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Capítulo IX

—Sabías que ChanYeol no me escogería —susurró con amargura y posó su mirada perdida en la madera de caoba. Un vaso de whisky se deslizó por la superficie hasta él.

—Lo siento, pequeño. —Lee se lamentó con verdadera pena, lo cual llamó su atención. El hombre no pareció burlarse con ninguno de sus gestos—. De igual forma, creo que estás mejor sin él.

Soltó una risa irónica y tomó en vaso para darle un sorbo al amargo líquido con una confianza que no sabía cómo tenía. ChanYeol y LuHan se fueron hace unos minutos. Después de que el prostituto tomase la mano de LuHan y saliese corriendo del lugar BaekHyun solo se quedó ahí, con la mirada puesta en la mesa de manera mientras Lee guardaba silencio, como si se compadeciese de él.

—Nunca estuve con él —soltó con una burla y alegría que realmente no sintió. Le dio otro largo trago al vaso—. Todo fue plan de Oh... —Guardó silencio y sus ojos de inmediato fueron hacia el mayor—. ¿Cuándo te enteraste que SeHun nos mandó?

El hombre encendió un cigarro—. Lo supe hace tiempo.

—¿Qué?

—Te conocía desde antes, BaekHyun. Sé quien eres. —Los intensos ojos del hombre se concentraron en él—. De hecho, LuHan fue una de las tantas alternativas que planeé para llegar a ti.

—¿De qué hablas?

—SeHun me detesta no solo porque le quité a LuHan, sino porque llevo años intentando matarlo. —BaekHyun ladeó la cabeza, sin entender absolutamente nada y al parecer el otro reconoció su confusión—. Te encontró antes que yo... y te metió en toda esa mierda.

—No... No entiendo. —Negó suavemente y aceptó el vaso que el otro volvió a rellenar de whisky—. Primero, ¿por qué tienes interés en mí?

—Porque eres mi sobrino. —Se quedó estático y sus ojos buscaron los ajenos con la intención de encontrar en ellos la mentira, pero el hombre pareció tan sincero, con los ojos recubiertos en lágrimas—. Te pareces tanto a tu madre, BaekHyun... —La voz del hombre se quebró, sorprendiéndolo—. HyeJung debe estar contenta al saber que por fin cumplí mi promesa.

—¿HyeJung? —preguntó con extrañeza y el corazón apretujado al notar en lo que se convirtió esa situación.

—Sí, ese era el nombre de tu madre, mi hermana. —El hombre le dio un largo trago a su vaso y la próxima vez que lo miró una lágrima cayó por su mejilla—. La chiquilla se fue de casa cuando se embarazó. —Lee rio con el recuerdo, como si rememorarla fuese dulce y agrio a la vez—. En ese entonces solo tenía dieciséis años, pero logró mantenerse bien. Nuestros padres estuvieron furiosos cuando se enteraron que esperaba un bebé, así que a ella no le quedó más que irse. Sin embargo, yo era su oppa, no podía dejarla sola. —Asintió, sin saber cómo responder para que el sujeto continuase con la historia—. Tu padre era una mierda asquerosa, ¿sabes? Vicioso, violento y ludópata. —Lee negó y su mirada se perdió en algún lugar de la habitación—. Terminó por matarla a golpes poco después de que nacieras. Ni siquiera logré llegar a ti antes de que el maldito te dejara por ahí.

Los labios de BaekHyun temblaron e inevitablemente dirigió la mirada hacia sus propios dedos, delgados y limpios, recubiertos en una suave y costosa crema que, rememorando, pudo conseguir gracias a la prostitución.

—Ahora ya sé lo que pasó, pero estuve años sin saber de ti. Apenas supe que Oh te tenía intenté acercarme a él, matarlo, pero te mandó a Pekín, maldición. Tengo problemas legales en China, no puedo moverme por ahí. —El hombre lo miró con tristeza—. Supe que tuviste que hacer cosas muy difíciles para sobrevivir, BaekHyun. Lamento mucho no haber llegado a tiempo.

