Cap. 3
Narrador Pov
En alguna parte de París, en una catacumba totalmente oscura. Una pequeña luz de color purpura, reflejo a tres personas caminando lentamente por aquellos pasillos vacíos.
—Estamos cerca —murmuro con curiosidad, contemplando las paredes húmedas de aquel lugar.
—Cobraremos nuestra venganza.
—Estoy de acuerdo, hermana.
—Enviaremos primero las tropas —ordeno la mayor con un bastón en forma de serpiente, sosteniendo en la punta una esfera redonda que brilla intensamente de un color morado.
—¿No es apresurado? —consulto extrañada, una de las gemelas.
—¿No querías venganza? —pregunto un poco confundida, mirándola de reojo. Manteniendo, un semblante serio y contundente.
—Sonríe nerviosa—. Por supuesto, pero, creo que seria mejor pensar en un plan primero.
—Mi hermana tiene razón —apoya una mano en su hombro—. Desconocemos en que época nos encontramos, atacar sin haber visto las afueras de este lugar, puede causar eventos catastróficos a nuestros propósitos.
—Además, no sabemos si las brujas de magia negra y de luz siguen con vida —explico, rogando que la mayor entendiera sus palabras.
—Guía su mano libre a su mentón, meditando unos segundos lo dicho—. Tienen razón, ¿Qué les parece hacer un pequeño recorrido?
—Asiente sonriente—
—Pienso que seria mejor quedarnos y enviar a nuestro dragón por nosotras. Salir en este momento sin tener el conocimiento de los que nos espera, puede ser peligroso.
—Un buen pensamiento, me gusta —sonríe ligeramente y baja la mirada, admirando su cetro mágico.
Antes que la pequeña mascota sea creada. La mayor, movió sutilmente sus dedos arriba de la esfera. Seguidamente, cuando una diminuta bola de color morado floto en su palma, sonrió de manera complacida, para después, decir un hechizo que traería a una especie de leyendas a la vida.
—Vuela y dime lo que ves —dijo, extendiendo su brazo derecho.
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Mientras tanto en otro lugar, se encuentran personas de temprana edad, comenzando su nuevo día de estudio. Sin embargo, en este día en especial, la profesora anuncio un cambio de puestos; noticia que desilusiono e ilusiono a muchos. Entre ellos, una chica rubia platinado con resaltes amarillos brillantes. Mira el panorama con un semblante aburrido, demostrando su desinterés a las palabras escuchadas. A ella, no le molesta cambiar de compañera, pero en una parte desea que la pongan con una de sus amigas. Sin embargo, el resultado le sorprendió.
—Hola, de nuevo —sonríe divertidamente con su codo apoyado en la mesa.
—Hola... —responde nerviosa, sacando su cuaderno y libro de la maleta.
—¿Qué te ha parecido la escuela?
—Ladea un poco su cabeza—. Aun sigo esperando ese famoso tour que mencionaste —sonríe, agarrando su plumón.
—La mira sorprendida, recordando sus palabras anteriores, para luego, golpear su frente—. Lo había olvidado...
—Ríe genuinamente, abriendo su libreta—. No te preocupes, podremos vernos después de clases. ¿Te parece bien?
—Asiente levemente—. Akko, ¿Cierto?, mi nombre es Diana, Diana Cavendish.
—Es un placer, Diana. Mis conocimientos en este lugar son casi nulos. Ayer me informe por mi cuenta, pero siento que no ha sido suficiente.
—¿Por qué lo dices?
—Una chica, se burlo de mi en la entrada por preguntarle exactamente cual era el deber de la profesora en una institución —la observa de reojo—. Ridículo ¿no?
—Niega con la cabeza—. Como no estas al tanto de las cosas, no lo es. Sin embargo, puedo suponer quien ha sido esa persona.
—Levanta una ceja—. ¿Enserio?
—Asiente—. La chica honorable de esta escuela. Te doy un consejo —coloca su mano en su boca—. Has como que no existe —susurro.
—Encoje sus hombros—. No pienso que tratar de esa manera a una persona, sea correcto.
—Créeme, no merece esa compasión que tienes —dirige su mirada al frente—. Luego lo veras.
