003. ❛❛ Deber y miedo
al futuro  ❜❜

                En el puerto de Rocadragón, el ambiente se sentía denso y cargado, como si el aire pesara más de lo normal. Rhaenyra no podía contener las lágrimas mientras acariciaba el rostro de su hija, la única mujer entre sus hijos, la niña con la que había compartido tantos momentos. Ahora, debía dejarla ir, y el dolor era casi insoportable. La idea de que la próxima vez que la viera ya no sería la misma la destrozaba por dentro.

Daemon Targaryen, su esposo, permanecía en silencio junto a ella, con las manos firmes sobre sus hombros mientras observaba la escena sin intervenir. Parecía inmóvil, pero sus ojos seguían cada detalle.

Por otro lado, Jacaerys y Lucerys estaban de pie a poca distancia, visiblemente afectados. Jacaerys miraba hacia el horizonte con una mezcla de tristeza y resignación, mientras que Lucerys bajaba la cabeza, atormentado por la culpa que cargaba desde el incidente con Aemond. Soltó un suspiro profundo, incapaz de enfrentar completamente lo que estaba por suceder.

A unos metros, los sirvientes trabajaban rápido, embarcando los baúles de la joven princesa. El sonido de los pasos apresurados sobre la madera del muelle se mezclaba con el murmullo del viento.

━━━━ No será lo mismo sin ti, querida ━━━━ dijo Rhaenyra con voz temblorosa mientras acariciaba la mejilla de Daenarys ━━━━ Pensé que siempre estaríamos juntas... pero ahora debo dejarte ir  ━━━━ intentó recomponerse, pero el peso de la situación se reflejaba en sus ojos. Respiró hondo, intentando mostrarse más serena.

El cabello de la princesa se movía con la brisa mientras todos los presentes la miraban en silencio. Rhaenyra apretó las manos de su hija con fuerza, como si quisiera retenerla un poco más.

━━━━ Esto no debería estar pasándote. Es un error ━━━━ susurró ━━━━ Te extrañaré más de lo que puedes imaginar. ━━━━ un último beso en las manos de su hija antes de dar un paso atrás ━━━━ Ahora despídete de tus hermanos, ellos también te extrañarán demasiado.

Daenarys asintió y se acercó primero a Daemon, su padrastro desde entonces. La relación entre ellos siempre había sido distante, y aunque el hombre mantenía una expresión seria, movió ligeramente la cabeza como saludo. Ella le dedicó una sonrisa antes de avanzar hacia sus hermanos.

Jacaerys fue el primero. Cuando la tuvo frente a él, una lágrima rápida se deslizó por su mejilla. No pudo contenerla más y, en un movimiento casi desesperado, abrazó a su melliza. Habían compartido todo desde el primer día de sus vidas. Este momento se sentía como si algo esencial se rompiera entre ellos.

━━━━ Sé fuerte, Dae ━━━━ le dijo al separarse, con la voz cargada de emoción ━━━━ Espero volver a verte, cuando regreses volaremos sobre Vermax y Myrax.

━━━━ Claro que lo harás, tonto. ━━━━ respondió ella con una sonrisa, logrando que él soltara una risa breve. ━━━━ Esperaré toda mi estadía en Antigua para ese vuelo.

━━━━ Pues yo estaré listo para ese entonces ━━━━ sonrió su hermano, el ambiente había revivido derrepente.

Después fue el turno de Lucerys en despedirse. Este levantó la mirada con esfuerzo, mostrando en su rostro todo el peso de la culpa que lo consumía.

━━━━ Luke... ━━━━ murmuró Daenarys con dulzura, intentando animarlo.

Sin decir nada, él la abrazó con fuerza. Cerró los ojos y sintió cómo el arrepentimiento lo invadía. En su mente, debería ser él quien partiera, no ella. Sabía que su madre estaba destrozada, y no podía evitar pensar que todo era culpa suya.

━━━━ Lo siento ━━━━ dijo en voz baja, apenas audible.

