Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Prólogo

La aburrida joven miraba la lista de películas que había guardado para días de ocio como este. Se sentó debajo de las sábanas de su cama, ya que en esa época del año hace muchísimo frío, y comenzó a ver el filme. Se entretuvo picoteando las golosinas que trajo para calmar su hambre mientras la cinta avanzaba de forma un tanto inesperada.

Había conocido a varios personajes en unos reducidos minutos de película y ahora mismo en la pantalla había vuelto a aparecer uno de los primeros que se presentó; el protector del villano. No tuvo una impresión muy fuerte de él en la primera escena que se mostró, ya que parecía que no volvería a aparecer hasta bien entrada la historia, sin embargo, ya había vuelto a ser mostrado y esta vez se agregaron algunos factores que posibilitaron al espectador conocer más acerca de su personalidad.

—Oh, ¿cómo puede ser tan arrogante? Es obvio cómo va a acabar al final. —Comentó en la soledad de su cuarto y luego se dirigió al personaje que no podía oírla—. Hey, pequeño villano, no cantes victoria, subestimar a tu oponente es lo peor que puedes hacer.

Pronunció esas palabras mientras veía la actitud altanera del hombre de cabellos largos y oscuros como la obsidiana a través de la pantalla de su computadora.

Cuando lo vio por primera vez, él llamó su atención debido a su diseño, pero luego lo olvidó al pensar que sería un personaje incidental y sin mayor relevancia en la trama. Ahora que ha vuelto a aparecer, sabe que sus pensamientos iniciales estaban equivocados y se concentró más en analizar al personaje, pero al ver su mala actitud, negó cualquier pensamiento favorable de inmediato e intentó con todas sus fuerzas buscar todas las fallas posibles en él, buscando una razón para odiarlo. Y, sumado a eso, se convencía de que su actitud tan hostil hacia él era debido a que se suponía que era uno de los villanos.

—Los desarrolladores del guión de la película lo han creado para que lo odiemos, ¿no es así?

Pero ella misma sentía que no podía hacerlo por más que se lo propusiera. Intentó, pero pronto se dio cuenta que le era imposible.

Él era el primer personaje antagonista que lograba agradarle en lugar de serle indiferente.

Varios minutos pasaron y el filme avanzó mostrando el viaje de los protagonistas y su acercamiento en el mismo, porque, por supuesto, era una película de romance. No había vuelto a ver a ese personaje que le dejaba en conflicto, por lo que estaba interiormente aliviada. Justamente cuando se encontraba pensando que no volvería a aparecer en la película, al menos en mucho tiempo, se mostró su silueta en la siguiente escena.

La animación era muy buena, la iluminación estaba bien lograda y los movimientos de los personajes eran fluidos. Sin darse cuenta, quedó contemplando embelesada como el hombre que era un villano miraba sus dedos mientras soltaba elegantemente palabras rebosantes de confianza en sí mismo al retar a su oponente a una pelea. Lastimosamente, se trataba de la protagonista y ella sabía cómo iba a terminar todo eso.

—He de admitir que su piel se ve hermosa. —Murmuró complacida cuando vio los movimientos tan hermosos del hombre en la pantalla, mas pronto negó con la cabeza—. ¡Oh, eso no importa! ¿cómo podría interesarme por algo tan superficial?

Cortó sus palabras y decidió concentrarse en la pelea. Mientras miraba la escena maravillosamente animada, sintió que esta vez, para ser un personaje secundario —casi completamente incidental—, él había logrado mucha ventaja en la pelea. Incluso llegó a pensar por un momento que él ganaría, pero al final no fue así. En un descuido suyo, la protagonista logró vencerlo con su artefacto mágico.

—Incluso aunque sabía que terminaría así... —murmuraba sin fuerzas mientras aguantaba la molesta sensación de pérdida que sentía—. ¡No puedes morir así! ¿Me oyes, ...-? —exclamó aguantando las lágrimas—. Oh, no sé tu nombre, en ninguna parte de la película se menciona —comentó con un tono de voz suave y bastante apenada, como si se disculpase con alguien—. ¡Ah! Ni siquiera se molestaron en ponerte un nombre. —Se lamentó.

Después de eso negó molesta. Sintiendo que sus ojos estaban un poco calientes, desvió su atención de ellos y planeó buscar el nombre del chico derrotado en los créditos al finalizar la película. Contenta con esa decisión, siguió mirando el filme, pero a momentos seguía apareciendo ese sentimiento de pena y vacío.

—Y pensar que no me gustabas en un inicio... —soltó de pronto con tremenda sinceridad las siguientes palabras—. Es una lástima que murieras así.

No entendía porqué se compadecía tanto de un personaje del que ya sabía el final desde un comienzo. Pensó en que se sentía un poco identificada con él, quizá por su personalidad o algo más, pero sabía que había algo que le hizo sentirse así por él.

Después de la muerte de ese personaje perdió las ganas de seguir viendo la cinta, pero se aguantó y continúo viéndola por simple curiosidad. Esperó hasta el último minuto y vio que no hubo un final feliz de inmediato, pero técnicamente lo hubo. Claro que esto era solo para los protagonistas, los villanos fueron castigados por sus pecados, como debía ser.

Aunque esperó hasta finalizar la película, no aparecía el nombre de ese personaje en los créditos, solo unas dos palabras que supuestamente debían describirlo; Pequeño general.

—Vamos, ¿no tenían un nombre mejor? No, eso ni siquiera es un nombre, es un concepto para crear a un personaje.

