Saltar desde un avión portando paracaídas era algo propio de documentales, noticias o tus sueños. Ahora eso se hizo realidad gracias a tu profesor de Educación Física que te impuso dos opciones: reprobar la materia o saltar en paracaídas.

A más de cinco mil metros y luego de una breve instrucción, el piloto del avión da el visto bueno para que pongas a prueba tu valentía. El instructor abre la puerta y tú te alistas. La presión atmósfera es baja y sientes un aire gélido que sacude tu cuerpo.

Finalmente saltas del avión y sientes que el aire golpea tu cara. Tu cuerpo cae a diez metros por segundo. Y justo a la altura precisa, tu paracaídas no abre.

A) Abrir los brazos como águila.

B) Deshacerte del paracaídas defectuoso.

C) Intentar abrir la reserva.

D) Maldecir a tu profesor.