—Tú... —Su voz tembló—. ¿Por qué hiciste todo esto? ¿Por qué no te acercaste a mí sencillamente?

—Porque Oh te quería para sí. Sabía que necesitaba recuperarte y él usaba eso a su favor. Fue por Oh que me convertí en lo que soy. Hice lo necesario para acercarme a ti. —BaekHyun bebió del vaso y sus ojos se pusieron vidriosos al ser consiente de toda la situación, de lo que estaba viviendo—. Solo pude notarlo cuando encontré la debilidad de ese maldito. Él realmente ama a LuHan, que curioso saber que se enamoró de un prostituto cualquiera.

Soltó un a risa mientras mantenía los ojos cerrados y una lágrima corrió por su mejilla sin planteárselo. Justamente ese mismo pensamiento recorrió su mente cuando era joven, cuando se encontró a sí mismo mirándose en un espejo quebradizo que solo le recordaba que era el juguete sexual de algunas personas, que realmente no habría nadie que se detendría a ver algo más allá en él que un simple prostituto cualquiera.

—Esto es una mierda —soltó con amargura y cierto rencor. Sus ojos duros miraron al hombre mayor—. ¿Realmente esperas que crea todo esto?

—Te estoy diciendo la verdad —respondió el otro con apremio—. Naciste un 6 de mayo.

—Pudiste investigarme. —Bebió lo poco que quedaba del vaso y se puso de pie, igual que Lee, quien en algún momento se levantó—. Mejor dime qué quieres de mí, ahora qué me tienes. —Elevó los brazos a su alrededor para acentuar su frase—. ¿Qué quieres?

—Que seas feliz. —La voz del hombre se quebró nuevamente. Lee cayó sentado sobre su silla de escritorio y sus ojos se dirigieron hacia la madera—. Dime tú qué quieres. Te lo daré.

Miró al contrario con una sonrisa irónica, inicialmente porque creyó que el otro mentía, pero entre más lo miraba, entre más tiempo pasaba, se dio cuenta que las manos del otro, recubiertas en anillos de oro y un costoso reloj, temblaban sobre el escritorio. Solo entonces notó que Lee sollozaba silenciosamente en el lugar. BaekHyun nunca había visto a un hombre mayor tan roto. Conoció a muchas personas en ese mundo de mierda y, por regla general, llorar no estaba permitido, demostraba debilidad era abrir la puerta a que hiciesen contigo lo que quisiesen, por lo tanto, dudaba que el contrario, siendo un hombre adinerado y con poder dentro de los comercios ilegales, ocupase el llanto como una estrategia para llegar a él. Sin embargo, le pareció demasiado irreal que el otro dijese la verdad.

—Si eres mi tío, quiero que me saques de esta mierda. —Se relamió los labios y los ojos de Lee se detuvieron en los suyos—. Dame dinero.

—¡Sí! —El hombre se levantó y se acercó a él para tomarlo de las manos, cosa que lo puso sumamente incómodo porque de verdad no podía caber dentro de su cabeza que todo eso tuviese algo de sentido—. Tengo un departamento para ti en Gangnam-gu. También puedo darte uno de mis autos, puedes escoger el que quieras y...

—Quiero estudiar —interrumpió y los ojos del hombre se detuvieron en los suyos.

Lee asintió—. Estudiarás, claro. ¿Qué quieres estudiar?

—No lo sé.

Al contrario le costó un poco responder, pero acabó asintiendo con fervor.

—No hay problema. Te tomarás el tiempo necesario para pensar en qué quieres hacer ahora.

—Bien... —susurró y alejó las manos de las contrarias con cierto rechazo.

