Capítulo 6
Durante la mañana, mientras se arreglaba para regresar al terminal, Lauren no fue consciente de sus últimas reflexiones antes de dormir, sino hasta cuando vio a Brandon en la puerta del hotel. La estaba esperando. Ella caminó lentamente hacia él preguntándose de dónde había salido la absurda idea de intentar conocer en un contexto diferente a Brandon. Era simplemente ridículo, sobre todo teniendo en cuenta el historial de discusiones que habían tenido en tan solo dos semanas. ¿Sería posible cambiar aquello?
—Te ves diferente. —Le dijo él cuando la vio llegar con su morral y el trípode sobre el brazo— ¿te ayudo con eso?
—Gracias —respondió Lauren entregándole el trípode y empezando la marcha hacia el terminal— creo que ha sido la cena. Como te dije, me encanta la comida italiana.
—Ahora que descubriste ese lugar, no te escabullas a él sin mí. Dame algo de crédito.
—Lo haré.
—Ah por cierto, René no podrá estar con nosotros hoy. Le he dado la mañana libre porque temo que te siga revelando cosas privadas mías
—Espero y estés bromeando. —le respondió Lauren algo confundida.
—Lo estoy con el tema de que no quiero que te revele cosas mías, es decir, quiero que tú misma las descubras o que yo te las cuente. —Brandon la miró y Lauren juró que lo había visto guiñarle el ojo.
Cuando faltaban solo unos metros para llegar a la entrada de la terminal, Lauren se fijó en un grupo de tres chicos, dos hombres y una mujer, que saludaron a Brandon desde lejos. Lauren adivinó que eran los chicos universitarios.
—Buenos días chicos, ¿Qué tal les va? —Brandon los saludó como si fuesen amigos de toda la vida e inmediatamente les presentó a Lauren— ella es Lauren y bueno, ha querido que vengan para conversar un poco sobre el proyecto.
Lauren extendió la mano y se dio cuenta en que uno de los chicos no se mostraba muy satisfecho con aquella invitación.
—Bueno, ¿para qué somos buenos? —preguntó el que llevaba una pañoleta amarrada a su mano izquierda.
—Pues anoche que estaba hablando con Brandon, se me ocurrió que podrían venir y tener una práctica en cuanto a la campaña. Aprender todos de todos —dijo amablemente Lauren y la chica, que llevaba el cabello teñido de rojo en las puntas, asintió.
— ¿Nos vas a enseñar algo? Te sorprendería ver todo lo que sabemos hacer, por algo Brandon estuvo a punto de contratarnos, pero ya ves... para algunos seguimos siendo solo chicos universitarios.
—Dylan, relájate. No hay motivos para hablar en ese tono —Brandon tomó una actitud seria y dura frente al chico que desde el principio se mostró reacio con Lauren— es una oportunidad de aprender y acercarse al mercado profesional, si no les interesa, que pena, me he equivocado en invitarlos.
—No le hagas caso, Brandon —dijo por fin la chica pelirroja— Más bien díganos, ¿Qué hay que hacer? Queremos ayudar.
—Hoy tenemos fijadas unas entrevistas con el personal, así que pueden ayudarnos en eso. Yo estaré dirigiendo y ustedes me ayudaran en la parte técnica, ¿listo?
—Me parece bien —respondió el de la pañoleta— trajimos nuestros equipos, ¿hay problema con ello?
—Ninguno en absoluto.
Los cinco se internaron en el terminal, Brandon y Dylan iban detrás conversando en murmullos, pero el primero no se veía nada contento con la actitud del otro. Al llegar a las ventanillas de ArrowXpress, se encontraron con el señor Bernal que parecía un poco apresurado.
—Debo viajar a BlindStone de inmediato a un asunto personal, quedas a cargo —le dijo a su sobrino.
— ¿Todo está bien? —preguntó Brandon preocupado.
—Sí, sí, es Marina, tú sabes cómo se pone, en fin... ¡Ah! Señorita Lauren, ¿Cómo ha amanecido? Antes de irme quería comentarle... —el señor Bernal frenó sus palabras al darse cuenta de los tres chicos que los acompañaban.
