Capítulo: 18
CAPÍTULO: 18
DEREK.
-¡Lena! ¡Lena!- grito mientras golpeo la puerta con el puño.
Intento que ella me escuche por todos los medios que se me ocurren. Nada.
-¡Lena!
Sin cesar mis gritos, cojo carrerilla para, con el costado de mi cuerpo, tratar de tirar la puerta abajo. Ni siquiera logro pensar con claridad. Un fuerte lamento procedente de dentro de la habitación se mezcla con mis golpes y mis súplicas de que la muchacha abra la puerta. Finalmente, tras un último golpe en la madera de la puerta, esta termina por abrirse dándome acceso al interior.
Sangre.
Sangre en el suelo, en la bañera, en el lavabo. Ese líquido rojo es lo único que inunda mi campo de visión hasta que me topo con ella, con su cuerpo frío e inerte tendido sobre el suelo...
Álex.
Un grito ahogado me hace abrir los ojos e incorporarme de manera brusca sobre la cama de cojines percatándome de que todo ha sido una pesadilla. La misma pesadilla excepto por una variación, Álex era Lena en mi sueño. Me llevo las manos a la cabeza, apoyando los codos sobre mis rodillas flexionadas. Trato de regular mi acelerada respiración, sintiendo ligeros mareos los cuales asocio a los efectos de la quimioterapia. Por lo visto, descansar no me ha servido de mucho.
-¿Has tenido un mal sueño?- me pregunta la dulce voz de Álex haciendo que me sobresalte.
Sus ojos marrones analizan mi expresión con cierta intriga y preocupación a la vez que, su boca, permanece ligeramente entreabierta.
-¿No has dormido nada?- le pregunto tratando de cambiar de tema. SU mirada cansada la delata, al igual que el rastro de unas débiles ojeras bajo su párpado inferior.
La chica niega levemente con la cabeza, desviando la vista hacia el suelo del cuarto.
-Todos tenemos algún motivo que nos roba el sueño.- dice con un firme tono de voz.
Lo sé, y yo conozco el suyo de sobras. Porque, de algún modo u otro, también es el mismo que me quita el sueño a mí. Y es que, Lena y Álex no son tan distintas.
La miro y sé en qué está pensando, es como si sus pensamientos me llamasen a gritos, como si toda ella estuviese pidiendo ayuda. Desde el día en el que le diagnosticaron anorexia, Álex no ha vuelto a sacar el tema, ni siquiera tengo la certeza de que haya vuelto a esconderse y vomitar y, si lo ha hecho, con cuanta frecuencia o si se ha saltado el horario de comidas que les imponen la enfermeras a todas las chicas que se encuentran en su misma situación. Álex se ha cerrado en banda. Tiene tanto miedo que, su propio dolor, me contagia, sumándose con el mío propio. Tal vez sea por Lena, tal vez ella sea la clave de mi comportamiento con Álex, de mis sentimientos hacia ella. Pero hay algo más detrás de cualquier enfermedad que Álex pueda padecer, algo mucho más intenso que supera el cáncer o la anorexia.
-Ven.- le pido a Álex sacándola de sus pensamientos.
Me incorporo despacio, sintiendo un fuerte malestar que recorre mi cuerpo. No obstante, no me permito que Álex lo note, así que trato de disimularlo lo mejor que pueda. Ahora no es el momento de que me venga abajo.
-Te preguntarás qué pinta aquí, en mitad del suelo, un bote de pintura negra, ¿no es así?- le pregunto curioso.
-Sí, algo había pensado- ríe.
-Pues bien, necesito que te coloques ahí- le señalo el centro de la habitación y ella, obedientemente, se sitúa con una tímida sonrisa en la boca.- Ahora tan solo, escucha y observa.
-¿Qué escuche?
Coloco mi dedo índice sobre mis labios haciendo salir de ellos un siseo que obliga a Álex a permanecer callada con los brazos cruzados y una mueca de resignación en su rostro. Sin embargo, pronto se cambia por un gesto de asombro y expectación al ver cómo me dirijo hacia una pequeña mesilla donde se encuentra mi teléfono móvil. Lo sujeto firmemente con la mano y presiono sobre el icono de una nota musical de la pantalla.
High de Lighthouse Family, comienza a sonar por toda la habitación.
Con dos grandes zancadas, me aproximo hacia el bote de pintura y lo envuelvo entre unos de mis brazos mientras que, con el otro libre, agarro una de las brochas y comienzo a deslizarla sobre los muros que forman en cuarto escribiendo diversas frases que se van cantando en la canción. No miro a Álex, prefiero imaginarme su expresión hasta terminar.
-Cause even the impossible is easy when we got each other...se escucha desde el teléfono móvil a la vez que yo escribo esa misma frase a lo largo de toda una pared azul de la sala.
