iv. a good man
SALVATION
a good man
─¿Qué dijiste, Sun Hee?
Seok-woo se sostuvo de un asiento junto a él al escuchar la noticia.
Sun Hee se enderezó y bebió agua de la botella que vio a un lado de ella.
─Estoy embarazada. ─repitió limpiando las gotas de agua que había en sus labios.
Seok-woo abrió y cerró su boca sin saber que decir, no era el mejor momento para soltar esa noticia.
─Hey, amigo, creo que me debes una disculpa.
Sun Hee y Seok-woo se voltearon a ver a aquel hombre junto a su esposa.
─¿Por qué debería disculparme?
─Miren a este idiota, cerraste la puerta en nuestras narices.
─No eran los únicos en riesgo. ─se defendió Seok-woo.
─Te entregaré a esas cosas.
El hombre trato de tomar a Seok-woo del brazo.
Sun Hee dió un paso adelante rápidamente quedando en medio de ambos hombres.
─Nadie entregará a nadie ¿entendido? ─la mujer miro a ambos hombres. ─estamos en medio de algo importante, señor, porque si no se dió cuenta acabo de decirle a mi pareja que estoy embarazada, denos un minuto.
Sin más que decir, y dejando al hombre con la boca abierta, Sun Hee y Seok-woo se fueron al final del vagón siendo seguidos por Soo-An en silencio.
─¿Qué vas a decir al respecto? ─Sun Hee señaló su estómago.
─No lo sé, yo no sé que decir. No creo que sea el mejor momento.
─¿Y tú crees que yo pienso eso? Claro que no, hasta hace dos minutos éramos personas normales viajando y ahora estamos corriendo de esas cosas que podría catalogar como zombies, ¿es esto un scape room acaso? ¿un experimento social? ¿seguro que compraste los tickets correctos?
Sun Hee se calmo cuando Soo-An tomó su mano desde atrás de ella, volteó y le mostró una pequeña sonrisa a la niña en agradecimiento. No se había dado cuenta de que no casi no respiraba por lo rápido que hablaba.
─Atención, por favor. Debido a nuestra situación actual, no nos detendremos en Cheonan. Para su seguridad, por favor, permanezcan en sus asientos.
En cuanto la persona termino de hablar a través del parlante que se encontraba en el vagón, el celular de Seok-woo comenzó a vibrar en su bolsillo.
"Madre" la pantalla indicaba al remitente de la llamada.
Seok-woo atendió la llamada mientras que Sun Hee y Soo-An tomaban asiento justo a su lado.
─¿La abuela está bien? ─Soo-An pregunto mirando a la mujer frente a ella.
Sun Hee miró a Seok-woo, por su rostro se daba cuenta de que algo andaba mal y cómo le preguntaba repetidamente a su madre si estaba bien y qué sucedía.
─Estoy seguro que sí, ella es una mujer muy fuerte.
─Tú eres una mujer fuerte, Sun Hee, la abuela es mayor y siempre dice que sus huesos duelen ¿estará bien en casa sola?
Sun Hee apretó sus labios y acarició la mejilla de la niña que se tiró hacia delante para poder abrazarla.
Seok-woo miro a la mujer estático, ni siquiera él sabía que había ocurrido en esa llamada pero estaba seguro de que su madre no estaba bien.
Sun Hee estiró su mano, mientras que con la otra acariciaba el cabello de Soo-An, y Seok-woo la tomó fuertemente.
Para Seok-woo Sun Hee siempre había sido su ancla, aquella persona que lo mantenía a flote y evitaba que se ahogara en la locura de sus días. La amaba inmensamente.
Sun Hee había visto algo en él que muchos no sabían, se había enamorado de Seok-woo con intensidad al descubrir como era él realmente.
Sin que se dieran cuenta el tren comenzó a bajar su velocidad, habían llegado a Cheonan.
Sun Hee tenía a Soo-An en su regazo, a su lado iba Seok-woo de pie, todos estaban atentos a las ventanas.
De repente las personas comenzaron a aparecer golpeando los vidrios frente a ellos, Sun Hee dió un salto del susto y enseguida se puso de pie con la niña. Docenas de personas los veían a través de las ventanas.
Pero esas personas no duraron mucho cuando más de los zombies saltaron sobre ellos dejando a la vista un espectáculo de sangre y horror.
Sun Hee volteó a Soo-An y la abrazó, Seok-woo tomó por la cintura a la mujer y la atrajó a él, sabía de lo asustada que deberían estar ellas dos y por eso trataba de demostrarse fuerte y sin miedo aunque en el fondo lo sintiera.
