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Capítulo IV

—SeHun me está jodiendo a mí, Baek. Deja que Park te folle de una vez o sino el jefe nos pegará un tiro a todos.

Contuvo el aire para no darle un golpe a JongDae y se concentró únicamente en los trajes provocativos en busca del más adecuado.

—Sé cómo hacerlo —gruñó sin siquiera dirigirle una mirada al otro.

—Claro que sabes —ironizó su colega—. Recuerda que esto no se trata solo de ti, Baek, y que Park no es tu novio. Esto no es para ir lento.

—¿A ti qué mierda te importa?

—También estoy involucrado en esto. Se supone que sin Oh soy yo quien se encarga de que tú hagas lo que debes. —Para su sorpresa, JongDae se le acercó lo suficiente como para verse amenazante, cosa que lo descolocó porque no estaba para nada acostumbrado a dialogar con el hombre en esa postura—. Tienes hasta hoy a medio día para entregarle algo al jefe. Ya verás tú si quieres que Park te rompa allá, delante de todos y cagues el plan, o lo hacen en su nidito de amor.

—Imbécil —insultó.

De mala gana tomó el traje de conejito y se volteó hacia la puerta del camarín, del cual salió con paso apresurado y por lo mismo el golpe que le dio la persona que lo esperaba en el exterior lo hizo trastabillar.

—¡Park! —saludó alegremente JongDae y el aludido soltó una suave risa.

—¿Te pondrás guapo para mí? —preguntó ChanYeol a modo de broma al ver lo que llevaba en la mano. BaekHyun gruñó y JongDae se largó a reír.

—Ya quisieras —soltó entre dientes antes de pasar por el lado de su cómplice.

—Ojalá.

Miró sobre su hombro a ChanYeol y este sonrió a la distancia, cosa que lo sorprendió y lo llevó a estar un buen rato algo desconcentrado. Vamos, ¿cómo no estarlo? Era el primer hombre que parecía coquetearle de alguna manera, fue quien estuvo a su lado cuando se masturbó y le ordenó qué hacer. Eso no era normal, pero de alguna forma el recuerdo no se sintió incómodo y estar a un lado del prostituto no le parecía extraño tampoco.

—Debemos entregarle algo a Oh —avisó mientras manejaba con ChanYeol de copiloto. Ambos se dirigían hacia el otro lado de la ciudad, donde ahora vivían.

BaekHyun creía que era idiota hacer ese trayecto cuando su casa quedaba más cerca del trabajo, pero Oh era una mierda de jefe, así que solo le quedaba acatar.

—Lo sé.

Le dio una mirada al contrario cuando se detuvieron en el semáforo en rojo—. ¿Cómo lo sabes?

—El señor Oh habló conmigo. —ChanYeol suspiró y echó la cabeza hacia atrás.

El pelinegro se veía realmente atractivo con la luz rojiza apuntándole en el rostro junto con las tonalidades amarillentas que ofrecían las farolas de la autopista. BaekHyun se halló prendado de esa imagen y por unos segundos no pudo apartarse, lo peor fue que no supo por qué. No pudo volver a mirar hacia el frente hasta que ChanYeol se giró a mirarlo y le sonrió.

—Es atractivo, señor Byun.

Se ahogó con su propia saliva y de inmediato aceleró al ver la luz verde al frente, como si pudiese alejarse del prostituto, cosa estúpida porque ChanYeol seguía ahí y eso hizo que escuchase perfectamente la risa ajena cuando percibió su reacción.

—No me trates formalmente —regañó.

—Claro, amor.

Frunció el ceño y miró al contrario, topándose de inmediato con el brillo en sus ojos. BaekHyun supo que algo era distinto, así que todo nerviosismo se esfumó de su cuerpo y su rostro se enserió.

—¿Qué mierda te metiste? —preguntó rudamente mientras giraba en una curva.

Chanyeol rio—. Nada.

—Estás distinto.

—No estoy drogado.