—Aprovecharemos la campaña para dar cierta cátedra, espero no le moleste. Los chicos quieren aprender y bueno, creo que podemos ayudar —se apresuró a decir Lauren y el señor Bernal no discutió más.
—Entiendo, bueno, le venía diciendo que... tengo algunos amigos por decirlo de alguna manera, famosos en el ámbito cultural de la ciudad, así que me estaba preguntando si eso podría ayudar en algo. ¿No cree que podríamos incluirlos en alguno de los videos?
Brandon y Lauren se miraron. Ella hizo gesto de no querer decir nada y entonces fue él quien habló.
—Claro tío, me parece una grandiosa idea. Creo que eso nos ayudaría para el tema de la publicidad.
—Así es. Los contactaré y les avisaré. Yo también tengo contactos aunque no crean— dijo bastante orgulloso. — ¿Mas o menos cuando se estarían grabando a estas personas?
—Puede agendar las grabaciones con ellos para un fin de semana que son los días en los que estaré visitándolos. Si dice que son personas famosas, deben mantenerse siempre ocupadas, así que toca moldearse a sus agendas, si no es posible acordar un fin de semana, les agradezco me confirmen con tiempo para poder viajar con anticipación.
—Estupendo. Brandon estaré enviándote la respuesta que me den. ¿Qué tienen pensado hacer hoy?
—Pues ahora le iba a sugerir a Lauren que empecemos con algunos de los conductores que tienen mucho tiempo aquí y...
—Brandon por favor, más respeto con la señorita. ¿Ella te autorizó a que la llamaras por su nombre de pila?
—Pues...
— ¿Ves? Y espero tampoco le hayas pedido el celular, para eso puedes llamarla al número de su oficina.
—Si señor —respondió Brandon y Lauren sonrió.
—Les agradezco me informen como van las cosas, hasta luego y de nuevo gracias señorita Lauren.
El señor Bernal se perdió por un pasillo dejando a Lauren con una divertida expresión que no pudo evitar.
—Definitivamente es todo un personaje tu padrino.
— ¡Ni que lo digas!
Esa mañana Brandon llevó a Lauren y a los demás por las distintas oficinas, recepciones y parqueaderos de ArrowXpress presentándole el personal y realizando algunas entrevistas. El personal estaba bastante motivado con las grabaciones y se mostraba muy atento a cada una de las instrucciones que Lauren les daba a la hora de realizar la entrevista. A uno de los primeros que entrevistaron fue a un hombre calvo que llevaba aquella mañana su uniforme impecable.
—Es Rafael, uno de los conductores más veteranos y la persona más responsable que conozco —le susurró Brandon a Lauren mientras Melissa, la chica pelirroja, le ubicaba el micrófono de solapa al conductor. Carlos, el chico de la pañoleta, se había pedido manejar la cámara y Lauren no se lo impidió. A Melissa le entregó el formato scrip en donde se encargaría de documentar cada toma que se estaría realizando. Dylan se mantenía al margen porque le gustaba dirigir y claramente quien lo estaba haciendo aquella mañana era Lauren. De todas maneras, una que otra vez, ella dejó que él diera las instrucciones en cuanto a los testimonios.
Fue una mañana productiva, hasta que el hambre empezó a acechar y tuvieron que detenerse a almorzar. Después de dejar los equipos asegurados en las oficinas, Brandon los llevó a un restaurante de pollos fritos en donde empezó a contarle a Lauren que recientemente se daría un cambio entre el personal de SynCin City y el de Medy City por lo que a lo mejor algunas de las personas del otro terminal también tendría que salir en los videos. Lauren instintivamente pensó en Tyler, "¡Sería un modelo fabuloso!" se dijo al tiempo que sonreía para ella misma.
—Por cierto, se me ha olvidado preguntarte cómo seguiste porque en realidad ayer en la mañana parecías algo enferma. ¿Estás bien?
—Sí, en realidad no era nada, creo que era alergia.
— ¿A qué?
—Es curioso, porque cuando estaba en el bus no sé qué me ha hecho estornudar, pero antes de bajar he percibido el perfume de mi compañero de al lado y creo que ha sido el causante.
—Sí, algo curioso.