━━━━ No tienes por qué ━━━━ le respondió ella, manteniendo el tono firme ━━━━. Te extrañaré muchísimo, Luke.

━━━━ Yo también ━━━━ murmuró Lucerys, sin poder mirarla directamente.

Daenarys lo observó con una mezcla de ternura y determinación.

━━━━ Cambia esa cara, Luke ━━━━ dijo, fingiendo un reproche ━━━━. No quiero llevarme una imagen triste, será la última vez que te vea siendo un niño.

Él intentó sonreír, pero lo único que logró fue una mueca que dejaba en evidencia lo mal que se sentía. Daenarys soltó una carcajada ligera y le dio un suave golpe en el brazo.

Mientras el barco terminaba de prepararse para zarpar, la joven princesa dio un último vistazo a su familia. Sabía que el tiempo que pasaría lejos los cambiaría a todos, pero intentó guardar cada detalle de ese momento en su memoria antes de partir.

El sonido del barco resonó en el puerto, marcando el momento de partir. La sensación de tristeza y nostalgia se intensificó entre los presentes, como si todos desearan detener el tiempo y aferrarse a ese instante. Pero no podían.

Los sollozos de Rhaenyra llenaban el aire. Era la última vez que vería a su hija siendo una niña, inocente y cercana. Cuando Daenarys regresara a Rocadragón, sería diferente. Tendría gustos nuevos, un color favorito distinto, rasgos que habrían cambiado, y una altura que hablaría del tiempo perdido. Para entonces, ya no sería su niña. Sería una mujer. Ese pensamiento era como un peso aplastante en el pecho de Rhaenyra.

Daenarys, con su pequeño equipaje emocional y físico, se detuvo al pie del barco. Miró a su familia una vez más, como si quisiera grabar ese momento en su memoria. De pronto, giró sobre sus talones y gritó:

━━━━ ¡No olviden escribirme!

Su voz rompió el silencio, haciendo que las gaviotas cercanas levantaran el vuelo en un alboroto.

━━━━ ¡No lo haremos! ¡Esperamos tus cartas! ━━━━ respondió Jacaerys, gritando con fuerza para que su hermana pudiera oírlo. Daenarys sonrió, pero sus ojos reflejaban un adiós cargado de sentimientos.

Finalmente, giró de nuevo. El barco la esperaba, cargado no solo con sus pertenencias, sino también con el peso del destino que la separaba de todo lo que conocía.

Cada paso hacia la embarcación era una punzada para la familia. Rhaenyra lloraba abiertamente, incapaz de contener el dolor. Daemon, junto a ella, apretaba sus hombros, intentando darle algo de consuelo, aunque sus propios ojos permanecían serios y oscuros. A unos metros, Jace y Luke estaban abrazados, tratando de calmarse el uno al otro, pero sus lágrimas hablaban más que cualquier palabra.

La partida de Daenarys dejaba un vacío palpable. Todos sabían que la extrañarían más de lo que podían admitir en voz alta.

A bordo del barco, Daenarys sintió cómo el movimiento de las olas comenzaba a mecerla suavemente. Miró hacia el horizonte, viendo cómo Rocadragón se hacía más pequeño con cada minuto. Una punzada de melancolía la golpeó en el pecho. No solo estaba dejando a su familia atrás, sino también una parte de sí misma.

Sabía que cuando regresara, nada sería igual. Sus hermanos ya no serían esos niños inquietos que la hacían reír con tonterías, y su madre tendría nuevos recuerdos y quizás nuevas heridas. Incluso las risas y gestos que ahora conocía tan bien podrían parecerle extraños.

Mientras una lágrima resbalaba por su mejilla, Daenarys cerró los ojos un instante. Aunque sentía que estaba dejando todo atrás, también sabía que llevaba consigo la fuerza de su familia. Inspiró profundamente, intentando calmar la mezcla de miedo y esperanza que le recorría el cuerpo.

El barco avanzaba hacia el horizonte, hacia lo desconocido. Y con cada pulso de las olas, Daenarys se adentraba en un futuro que la cambiaría para siempre.