—Conozco esta mierda, ChanYeol. Dime qué mierda te metiste —gruñó.

No le gustaba saber que su cómplice estaba drogándose cuando se suponía que ellos debían entregarle algo a Oh.

—No estoy drogado. Solo intento coquetear contigo.

Sin querer piso el freno y por lo mismo el movimiento los sacudió, aunque inmediatamente se ajustó para retomar la marcha. Ante ello no hizo más que toser suavemente, nervioso.

—¿Por qué? —preguntó con un volumen mucho más moderado a pesar de lo nervioso que de repente se sintió.

—Porque necesitamos conseguir algo hoy.

Inevitablemente hizo una mueca y aceleró ante el deseo de deshacerse de ChanYeol, esta vez sí. No quería hablar de ese tema, todos lo molestaban por lo mismo y estaba realmente cansado de recibir críticas al respecto.

—Es difícil —comentó por lo bajo, anticipando el regaño.

—Lo hiciste muy bien esta tarde —alentó el contrario y él suspiró.

—No será lo mismo si alguien más me toca.

—Debes probar.

Se encontró fugazmente con la mirada de ChanYeol y se mordió el labio inferior. Pensó que probar estaba bien, pues fue justamente eso lo que lo hizo avanzar durante ese mismo día en la tarde, cuando se atrevió a tocarse a sí mismo. Luego de ese momento la cosa no se volvió incómoda a pesar de que BaekHyun tuvo algo de vergüenza, pero el prostituto lo llevó todo con mucha naturalidad, probablemente como lo haría alguien propio de su profesión. Agradeció eso porque lo hizo sentirse mucho más confiado y no le dio tanta vergüenza limpiar el desorden que dejó.

—Hoy debemos avanzar —dijo ChanYeol mientras se bajaban del vehículo.

A pesar de lo que dijo el contrario no se preocupó mucho, pues el más alto solía bañarse luego de llegar del trabajo. Descubrió eso al ver el ligero desorden que quedaba en la ducha a la mañana siguiente. Por lo tanto, solo se enfocó en ir hasta la cocina para prepararse un té y comer algo, ya que el trabajo generalmente lo mantenía pendiente del computador o dando vueltas para asegurarse de que todos los chicos del prostíbulo estuviesen bien.

Una vez que terminó de comer se dirigió hacia la cama, la cual hizo ChanYeol cuando él se bañó durante la tarde, por suerte. En realidad, agradecía tener a un compañero de casa, desde hace tiempo que no tenía uno y era realmente agradable recibir ayuda. Además, el pelinegro era un chico tranquilo, ordenado y silencioso, que no hacía comentarios, de seguro porque estaba tan cansado como él.

Se cambió de ropa por el pijama y se acostó en la cama. Normalmente ese sería el momento en el cuál se quedaría dormido, pero en ese instante se contuvo para recibir alguna respuesta por parte de ChanYeol, quien, por suerte, no se tardó mucho en salir de la ducha.

—¿Te dormiste? —Gruñó y el contrario soltó una pequeña risa—. ¿Me puedo acostar a tu lado?

Hizo un sonido con la garganta a modo de asentimiento y se acomodó sobre el colchón para mirar haca ChanYeol y, a su vez, darle más espacio. Gracias a ello logró ver el torso desnudo del contrario, cosa que lo tensó de inmediato y lo hizo sentarse en la cama. Por suerte, el colchón era ligeramente más alto, así que, al quedar sentado, se encontró directo con el abdomen ajeno y no con su entrepierna. El chico esta desnudo, lo único que le cubría el cuerpo era un bañador negro.

—¿Por qué no te vestiste?

—Sabes por qué. —Elevó la mirada ante el tono sugerente del otro y volvió a encontrarse con unos ojos brillantes, profundos, oscuros...

—Eres muy atrayente —dijo suavemente y de mala gana, sabiendo perfectamente lo que decía.

