
A
Elegiste la opción A. Veamos qué sucedió.
Cuando se ausentaron por segundos, te paraste de la silla, te agachaste y, con un salto brusco desde el suelo, rompiste la cinta de tus pies. Para liberar tus manos hiciste presión hacia delante y la cinta se rompió. De inmediato, abandonaste la covacha por una ventana.
Uno de los secuestradores regresó y se tropezó con unas esposas. El otro fue abatido a tiros cuando intentó escapar.
Pasa al siguiente caso.
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