Daenarys bajó del carruaje con cuidado, agradeciendo con una sonrisa al caballero que le ayudó a pisar tierra firme. Antigua la había dejado sin palabras. Desde el primer momento, el gran faro que iluminaba la ciudad la había dejado impresionada.

El caballero que la recibió se mantuvo en silencio mientras la guiaba por los pasillos. Su andar era firme y su mirada, fija al frente. Aunque él no decía nada, Daenarys no podía contener su curiosidad.

━━━━ ¿Cómo es su nombre, Ser? ━━━━ preguntó de repente, esperando que el hombre rompiera el hielo.

El caballero no respondió. Continuó caminando como si no la hubiera escuchado, y Daenarys, confundida pero persistente, trató de mantener el paso.

━━━━ Señor, es usted muy alto ━━━━ comentó, intentando hacerlo hablar. Pero él parecía ignorarla a propósito, apresurándose como si quisiera dejarla atrás. ━━━━ ¿Es usted un Hightower? ¿O pertenece a otra casa noble? ━━━━ insistió, sin darse por vencida.

El hombre se detuvo bruscamente, y Daenarys apenas tuvo tiempo de frenar para no chocar con él. Se encontraban en un pasillo amplio, adornado con columnas y ventanas que dejaban entrar la luz del sol. Antes de que pudiera hacer otra pregunta, apareció otro hombre, este con una postura más imponente y una mirada tranquila pero segura.

━━━━ Ser Finnick, muchas gracias por guiar a la princesa ━━━━ dijo el recién llegado con voz firme. Su cabello rojizo destacaba bajo la luz. Finnick no dijo nada, simplemente hizo una leve inclinación de cabeza y se retiró sin mirar atrás.

Daenarys lo siguió con la mirada, sorprendida por lo seco que había sido. Luego, regresó su atención al nuevo caballero, que ahora la observaba con atención.

━━━━ Ser Gwayne Hightower, princesa. Es un honor para nosotros tenerla bajo nuestro techo ━━━━ se presentó con cortesía, haciendo una breve inclinación.

Daenarys sonrió, aliviada de que alguien al fin hablara con ella.

━━━━ Encantada, ser ━━━━ respondió, más tranquila.

Gwayne le ofreció su brazo para guiarla y ella lo aceptó con entusiasmo. Mientras caminaban, la menor no podía dejar de admirar los detalles de Antigua. Las paredes estaban adornadas con tapices y relieves que contaban historias que no conocía, pero que le parecían fascinantes.

━━━━ Ser Gwayne, ¿quiénes están en el salón? ━━━━ preguntó con una mezcla de emoción y nerviosismo.

━━━━ No lo sé con exactitud, princesa. Supongo que los Hightower estará allí para recibirla ━━━━ respondió él con calma.

Finalmente, llegaron a unas puertas grandes y ornamentadas. Gwayne las empujó con un movimiento firme, abriéndolas de par en par. La sala se reveló ante ella, amplia y lujosa, con una mesa preparada para un almuerzo que parecía haber sido pensado solo para ella.

Daenarys dio un paso adelante, esperando que Gwayne la acompañara, pero al girarse notó que él ya no estaba. Se había retirado sin decir nada. Ahora estaba sola.

Giró lentamente sobre sus talones, observando cada detalle del salón. Los candelabros brillaban, las cortinas se mecían suavemente con el aire que entraba por las ventanas, y la comida en la mesa desprendía un aroma delicioso. Pero algo le llamó la atención: el lugar estaba vacío. No había nadie esperándola.

Daenarys sintió cómo la emoción inicial se transformaba en una mezcla de confusión y decepción. Había esperado un recibimiento cálido, pero el silencio del salón era lo único que la acompañaba. Antigua seguía siendo encantadora, pero en ese momento no podía evitar preguntarse si su llegada realmente importaba tanto como había creído.

