Siete
Cuando estacionó vio a su madre, estaba igual a cómo la recordaba. Sus recuerdos la bombardearon como si miles de paparazzis estuvieran fotografiándola. La última vez que vio a su madre fue cuando decidió que estudiaría Artes visuales en la universidad. Su madre no lo acepto pues decía que moriría de hambre antes de lograr cumplir sus sueños.
Ese mismo año, sus padres se divorciaron por desacuerdos entre ellos. Eso la devastó, pues su padre se quedó con su custodia y aunque él siempre estuvo para ella y la apoyó, el cancer apareció llevándoselo en tan sólo unos meses. Abandonó su sueño de ser pintora y se dedicó a la pedagogía. Su vida marchaba con miseria hasta que por un golpe de suerte conoció a Keegan yendo a comprar un café.
El día era lluvioso por lo cual debía permanecer en la cafetería y ahí estaba él. Callado, solo e inmerso en sus pensamientos, hasta que ella le preguntó si podía tomar asiento, al hacerlo ambos no paraban de verse y hablar sobre cosas triviales. Bastó una semana para que sus encuentros fueran más seguidos, T/n perdió la cuenta de cuántos "encuentros casuales" pasaron para que ambos comenzaran a tener citas verdaderas.
Parpadeo regresando al pasado y volver a ver a su madre quien la esperaba en el pórtico, tomó aire y su bolso con fuerza para bajar del auto u dirigirse hasta ella y cuando por fin lo hizo noto que su madre no estaba sola. Se encontraba con un hombre algo, castaño y sonriente. Sin duda su madre rehizo su vida, por una parte le alegraba y por la otra le entristecía, pues jamás la llama para contarle.
——Hola mamá —saludo amable, pero su madre no respondió, la sorprendió abrazándola con fuerza
T/n cerró sus ojos con fuerza y la abrazó del mismo modo, había extrañado sus abrazos, su aroma y su calidez. No recordaba lo que era un abrazo maternal y ahora que lo tuvo solo pudo llorar en su hombro.
——Eso es linda, eso es —decía mientras la mecía en sus brazos —mamá ya está aquí —la tranquilizó
Su esposo solo le sonrió, él sabía lo que ella había esperado para darle ese abrazo, las batallas que libró para poder volver a ser una mujer feliz.
(***)
Su madre cocinaba mientras una canción en bajo volumen se escuchaba, T/n solo la veía, sus lágrimas se habían agotado y su cansancio apareció.
——No recordaba lo que era que tu madre te cocinara —interrumpió el canto de su madre quien se giró y le sonrió
——Y yo lo que era cocinar con alegría para mi hija —rio —siéntante, hoy más que nunca necesitas descansar y comer mucho, pues no solo comes por ti, si no por ambos —se acerca a ella y besa su cabeza
——Gracias mamá —cierra sus ojos ante su beso. Duda un poco en si preguntar o no, pues no sabía si su madre deseaba responder, pero tomó aire y decidió hacerlo —¿Desde cuando estas casada con Richard? —baja la mirada y juguetea con sus dedos sobre la mesa
Su madre deja de menear la comida y suelta un suspiro para girarse a ella. La ve a los ojos con esa calidez que solo ella puede dar y le sonríe.
——Lo conocí cuando el divorcio se concluyó, digamos siendo amigos hasta hace dos meses que contrajimos matrimonio, no hubo boda grande, solo firmamos y comimos pizza —responde sonriendo, haciéndole saber a su hija que era feliz
——Me alegro mucho mamá, estoy feliz de que tú lo estés
Su madre niega.
——Lamentó no haberte visitado, tu padre me insistía pero yo no quería darte la cara, me sentía mal por apagar tus sueños y no haberte apoyado. T/n, enserio perdón —
En sus ojos se notaba la sinceridad con la que se disculpaba, T/n tomó sus manos mirándola a los ojos.
——Fue duró, ver a papá llorar todas las noches por ti y cuando estaba bien, el cancer apareció. Antes no lo entendía pero ahora si mamá, no fue culpa de nadie, ninguno sabía cómo reaccionar o actuar y está bien, es de humanos errar y de valientes enfrentar —le sonríe —viniste cuando más lo necesitaba y eso siempre te lo voy a agradecer mamá. No hay nada que perdonar —deja en claro
——Oh, cariño gracias —se acerca a ella para darle un abrazo y besar su cabeza —se que esto es muy difícil para ti, pero ya no estás sola, ahora nos tendrás a nosotros
Richard entra a la cocina con unas bolsas de compras, pues se dio cuenta que T/n había descuidado muchas cosas de su hogar por estar atenta a Keegan.
