Capítulo 9
El viernes se estaba aproximando de manera precipitada, tanto así que cuando Lauren fue a revisar su agenda, se dio cuenta que ya era jueves. Febrero se estaba terminando de manera apresurada y al parecer iba a finalizar con algunos cambios climáticos. A Lauren le encantaba la lluvia, pero no viajar bajo ella. Las posibilidades de los accidentes de tránsito aumentaban y después de lo que le pasó a Dominique, los nervios y el miedo habían aumentado.
Lauren siempre que llovía y debía viajar a un lugar, así fuese a pocos kilómetros de su ciudad, prefería posponerlo. Pero ¿Cómo hacerlo ahora? Ya el fin de semana pasado había tenido que postergar su visita a Medy por otros compromisos y no podía darse el lujo de tener esta vez que volver a faltar.
—Claro que puedes. Es solo que no quieres. —le respondió Audrey aquella tarde de jueves cuando pasó a su oficina con dos vasos de café.
—En realidad los tiempos van bien y podría permitirme no ir, pero no puedo ser tan irresponsable.
—Entonces ve. Además, ¿Qué probabilidad hay de que si llueva?
—Muchas según el canal del clima.
—A veces hasta el canal del clima se puede equivocar.
No, el canal del clima nunca se equivocaba, por eso Lauren el día siguiente en el terminal llevaba sus botas moradas impermeables y con buena razón, pues apenas se bajó del taxi empezó a caer una intensa lluvia que retrasó la salida del bus.
<Está lloviendo y el bus va retrasado. Por favor explícales al personal> le escribió Lauren a Brandon.
<No te preocupes. Ojala no traigas contigo esa lluvia que arruinaría el hermoso día que hace acá> le respondió él. <Cuida de no mojarte>
Lauren sonrió ante la última frase e inmediatamente empezó a recordar las frases atentas que Brandon le había dedicado en esa semana. Desde que ella le dio su número de teléfono, los mensajes intercambiados entre los dos no habían parado ni un solo día. La mayoría de veces por cuestiones de trabajo, pero en las noches siempre intentaban dejar a un lado aquellos asuntos y entrar en unos más personales. Eso siempre y cuando Lauren no se quedara dormida.
—Ya hasta me parezco a ti —le había dicho a Audrey— a excepción de que yo no me despierto sino hasta la mañana siguiente para disculparme por haberme quedado dormida.
Cuando dieron la orden para que abordaran el bus, Lauren caminó temerosa hacia el parqueadero y esperó que quien le recibiera el tiquete o le deseara buen viaje aquella mañana fuese Tyler, así a lo mejor se sentiría más tranquila. Pero el chico no apareció. En cambio ella se ajustó la chaqueta, guardó las manos en los bolsillos de esta y se apresuró a dormirse, pero le fue imposible. Mientras el bus empezaba una lenta marcha, con el tamborileo de las gotas y perdiendo la mirada a través de la ventana empañada, Lauren pensó en los últimos minutos de Dominique.
Muy poco pensaba en eso y trataba lo menos posible de hacerlo en los días lluviosos. ¿Tenía una persona derecho a pensar qué sintió otra al morir? Ahora ella lo hacía. ¿Sabría Dominique que aquel viaje a Medy City sería el último? ¿Pensó en su hija Sofía que en ese entonces tenía un año y en Josh? A lo mejor sí. Dicen que al morir ves pasar toda tu vida frente a tus ojos, pero Lauren solía decirse que ojalá antes de morir pudiese ver el futuro del que se perdió.
Dominique y Josh se casaron seis meses después de hacerse novios. Una decisión bastante apresurada para Lauren, pero su hermano sabía que aquella mujer de pecas y cabello negro era la indicada. La pequeña Sofía llegó el año siguiente y se convirtió en la pizca de felicidad que sus vidas estaban necesitando en ese momento, durando dos años hasta el trágico accidente en que Dominique murió.
Fue una tarde de abril. Josh, Dominique y Sofía vivían en SynCin City a pocas cuadras del apartamento de Lauren. El hermano mayor de ella había conseguido un buen lugar en un bufete de abogados de la ciudad y su esposa se dedicaba a asesorar a los bienes y raíces con sus conocimientos de diseños de interior. A eso iba a Medy City, una mujer la había contratado para que la ayudara a decorar un apartamento que compró a su hija, pero Dominique no pudo llegar. En medio del camino la lluvia de abril empezó a caer, el bus resbaló y para cuando el conductor quiso controlar el vehículo ya este estaba rodando bajo una zanja al lado de la carretera.
Dominique no alcanzó a llegar al hospital. Lauren estaba regresando del trabajo cuando Josh la llamó y le contó lo sucedido. La dicha de haber encontrado y formado una linda familia con la mujer ideal le duró a su hermano mayor tres años de los que ya poco hablaba. Después de la muerte de su esposa, Josh tuvo que mudarse a BlindStone porque allá vivían los padres de Dominique y podían ayudarlo a cuidar a Sofía, además consiguió que el bufete de abogados lo transfiriera a la capital. Lauren quiso impedir el viaje alegando que los dos podían cuidar a su sobrina, pero sabían que la ayuda de los padres de Dominique era necesaria con el trabajo de los dos en SynCin City.