A pesar de que BaekHyun creyó que el hombre le mintió para tenerlo de su lado de alguna manera, con el paso de las semanas acabó dándose cuenta que efectivamente era el sobrino de ese hombre; incluso tuvieron que pasar por un examen de ADN porque BaekHyun realmente se negaba a que algo así sucediese en su vida, sin embargo, ahí estaba, sentado en un gran departamento bien amoblado mientras bebía un té importado. ¿Quién se hubiese imaginado que un muerto de hambre terminaría en esa situación? No era más que un golpe de suerte, porque Lee no solo tenía dinero, sino también un sentimiento de culpabilidad tan grande que BaekHyun se convirtió en su pequeño tesoro. Lee MinJoon, como descubrió que se llamaba, era un hombre soltero que no tenía pareja ni hijos, así que de un momento a otro BaekHyun se convirtió en su mundo.

De igual forma, él no se aprovechó de eso como quizás lo hubiese hecho con veinte años. No, BaekHyun ya tenía treinta y desde que se convirtió en proxeneta el dinero solo significaba la posibilidad de volver a endeudarse por aquellos lujos que quería darse y que nunca tuvo. Ahora que su tío pagó todas sus deudas y que lo mantenía, BaekHyun tan solo se encontraba sentado en su gran sofá mientras miraba las vistas y se preguntaba cómo su vida cambió tanto en tan poco tiempo y, sin quererlo, por su mente pasaba un hombre de cabello pelinegro que le preguntaba si se encontraba bien. Aquello era una verdadera mierda.

De inmediato ChanYeol intentó contactarse con él, lo llamaba por teléfono y le enviaba mensajes, pero BaekHyun no estuvo de ánimos para recibir las miserables disculpas del tipo. Él quería desentenderse de todo y volver a encaminar su vida, esta vez pensando que fijarse en una persona como lo hizo con ChanYeol era una verdadera idiotez. ¿Cómo se le pasó por la cabeza que el sujeto lo tocó porque quería? ¿Realmente vio cariño y aprecio en sus acciones? Maldición, no. ChanYeol solo quiso hacer que las cosas fuesen más fáciles para conseguir a LuHan, maldición. ChanYeol no quiso que él saliera del juego, sino que buscó emparejarse con LuHan.

Le costaba mucho admitirlo, pero lloró una vez que terminó de procesar todo. Le dolió darse cuenta que fue sumamente estúpido en creer que alguien vería algo bueno en él. Dolió pensar que tuvo una ilusa oportunidad de sentirse querido por al menos una vez.

Ahora que se cambió de departamento y que dejó de trabajar para Oh, no hubo manera de que ChanYeol pudiese contactarse con él más allá que por llamada. Sin embargo, BaekHyun no se tardó mucho en bloquearlo, ya decidido a deshacerse de una vez por todas de ese horrible pasado. Ahora quería concentrarse en sí mismo, en independizarse y ser feliz.

A pesar de que su vida parecía estar resuelta gracias a su tío, BaekHyun no pensaba conformarse; aún le quedaba estudiar, pero no sabía qué, así que aceptó la oferta de Lee cuando este le ofreció que se hiciese cargo de uno de sus empresas legales, una gran distribuidora de ropa que nada tenían que ver con la prostitución, pero justamente era lo que necesitaba. Sin pensárselo mucho aceptó y, considerando ya su edad, escogió estudiar algo que fuese acorde a su nuevo trabajo.

Fue así como pasó un mes desde que se enteró de que finalmente no estaba solo en ese mundo. Bueno, ahora tenía un pariente perdido y se enteró de quienes fueron sus padres, pero eso no lo alejó de la soledad, para nada. En realidad, BaekHyun nunca dejó de ser el mismo hombre, aquel que estaba roto desde hace mucho y que no tenía esperanzas en nada, aquel al que le daba igual absolutamente todo, especialmente sus propios sentimientos. Por lo mismo, ChanYeol quedó como un recuerdo amargo en el cual no se detuvo mucho, a fin de cuentas, solo fue un tipo con el que convivió durante unos pocos meses, un hombre que lo acarició como ninguna otra persona, que lo hizo sentir apreciado por momentos y que, por un mísero instante, le dio esperanzas de que alguien podría ver en él algo más que una mierda que fue destruida por la vida.

