Capítulo VIII
Los siguientes días transcurrieron con mucha tranquilidad y antes de que me diera cuenta ya faltaban solo tres días para el baile en el palacio.
El Duque me había dado un día libre así que decidí quedarme en casa. Baje de mi habitación y fuí al piso que usábamos cómo tienda, allí me encontré con mi madre, quién estaba en la recepción esperando a que llegara algún cliente como siempre, y también ví a Tina sentada en un mueble que estaba en una esquina de la tienda.
-Buen día madre -Salude amablemente acercándome a ella y luego me senté en una silla que estaba junto al mostrador.
-¿Hoy no vas a entrenar con los caballeros? -Pregunto mi madre.
Negué moviendo la cabeza.
-Estoy en mi día libre -Dije tranquilo.
-Seguro que todas esas palabras que decías eran mentiras -Dijo mi hermana, con un tono desafiante.
Tina estaba sentada en uno de los muebles que teníamos casi en el rincón más apartado de nuestra tienda.
—Ningún noble aceptaría que un plebeyo se uniera a sus caballeros.
Ignore el comentario de mi hermana y en silencio camine hacia ella y me pare a su lado, dándome cuenta que ella estaba haciendo varios bocetos y diseños de vestidos en su libreta.
-¿Ya tienes un vestido preparado para el baile? -Le pregunté con un poco de seriedad.
Mi hermana me miró perezosamente y con duda.
-¿Acaso no te dije que conseguiría una invitación? -Le dije poniendo mi mano en su cabeza mientras le sonreía- ¿O acaso no confiaste en tu hermano?
Tina me miro fijamente mientras su rostro comenzó a iluminarse poco a poco junto con una gran sonrisa.
-¡¿De verdad conseguiste una invitación?! -Exclamó emocionada.
Asentí moviendo mi cabeza.
-Espero que ya tengas un vestido preparado.
-Claro que sí -Dijo emocionada y me tomó de la mano, llevándome hacia un closet-. ¡Ya tenía tres vestidos preparados desde antes!
Rápidamente saco tres vestidos del closet y se los coloco a unos maniquíes.
-¡¿Que te parecen?! -Me preguntó llena de orgullo por su trabajo.
Mire los vestidos, eran diferentes a lo que se solía usar en este mundo.
El primero era un vestido de un color rosa suave con una parte superior de terciopelo rosa con detalles de rosas de seda en relieve. La cintura tenía una banda rosa de satén y las mangas eran muy cortas con detalles de rosas de seda. Por último, la falda tenía varias capas de tela de un color blanco que hacía un buen contraste con las partes rosadas del vestido.
El siguiente vestido era de un color verde brillante con una parte superior de seda blanca y un listón verde en el cuello. Las mangas llegaban solo hasta los hombros y por último la parte de la cintura era muy delgada y estaba decorada con pequeños detalles de color dorado.
Y el último vestido era de un color negro hecho con tela sedosa y brillante. La parte superior del vestido tenía un escote en forma de corazón que dejaba ver los hombros de la mujer. La cintura del vestido era delgada y contaba con una banda de tela negra. Y por último, la falda caía como una cascada hasta el suelo, pero, tenía una apertura lateral a mitad del muslo.
—Ni creas que dejaré que uses esto... —Le dije a mi hermana. Le quite el vestido y lo guarde en el armario.
—¡¡¡Que!!! ¡¿Pero por qué no?! —Exclamó—. Escucha, ¡este es un diseño innovador! La falda está hecha por varias capas de tela sedosa y brillante para crear un efecto de movimiento y elegancia. También la apertura que tiene en las piernas añade un toque de sensualidad y permite una mejor ventilación en todo momento y hace que caminar sea mucho más cómodo...
Le tape la boca a Tina con mi mano y le dije:
—Ya dije que no usarás eso.
Ella me miró molesta e hizo un puchero.
—Entonces usaré este... —Dijo eligiendo el segundo vestido.
Tina guardo el vestido rosa junto con el negro y luego comenzó a modificar un poco el vestido que escogió para añadirle detalles más "sostificados".
—¿Deberia añadirle un par de guantes blancos? —Me pregunto emocionada—. ¿O que tal un sombrero?
—Si, si... Cómo sea... —Dije, aburrido de verla hablando de esa manera.
En un momento Tina se separó del vestido y se paró muy rectamente, luego se volteo hacia mí.
-¡¿Y tú con que irás vestido?! -Exclamó, preocupada.
-Con mi uniforme -Respondí despreocupado.
Ella me miró fijamente, cruzo sus brazos y dijo:
-¿No será que te dieron esa "invitación" si trabajabas como sirviente en el palacio? -Preguntó mirándome con duda.
Ese comentario me molestó un poco y rápidamente me puse de pie, camina hacia mi hermana y le pellizque sus mejillas.
-¡Niña tonta! Yo formó parte de una orden de caballeros. Iré como compañero y escolta de la hija del noble al que sirvo.
Tina no se quedó sin hacer nada y también comenzó a pellizcar mis mejillas mientras me decía varias cosas absurdas sobre mi posible vestimenta y sentido se la moda.
Y mientras que mi hermana y yo "peleabamos" alguien tocó la puerta de nuestra tienda.
