Diecisiete
Los meses pasaron con demasiada rapidez, cosa que extrañó a T/n quien pensaba que al estar lejos de su esposo el tiempo pasaría tan lento como el perezoso de Zootopia.
Pero suponía que era por la emoción de tener a su pequeña en brazos, era lo que la mantenía a flote y le hacía dejar de pensar en la falta que le hacía Keegan, su bebé la ayudaba a sobrellevar esos días pesados.
Se veía al espejo, su vientre estaba más grande, lo cual le impedía hacer varias cosas como; agacharse, sentarse, recostarse, correr y hasta levantarse de la silla, nunca se imaginó que tener un ser humano en su vientre era tan complicado, siempre que solía ver las mujeres embarazadas o películas sobre eso, sentía una chispa de curiosidad, no negaría que al principio si dudaba en si tener hijos, pero cuando se casó con Keegan sabía que si, sí lo deseaba.
Dejó los vestidos y los tacones que tanto le gustaban, por ropa más cómoda; pijamas, pans, shorts, camisas enormes de bandas de rock y siempre traía sus crocks azules, su madre no paraba de reírse diciéndole que parecía Adam Sandler, su cabello todo el tiempo debía estar suelto pues al atárselo su cabeza comenzaba a doler.
En sus pensamientos la idea de su cambio de look le parecía divertida pues ella era de siempre estar muy elegante, maquillada, usando ropa que estaba en tendencia y ahora se ponía lo primero que veía en su clóset. Sonrió acariciando su barriga y se acercó a la ventana.
El día era hermoso, el cielo tenía nubes esponjosas y las aves paseaban por la calle. Suspiró tomando su bolso para bajar a la cocina, donde su madre le estaba ayudando a decorar para la bienvenida de su esposo.
Estos meses fueron muy agitados, estar tanto tiempo separada de Keegan era algo que ella veía normal, pues con su trabajo solía irse hasta meses enteros para las misiones, pero lo que la hacía estar tranquila, era que no estaba en misión, si no en recuperación y que al volver no estaría triste por perder a sus hombres, al contrario estaría feliz por poder vencer a sus demonios. Aunque también los cambios en sus rutinas la hicieron darse cuenta de que ella podía sola.
Estaba con Keegan por que lo amaba, no por que lo necesitaba y ahí existe una enorme diferencia. Puedes amar a alguien y tenerla a tu lado por que te guste o disfrutas de su compañía, no por que lo necesitaba para algo.
Bajo las escaleras, la sala estaba totalmente restaurada, al menos debía agradecerle a Keegan por destruirla pues entre ella y Richard la decoraron como si de una revista se tratara, paredes blancas, piso de madera, muebles totalmente nuevos y modernos, adornos dorados, plantas y alfombras hermosas. La televisión fue remplazada por una pantalla plana y ahora un enorme candelabro colgaba del techo.
Pero la remodelación no terminó en la sala, también cambiaron algunos detalles de la cocina, habitaciones, porche y jardín trasero, dándose cuenta que en tiempos atrás solo se encargaba de tener una rutina, jamás gastó su tiempo en algo para que su hogar se sintiera uno, pues al ver el antes y después de su casa, se percató de que antes solía verse formal y neutral, ahora era más cómoda h elegante.
Ya entendía sobre lo que su vecina le decía; "Cuando una persona cambia, no solo se nota en su físico, vestimenta, forma de hablar, caminar o dirigirse a los demás, también en sus cosas materiales ya sea su casa, auto o accesorios. Todo debía cambiar para que tú lo hicieras, si no lo haces siempre te estancaras"
——Ahí estás —hablo su madre quien colocaba los platillos en la mesa —me gusta el vestido nuevo
T/n rio al saber que su madre notó aquel vestido blanco de maternidad.
——Gracias ma —se acercó a ella —por todo, se que crees que Keegan me lastima, pero no —su madre la ve atenta —uno es la fuerza del otro y debes entenderlo, por que tú también eres esposa
Sofía suspiró asintiendo, claro que lo entendía.
——Lo hago cariño, pero también soy madre y cuando tú lo seas, también me entenderás —ambas sonríen —mírate, te ves preciosa mi niña —le da un abrazo
——Ya termine de colocar el letrero —avisa Richard quien bajaba de las escaleras que utilizó para poner el letrero donde se leía "Bienvenido a casa"
——Bien, espero me llamen pronto —miró su reloj
——Tranquila hija, ya lo harán —le da un beso en la frente
——Lo se papá, pero estoy muy emocionada —
Suspiró viendo la pequeña decoración que hicieron, todo estaba tal y como lo ordenó. Arrugo su nariz al sentir como un líquido se deslizaba por sus piernas y al darse cuenta de que sucedía abrió sus ojos con asombro.
——¡Me orine! —exclama con vergüenza
——¿¡Qué!? —pregunta Sofía asustada
——¡Por Dios, que asco! —habla Richard al mismo tiempo que Sofía quien niega asustada
——No se orinó —ambos la vieron confundidos —se le rompió la fuente
——¡Aah! —dijeron al mismo tiempo
——T/n, vas a dar a luz —
Cuando Sofía explicó tanto Richard como T/n se asustaron.
——Mamá, ¿que voy hacer? —cuestionó nerviosa —
——Richard llama a la ambulancia y yo iré por la maleta —dio instrucciones pero ninguno hacía nada —¡Ahora! —les gritó esta vez más fuerte logrando que ambos se movieran
T/n comenzó con sus ejercicios de respiración mientras Sofía corría a la habitación por la maleta que dejaron preparada desde una semana antes como ordenes del médico de su hija, Richard llamó a la ambulancia tomándole la mano a su hija quien estaba emocionada pero al mismo tiempo asustada.
Después de unos minutos la ambulancia llegó y rápidamente la recostaron en la camilla, Richard y Sofía la seguía calmándola.
——Mamá, llama a Liam para que le diga a Keegan —Sofía solo asintió subiendo a la ambulancia con ella
(***)
Keegan se arrepintió de no haber tomado un taxi, se encontraba corriendo por las calles transitadas de Savannah, Georgia, Estados Unidos, su respiración se volvió pesada, se siente mareado, sus piernas ya no tienen fuerzas, su corazón está galopando y podría caer en cualquier momento. Pero las ganas que tenia de ver a su esposa lo alentaron a seguir corriendo.
Aún tenía sujeta la caja que Erick le dio para su bebé, corría tan rápido como sus piernas le permitían, sabía que ya no tenía la resistencia de antes, pues tenía tiempo sin correr así.
Su alivio llegó cuando frente a él se alzó el hospital, sonrió y no paró de correr, agradeciendo que los autos no iban a gran velocidad pues alcanzaban a frenar cuando él pasaba.
——¡Fíjate! —escuchó a un conductor
——Disculpé, mi bebé está por nacer —explicó sin dejar de correr
Atravesó la puerta del hospital chocando con varias personas, seguramente ese día llevaba más disculpas que en toda su vida, se detuvo de golpe en la recepción, la enfermera lo veía preocupada pues su sudor resbalaba por su frente y parecía que se desmayaría en cualquier momento.
——¿Necesita un doctor? —pregunta mirándolo con atención
Keegan negó tratando de recuperar el aliento, habiendo corrido 2.7 kilómetros en tan solo minutos lo había dejado exhausto, su ritmo cardiaco estaba como loco y su voz se ocultaba tras su garganta seca.
——T/n Russ, ella
——¿Keegan? —de nuevo aquella voz, se giró para poder darle un rostro a la voz que respondió la llamada y al hacerlo se encontró con un hombre mayor quien lo escaneaba —¿eres Keegan?
——Si —Aunque Keegan se enderezó, su expresión todavía reflejaba lo cansado y deshidratado que estaba, y casi no podía pronunciar las palabras aunque el hombre mayor lo estuviera observando atentamente y tratara de leer su expresión —soy yo —soltó en un aulido
——Sígueme, ya están preparando a T/n, vamos corre —
Lo tomó del brazo y lo jalo hacia el área de partos. Keegan sentía que sus piernas se doblaban, pero no se rendiría, lo siguió y cuando se encontró ahí los médicos los vieron a ambos confundidos.
——Él es Keegan, el esposo de T/n —explica
——Claro, acompáñenos para colocarle la protección y este con su esposa —
Keegan asintió para seguirlos, pero aún dudoso se detuvo y vio al hombre.
——¿Usted quien es? —el hombre ríe
——Soy Richard el papa de T/n y esposo de Sofía su madre —le responde amable —anda ve, que tu bebé nacerá pronto
Keegan le sonrió y se sintió un poco estúpido al creer que T/n tenía un novio o algo, entró al y rápidamente se colocó el equipo que le proporcionaron para entrar al paritorio.
Cuando fue dirigido junto a su esposa no pudo evitar sonreír, no tuvieron el reencuentro que siempre soñó pero al menos tendrían el mejor de los obsequios, se acercó lentamente y cuando T/n lo vio soltó en llanto.
——Cariño —le tendió la mano
——Ya estoy aquí —tomó su mano y se acercó para besarle la frente
——Ya que están ambos aquí, comencemos —el médico les sonrió —por lo que veo tiene la dilatación adecuada, así que —tomó aire —puje —pidió
T/n tomó la mano de Keegan tan fuerte que no ahogó el grito de sorpresa, ella suspiró y comenzó a pujar como el doctor le ordenaba. Keegan no recordaba que su esposa fuera tan fuerte como ahora, pues juraría que podría romperle la muñeca.
——¡Ahhhh!, esto duele —dijo al apretar más su agarre —
——Vamos cariño tú puedes, tranquila —el doctor negó pero T/n fue más rápida y gruño
——No le digas a una mujer que está sacando a un bebé de su vagina, que esté tranquila —
Keegan despegó sus labios incrédulo y solo asintió quedándose silencio, escuchando como su esposa seguía pujando.
——Perdón cariño, esto duele —sollozo
——Descuida, entiendo —el doctor volvió a negar
——¡No! —Keegan jadeó al sentir como su mano parecía prisionera de algún metal muy pesado —no entiendes
——Ya casi —aviso el doctor al tomar la cabeza del bebé —
Keegan entendió que era mejor no hablar y dejar que ellos hicieran lo suyo, apretó su mandíbula para aguantar el dolor que eso le causaba. Un último pujido y el bebé salió por completo, Keegan suspiró aliviado hasta que T/n habló.
——¿Por que no está llorando? —
Era verdad, el silencio se expandió por toda la habitación y eso no era normal o al menos por lo que ella investigó sobre el nacimiento de los bebés.
——T/n, cariño deja...
Se quedó a media frase cuando la bebé comenzó a llorar desconsolada, T/n sollozo aliviada y Keegan sonrió emocionado, la enfermera tomó a la bebé para limpiarla y comenzar a checarla para asegurarse que en efecto estaba bien.
——Ella está bien —responde el médico —nació con el cordón umbilical en su cuello, pero ya está bien —le explica con amabilidad —en unos minutos la podrán conocer —ellos asienten
——Somos papás —menciona Keegan al acercarse a T/n y darle un apasionado beso en los labios —gracias cariño
——Te extrañe —confiesa al borde del llanto
——Ya estoy aquí —le sonríe
***
NOTA DE LA AUTORA;
Hola, ¿que tal el cap?
La verdad me emocione escribiéndolo jajaja.
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