¡Hijo! —saludó alegremente Lee desde el otro lado del teléfono y él solo suspiró.

A pesar de que el sujeto hacía todo por mantenerlo contento, la verdad era que BaekHyun aún se sentía resentido con el hombre porque solo era otro tipo malo más, uno que se parecía mucho a SeHun, a aquel sujeto que lo mandó a Pekín a prostituirse y que le consiguió droga sin dificultad, el mismo que permitió que un chiquillo de catorce años se arruinase la vida.

—¿Qué pasa? —preguntó con cansancio mientras se levantaba del sofá y se dirigía a la cocina con un tazón sucio para lavarlo.

Necesito que vengas a mi casa principal.

Frunció el ceño al escuchar el mandado—. Ya te dije que comería contigo solo una vez por semana. No molestes.

¡Espera! —Se tragó el gruñido y esperó—. ChanYeol está aquí.

Guardó silencio al tiempo que su cuerpo se entumeció. No supo qué responder, así que simplemente se quedó en silencio, sintiéndose incómodo y fuera de sí, principalmente porque no esperó escuchar ese nombre nunca más.

—¿Y eso qué tiene que ver conmigo?

MinJoon suspiró—. Te busca a ti.

Miró su ventanal y nuevamente se mantuvo en silencio. BaekHyun siguió sin entender por qué era tema suyo.

Intentó infiltrarse en la casa y llegó bastante lejos, pero mis guardias terminaron por romperle los dedos y creo que lo dejarán ciego de un ojo. —Guardó silencio a pesar de todo lo que informó su tío—. ¿Lo mato?

Su pecho se apretó y la respuesta salió de inmediato, aunque a través de un susurro—. No. Voy hacia allá.

Se subió a su auto con preocupación, pero esta rápidamente pasó a convertirse en rabia. ¿Por qué ChanYeol se metía en casa de Lee? ¿Por qué no simplemente se olvidaba de él? Condujo como un maldito demonio porque tenía verdaderos deseos de consultarle eso al tipo y de paso partirle las putas piernas, por imbécil. No obstante, su plan quedó completamente atrás cuando, vestido con pantalones de vestir y camisa de seda oscura, ingresó a la oficina de su tío. Ahí se encontró a ChanYeol arrodillado, con las manos amarradas en su espalda y la cabeza colgando; la sangre se acumulaba entre sus piernas.

—Hijo —saludó Lee con alegría, llamando la atención del prostituto, quien elevó la cabeza para mirarlo—. Llegaste rápido.

—Cállate —demandó entre dientes mientras se acercaba a ChanYeol. Los guardias de su tío de inmediato se hicieron hacia atrás al verlo acercarse.

El rostro de ChanYeol estaba cubierto de sangre y la parte derecha de su rostro estaba realmente inflamada. Su tío no bromeó con que podría quedar ciego, así que de inmediato se acuclilló y tomó el rostro ajeno para verlo mejor, aunque eso solo ocasionó un quejido en el contrario.

—Esto te pasa por imbécil —susurró con confianza y sus ojos se fueron hacia el amarre que estaba en torno a sus muñecas. Maldición, parecía que efectivamente le quebraron más de un dedo—. ¿Qué mierda haces aquí?

—¿E-Estás bien? —preguntó ChanYeol con increíble dificultad, lo que lo hizo fruncir el ceño.

—¿A ti qué mierda te importa? —resopló.

—Por favor...

—Estoy bien —gruñó.