Habían pasado ya tres años y la pequeña Sofía el próximo diciembre estaba preparada para cumplir cinco añitos. Josh le había dicho a Lauren que pretendía hacerle una pequeña fiesta o llevarla a un parque de diversiones que estaba de visita en la capital, pero aún no se decidía. A propósito de la próxima visita de su hermano y su sobrina a SynCin City, Lauren dejó a un lado los pensamientos de la tragedia y empezó a idear un día completo con la niña a quien veía de año en año.
< ¿Finalmente saben en qué fecha vendrán? Avísame con anticipación por favor que quiero hacerle un detalle anticipado a mi sobrina por su cumpleaños> le escribió a su hermano, pero no obtuvo respuesta.
Durante las cuatro horas de viaje que esta vez fueron más eternas, Lauren decidió darle una repasada al itinerario de ese fin de semana y tratar de alejar la idea de qué pasaría si el bus resbalaba y se accidentaban. Desde esa tarde empezaría a capturar algunas imágenes que necesitaba como apoyo para los videos, y también esperaba que Brandon lo hubiese pensado y decidiera colaborar en la grabación, aunque él no había mencionado el tema durante la semana.
En Medy City el clima estaba perfecto. No hacía demasiado frío y el sol en todo su esplendor no acuchillaba la piel con sus rayos. Lauren se dijo así misma que si en algún momento lo quisiese, podría vivir en aquella ciudad. Brandon la estaba esperando en la puerta de acceso del terminal que arriba estrenaba un cartel dando la bienvenida a los pasajeros que acababan de bajar del bus de la empresa.
— ¿Qué tal quedó? —le preguntó a Lauren.
—Tengo que admitir que me gusta.
Ella dejó el equipaje en la oficina del señor Bernal, sacó su cámara y el trípode. Brandon se ofreció a ayudarla con este último y la llevó hasta la taquilla.
—Creo que ya he entrevistado a todos los de aquí.
—No a la más importante —le respondió él entrando por una puerta que estaba a un lado.
Allí los estaba esperando Miriam; una asistente de boletos afroamericana que había acumulado un buen tiempo de trabajo en la empresa.
—No sé hacer más nada. En realidad no me imagino haciendo más nada que no sea vendiéndole tiquetes a los pasajeros. —admitió la mujer que seguía en su labor.
— ¡Me encanta! —dijo Lauren que seguía grabando—Ahora por favor mira a la cámara y recita; Estamos esperando para atenderte, elije ArrowXpress y conoce la mejor manera de viajar seguro y cómodo. —Después de atender a una chica de cabello rojizo, Miriam cerró su taquilla y recitó la frase de una manera tan acertada que solo hubo necesidad de una sola toma.
Después de allí se dirigieron a los parqueaderos en donde entrevistaron a algunos pasajeros y les preguntaron qué les parecía el servicio.
—Te veo bastante animada, ¿Qué tal va quedando todo? —le preguntó Brandon cuando tomaron camino hasta la oficina.
—Si es como me lo estoy imaginando, que sé que será así, está quedando de maravilla. Pero ahora, ¿ya pensaste en mi propuesta? Creo que lo único que me falta es el video del modelo estrella que tú y tu tío...
—Sobre eso... ¿Por qué no puede ser mi tío?
—El señor Bernal tendrá su espacio, necesitamos algo más fresco y juvenil.
—Sabía que dirías eso y tengo a la persona indicada.
— ¿Quién es?
—Recientemente este empleado es como un héroe para el terminal. Durante la semana una joven se atragantó con una nuez que estaba comiendo y el chico acudió a darle primeros auxilios. Cuando logró ayudarla, todas las personas estallaron en júbilo y bueno, no quiero alardear, pero vi como varios pasajeros que llegaban lo seguían a él hasta nuestras taquillas.
— ¡Vaya! Fue de película el asunto. Eso nos funciona excelente, así el tema de que tienen preparados al personal para cualquier eventualidad se puede vender mucho mejor. ¿Dónde está el chico?
—Espérame aquí, voy a buscarlo.
Brandon dejó a Lauren en la puerta de la oficina con el morral y el trípode a un lado. Ella aprovechó y llamó a Audrey.
— ¿Ya besaste al chico de cabello largo?
—Obviamente no. Hemos estado todo el día en el asunto del video. ¿Tú como estas?
—Por acá todo en completo orden. ¿Qué hay de nuevo por tu nuevo terminal?
Lauren le recitó a Audrey el incidente heroico del nuevo chico y su amiga no podía creerlo.
—Ese terminal suena mucho más divertido que el de nosotras.
—También empiezo a creerlo. Solo quería saber cómo estabas, te llamo en la noche.
Lauren colgó justo en el momento en que alguien le tocaba el hombro por detrás.
—Disculpe, ¿es usted la chica del video?
—Si claro, tú debes ser...
Ella aún estaba mirando el celular cuando le contestó, pero al levantar el rostro y descubrir a su interlocutor, estuvo a punto de caer encima del trípode que la esperaba a un lado, ¿era acaso posible? ¿Qué hacia él ahí?
¡Tan tan tan! ¿Quien será? ¿Podrían adivinarlo? ¿Tienen teorías? ¡No duden en compartirlas conmigo!
Gracias por leer y estar atento a cada una de mis actualizaciones. Con cada voto y comentario de tu parte podré retroalimentar mejor la historia, así que no tengas miedo en dejar tus apreciaciones.
¡Nos vemos el viernes con un nuevo capítulo!
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