Daenarys estaba sentada a la mesa, rodeada de una abundancia que no lograba reconfortarla. Los platos frente a ella estaban llenos de frutas frescas, panes recién horneados y carnes perfectamente preparadas. El brillo del oro en los cubiertos y las copas parecía exagerado para alguien que, en ese momento, solo quería compañía. La ausencia de cualquier rostro familiar hacía que la grandeza de la sala se sintiera vacía.

Tocaba con la punta del dedo el borde de su copa, distraída, cuando el ruido de las puertas abriéndose rompió el silencio. Alzó la cabeza de inmediato, esperando encontrar a alguien que llenara el vacío de la habitación.

Un niño apareció en la entrada, caminando con paso calmado. Sus cabellos blancos brillaban bajo la luz que se colaba por las ventanas, y su piel pálida resaltaba aún más la claridad de su mirada. Daenarys se quedó quieta, observándolo con curiosidad mientras se acercaba. Algo en él le resultaba familiar, aunque tardó unos segundos en darse cuenta de quién era.

━━━━ Daeron... ━━━━ murmuró en voz baja, y un pequeño brillo de emoción se encendió en sus ojos al reconocerlo. Era su tío, pero su edad similar lo hacía sentir más como un igual que como un miembro distante de su familia.

Daeron no dijo nada. Sin mirar directamente a Daenarys, se sentó en la mesa frente a ella, tomando lugar con la misma elegancia y control que parecía rodearlo. Sin una palabra, sirvió su comida, como si su presencia allí no fuera algo especial.

Daenarys observó cada uno de sus movimientos, esperando que él dijera algo. Cualquier cosa. Pero el niño permanecía en silencio, concentrado en su plato como si ella no estuviera allí.

━━━━ ¿Tienes hambre? ━━━━ intentó romper el hielo, sonriendo con algo de timidez.

Daeron no respondió. Siguió cortando su comida, sin levantar la mirada. Daenerys sintió una mezcla de frustración y desánimo, pero no estaba dispuesta a rendirse.

━━━━ Antigua es preciosa, ¿verdad? ¿Te gusta vivir aquí? ━━━━ preguntó con entusiasmo, inclinándose un poco hacia él.

El niño hizo una pausa, como si sus palabras lo hubieran sorprendido, pero no dijo nada. Retomó su comida como si no hubiera escuchado.

Daenarys frunció el ceño, sintiendo que la ignoraban de nuevo, igual que con el caballero que la había guiado. Sin embargo, esta vez se esforzó por contener su molestia.

━━━━ Supongo que no hablas mucho, ¿no? ━━━━ comentó con una sonrisa nerviosa, intentando aligerar el ambiente.

Daeron pareció tensarse un poco, pero su rostro no mostró emoción alguna. La niña, agotada por su esfuerzo, suspiró y finalmente dejó de intentar. Tomó sus cubiertos y empezó a comer en silencio, un poco más encorvada sobre su plato.

El ambiente se sentía denso, aunque no incómodo, sino extraño. Por primera vez, Daeron levantó la mirada y observó a Daenarys. Había algo en su sobrina que lo intrigaba, algo que quería entender, pero no sabía cómo expresarlo. Abrió la boca para decir algo, pero las palabras no salieron.

Daenarys lo notó y levantó la cabeza, esperanzada de que al fin hablaría, pero Daeron volvió a bajar la mirada, como si hubiera cambiado de opinión. La niña suspiró, algo más abatida, y continuó comiendo.

En el fondo, Daeron quería hablar con ella, conocerla, pero no estaba acostumbrado a este tipo de interacciones. No sabía qué decir, y mucho menos cómo decirlo. Por ahora, el silencio entre ellos hablaba más de lo que podían expresar, aunque ambos deseaban romperlo.

La niña pinchaba pequeños trozos de fruta en su plato, moviéndolos distraídamente mientras buscaba una última oportunidad para conectar con Daeron. Había algo en su silencio que la retaba, y no estaba dispuesta a rendirse tan fácilmente. Se acomodó en su silla, sonrió con picardía y lanzó un nuevo intento.

