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Once

Keegan decidido se levantó temprano, alistó su cama, se duchó y se dirigió con Liam para portar su grano de arena al psiquiátrico. Ya no quería que lo vieran como un hombre débil o exagerado.

Su primer tarea fue ordenar el comedor. Tomó lo necesario para cumplir con su tarea y suspiró mientras terminaba de barrer, todo ante la mirada curiosa del hombre de tez morena, sonrió y se acercó a Keegan para ayudarlo a recoger la basura, pues Keegan aún tenía su brazo lastimado.

——Veo que dejaste de ser una estúpida niña llorona

Keegan frunce su ceño y se gira a él, confundió por sus palabras.

——Nunca lo fui —reclama dejando que le ayude 

——Lo que tú digas amigo —

Resopló y detuvo su acción para confrontarlo.

——¿Cual es tu problema conmigo? —decidió preguntar una vez por todas, ya estaba cansado de que el hombre siempre lo menospreciara o dijera que solo exageraba, no comprendía cuál era su problema con él — . Todo el tiempo me estás molestando, ¿acaso te hice algo? —inquirió ladeando su cabeza mientras lo veía fijamente

El hombre rio remojando sus labios y negó restándole importancia.

——Para nada, solo se me hacía una idiotez que tú teniendo a tu esposa con vida o a tu lado decides dejarla de lado en tu recuperación. ¿Sabes cuantos de nosotros daríamos por que fuera a si, que nuestra esposa nos haya esperado y no se hubiera largado con nuestros hijos tan lejos de ti como sea posible? —sonrió melancólico —

Lo escuchó atento, sabía que había personas que la tenían más difícil que él, pero no por eso debía lamentarse.

——Quizás, pero no quiero que ella sufra, no estoy o estaba dispuesto a que mientras me hacía brillar, ella se apagara poco a poco —respondió —no es mi culpa que sus esposas los dejaran y no dejaré que ustedes me la echen —hablo decidido

——Claro que no tienes la culpa, solo te estoy diciendo que no hagas que ella te deje amigo, ahora no lo entiendes pero cuando la necesites y ella no está te lamentarás —levantó una ceja

——¿Eres una especie de pastor o mentor para los huéspedes? —bromeó haciendo reír al hombre

——No, pero reconozco cuando una persona está perdida en si misma que se cierra tanto en su dolor ignorando al de los demás. Algunas veces eso está bien, por que nadie tiene derecho a minimizar tus emociones, pero amigo esa mujer no lo merece

Ambos se vieron a los ojos, Keegan notaba la sinceridad en él y asintió entendiendo que en verdad él tenía razón. Estaba cerrándose en si mismo que se le olvidó por completo que su esposa siempre estuvo para él.

——Tienes razón, ella se destruía solo para armarme y yo jamás lo agradecí, es más deseché sus piezas —

——Jamás imagine que fueras poeta —mencionó sarcástico

——¡Idiota! —dice entre dientes divertido, termina de recoger la basura y entre ambos van al callejón de lado izquierdo. Suspira al ver la calle, no recordaba cuanto tiempo había llevado sin hacerlo.

Era como si hubiera estado preso en su propio cuerpo, se privó de tantas cosas esas semanas en las que se encerró en su propia mente y ahora cada pequeño detalle desde; el rayo del sol, el sonido de los autos, los gritos de las personas y hasta los gatos entre los contenedores de basura, le hacían sentir una calidez hermosa y relajante. Y rápidamente ella vino a su mente.

——Vamos hombre, hoy servirán el famoso pavo —hace una mueca —no es delicioso pero no le digas a Liam, pues su madre siempre lo prepara —

——¿Este lugar lo dirige Liam?

Ahora de daba cuenta que Liam siempre lo ayuda, lo escucha y aconseja, pero él jamás le ha preguntada sobre él o quizás conocido más allá del ámbito laboral.

——Ajá —abre la puerta para que Keegan entre y después lo hace él —cuando se graduó decidió endeudarse hasta el cuello ya abrió este lugar —

——¿Por que lo haría? —preguntó ceñudo

——Nadie lo sabe y nadie a querido preguntar pues él nos ayuda sin cuestionarnos —encoge sus hombros —es un buen hombre

——Ya lo creo —susurró



(***)


——Soy Coronel Brown, Adrián Brown —corrige — . Mi pelotón y yo fuimos enviados para investigar una posible amenaza de estado en un pequeño pueblo, la encontramos, atacamos y cuando mis hombres fueron derribados uno a uno, solicité apoyo al gobierno —

Remoja sus labios, juega con sus manos dándose un minuto de silencio para poder reponerse y seguir con su relato. Ese tiempo le dio posibilidad a Keegan de ver que al hombre le hacía falta su pierna derecha, la cual era una prótesis robótica, junto a su mano izquierda y su rostro estaba cubierto por unas vendas. Mostrando lo que la guerra le hacía a los soldados.

