Cap. 5
Diana Cavendish Pov
Hace treinta minutos atrás
—No puede salir de la mansión, hasta que la ciudad sea segura de nuevo —cierra la puerta en mi rostro, clausurándola con llave.
Suspiré resignada, despojando de inmediato mi celular al rememorar lo sucedido con anterioridad, sin embargo, volví a suspirar exasperada cuando la barra de la señal se encuentra inhabilitada, escuchando en ese momento en mi televisión encendida, que la antena ha sido destruida por el ¿dragón? Que amenaza la ciudad.
No lograron contactarme con mis amigas para saber acerca de su bienestar, me senté en el sillón frente a mi televisor, moviendo mi pierna derecha de forma inquieta debido a mis pensamientos de la seguridad de mis amistades.
¿Y si les ocurrió algo? No vi a Amanda cuando salí del instituto. ¿Se habrán ido tan rápido? Espero que sí.
''La criatura está derribando todo a su paso. Las policías y militares se están preparando para atacar, pero en un área tan cerrada, no podrán hacer bien su trabajo''
En la pantalla enseño a algunos oficiales disparándole al dragón, pero las balas no lograron atravesarlo. Mire asombrada y confundida ese hecho, pensando... ¿de donde pudo haber salido?
Los dragones fueron extintos hace millones de años... no, espera un momento, ¿Existieron en primer lugar? Los fósiles de los dinosaurios demuestran su existencia, y hubo algunos que nombraron como dragones, pero ninguno tenía un parentesco como en las imágenes. Otros dicen que simplemente se tratan de mitos y leyendas, nada real.
Sin embargo... ¿Qué están viendo mis ojos?
''¡Retrocede! ¡Retrocede!''
Grito la reportera al piloto del helicóptero, antes de ser fulminados por el fuego expulsado desde la boca del dragón. El helicóptero dio vueltas en el aire, esquivando el ataque de la criatura. Los militares intentan hacerle daño con sus armas, pero nada le hace efecto.
Su armamento no traviesa las escamas del dragón.
Me puse de pies, caminando con preocupación a mi cama. Antes de lanzarme sin cuidado y desordenar el arreglado de las sabanas, observe una pequeña caja rectangular de color negro con bordados y letras doradas, levantando extrañamente una ceja ante el repentino objecto encima de mi cojín.
Lo tome en mis manos, dándole la vuelta para encontrar alguna etiqueta de quien pudo haberlo traído.
Tal vez... ¿Un regalo de mis padres por encontrarse tanto tiempo fuera?
—Levanto mis hombros, no dándole mucha importancia—
Abrí la caja, dejando la tapa encima de la cama, quedando mas confundida que antes al contemplar una... ¿varita? De la misma tonalidad oscura con diseños amarillentos. La examine detalladamente, tratando a la vez de descifrar lo escrito fuera de la caja.
¿Qué clase de idioma es este?
—Entrecierro mis ojos, inspeccionando la varita con más detenimiento—
''¡La ciudad de Londres, está en peligro! ¡Nadie salga de sus casas! ¡Repito! ¡Nadie salga de sus ca- ¡Ah! ¡¿Qué es esa cosa?!''
El animal nuevamente escupió fuego, pero en forma de bolas, impactando en los edificios evacuados; por suerte. Camine apresurada a observar lo que sucede en la televisión, mirando con preocupación a las personas que aun no desalojan ciertos lugares.
Un brillo proveniente en mis manos llamo mi atención enseguida, bajando la mirada para divisar con dificultad a la varita empezar a cegar mi vista. De repente, la luz desapareció, desconcertándome completamente.
¿Qué clase de juego tonto es este?
Nuevamente un brillo capto mi atención, virando a ver a la tapadera en la caja alumbrar con intensidad. Me puse de pies enojada, agarrando la tapadera con furia y molestia, no soportando que me estuvieran tomando el pelo con una ridícula baratija.
—¿Qué es lo que quieres ahora?
Arquee una ceja cuando las palabras que no logre descifrar, comenzaron a acomodarse, dándole mas entendimiento ante mis ojos. Quede estupefacta, no creyendo lo que veo en este momento, sin embargo, no la solté y leí con algo de dificultad lo escrito con la varita aun sujeta en mi mano derecha.