Escucho como la débil risa de Álex llega hasta mis oídos haciendo que muerda mi labio inferior con fuerza, resistiendo la tentación de darme la vuelta y mirarla. Ver como sus ojos chisporrotean en una luz brillante, en un brillo que los inunda. Como su nariz se arruga ligeramente en esa risilla nerviosa o como sus labios se curvan hacia arriba, provocándome a que los bese una y otra vez.
-We stayed so close to the end we'll remember it was me and you...- vuelvo a escribir con fluidez llenando ya dos de las paredes, dejando la del fondo libre para la frase final.
-Cause we are gonna be forever, you and me. You will always keep it flying high in the sky of love...
Termino al mismo tiempo que lo hace la canción y poso la brocha, teñida ahora de negro, dentro del bota de pintura
-Derek...-me llama Álex tapándose la boca una vez que ha leído el estribillo de la canción escrito por mí en la pared.- Yo...esto es...
-Tú y yo- afirmo con seguridad acercándome a ella de tal manera que nuestras frentes chocan.- Eso es lo que somos. Sin miedo, sin tristeza, sin enfermedad alguna...no quiero que eso exista cuando estemos juntos. No tengo tiempo de lamentarme cuando estoy contigo, porque solo quiero disfrutar de ti. Tu y yo, Álex...
Juntos, nos fundimos en un cálido abrazo. Yo dejo esconder mi rostro entre su hombro y su cuello mientras sus delgados brazos se aferran a mi espalda como si yo fuese su único soporte, aquello que la mantiene en pie sin dejarla caer mientras es golpeada por la realidad que le ha tocado vivir.
-No puedo permitirme hacerte daño, esta vez no voy a llegar tarde...No podría soportarlo de nuevo...- todos los recuerdos invaden mi mente como si de una avalancha se tratase.
-¿Qué quieres decir?
Estrecho más su cuerpo contra el mío cuando me doy cuenta de que ha llegado el momento de contarle todo, de contarle el motivo de mis pesadillas, de aquello que me quita el sueño. Es la hora de revelarle todo lo que ocurrió aquella tarde hace un par de veranos.
-Mi pesadilla, Álex...- un fuerte nudo se forma en mi garganta a medida que busco las palabras correctas para ser claro y preciso.- Hubo a una chica en mi vida que se encontraba en la misma situación que tú, sin embargo, no quiso contárselo a nadie desde el principio. Un día la vi consultando en Internet blogs y páginas donde se animaban a las chicas a adelgazar empujándolas a los trastornos alimenticios...Fue demasiado tarde para que yo impidiese que Lena cayese en la anorexia...
El frágil cuerpo de Álex se estremece al escuchar aquella palabra pero no me pide en ningún momento que deje a un lado esta historia.
-Pero todavía fue más tarde cuando una tarde se encerró en el cuarto de baño y comencé a ver que tardaba demasiado en salir de allí. Me preocupé y acudí hacia la habitación donde se encontraba Lena...A través de la puerta logré distinguir sus llantos del sonido del agua del grifo al caer sobre la pila del lavabo...Más tarde, tras un sonido seco, todo permaneció en silencio. Una vez que me las apañé para entrar, ya era demasiado tarde...Lena yacía sobre el suelo, rodeada de manchas de sangre que provenían de profundos cortes que ella misma se había propiciado en las muñecas con una cuchilla...
Una lágrima se escapa surcando mis mejillas hasta quedar balanceándose en mi barbilla. Cuando quiero darme cuenta, las manos de Álex me sujetan el rostro y sus ojos se adentran en mi mirada. No dice nada, tal solo se limita a mirarme, transmitiéndome esa tranquilidad y fuerza que solo ella sabe darme. Suspiro con fuerza y cierro los ojos reteniendo en ellos las próximas lágrimas que tienen intención de salir al exterior.
-Desde entonces sueño con ese día, culpándome después por no haber llegado a tiempo para detenerla...Si la hubiese detenido seguiría viva...- sorbo por la nariz y abro de nuevo los ojos. Álex trata de decirme algo pero yo me adelanto a ella, deseando que no se vaya de aquí, que no huya de mí por esta pesada carga de mi pasado.
-Lena era mi hermana.
Hola hola!! Tacháaaaaan!! Aquí os traigo uno de los capítulos más importantes de la historia donde Derek nos revela tan solo el principio del que fue su pasado...¿Qué os ha parecido? ¿Os lo esperabais?
Os dejo con la canción que aparece en este capítulo, os recomiendo que las escuchéis porque realmente es preciosa...Es una de mis favoritas y la verdad me encanta.
Un beso para todos y muchas gracias de nuevo por vuestro apoyo!! Espero vuestros vosotos y comentarios si os ha gustado este capítulo. Os aviso de que (aunque ahora tardo más en subir capítulos) el mes de Noviembre va a ser muy ajetreado para mi por el tema exámenes e instituto por lo que seguramente tarde más en publicar...lo siento de verdad, pero no dejaré la historia.
Si os gusta la historia y queréis saber más, paciencia por favor.
¡GRACIAS LECTORCILLOS MIOS!
Un beso enorme!
María.
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