—Supongo que es mi encanto en el trabajo. —El sujeto rio de su propio comentario y se sentó en la cama—. Ahora concentrémonos en avanzar con esto. Se supone que en unas horas deberíamos llevarle algo a Oh, pero no tenemos nada.

—Sé que nos esperará hasta la noche.

El pelinegro asintió no muy convencido y se acomodó mejor sobre la cama, apoyando la espalda contra el respaldo. BaekHyun lo miró desde ahí, tan despreocupado y mundano. No pudo evitar preguntarse si tener una pareja hombre sería de esa manera, con un cuerpo grande a su lado, con alguien que ocupaba tanto espacio en su visual.

—¿Qué hacemos ahora?

ChanYeol no le respondió con palabras, en realidad este posó la mano sobre su mejilla y dejó una pequeña caricia con el pulgar, una caricia que BaekHyun pudo apartar si así lo quiso, pero aquellos detalles realmente podían con él, así que solo suspiró y cerró los ojos. Para ese punto le daba igual si era una mujer o un hombre, él realmente quería una caricia, un cuidado, y ChanYeol se lo daba, aún cuando había trabajo y dinero de por medio. Le dio igual todo eso, así que devolvió el beso cuando el contrario se fue contra su boca, todo con cuidado y suavidad, como aprendió ChanYeol que le gustaba. Estuvieron un rato así, besándose con los ojos cerrados y con BaekHyun cada vez agarrando más confianza como para apoyarse en el pecho ajeno. Se recostó sobre la piel desnuda y cálida mientras compartía besos con el prostituto, los cuales también estuvieron llenos de caricias, primero en la mejilla, luego en el cuello y finalmente descendieron por su pecho. BaekHyun no esquivó ni apartó las manos ajenas; dejó que el otro le desabotonase poco a poco la camisa y que luego le acariciase el pecho, aunque cuando tocó sus pezones se apartó de inmediato, ajeno a la situación, tímido y con cierto temor.

—Todo está bien —susurró el contrario contra sus labios y él solo contuvo el aire para no decir algo y cagar el momento, porque para él las cosas no estaban del todo bien. Es decir, su vida estaba cambiando por completo en ese momento—. Solo pruébame.

A pesar de que debió reírse de ese comentario, en realidad le gustó mucho lo que dijo el otro y algo pasó en él. Solo bastó un segundo, solo uno. Algo estalló. Algo reventó en BaekHyun, algo que ChanYeol percibió.

El contrario se tiró contra su cuerpo y sus labios se toparon de inmediato. Debido al nuevo peso se fue hacia atrás y se llevó al prostituto consigo, por lo que ambos terminaron acostados en la pequeña cama que había en la habitación. Sintió el pecho ajeno contra el suyo y eso le generó una sensación extraña, pues por primera vez no se encontró con uno senos, pero intentó fluir, intentó no pensar en absolutamente nada. Evitó imaginarse que ChanYeol era una mujer, que aquellos dedos que recorrían sus costados eran finos o que lo que le rascaba la barbilla no era barba, porque sabía que eso solo lo frustraba más y que, así como dijo el prostituto, solo debía probar, debía olvidarse que eso lo hacía porque había un hombre obsesionado en conseguir a un prostituto y que por ello les pusieron una pistola en la cabeza.

Se olvidó del pelo largo y sedoso y solo aferró los dedos a aquel cabello corto y grueso que le hizo cosquillas en la oreja cuando el contrario decidió besarle el cuello, cosa que no meditó mucho. Se dejó embriagar por el intenso olor masculino, una mezcla entre humo, jabón y colonia barata. Durante mucho tiempo BaekHyun olió distintos tipos de perfumes femeninos, algunos ácidos y muchos otros más dulces. Sin embargo, nunca tuvo tan cerca a alguien que oliese como ChanYeol y por alguna razón eso... le gustó, incluso cuando ya llevaba más de un mes oliendo ese tipo de aromas en Hostel.

—¿Estás cómodo? —preguntó el contrario contra su oído y él no pudo evitar estremecerse.