No le dio nada de importancia a la conversación y de inmediato rodeó al menor para dirigirse hacia sus manos, las cuales intentó desatar, pero con eso no se ganó más que quejidos de ChanYeol. Por ello dirigió la mirada hacia los grandes hombres que los rodeaban y con una mirada intensa los observó. Solo bastó eso para que uno de ellos se acercase con una cuchilla y cortase las cuerdas, aunque ese mismo gesto hizo a ChanYeol gritar por el dolor. Las manos ajenas temblaron y BaekHyun no pudo aguantar la vista sobre los dedos rotos, maldición, no pudo.

—Llama a un médico —pidió a su tío con urgencia y se acercó a ChanYeol para tomarlo de los hombros en un intento de calmarlo. El sujeto se puso a temblar apenas vio sus propios dedos—. ¡MinJoon!

—¡Voy! —respondió su tío mientras alcanzaba su teléfono. Baekhyun no pasó por alto la sonrisa que se asomó por entre los labios del hombre—. Aunque debemos moverlo de mi oficina. Está ensuciando mi alfombra turca.

—Jódete —regañó, pero de igual forma obedeció, así que se acercó a ChanYeol y lo miró a los ojos. La próxima vez que habló se dirigió a él—. ¿Puedes ponerte de pie?

El pelinegro solo asintió, así que BaekHyun aprovechó ese momento para ponerse a su par y sujetarlo por la cintura. ChanYeol era mucho más alto y fuerte que él, así que le costó ponerlo de pie, pero el tipo igual se esforzó por ayudarlo de alguna manera. Por suerte, el prostituto no tenía ninguna herida evidente en las piernas, pero de igual forma caminaba lento y respiraba pesado. BaekHyun logró llevarlo hasta el baño más cercano y lo sentó sobre la taza del inodoro antes de dirigirse hacia los muebles de la habitación, donde buscó alguna mierda que pudiese ayudar.

—BaekHyun... —llamó el contrario casi sin voz.

No le prestó nada de atención y salió de la habitación para ir en dirección a la cocina. Ahí rebuscó en el refrigerador alguna compresa fría que luego llevó al baño, envolvió la compresa con una toalla pequeña y se dirigió a ChanYeol, pero no supo donde mierda ponerla porque tanto rostro como manos se veían como la mierda. Como algunos dedos estaban quebrados optó por poner la compresa contra el rostro. ChanYeol arrugó su expresión y rugió mínimamente.

—¿Qué haces aquí? —preguntó con cuidado luego de hacerle un gesto a uno de los guardias que lo siguió para que le trajese otra compresa.

—BaekHyun... —repitió ChanYeol sin fuerzas—. Lo que pasó... —Dejó de enfocarse en el pómulo ajeno y se concentró en los ojos del pelinegro, los cuales apenas pudo ver entre la hinchazón—. Lo siento.

—Está bien. No hay problema —soltó escuetamente y volvió a concentrarse en la herida.

—¿Qué? —preguntó el contrario sin aire—. ¿De verdad no hay problema?

—No —dijo sin más—. ¿Por qué lo habría?

—¿No estás en peligro?

—No. —Suspiró y miró hacia el pasillo. La médico venía caminando hacia ellos con su maletín—. Lee resultó ser mi tío.

—¿Qué?

—Joven BaekHyun —saludó la mujer apenas lo vio y luego dirigió la mirada hacia ChanYeol.

BaekHyun no tenía que hacer nada más ahí, así que salió de la habitación y caminó hacia la cocina con la intención de beber algo de agua, pero en el camino acabó encontrándose con MinJoon, quien tenía una media sonrisa entre sus labios.

—Sabía que no dejarías que lo matara —susurró el hombre con cierta burla, cosa que lo hizo gruñir.

—Soy un asco, pero nunca he matado a nadie —dijo escuetamente y se dirigió al refrigerador para sacar una botella de agua.

—A mí no me parece que sea por una actitud benevolente... —Frunció el ceño, pero Lee mantuvo su sonrisa—. Yo creo que te importa.