Akko, miro con dudas a Diana, aun sin conversarse que esa idea funcione, pero, dejo a un lado esos pensamientos y puso atención a la clase. Sintiendo agradecida por que la profesora la pusiera alado de ella, puesto que, es la única persona que conoce dentro de la academia. Podría aprender muchas cosas con su compañía, tenerla alado seria un gran beneficie para desenvolverse y hacer amigas con más facilidad.
La clase continuo con total normalidad. La profesora cuyo nombre es Ursula Callistis, explico los temas que se darían en una semana, mandando también una tarea que deben entregar al día siguiente de lo que dio recientemente.
Akko, volteo en un reflejo propio a la ventana, admirando con curiosidad las nubes moverse lentamente y el sol alumbrando en su resplandor. No obstante, su semblante cambio a uno de confusión, cuando una silueta de un animal se poso en la punta de un edificio cercano. Entrecerró sus ojos, admirando esa pequeña criatura en forma de dragón.
Lo primero que pensó, es que trataba de una nueva estatua coloca en ese sitio que no había notado previamente, pero, después de unos minutos que comenzó a volar, desapareciendo de su vista. Su expresión nuevamente cambio, a uno de sorpresa.
La campana sonó, y al mismo instante se echó para atrás por el pequeño susto que le causo, golpeando levemente sin querer su espalda con la persona que se encuentra a su lado. Diana, se sorprendió ante la reacción de su compañera, colocando sus manos en los hombros de la contraria para distanciarla.
—¿Estas bien? —pregunto extrañada, mirándola con diversión.
Akko, al darse cuenta de su acción, se dio la vuelta con sus mejillas completamente sonrojadas de vergüenza. Agachando la cabeza para cubrir su rostro y murmurando en voz baja y tímida una disculpa audible para su conocida.
—No te preocupes —niega con sus manos—. ¿Estas bien? —volvió a pregunta, poniéndose de pies y extiendo una de sus manos.
—La toma con cuidado, levantándose de su asiento—. S-si... gracias —alza la cabeza, mirándola con aun un rubor ligero.
—En este pequeño tiempo libre, te mostrare algunas instalaciones y responderé a cada pregunta que tengas. Así que, no dudes en hacerlas, no me burlare —guiña.
—Desvía la mirada, sintiendo nuevamente el calor extenderse fuertemente en sus mejillas—
Nadie, jamás. Le había guiñado, y al ser nuevo, no pudo evitar que la vergüenza se mostrara en su rostro.
—En el receso tendré una partida de Smash Bros en la Switch con mi amiga, y las demás estarán. Si vienes, podre presentártelas. Y si gustas, puede unirte a nuestro pequeño grupo de amistad.
Que directa y... amable. Pensó Akko.
—Sonríe tímidamente—. Gracias, Diana.
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En un templo lejano y escondido, se hallan dos personas que cuidan unos objectos de suma importancia. Convirtiéndolos, en una reliquia valiosa y poderosa. Un señor de mediana edad, se acercó a estas con sus manos detrás de su espalda. Admirando la belleza y sintiendo el poder que emanan a través de la vitrina que los resguarda.
—Ha llegado el momento... —susurro, sacando una llave de la manga ancha de su atuendo.
Seguidamente, el señor agarro dos varitas de diferente color y apariencia. Sosteniéndolas en sus manos, estas comenzaron a brillar, dando una señal clara de su preparación.
—Asiente ligeramente, caminando a la salida del templo—
Este, se encuentra rodeado de montañas cubiertas de nieve, y una fuerte ventisca impide que cualquier ser humano pueda ingresar a esas tierras que son prohibidas. Debido a las desapariciones de las personas que intentaron cruzarlas.
Una vez afuera, teniendo en su entorno, dos estatuas gigantes de piedra que representan la magia en su esplendor. Levanto sus manos, causando seguidamente en escasos segundos que, las varitas escogidas desaparecieran en pequeños copos de nieve.
—Encuentra... a personas dignas de tu poder. Que su corazón este lleno de bondad y generosidad. Sea alguien... de quienes admirar y que nunca se dejen llevar por el mal camino —baja sus manos, metiéndolas en las mangas de su toga de tono crema—. Es hora... de que las brujas regresen y salven al mundo. Por qué...
Malévola, ha vuelto.
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Fin del Cap. 3
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A ustedes les gustaria que pusiera estos ship
Amanda x hanna
Barbara x lotte
Sucy x contanze
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