Por alguna razón, le gustó la sensación que dejó ChanYeol en su cuerpo, así que se olvidó de la pregunta y tomó al pelinegro por las mejillas para acercarlo lo suficiente y besarlo. Nuevamente empezó otra sesión de besos bastante vehemente, donde el otro pareció perder un poco el control de su cuerpo y simplemente las cosas fluyeron, supuso. Después de todo, eso era lo que buscaban, fluir y dejar de pensar tanto las cosas, al menos por parte de BaekHyun.

—Mmh... —gimió cuando el contrario le acarició el pecho.

Se suponía que el hombre era un prostituto y que debía hacer movimientos sutiles, delicados, tocar a los otros como una dulce flor, como si fuese una mujer... Claro, ChanYeol trataba con hombres. No debía dejar de recordárselo, que en ese momento estaba tratando con un hombre y que eso estaba perfectamente bien, que no debía volverse loco, que solo tenía que fluir...

—¡No muerdas tan fuerte! —se quejó entre dientes cuando sintió que el otro tiró del lóbulo de su oreja, pero en realidad BaekHyun no se sintió precisamente molesto con tal acción. De hecho, el gesto lo encendió en cierto punto, aún cuando prefería las caricias con los nudillos en la mejilla.

Dejó que las pesadas manos ajenas le presionasen los costados, sujetándolo de tal manera que le quitó el maldito aire. De seguro BaekHyun nunca se sintió tan seguro como en esos brazos, probablemente porque siempre era él quien tenía que asegurar a cualquier señorita desamparada, rota por amor, envuelta en dinero o deseosa por los excesos. Era una situación inusual, sí, pero no era molesta; le agradaba.

BaekHyun de repente se encontró sintiendo la piel caliente de una mano amplia posarse en su espalda mientras nuevamente aquellos labios ya no tan desconocidos volvían a encontrarse con él. Entre ese proceso percibió como el otro dejó un recorrido estremecedor en lo bajo de su abdomen y ante lo mismo terminó sin camisa, por lo que su pecho quedó expuesto ante la penumbra de la habitación, la cual era palpada por las cortinas gruesas de color azul piedra.

Él, al verse ignorante de dónde poner las manos, simplemente dejó estas inertes a los costados, aunque ChanYeol rápidamente se apropió de ellas una vez que se quitó la camiseta. Así, semidesnudo, el prostituto hizo que las manos de BaekHyun fuesen hasta el pecho ajeno, justo en el centro, por debajo de los pectorales y sobre los abdominales marcados. ¿Qué se suponía que debía sentir ante eso? ¿Atracción? BaekHyun no la sentía. No le generaba ningún tipo de excitación particular ni tampoco tuvo el deseo de recorrerlo con la lengua, como en el pasado sí sintió con una mujer.

—No pienses tanto las cosas —susurró el pelinegro desde lo alto y BaekHyun le dio toda la razón.

Volvió a su anterior postura, donde sentía que las cosas funcionaban. Dejó de comparar a ese hombre frente a él con una mujer y solo cerró los ojos y se dejó tocar. Permitió que ChanYeol le recorriese el pecho con sus manos pesadas, que le besase la barbilla y el cuello con sus labios resecos, que le acariciase los muslos con sus dedos gruesos y que finalmente presionase una de sus manos en su entrepierna. Lógicamente, eso inicialmente lo sobresaltó, pero no le costó mucho adaptarse y antes de que se diese cuenta ya gemía libremente cuando la mano ajena luchaba con su pene endurecido.

BaekHyun sabía que eso serviría en la medida que cerrase los ojos y solo se dejase albergar por los estímulos. Sin embargo, era inevitable quitarse el aroma de ChanYeol de la nariz, no podía olvidarse de que aquellas eran sus manos y que ese era un hombre.

—Sí, así...—pidió cuando, de un momento a otro, se vio con el miembro humedecido y caliente. ChanYeol le estaba haciendo una felación.