━━━━ ¿Sabes? Creo que eres el niño más callado que he conocido ━━━━ dijo, mirándolo de reojo ━━━━ Me pregunto si estás ahorrando todas tus palabras para algo muy importante, como un discurso ante tu padre, el rey.

Daeron no respondió, pero esta vez una leve chispa cruzó sus ojos, apenas visible. Continuó comiendo con calma, como si no hubiera escuchado, aunque en su interior no pudo evitar encontrar divertido el comentario.

━━━━ O quizás estás guardando tus palabras para el próximo torneo, cuando quieras impresionar a una dama ━━━━ añadió, cruzando los brazos y ladeando la cabeza ━━━━ Aunque debo advertirte, no creo que funcione.

Daeron apretó los labios para contener una sonrisa, mirando su plato como si fuera lo más interesante del mundo. El esfuerzo por no reír era evidente, pero Daenarys no se dio cuenta.

La niña suspiró, dejando los cubiertos sobre la mesa. Había intentado de todo, desde preguntas hasta bromas, pero nada parecía atravesar la barrera que el príncipe Daeron había levantado entre ellos. Por un momento, pensó en rendirse, pero el sonido de los sirvientes retirando los platos la hizo darse cuenta de que el almuerzo había llegado a su fin.

Ambos se levantaron al mismo tiempo, y Daenarys, decidida a despedirse con algo de dignidad, buscó la mirada de Daeron. Pero él, como había hecho durante toda la comida, evitó cruzar sus ojos con los de ella.

━━━━ Bueno... gracias por estar aquí conmigo, Daeron ━━━━ dijo finalmente, forzando una sonrisa mientras bajaba la mirada a sus pies ━━━━ Aunque no hables, fue agradable compartir este rato contigo.

Daeron, que ya había empezado a girar para marcharse, se detuvo al escuchar esas palabras. Algo en el tono de su sobrina le resultó diferente. Lo que decía no era un reproche, sino un agradecimiento sincero. Lentamente, se volvió hacia ella, y por primera vez desde que había entrado al salón, la miró directamente.

La incomodidad lo invadió al notar la sonrisa tímida de Daenarys, como si ella realmente valorara su presencia. No estaba acostumbrado a recibir ese tipo de gestos. Apretó los labios, formando una línea recta, una reacción simple pero que, sin saberlo, levantó un poco el ánimo de la niña.

Daenarys le dedicó una última sonrisa y salió del salón, caminando con pasos ligeros pero llenos de pensamientos. Daeron se quedó quieto, observándola mientras desaparecía por las grandes puertas.

En su interior, algo lo inquietaba. Quería haber dicho algo, cualquier cosa, pero no podía. Hablarle a Daenarys significaba romper las reglas que habían sido impuestas, las mismas que lo mantenían atado a su deber. Sin embargo, verla allí, en un lugar donde todo le era ajeno, despertaba una extraña mezcla de curiosidad y empatía.

Suspiró, mirando hacia el vacío de la sala, sabiendo que esta no sería la última vez que compartirían un momento juntos. Aunque no podía decirlo en voz alta, tener a Daenarys en Antigua era algo diferente, y en el fondo, le agradaba.

HELLO LOVERSS!

¿Ya han visto la bella portada de Salvatore? La verdad me fascinó demasiado 💗 Agradezco demasiado a Nae <3

Creo que este fue el capítulo más corto he que escrito, pero se los recompensó con la aparición de Daeron. No saben cuánto me hubiera gustado que apareciera en la serie 😭

Pero debemos esperar muchísimo más pág conocerlo finalmente, de todos modos los años pasan volando por ende no debemos esparar tanto 🙌

A partir del próximo capítulo ya nos adentramos a lo que sería el salto de tiempo, por ende mis niños crecen 😩 y nos acercamos más a la Danza, que difícil :(

¡Les quiero agradecer por leer! Y como siempre.
¡DIGAMOS NO A LOS LECTORES FANTASMAS! 🚫

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@BILVSK_