Y así acabó esa noche de cine en su hogar.

Años después.

Agarré con fuerza el chaleco que llevaba puesto, justo en la zona de mi pecho en dónde se encontraba ese órgano tan importante encargado de bombear sangre a todas partes del cuerpo. Mi corazón dolía mucho. Sentí repentinamente que dicho órgano se partía a la mitad y fue demasiado como para soportarlo. Y no, no fue porque me estuvieran rechazando.

Me encontraba sola en mi habitación y estaba acostada muy cómoda en mi cama, pensando, cuando de repente me asaltó este dolor. Aunque estaba agonizando, no podía gritar. A este paso, pensaba que moriría sin que nadie se diera cuenta.

Y así fue.

Las lágrimas llenaron mis ojos y jadeé por el sufrimiento. Quería cerrar los ojos y gritar a todo pulmón para que alguien viniese a ayudarme, pero las palabras no salían. Tan solo el respirar dolía un montón. Cuando sentí que estaba llegando al punto máximo de mi dolor, fue que dejé de sentir mi cuerpo. Mi conciencia se apagó y caí desmayada.

Esa fue mi muerte.

Pero, para mi completa sorpresa, volví a abrir los ojos. Y no solo eso. Mi corazón ya no dolía, como si el sufrimiento que me hizo llorar antes hubiese sido una mentira, una mera pesadilla.

No comprendí en ese momento qué estaba pasando. Miré a mi alrededor bastante alterada, pero una extraña tela obstaculizaba mi vista. Sentí que estaba en movimiento, pero no podía averiguar en qué ni el porqué. Cuando el movimiento se detuvo, escuché a dos adultos discutir en susurros. Una de las voces era de una mujer y la otra pertenecía a un hombre, pero no comprendí el mensaje que se murmuraban el uno al otro. Era un idioma extraño el que hablaban, pero, por alguna razón, lo sentía familiar.

Pasaron unos segundos de eso y pude ver una mano colarse por la tela que me impedía ver. Entonces observé un brazo grande y velludo dejar un trozo de papel. Una alarma sonó en mi cabeza, pero decidí ignorarla para recaudar más información.
En lugar de fijarme en el papel que habían dejado sobre mí, miré con cuidado el rostro que se dejó ver por descuido. Era un hombre adulto, su piel estaba bronceada por el sol y se dejó crecer un bigote que se me hacía divertido. A penas se dió cuenta que lo miraba a los ojos, me sostuvo la mirada con pena y retrocedió. Hace tiempo descarté que eso fuera un secuestro y su actitud hacia mí me lo confirmó. La mujer detrás de él le señaló la tela y él volvió a acomodarla de modo que yo no pudiese ver. Luego, uno de ellos golpeó una puerta cercana y sentí sus pasos alejarse rápidamente. Parecían huir de algo.

—Espera, no es momento de jugar al rin rin raja*... —Pensé para mí, puesto que no podía hablar—. Siento como si me acabasen de abandonar...

(*Rin rin raja: es un juego o una especie de broma pesada en dónde tocas el timbre o golpeas la puerta de una casa para luego salir corriendo)

Sin nada más que hacer, presté atención al papel que se dejó sobre mi barriga. Quise ignorar la pregunta que apareció en mi mente en ese momento y seguí inspeccionando con la vista el pergamino recortado. Si, no se trataba de ese papel que había visto en mis cuadernos anteriormente, este lucía como un papiro.

Fue en ese momento de confusión que sentí algo mojar mi parte inferior. Estaba sumamente avergonzada por este cuerpo que no se pudo controlar y sin darme cuenta estaba llorando a gritos. Nunca había llorado así en mi vida. En ese momento, escuché a alguien abrir una puerta cerca de mí. Esa persona masculló palabras que no entendí y sentí que el lugar en el que estaba se alejaba de mí. Era como si me estuvieran levantando del suelo. Pronto me di cuenta que mi pensamiento no estaba alejado de lo que ocurría.

—Oh, realmente me han abandonado y, no solo eso, me dejaron en la puerta de alguien más para que se hiciera cargo de mí. Es una escena un poco repetitiva en varios cuentos, pero esto es nuevo: Esta persona no me quiere adoptar y también me va a abandonar.

Adiviné lo que estaba ocurriendo como si no tuviese nada que ver conmigo.

Aquella desafortunada y desalmada persona me tomó y me dejó en otro sitio. Esperé, pero quién sea que me haya cargado hasta aquí, se fue y no volvió. Me quedé esperando. No hay nada más que pueda hacer, pensé, y de hecho era así.
Me mantuve quieta por mucho tiempo. Quería maldecir en voz alta, pero no podía. Y esperando durante tanto tiempo sin nada que hacer, mi mente se aburrió y me durmió. Con el tiempo, desperté por el hambre, sin saber cuánto tiempo había transcurrido desde que me abandonaron dos veces consecutivas.

Me había convertido en un bebé. Todos estos comportamientos vergonzosos que había experimentado se debían a eso. No sabía cómo y mucho menos el porqué, solo sabía que había vuelto a ser un pequeño y ruidoso bebé.

Seguí lloraba fuertemente por el hambre hasta que sentí pasos correr hacia mí. Con un poco de miedo, contuve el llanto. Con sumo cuidado, una mano femenina abrió la tela que cubría la cuna de mimbre en la que me encontraba y me miró con sorpresa unos segundos para, posteriormente, sacarme de ahí y sostenerme en sus brazos.

Sin saberlo, había encontrado a mi nueva familia.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro