Seis
T/n sabe que lo mejor para su esposo es visitar aún psiquiatra, así que decidió seguir el consejo de su madre y llamar al trabajo de Keegan quienes le asignaron uno. Según lo que le dijeron de este psiquiatra, es que era el mejor y especializado en soldados que perdían la cordura después de una guerra trágica, una batalla perdida o una tortura horrible y también después de la pérdida de su matrimonio.
Ella desea volver a tener a su esposo de vuelta y aunque sabía que eso jamás sucedería, al menos quería que él estuviera tranquilo. Volver a iniciar sus vidas fuera de los malos recuerdos. Se giró a él quien estaba sumergido en sus pensamientos, ni siquiera noto cuando estacionaron fuera del hospital psiquiátrico.
——Keegan —lo llamó suavemente mientras lo meneaba un poco
Keegan reacción igual que las veces anteriores, brusco, al sentir que lo movía tomó su mano doblándosela con fuerza, ella gritó con dolor despertando a Keegan.
——T/n, lo siento —se disculpó apenado, ella solo retiró su mano y negó bajando del auto —cariño —bajo rápidamente y al intentar acercarse a ella un guardia lo detuvo —¿que? —estaba apunto de soltarse pero ella habló
——Está bien Keegan, aquí te ayudarán —este arrugo su entrecejo —te amo y mucho, pero no podemos seguir así —mostró su muñeca rota —debes recuperarte antes, yo estaré a tu lado todo el tiempo, vendré a visitarte y jamás te dejaré —
——Perdóname, por favor —imploró al ver el daño que le causó, comprendiendo que era mejor para ambos, imaginándose si algún día no se detenía y la matara, eso jamás se lo perdonaría —
——Te amo Keegan —le dio un beso sobre su pasamontañas—
Los guardias lo llevaron a dentro y dirigieron a T/n con un médico quien la atendería.
——Usted debe ser Keegan Russ —La voz de un hombre joven lo trajo al presente. Solo asintió —muy bien, mi nombre es Liam Warren y seré tu psiquiatra, déjame reconocer que es de valientes elegir esta opción —le sonrió —por aquí —
Los guardias lo soltaron y Keegan lo seguía viendo atrás buscando a su esposa.
——Descuida, ella está bien, solo fue una fractura leve, aunque el dolor es horrible —le sonrió señalando su oficina —entra, primero hablaremos y veremos con lo que estamos tratando
——Si —
Fue lo único que salió de sus labios, entró a la oficina analizando todo, sus ojos se movían con rapidez ante la habitación, analizándola por completo.
——Dos ventanas, un conducto de ventilación detrás del estante con libros —lo señalo —una sola puerta y veintidós objetos filosos con los cuales podrías defenderte si fuera una amenaza —Keegan frunció su ceño —¿querías saber si hay ruta de escape o peligro, no? —preguntó reconociendo la forma en que Keegan analizaba la habitación —pues te lo he ahorrado —le sonríe y señala la silla frente a su escritorio
Aún dudoso toma asiento. Liam veía sus registros y asentía conforme leía, sus gafas se resbalan por su nariz y sus ojos se movían por las líneas de texto, hasta que por fin terminó cerrando el expediente que el ejército le brindó.
——Aquí no te juzgaré Keegan, soy un amigo al que le puedes confiar todo. Tu esposa te trajo aquí para eso, para que sueltes todo y vuelvas a casa, no como un soldado, si no como un hombre —le sonrió —por lo que leí fuiste privado de tu libertad, eres un Ghost eso debió ser difícil para ti, ¿no? —ladeó su cabeza esperando tener una respuesta
——Fue humillante —respondió después de varios minutos de silencio —
——Correcto —apuntó en su libreta —¿que emociones encontraste, por que te cuesta soltar lo que tu mente está pensando ahora, que te hicieron ahí que tu mente se quedó? —preguntó
Su tono era amable, cuidadoso y amigable. Quería que Keegan tuviera confianza, que ni tuviera miedo de dar un primer paso rápidamente
——Fui entrenado para no sentir miedo, no dudar si se debía actuar, proteger y dar mi vida si es necesario, pero al estar ahí —negó recordando todo lucidamente —como las minas explotaron y el terror que me envolvió al pensar que iba a morir —remojó sus labios —fue aterrador, desperté en una habitación, todos ahí me hicieron sentir como un niño asustado, un Ghost —negó irónico —lo que fui ahí, no fue de un Ghost, fue de un cobarde
——No te tortures así —pidió —no fuiste un cobarde, fuiste un humano, un esposo. No había manera de actuar y lo sabes bien, fuiste entrenado para proteger y eso hiciste, no dijiste nada, a pesar de todas las torturas que te hicieron no hablaste, ¿dime quien hace eso? —lo miró a los ojos —no fue humillante, fue de cobardes atacarlos así, no de frente, si no usando armería —
——En la guerra todo se vale —recitó
——Al igual que sentir miedo —dijo firme —el miedo nos ayuda, no lo veas como debilidad, si no como un aliado. Algunas veces necesitamos el miedo de nuestro lado, por que cuando sientes miedo la adrenalina que causa en tu cuerpo es increíble y aunque tú no lo creas no fue miedo a morir —Keegan levantó la vista —fue miedo a dejar a tu esposa sola y eso no es humillación, es entendible —le sonrió
Keegan aún lo veía, sus palabras fueron crudas y reales, no buscaban hacerlo sentir mal, si no hacerlo entrar en razón. Que comprendiera que en verdad se culpaba por algo que no debía.
——Es sorprendente como avanzamos en la primera terapia Sr. Russ, agradezco su cooperación y entusiasmo para su recuperación —le sonríe —estando aquí, tomará algunos talleres, quizás sus traumas no podremos quitárselos pero podrá vivir con ellos —se levanta y camina a la puerta —despídase de su esposa
Keegan asiente y sale de ahí. En alguna forma fue liberador, poder contar todo sin presión o sentirse juzgado fue sorprendente, sabía que su esposa lo escucharía, pero no quería hacerle daño, no otra vez.
Camino por los pasillos y se detuvo cuando vio a T/n esperándolo en la sala, su cabello no brillaba como antes y su mirada estaba cansada, su ropa era un pans, ella jamás los usaba al salir, siempre vestía sus mejores vestidos y sus hermosas zapatillas negras y ahora parecía una mujer distinta, la venda en su mano demostraba lo que era capaz de hacerle, entendió el daño que le estaba haciendo.
¿Y si era mejor dejarla ir?
Apretó su mandíbula y regresó por el mismo pasillo para esperar a que ella se fuera. Por su lado T/n esperaba ansiosa a su esposo, deseaba despedirse pero no llegaba, hasta que el psiquiatra apareció con una sonrisa.
——¿T/n Russ, verdad? —ella asintió —tuve que enviar de una vez a Keegan a su habitación —mintió
——¿Sucedió algo malo? —preguntó asustada y Liam negó —
——No, no hizo nada malo –le sonrió —de hecho habló en la primera sesión, es por eso que lo mande a instalar, no quiero perder el ritmo —
Ella remojó sus labios triste por no poder despedirse de él, quizás la odia por llevarlo, asiente sin mirarlo y camina a la puerta.
——Solo dígale que lo estaremos esperando, que deseo que pronto se recupere —le sonrió de lado y salió de ahí
Camino hasta su auto donde volvió a llorar, al parecer ya era una rutina hacerlo todos los días, tomó aire para calmarse y así volver a casa. Su mano aún le dolía, reconociendo que Keegan si podía lastimarla.
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