—Luz... de la... oscuridad... ¿Transfórmame?
¿Qué clase de ridiculez es esta? No tengo tiempo para esto, debo tratar de contactar con mis amigas para sab-
Súbitamente un resplandor me cegó, cerrando los ojos y soltando un ligero quejido de molestia al instante, abriéndolos al este desvanecerse segundos después.
Observe con indiferencia la varita en mi mano, sintiéndome un poco extraña y... diferentes.
Baje la mirada, sorprendiéndome del cambio de mi vestimenta. Entre en pánico tirando la varita en la cama, corriendo al baño de mi habitación para contemplarme con sorpresa y extrañes en el espejo, colocando mis manos en las mejillas, jalándolos un poco.
¿Esta... soy yo...? Pero, ¿Cómo...?
M-mi cabello no es negro... m-mis ojos ta-tampoco... ¡¿Qué acaba de suceder?!
—Suelto un nuevo quejido de dolor, sujetando mi cabeza con fuerza—
¿Qu-que sucede...? ¿Po-por qué me duele la cabeza de repente?
—Inhalo y exhalo repetitivamente, calmando el dolor pulsante. Pero sorprendiéndome al llegar unas clases de... palabras a mi mente, quitando la molestia en un chasquido de dedo—
Me puse de pies, apoyándome en el borde de mi lava manos. Me mire nuevamente en el espejo, notando un gorro de... ¿bruja? En mi cabeza con una cinta gris. Camine unos pasos hacia atrás, contemplándome completamente mi nueva vestimenta.
Un vestido negro con bordados oscuros y trasparente en las mangas, teniendo un largo que llega a mis rodillas, siendo compuesto por una correa de la misma tonalidad envuelta en mi cintura. En mis pies cargo unas botas del mismo color con unas suelas bastante cómodos a mi parecer.
Suspire profundamente, tratando de entender esta locura. Camine a mi habitación con la mirada baja, observando de reojo la varita en mi cama con un resplandor poco cegador como el anterior. Me acerque insegura, tomándola nuevamente en mi mano derecha, rememorando esas palabras... que aparecieron en mi mente como un... relámpago.
Me senté en la cama, escuchando los gritos desesperados de las personas siendo captadas por las diversas cámaras. Cerré mis ojos y agarre mi cabeza, sintiendo como una llama se encendió en mi pecho, entregándome ese valor que necesito.
—Miro la varita—. Espero... no me decepciones.
.
.
.
Presente
Encontrándome arriba de un edificio, lance una especie de... ¿Conjuro? Contra el dragón, impactando en su pecho, causándole un daño severo que lo hizo retroceder y caer de espaldas.
Sonreí complacida y emocionada... no conteniendo esa adrenalina que recorre en mis venas.
¡Esto es un sueño! ¡No puedo creer lo que hice!
—¡Esto es increíble! —levanto mis brazos en alegría.
Al encontrarme desconcertada, no me percate de que se había levantado. Recibiendo un golpe con su palma que me envió a uno de los edificios en construcción, recitando un conjuro de inmediato ante de impactar, protegiendo mi cuerpo de unas posibles fracturas.
Parpadee perpleja, escuchando un fuerte rugir que se extendió en toda la ciudad. Me puse de pies, sacudiendo el polvo de mi vestido.
Acabo de atacar... pero, ¿Cómo puedo vencerlo? Dudo que esos hechizos son lo suficientemente fuerte como para derribarlo, aunque... no creo que soy yo la que no es suficientemente fuerte como para acabar con lo que inicie. Soy una tonta...
Observe el dragón moverse, caminando lentamente a la torre del reloj. Llamado ''Big ben''.
Antes que pudiera moverme y recitar el conjuro que me daría la habilidad de crear escalones en el aire con cada pisar de mis botas, un nuevo susurro me detuvo, intentando descifrarlo.
''Purificar...''
¿Qué...?
''Bruja de la luz''
—Bruja de la luz... purificar... —murmure con mis parpados cerrados, abriéndolos despaciosamente al hallarle sentido a esas palabras.
Hay alguien mas como yo... pero... ¿Dónde está?
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Fin del Cap. 5
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