Monty divertido.

―Y a alguien se le olvidó reponer lo que cogimos. ―continuó Jasper causando que dejara escapar una risa.

―Y ese alguien ya te ha pedido perdón.

―¿Y tu Alex? ¿Qué hiciste? ―preguntó Monty.

―Nada fuera del otro mundo, robé suministros del comedor.

―¿Y tu Octavia, por qué te encerraron? ―le preguntó Jasper.

―Por nacer. ―dijo resentida.

―Eso no me pone nada. ―dijo Monty fastidiándolo.

Vimos a Clarke más adelante y la seguimos, nos agachamos con ella y nos dio una señal para que estuviéramos en silencio. Parecía que estábamos observando un ciervo.

―No hay animales, eh. ―comentó Finn.

Finn avanzó poco a poco hasta el ciervo, intentó hacerlo de manera sigilosa, sin embargo sin querer pisó una rama y el ciervo se asustó y se giró en nuestra dirección, dejando ver que tenía dos cabezas deformadas.

―¿Qué coño es eso? ―hablé mientras los otros seguían sorprendidos por lo que acabamos de ver.











―¿SABEIS QUE ME GUSTARIA SABER? ¿Por qué nos han enviado aquí después de 97 años, que ha cambiado? ―preguntó Finn con curiosidad.

―Da igual, al menos lo han hecho, me he despertado en una celda y ahora doy vueltas en un bosque. ―dijo Octavia.

―Habrán encontrado algo con un satélite, ¿Sabes? Un satélite meteorológico. ―opinó Monty.

―Esa no es la razón, el arca se muere, con la población actual apenas quedan tres meses de oxigeno, quizás cuatro sin nosotros. ―explicó Clarke haciendo que nos quedáramos callados de inmediato.

Ninguno de nosotros sabíamos eso, pero tampoco me sorprendía mucho, el Arca tenía que tener alguna pega, no nos hubieran enviado aquí si no fuera por algo, ahora ya sabíamos que era.

―Te encerraron porque conocías el secreto, y te pusieron en aislamiento y flotaron a tu padre. ―afirmó Finn.

―Mi padre era el ingeniero que descubrió la falla, la gente tenía que saberlo, decía. ―siguió explicando. ―El consejo no estaba de acuerdo, mi madre tampoco, no querían que cundiera el pánico, pensábamos hacerlo público, pero Wells... ―dijo cabreada.

―¿Qué? Delató a tu padre. ―continuó Finn.

―Los guardias aparecieron y se lo llevaron, por eso lo de hoy, merecía la pena, aún que muriésemos todos habrían ganado más tiempo. ―acabó de explicar Clarke.

―Van a matar a más gente ¿Verdad? ―preguntó preocupado Monty.

―Bien, después de lo que me hicieron que les floten a todos. ―respondió Octavia cabreada.

―No lo dices enserio. ―dijo Jasper.

―La gente del Arca no tiene la culpa de que todos los del consejo sean unos cabrones egoístas. ―hablé hacia Octavia.

―Tenemos que avisarles. ―comentó Finn.

―Eso habría dicho mi padre. ―dijo Clarke.

―Dios, me encanta la tierra. ―habló Jasper viendo cómo de repente Octavia se había empezado a quitar la ropa delante de un río.

―¿Octavia pero que diablos haces? ―cuestionó Clarke preocupada.

La menor de los Blake se lanzó de cabeza al río y todos fuimos detrás de ella preocupados a ver si estaba bien.

―¡Octavia no sabemos nadar! ―dijo Monty mientras la veía asomar la cabeza por el agua.

―Pero si estar de pie. ―respondió Octavia poniéndose de pie mientras sonreía.

Reímos levemente y nos empezamos a quitar toda la ropa de enseguida, con ganas de meternos al río y disfrutar de nuestro merecido baño.

―Aquí no debería haber un río. ―comentó Clarke.

―Pues lo hay, así que ya puedes quitarte la ropa. ―respondió Finn.

Estaba esperando a que Monty se quitara la ropa para entrar al agua cuando de golpe Jasper habló muy alarmado.

―¡Octavia sal ahora mismo del agua!

Levanté la vista un momento y pude ver como un extraño animal bastante grande se aproximaba hacia ella, el resto también lo vio y Octavia se dio la vuelta confundida mientras nosotros le ordenábamos que saliera ya mismo.

Octavia gritó cuando la especie de serpiente la cogió por la pierna y la arrastró por el río, por un momento no supimos donde se encontraba hasta que sobresalió un poco por el agua mientras gritaba.

―¡Allí está! ―informé al resto.

Fuimos corriendo hacia ella tratando de ayudarla desde arriba de las rocas.

―¡¿Qué diablos es eso?!

―Tenemos que sacarla. ¡Ya! ―dijo Finn.

―¿Qué vas a hacer? ―le preguntó Jasper.

―Intentar que no me coma.

―No, espera, si la distraemos puede que la suelte, ayudadme. ―propuso Clarke.

Entre Monty, Finn, Clarke y yo, conseguimos tirar una roca enorme al agua para distraer a la serpiente, cosa que pareció funcionar al menos por un minuto.

La serpiente soltó a Octavia, pero la chica no sabía nadar y no podía salir del agua. Jasper se lanzó al agua para intentar subir a Octavia de nuevo pero la serpiente volvió a por ellos.

―¡Está volviendo! ―les advirtió Finn.

Jasper logró sacar a Octavia del agua, la pobre había sido arañada por esa cosa. Fuimos hacia ellos rápidamente mientras Clarke intentaba detener el sangrado de Octavia y esta no paraba de darle las gracias a Jasper.

―Te pondrás bien. ―aseguró Clarke.

―Recordatorio, la próxima vez, salva a la chica. ―dijo Monty haciendo que todos riéramos.

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