La campana que estaba detrás de la puerta tintineo cuando la persona entró.
-Bienvenida a nuestra tienda -escuché decir a mi madre con amabilidad-. ¿Que es lo que buscaba?
Cómo estaba discutiendo con mi hermana no me di cuenta de quién era el cliente hasta que escuche sus pasos justo detrás de mí.
-Asi que... aquí es donde vives... -Escuché a alguien detrás de mí y justo al instante supe quién era.
Suspiré con pesadez mientras soltaba a mi hermana y la empujaba levemente para que volviera a sentarse en uno de los muebles, luego me gire hacia la persona que me había hablado.
-¿Que haces aquí Zelphine? -Pregunté parandome frente a ella con mis brazos cruzados.
Ella solo me miró y sonrió.
-¿Como encontraste mi casa? -Le pregunté.
Aunque me había unido a los caballeros del Duque Dimitrov y le había dicho que yo era un plebeyo nunca le dije en que parte de la ciudad vivía.
-Le pedí a mi padre que enviara a un grupo de caballeros a seguirte... —Dijo restándole importancia a sus palabras.
Luego de decir eso, Zelphine, dejó de mírame y volteo a ver a mi hermana.
-¿Quien es ella? -Preguntó, con un tono molesto mientras la miraba fríamente.
-Es mi hermana menor —Respondí, interponiendome entre Zelphine y Tina.
Zelphine suspiró y pasó a mi lado para sentarse en otro mueble, que estaba justo frente al mueble en dónde Tina estaba sentada.
-¿Por qué no fuiste a entrenar hoy? —Me preguntó, cruzando sus brazos.
-Hoy es mi día libre.
Ella me miró arqueando una ceja.
-Faltaste a tu entrenamiento la mayor parte del mes, ¿Aún así quieres un día libre? —Preguntó frunciendo el seño— Ademas sé suponía que debíamos practicar para el baile.
-¿Practicar? —Le cuestione con un tono sarcástico. Durante varios días la Duquesa estuvo enseñándonos a Zelphine, Fylia y a mi a bailar adecuadamente— Ya nos hemos aprendido todos los bailes correctamente.
Zelphine se molestó mucho más luego de mi respuesta y dijo:
-¡Eres mi compañero! —Exclamó, mirándome fijamente—. Lo ideal sería que estuvieras practicando conmigo hasta el día del baile.
Ella continúo expresando lo molesta que estaba conmigo, mientras mi madre nos miraba con una expresión confundida y Tina simplemente nos ignoraba.
—Arg... ¡Bien, bien, bien! —Dije ya cansado del "berrinche" que estaba haciendo Zelphine—. Mañana iré a practicar contigo.
—¡¿Enserio?! —Exclamó alegre, poniéndose rápidamente de pie.
Ella caminó hacia mí y me miró de pies a cabeza.
—Sí, definitivamente te quedará bien.
—¿Qué me quedara bien? —Le pregunté.
—El traje que hice que confeccionarán para tí.
"¿Hizo que confeccionarán un traje para mí?"
—¿Cómo rayos... —Dije entre dientes, ¿en qué momento tomó mis medidas?
Zelphine se puso de pie para irse pero antes de salir de nuestra tienda se detuvo junto a mi madre.
-Tenga, esto es para usted -Dijo entregándole un sobre.
Luego de eso se fue sin decir nada más.
Pasaron varios segundos de silencio hasta que Tina hablo:
-¡¿Quien era esa chica?! -Me preguntó agitando mi brazo una y otra vez-. Ese vestido y esas joyas claramente eran de alta clase.
Pensé que Tina no se había fijado en Zelphine ya que no la había visto directamente en ningún momento.
—No hay muchos nobles capaces de comprar cosas así... ¿Cómo es que conociste a alguien así?
Tina me hizo un monto de preguntas sobre Zelphine en solo unos segundos.
Ignore a mi hermana y camine otra vez a dónde estaba mi madre, quien estaba mirando el sobre que Zelphine le había dado.
-¿Y eso... Es una carta? -Le pregunté pero no obtuve respuesta.
-Este sello... -Dijo ignorandóme, mientras observaba la carta fijamente- ¿Dimitrov? Creo que he escuchado ese nombre antes...
Mi madre se quedo mirando el sobre durante casi un minuto entero hasta que finalmente reaccionó.
-¡¡¡El gran Duque Dimitrov!!! -Exclamó conmocionada.
-¡¿Qué?! -Exclamó Tina al escuchar a nuestra madre- ¡¿El Duque Dimitrov?! -Dijo mirándome-. Es uno de los Duques más importante del imperio ¿cómo lograste involucrarte con alguien así?
-Solo me uni a su orden de caballeros.
-¡Mentiroso! Incluso caballeros con ascendencia noble tienen muy pocas oportunidades para entrar a los caballeros Reales, lo mismo pasa con las órdenes de caballeros de los Duques.
-¿Que dice la carta? -Le pregunté curioso. No entendía por qué Zelphine le había dado la carta a mi madre si había venido a verme.
Mi madre comenzó a leer la carta y luego de un rato respondió mi pregunta.
-Es una invitación a su casa...
==== Fin Del Capítulo ====
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