vi. she has a temper
SALVATION
she has a temper
Seok-Woo y Sun-Hee habían logrado escapar de la estación y de los zombies, sin embargo, Soo-An había quedado separada de ellos.
Sun-Hee se encontraba sentada en uno de los asientos, tratando de procesar lo que había pasado casi una hora atrás, además de sentir unas nauseas horribles.
Seok-Woo daba vueltas en el vagón con su celular en mano, tratando de llamar a aquel amigo que iba a ser su vía de escape en Daejeon antes de que todo se fuera a la mierda.
La mujer, la única mujer allí, vio a Sang-Hwa caminar nervioso seguramente estaba pensando en su esposa. Mientras que detrás suyo, aquel chico por el cual había arriesgado su vida sin problema alguno, se encontraba llorando desconsolado.
Se tragó el miedo, le rompía el corazón verlo y oírlo de esa forma, era solo un niño a ojos de Sun-Hee.
─Hola. ─su amabilidad apareció, dejó lo que ella sentía para ayudar a un tercero. ─¿Cómo te llamas?
Sun-Hee tomó asiento junto a él.
─Yong-Guk, señora...
Por más de tener su rostro mojado en lágrimas, y considerando la situación en la que estaban, le había hablado muy suave y con respeto a Sun-Hee y eso le gustó.
─Mi nombre es Sun-Hee.
Le mostró una sonrisa de labios cerrados tratando de alivianar el ambiente.
─¿Él es su hermano? ─preguntó el chico mirando a Seok-Woo. ─disculpe, no debería importarme eso ni tampoco debería preguntarle, lo siento...
Sun-Hee lo cortó al levantar su mano frente a su rostro.
─No, Seok-Woo no es mi hermano.
Ella miro al hombre captando su atención, reprimió la sonrisa que quería dedicarle. Sun-Hee no era una persona rencorosa pero aun recordaba el egoísmo de Seok-Woo en la estación de tren.
─Es mi pareja. ─volvió a mirar al chico frente a ella. ─dime, Yong-Guk ¿estás solo? ¿estabas solo en el tren antes de todo esto?
─No, señora, yo estaba con mis amigos, con mi equipo de béisbol... pero los únicos muchachos que quedaban del equipo fueron los que murieron en la estación.
─Siento tu pérdida, Yong-Guk. ─tocó su hombro con su mano, tratando de hacerle entender que podía sentir su dolor. ─si hay algo que necesites no dudes en decírmelo.
Yong-Guk asintió con la mirada gacha, cuando de repente su celular vibró, ambos se sorprendieron pero él respondió la llamada feliz mientras decía el nombre de una chica.
─Sun-Hee. ─Seok-Woo apareció a su lado. ─ven, querida.
Le tendió su mano y ella la aceptó pero en cuanto estuvieron apartados de todos se soltó de su agarre suavemente pero dándole a entender que seguía molesta.
─Sigo enojada, no te confundas.
Seok-Woo hizo el amague de rodar los ojos pero cuando Sun-Hee lo miro con los ojos bien abiertos, como si estuviera advirtiéndole que no se atreviera, simplemente se quedó serio.
─Claro que sigues enojada, querida, conozco tu temperamento. Eres literalmente una rosa con espinas, hermosa pero peligrosa.
Seok-Woo trató de tocar la mejilla de Sun-Hee, sin embargo, ésta se apartó de inmediato.
─¿Crees que es gracioso? Seré muy amable, Seok-Woo, pero también tengo derecho a molestarme porque no puedo estar alegre las veinticuatro horas del día. ─al final subió un poco su tono de voz.
─¿Qué se supone que diga, Sun-Hee? No lo siento, trataba de ponernos a todos a salvo.
Sun-Hee apretó su puño a un lado de su cuerpo, nunca había sentido las ganas de golpear a nadie hasta ese día, simplemente no podía llevarse bien con aquellas personas.
Ella siempre había visto por el bien de todos, y aunque su madre siempre le decía que no lo hiciera porque nadie más lo haría por ella no le hizo caso. No buscaba que le devuelvan el favor, quería ayudar y hacer una diferencia.