–—Insistí, una y otra vez —niega con la vista al suelo aún sentado en su silla plástica —solo me dijeron; No habrá extracción, no tenemos a quien enviar. Nos dejaron ahí hasta que todos mis...amigos murieron y cuando estaba por hacerlo yo, me levantaron y torturaron durante cien días, todos los días sin interrupción iban a mi celda y me hacían sentir como un niño pequeño, cuando logré escapar la ira me contaminó y acabé con cada uno de esos estúpidos mercenarios, no comprendí como lo hice o por que, pero me sentí tan bien. Regrese a casa y estuve con mi familia unas semanas, después todo se jodio, al ver a mis cuatro hijos creí que eran esos desgraciados y los asesine

Las lágrimas del hombre salían sin parar, Keegan trago grueso y lo veía. Hace unos días acepto ir al grupo de apoyo liderado por Hawk Logan, amigo de Liam quien al igual que él se dedicaba a la psiquiatría y era ex militar. Escuchar sus historias lo hacían darse cuenta que no estaba solo, ahí lo escuchaba y apoyaban, pero también lo entristecían. Entró al ejército para ser como su padre, de quien sus hijos estuvieran orgullosos y ahora solo deseaba salir de ahí, no volver a tomar una arma o matar a alguien, solo ser un hombre de familia y ya.

——Estamos contigo Adrián, no debes seguir culpándote por algo que no fue tu culpa, la guerra te consume a tal punto que te pierdes en el abismo de tu mente, te pierdes tan profundo que cuando sales y ves todo lo que hizo los estragos de una guerra inútil te atormentas y solo quedan dos salidas

Se levanta junto a los demás, Keegan copea su acción y los ve bajar la cabeza.

——Los dos son de valientes, pero el buscar ayuda y aceptarla es de sabios

La sesión terminó y todos ayudaron a acomodar las sillas plásticas en una fila, Keegan estaba por salir pero Hawk lo detuvo.

——Keegan —este se giró a él quien le sonrió —estuve hablando con Liam y me dijo que eres alguien duro de roer —suelta una corta risa —y es por eso que agradezco que asistas, espero algún día puedas hablar tu, pero por ahora me alegro que vengas

——Al contrario, muchas gracias por ayudarme —

Hawk niega mientras le tiende la mano.

——No me agradezcas hasta que salgas de aquí totalmente renovado —

Propone a lo que Keegan asiente y acepta su mano mientras se dan un apretón.

——Está hecho

——Mira se que no es mi problema pero —le tiende una pequeña libreta —¿por que no intentas escribirle a tu esposa?, escribe lo que tú boca ni puede decir

Keegan dudo un poco, pero la extrañaba, extrañaba a su esposa y lo que era verla al despertar o dormir. Era en lo único que pensaba todos los días, tomó la libreta y asintió.

——Gracias —le sonríe

(***)

Una vez que se despidió de Hawk camino hasta su habitación con la libreta entre sus manos y la duda plasmada en su rostro y mente. Deseaba escribirle, ¿pero que le diría o como comenzaría; Hola soy Keegan el estúpido que te abandonó?

Agitó su cabeza y resopla entrando a su pequeño dormitorio, examinándolo por completo, se sentó en su pequeña cama aún con la libreta entre sus manos, acarició la portada y tomó el lápiz. Infló sus mejillas y sonrió.

Abrió la libreta y dejó que la tinta tocara la página; "Cariño, hay tanto por decir y poco talento para escribirlo. Hace tiempo que quise renunciar a ti."

Terminó de escribir, dobló la hoja y la colocó en un sobre improvisado, dejándola en su cajón. Se recostó con los brazos detrás de su cabeza y miró al techo, se sentía solo ahí, algo le faltaba o mejor dicho alguien.

Aunque también reflexiona por su día tan ajetreado, sabiendo que estaba dando un avance espectacular, sabía que era poco en tanto tiempo pero aún así quería aplaudirse por hacerlo. Hoy confronto a Erick con solo usar palabras, no lo golpeó, se contuvo y tuvo el valor de preguntar el por que de sus actos y comentarios ofensivos hacía él, ademas escribió varias cartas solo para contarle a su esposa cómo va su proceso de recuperación.

Sin duda alguna Liam estaba haciendo un magnífico trabajo con él, no solo le dio terapia, si no una segunda oportunidad y estaba agradecido por eso.

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