—¿Quieres joderme, cierto? —preguntó con molestia y su tío tuvo intenciones de responderle, seguro burlarse porque tenía una sonrisa entre los labios, pero al final no pudo decir nada porque él se le adelantó—. ¿Acaso no recuerdas lo que me hizo? ¿Crees que para mí es importante este tipo ahora? —Lee solo se encogió de hombros con una sonrisa entre los labios, pareció divertido—. ¿Y por qué ahora pareces estar a su favor? ¿No fuiste tú quien me dijo que no valía la pena?

—En realidad, parece que Park tiene algo más que te está ocultando —comentó su tío con una voz un poco más baja y sin ninguna sonrisa de por medio, pareció realmente serio con el tema.

—Genial —ironizó y estuvo dispuesto a continuar, pero la médico ingresó a la habitación y lo interrumpió.

—Necesitamos llevar al muchacho al hospital.

—¿Por qué? —preguntaron tanto BaekHyun como su tío a la vez.

La mujer pareció algo nerviosa antes de responder—. Necesita un escáner. Su cabeza...

BaekHyun cerró los ojos lentamente y suspiró antes de dirigirle una intensa mirada al mayor.

—Si me entero que a ChanYeol le pasa algo grave por tu culpa...

—¿Qué? —MinJoon rio—. ¿Te enojarás conmigo por matar a tu novio? —BaekHyun apretó los dientes—. Pensé que estabas molesto con él porque te dejó por una puta barata. —Apretó los dientes junto con los puños y de seguro Lee no se dio cuenta de lo que dijo hasta que vio a su sobrino tan callado—. Baek, perdón. Yo no quise...

—Vete a la mierda —insultó y luego se dirigió a la mujer—. Llévalo al hospital.

—¿Qué? —La médico le envió una mirada urgida a Lee—. No puedo encargarme de él.

BaekHyun, molesto, se volteó hacia su tío—. Entonces irás tú.

—Como digas —dijo el otro sin elevar mucho la voy y salió de la habitación para ir al baño donde estaba ChanYeol.

—Joven... —habló la mujer con delicadeza. Ella de seguro tenía unos cuarenta años—. El muchacho estará bien. No se preocupe.

—No estoy preocupado —soltó escuetamente y le dio la espalda con la intención de que desapréciese de su vista y dejase de hablarle tan confianzudamente.

—Él... —Miró sobre su hombro para fijarse en la mujer, quien volvió a hablar—. Él pregunta por usted. Creo que espera que lo acompañe al hospital.

—Que se vaya a la mierda —dijo sin más y salió de la habitación al ver que la mujer no tuvo intenciones de irse por su propia cuenta.

Sabía que ChanYeol estaba enfermo y que Lee lo llevaría al hospital, pero aun así no los acompañó, claro que no. Se fue directamente a su casa, donde tomó una ducha larga y se sentó sobre su cómodo sofá luego de servirse una copa de vino. A pesar de que bebió con la intención de dormir con mayor rapidez, se quedó hasta la madrugada dando vueltas sobre la cama y con ChanYeol en su cabeza, incluso cuando no lo quiso. Sin embargo, se esforzó a sí mismo a no ponerle atención a nada de ello y al día siguiente se dirigió a su sitio de trabajo como era normal, sin embargo, no se imaginó que en el edificio se encontraría con ChanYeol sentado en los sofás de la recepción. El prostituto tenía una mano enyesada mientras que en la otra tenía un dedo entablillado, su rostro estaba muy golpeado, pero bajó la hinchazón considerablemente y sobre su ojo había un parche blanco. A pesar de todo, el sujeto parecía estar bien.

—BaekHyun —llamó el tipo apenas lo vio y él suspiró antes de poner los ojos en blanco.

—¿Qué haces aquí? —gruñó—. ¿Quién te dejó entrar?