——Sofía tiene razón, se que no soy tu padre y jamás podré reemplazarlo, pero estoy aquí para ayudarte en lo que necesites, mírame cómo un amigo con el que puedes contar —sonríe
——Agradezco su apoyo, si no hubieran llamado no se que hubiera hecho, estoy tan perdida y dolida —confiesa —amo perdidamente a Keegan y lo que deseo es verlo bien, recuperado y en paz —solloza —aunque eso signifique perderlo —se abraza a si misma, Sofía y Richard se acercan a ella —este bebé me necesita y Keegan también y...—su voz se corta
——Será difícil hija, no lo niego —suspira —pero saldremos de esto juntos, como familia y ese pequeño tendrá un ambiente sano —asegura —además Keegan sanará o al menos se dará cuenta de el error que cometió al encerrarse en si mismo y te buscara, por que te ama. Volverán a estar juntos
La abraza con fuerza mientras T/n sigue sollozando. No entendía de donde podían salir tantas lágrimas, pero sabía que quedaría seca de tanto llorar.
(***)
Keegan analiza su habitación, es pequeña, una cama individual, un pequeño buró con una lámpara de noche, un closet y una ventana que daba al patio donde varios pacientes jugaban fútbol.
Suspiró y se sentó en la cama. No era muy diferente a cuando asistía a la academia o tenía que salir a una misión, aunque debía admitir que en algo si lo era, ahora T/n no lo esperaba con la comida lista o dormía mientras él llegaba. No, ahora ella estaba en casa llorando por su actitud tan estúpida y negativa.
Se lamentaba no haberle podido confesar lo que en su cabeza sucedía, las tormentas que lo mantenían cautivo y las veces en que deseó asesinarla. Cerró sus ojos y llevó sus manos a su rostro para cubrirlo. Ya no era el mismo, ya no pensaba en formar una familia, salir de paseo o ver una película. Ahora pensaba en quitarse la vida o quitársela a alguien más, en buscar a quien había provocado que los atraparan y hacerlos sufrir de las peores formas posibles. Deseaba venganza y sabía que no era sano.
——Tu esposa ya se fue —avisa Liam entrando a la habitación con algunos medicamentos —¿seguro que no querías despedirte? —negó —¿por que?
Lo pensó varios segundos y después resopló.
——Ella no merece esta mierda, ha pasado por muchas cosas a lo largo de su vida y ahora yo con esto —chasquea la lengua —no quiero atosigarla más, no quiero que de nuevo se decaiga, que crea que es su culpa
Liam remojó sus labios al momento que fruncía su ceño.
——La estás alejando —concluyó y Keegan asintió —eso no es bueno Keegan
——¿Y que debería hacer...—levanta la mirada —ir con ella abrazarla, besarla y mentirle que todo irá bien, que la amo, pero también sueño con asesinarla, hacerle promesas falsas de que me curare y volveremos hacer felices? —niega irónico —ella merece algo más, merece a alguien que la haga feliz
——¿Y que hay de lo que piensa o cree ella, no importa? —lo cuestiona
Keegan ríe frustrado.
——Importa lo que sentirá, ella podrá jurarme amor eterno, pero eso la apagará y no quiero eso, no para ella
——Solo se lo hubieras dicho —
Suspira.
——La conozco mejor que nadie, ella no me dejara, aunque le explique, aunque le mienta. Ella es resistente y me conoce mejor que yo mismo, sabrá que lo hago para alejarla —sonríe —es un ángel y no quiero que pierda sus alas por mi. —
Liam asiente entendiendo su punto y empatizando el sentir de Keegan, sabía que no era lo correcto pero deseaba ayudarle que solo no lo cuestionó por ahora.
——¿Son para mi? —preguntó Keegan sacándolo del transe y asintió rápidamente
——Ajá —le tendió varias cajas —son pastillas para dormir, antidepresivos y vitaminas. Si queremos que te sientas mejor, debemos mantenerte con buena salud —coloca su mano en el hombro y le sonríe —trabajaremos juntos para que superes esto Keegan —le asegura
Keegan muerde el interior de su mejilla asintiendo y cuando Liam está por salir, aún dudoso se gira a él.
——¿Podría pedirle un último favor? —pregunta rasgando su nuca —
——Por supuesto —
——Si mi...si T/n viene a buscarme, dígale que por ahora no puedo recibir visitas por favor —lo miró a los ojos
Liam dudo pero al final asintió.
——Claro, yo doy la orden —Keegan asintio viéndolo irse. Liam solo negó yéndose de ahí
Se recostó en su cama con los brazos detrás de su cabeza y la vista al frente. Estaba renunciando a lo mejor de su vida, pero no quería arruinarlo.
O era lo que pensaba.
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