No sé replanteó dos veces cuando el hombre se hizo lugar entre sus piernas para chuparlo con mejor facilidad. De hecho, el mismo BaekHyun se abrió en búsqueda de comodidad y terminó con la mano sujetando fuertemente el pelo de ChanYeol mientras se arqueaba y gemía.

Le gustó y bastante. El tipo lo hacía increíblemente bien y con ello tuvo el fugaz pensamiento de que debía subirle el precio porque hacía unas mamadas espectaculares. Era sorprendente, claro. BaekHyun se sentía hiperventilado al ver hacia abajo y encontrarse con esos oscuros que eran acompañados de unas gruesas cejas y unos pómulos marcados. Era un hombre y no le molestó.

—Ven —pidió y tomó al sujeto del cuello para elevarlo con la intención de encontrarse con sus labios. BaekHyun sintió unas inexplicables ganas de besarlo.

—Tranquilo —pidió el otro sin aire y entremedio del beso, pero él no le hizo caso. Simplemente aprovechó esa sensación de euforia para fluir.

Abrió mejor las piernas a pesar de que el pantalón de pijama le incomodaba. Sus manos fueron hasta el cabello del contrario y se aferró a este mientras el beso continuaba con vehemencia.

Debido a la cercanía sus pechos se presionaban el uno contra el otro y BaekHyun se sintió apretujado contra algo duro y plano, con menos busto, pero con un calor increíble. Concluyó que no le importó, que podía vivir sin un par de tetas.

—Te sacaré todo —susurró el contrario contra sus labios a modo de aviso y BaekHyun quizás debió asustarse, pero al final terminó gimiendo profundo y asintió.

Soltó a ChanYeol y este se alzó sobre sus rodillas para bajarle más los pantalones y luego descendió de la cama para terminar de desnudarlo. BaekHyun volvió a sentirse nervioso en ese momento, pero tomó aire profundamente y debido a ello el más alto lo miró por debajo de su cabello desordenado. Era un chico guapo, atractivo y fuerte. BaekHyun sabía que no le gustaba, pero no podía negar que tenía mucho encanto.

—¿Deberías desvestirte? —preguntó con cuidado, casi con inocencia, mientras veía que ChanYeol lo miraba desde la cima aún con el bañador. Pudo notar perfectamente el miembro ajeno endurecido por debajo de la incómoda tela.

El pelinegro no le respondió y solo sostuvo una de sus rodillas para hacerla a un lado. Quiso chillar por el contacto tan brusco y quizás pegarle un par de manotazos para que lo dejase tranquilo, pero ChanYeol solo lo miró serio y sin ninguna palabra de por medio su cuerpo se relajó.

Unos labios se encontraron con los suyos nuevamente y BaekHyun volvió a perderse, totalmente agradecido por ese tipo de atención. Las manos de ChanYeol acariciaron sus hombros, presionaron sus clavículas y bajaron hasta sus codos.

—Nunca nadie ma había tocado así —logró decir en el momento en que el contrario se fue hasta su cuello. El chico se detuvo y él supuso que debía continuar—. Tocar a las chicas...

—Déjate consentir esta vez —murmuró el pelinegro contra su oído y él contuvo el aire, totalmente enloquecido por la sensación estremecedora que le dejó.

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Estoy dispuesta a publicar otro capítulo el día de hoy si le dan amor a este. :3🙈

Por cierto, quería saber qué opinan sobre la personalidad de Baek y su desarrollo a lo largo de la historia. ¿Les parece incoherente que acepte de repente de buena gana lo que sucede con ChanYeol? 🤔

Una amiga lectora me hizo ver esto y le hallé la razón. De hecho, planeo hacer unas modificaciones en la historia una vez que la termine. De igual forma, me gustaría saber su opinión, ya que tienen otra perspectiva respecto a la historia. 🙊

Sin más, muchas gracias por leer y comentar. Ya me queda una sola semana de clases, así que espero retomar pronto lo que tengo pendiente. 🏄🏻‍♀️💖

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