—Necesito hablar contigo. —El sujeto lo miró con ojos apenados—. Y Lee me dio acceso.

—¿Qué? —preguntó casi sin aire.

ChanYeol se puso frente a él y lo miró con una expresión tan seria que BaekHyun entendió que no tenía más opción que hacerle caso. Por ello, le hizo un gesto de cabeza para que lo siguiese y se dirigieron hacia el ascensor. El edificio no era muy grande, así que su oficina se ubicaba en el quinto piso, que era el más alto. Ahí se encontró con su secretario, MinSeok, quien, nervioso y tímido como siempre era, abrió los ojos enormemente cuando vio por detrás de él a ChanYeol todo golpeado.

—Y-Yo...

—No llames a seguridad. Viene conmigo —dijo sin más al ver que su subordinado ya estaba pulsando números sobre el teléfono de su escritorio.

Nadie dijo nada más y él solo abrió su oficina para dirigirse a su escritorio. Ni siquiera esperó que ChanYeol se acomodase y solo se recostó sobre la gran silla con soberbia. El prostituto cerró la puerta tras de sí y se mantuvo quieto frente al escritorio.

—¿Me puedes explicar qué sucede?

—¿Qué debo explicar? —dijo con altanería, a lo que su visitante solo frunció el ceño.

—¿En serio te comportarás así conmigo?

—¿Mereces un mejor trato? —Rio con ironía y no se dio cuenta hasta ese momento de lo resentido que sonaba. Se suponía que no debía comportarse así, especialmente si lo que sucedió con ChanYeol no le importaba—. Está bien. —Suspiró—. Toma asiento.

Hizo un gesto hacia los sofás que tenía dentro de la habitación y se levantó para caminar hacia allí. Antes de sentarse frente a ChanYeol se dirigió hacia afuera de la habitación y le pidió dos tazas de té a MinSeok.

—¿Qué quieres saber? —preguntó después de sentarse y cruzar las piernas con elegancia.

—¿Estás bien?

—Lo estoy. —Asintió con la cabeza para recalcar su punto—. Siguiente pregunta.

ChanYeol hizo una mueca—. ¿Cómo...? ¿Cómo es eso de que Lee es tu tío? ¿Tú...?

Frunció el ceño al ver la expresión preocupada del contrario—. Sácate esas ideas loca de la cabeza, idiota. Lee de verdad es mi tío.

—¿Qué? —El pelinegro soltó una pequeña risa nerviosa—. ¿El mismo tipo con el que estuvimos en las orgías? ¿Ese?

—Sí.

Dos toques sonaron contra la puerta y BaekHyun solo suspiró. Miró sobre su hombro y vio a MinSeok con un bandeja y las dos tazas del otro lado de la puerta de vidrio. Le hizo un gesto de cabeza para que ingresase y volvió a concentrarse en ChanYeol.

—Resultó que LuHan solo fue una excusa para buscarme —dijo sin medirse, aún cuando sabía que su secretario estaba ahí. De igual forma, el sujeto solo dejó las tazas y se fue—. SeHun sabía esto. Por eso me mandó a mí. —Se encogió de hombros—. A ti te mandó porque sabe que te gusta LuHan y porque harías todo por tenerlo de vuelta. —ChanYeol abrió la boca con la intención de decir algo, pero al final se mantuvo en silencio. BaekHyun notó que el otro no supo qué decir, así que continuó—: Por cierto, ¿qué tal te va con él? ¿Cómo es que SeHun no te ha matado todavía por quitarle a su chico?

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¡Este es el penúltimo capítulo! Por eso quiero que me dejen todas sus dudas para así resolverlo en el próximo capítulo. 👀🙊

Por otra parte, quiero avisarles que una vez que termine de trabajar en esta obra me dedicaré a Bestial. Espero que me puedan apoyar con ese proyecto también. 🙊💖

Muchas gracias por leer, votar y comentar. ♥️✨

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