─No tratabas de ponernos a salvo a todos. ─dijo recalcando la última palabra. ─solo a nosotros dos y nuestros hijos...
Un silencio se instaló entre ellos, el rostro de Sun-Hee cambió repentinamente al oírse a sí misma. Amaba a Soo-An como una hija aunque no lo hubiera dicho en voz alta y esta vez le salió desde lo más profundo de su alma.
Mientras que para el hijo o hija que llevaba en su vientre no mentiría diciendo que cuando se estaba haciendo la prueba de embarazo no imagino como sería sostenerlo en brazos por primera vez y la familia feliz que podrían ser. Pero por ahora a ese sueño no le veía futuro alguno debido a como estaban las cosas.
─Nuestros hijos, que no tienen la culpa de que su madre quiera ser una salvadora, mucho menos el que aún no nace y quieres arriesgar su vida junto a la tuya.
─Basta, Seok-Woo, no puedes ser tan egoísta.
─¡Entonces deja de tratar de salvar a todos, mujer!
El grito repentino de Seok-Woo le hizo dar un salto por el susto, cerró sus ojos con miedo.
El arrepentimiento golpeó enseguida al hombre frente a Sun-Hee.
─Es la segunda vez que me levantas la voz. ─murmuro ella. ─si algún día piensas en sobrepasar los gritos te aseguro que mi amabilidad se irá a la mierda y no me quedare de brazos cruzados.
Fue en ese momento que Sang-Hwa llegó a su lado de brazos cruzados y mirando sospechosamente a Seok-Woo.
─¿Todo bien por aquí?
─Sí, estamos bien, es una conversación entre mi esposa y yo.
Sun-Hee frunció el ceño y se cruzó de brazos también, su molestia aumentaba.
─Tu esposa seré el día que pongas un anillo en mi dedo y camine al altar, lo cual estoy comenzando a dudar debido a nuestras diferencias.
Sin más que decir fue caminando hacia el lado contrario a los hombres, quería y necesitaba tener unos minutos a solas para poder relajarse y traer a la Sun-Hee amable otra vez.
Pasó una mano por su cabello y soltó un suspiro.
─Sí que tiene su temperamento. ─comentó Sang-Hwa a Seok-Woo.
Pero él solamente podía pensar en lo que dijo Sun-Hee "Estoy comenzando a dudar debido a nuestras diferencias" ¿Ella estaba queriendo decir que terminarían su relación? Lo normal hubiera sido que dijera que jamás podrían casarse porque literalmente estaban en el fin del mundo pero no, Sun-Hee insinuó que terminarían.
La paz de Sun-Hee se vio interrumpida cuando su celular sonó, avisando la entrada de una llamada.
Un número desconocido se encontraba en la pantalla y tras unos segundos dudando, decidió responder la llamada.
─¿Hola?
─¡Sun-Hee! ¡Soy yo, Soo-An!
Su corazón se detuvo por un segundo, los gritos de la niña la asustaron y casi se le baja la presión de solo imaginarla en peligro.
─¿Dónde estás, Soo-An? ¿Dónde estás? ─preguntó una y otra vez desesperada.
Seok-Woo, Sang-Hwa y Yong-Guk se acercaron a ella lentamente al verla hablar por teléfono y gritar.
─¡Necesito tu ayuda y la de mi papá! ¡Estamos atrapados en un baño!
Sun-Hee se puso de pie y puso en alta voz la llamada para que los tres hombres pudieran oír el resto.
─¡Van a entrar, van a tumbar la puerta! ─reconoció el grito de otra persona.
─¿Sung-Gyeong?
Sang-Hwa tomó el celular preocupado, era su esposa.
─¡Sang-Hwa! ¡Apresúrense!
Sun-Hee oyó el grito de Soo-An pidiendo por su padre y ella, quiso llorar en ese momento y la llamada se cortó.
El silencio los inundó y simplemente quedaron mirándose sin saber que continuaba aunque algo si tenían por seguro, irían a rescatar a la niña y la mujer. Costara lo que costara.
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