Más adelante cuando les avisaron que podrían salir del tren, Soo-An se había sentado a orden de su padre para que esperara ya que la fila no estaba avanzando mucho.
─Señora, venga, tomé mi asiento.
La niña le cedió su asiento a la mujer de mayor edad, Sun Hee sonrió al verla le recordaba a sí misma de joven.
Sin embargo, Seok-woo miraba totalmente perplejo la escena.
Cuando lograron avanzar un poco, Seok-woo se arrodilló a la altura de la niña.
─Soo-An, no tenías porque hacer eso.
Sun Hee frunció el ceño confundida.
─¿Hacer qué? ─pregunto la mujer con sus manos en los hombros de la niña.
─Darle su asiento a esa mujer.
Seok-woo respondió mirándolas a ambas, quería que el mensaje también le llegará a Sun Hee.
─Pero Sun Hee dice que está bien ser amable con las personas, en especial si son de mayor edad. La abuela siempre tiene dolor en las rodillas.
─Lo sé, Soo-An, hay que ser amables pero no está mal pensar en uno mismo. Especialmente ahora debes pensar en ti misma.
La niña se encogió de hombros.
─No me molestó darle mi asiento a la señora.
Sin más que decir allí quedó la conversación, Sun Hee levemente molesta por como Seok-woo le enseñaba a su hija a tratar a las personas.
El tren comenzó a moverse, confundiendo a los pasajeros, cuando avisaron que podrían bajar en la siguiente parada y no en esa.
Seok-woo extendió la mochila de su hija a Sun Hee y se marchó, dejándolas solas.
─Oye, pequeña.
Ambas se voltearon a ver al hombre, otra vez el mismo.
─Mi nombre es Soo-An, ella es Sun Hee. ─aclaró la niña.
─Yo soy Sang-Hwa. ─el hombre colocó una mano en su pecho. ─y ella es mi esposa, Sung-gyeong. ¿El es tu papá?
Sun Hee frunció el ceño por el repentino interés de Sang-Hwa pero no interrumpió la charla.
─Sí, su nombre es Seok-woo.
─¿Y cuál es su trabajo?
Sung-gyeong golpeó a su esposo disimuladamente aunque Sun Hee vio esto. Se alegró de que la mujer lo pusiera en su lugar.
─Es un gestor de inversiones.
─Gestor de inversiones, oh.
Sun Hee notó que el tono de voz de Sang-Hwa era casi de burla.
─Sí, Seok-woo es gestor de inversiones y un buen hombre. ─interrumpió Sun Hee.
─Dicen que esos son la peor clase de sanguijuela que existe, se alimentan de otros.
Sun Hee abrió su boca ofendida.
─Señor por favor tenga algo de respeto, hay una niña presente. Comportese como una persona acordé a su edad.
Sung-gyeong le dedicó una mirada de furia a su esposo y se disculpó con Sun Hee.
─Está bien, es lo que todos piensan.
Las palabras de la niña desconcertó a los tres adultos.
─Soo-An, no está para nada bien. Una cosa es ser amables con los ancianos y otra es tolerar comentarios de... personas como el señor de aquí.
Sin importar que pasará, Sun Hee no se atrevería a insultar a un desconocido y el día que lo hiciera sería porque algo realmente grave sucedió.
─Quédate aquí, iré a ver donde se metió tu padre.
Soo-An asintió.
─Sun Hee está embarazada ¿Será su barriga como la de usted, señora?
Oyó a Soo-An hablar con Sang-Hwa y Sung-gyeong, un escalofrío lo recorrió y recordó que pronto un bebé comenzaría a crecer en su interior.
Miró hacia abajo, aún no se notaba su embarazo, pero estaba aterrorizada.
Se alejó tratando de no pensar más en eso, Seok-woo andaba vagando por los vagones como si no hubiera unas cosas tratando de comerlos y eso la volvía loca de preocupación.
─Seok-woo, aquí estás.
Sun Hee llegó por detrás de él y lo abrazó, rodeándolo con sus brazos por la cintura.
─Sun Hee, querida, buenas noticias.
Él se volteó y apoyó su frente en la de la mujer.
─Un viejo amigo vendrá por nosotros al llegar a la próxima parada, estaremos bien.
Sun Hee sonrió.
─¡Eso es genial! No deberíamos separarnos del resto, entonces, ellos también van a estar emocionados de oír la noticia.
La mujer besó castamente los labios de Seok-woo para luego dejar el vagón y volver con la niña.
Mientras que Seok-woo la miraba atónito debido a que ella no había entendido a qué se refería, solo ellos tres estarían a salvó no todos los pasajeros.
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