Brandon quiso saber más sobre su viaje y Lauren le contó que por primera vez no prestó atención a las molestias del bus; no le importó si iban niños llorando o gente vomitando, la pastilla que se tomó hizo su efecto para dormir placenteramente.
— ¿Tan mal te va en los viajes?
—Demasiado diría yo, es eso mismo lo que me aleja de viajar en buses.
— ¿No te gusta viajar? —le preguntó él sorprendido. Los otros chicos estaban hablando de proyectos universitarios y no les prestaban atención.
—En buses no, no les tengo mucha confianza.
— ¿Qué crees que diría mi tío si te escuchara decir eso?
— ¿Qué crees que diría él si te escuchara hablándome en primera persona?
Los dos compartieron una carcajada y sus miradas se encontraron sin querer.
—Pues cuando supe que una realizadora audiovisual vendría a ayudarnos, no sé, te imaginé diferente.
—Déjame adivinar, con tatuajes de cámaras fotográficas, pantalones rotos, el cabello de un color distinto, piercings, amante a los viajes...
—Vale, soy culpable por los estereotipos. —admitió él sin dejar de verla.
—No te culpo, se generaliza mucho. Es como imaginar a los ingenieros de saco y corbata todo el tiempo o a los abogados, y créeme, conozco algunos que tienen el privilegio de ir a trabajar en zapatos deportivos.
— ¿No es un problema? Es decir, ¿no les resta algo de credibilidad?
—Tal vez. Pero por yo no tener tatuajes o vestir de una manera casual no quiere decir que no sea una persona creativa o buena en lo que hago.
—Entiendo.
—Además, —insistió ella— ¿Cómo estás seguro que en realidad no tengo ningún tatuaje?
—Es un buen punto —dijo él sonriendo— Acepto el reto de averiguarlo.
Brandon lo dijo con tanta naturalidad que a Lauren la tomó por sorpresa su comentario, quiso decir algo, pero la mesera llegó.
Durante las primeras horas de la tarde terminaron de realizar otras entrevistas con los conductores, hasta que Lauren dijo que debía parar porque tenía asuntos pendientes con su otro equipo.
— ¿Somos un equipo? —preguntó Carlos emocionado.
—Eso parece. —le sonrió ella.
—No dudes en llamarnos la próxima vez que vengas, Lauren —le dijo Melissa— ¿Si podemos llamarte así cierto? ¿O también es "Señorita Lauren"? —todos compartieron una carcajada, incluso Dylan.
—Posiblemente el próximo viernes también vendré, les estaré avisando con Brandon. Ah, espero hayan aprendido algo hoy. No soy maestra ni nada por el estilo...
—Aprendimos. Gracias. —dijo Dylan enviándole una mirada profunda pero escasa de reproche o rabia.
—Me alegra saberlo. ¿Qué tal si se llevan una entrevista, la editan y nos la muestran el próximo viernes?
— ¿Nos están dejando tarea? —preguntó Carlos.
—Sí. Les estamos dejando tarea —respondió Brandon sonriendo.
En la oficina de ArrowXpress, Lauren les pasó por una memoria USB una de las entrevistas y los chicos se despidieron prometiendo estar el próximo viernes allí. Brandon le preguntó si podían cenar juntos esa noche en el hotel y ella extrañamente le dijo que sí, pero tenía antes que quedarse a enviar unos documentos a sus amigos en SinCyn City.
—Te puedo esperar si quieres —se ofreció él y Lauren no pudo evitarlo.
Ella abrió su laptop y terminó de editar un video que Audrey estaba necesitando con urgencia, con ella también revisó algunas cosas pendientes y tuvo que esperar unos minutos mientras Mac se conectaba para coordinar con él unas presentaciones.
— ¿Mac es tu jefe? —le preguntó Brandon.
—Es mi amigo. Digamos que ninguno de los tres es más que los otros, juntos construimos esto y juntos hemos dado la cara siempre.
—Que bien se escucha eso.
— ¿Qué cosa?
—Lo de trabajar juntos y no tener jefes, aunque imagino que a veces si las cosa requieren que alguien se coloque al mando.
—Naturalmente, y cuando es así Mac no tiene ningún problema en hacerlo. De todas maneras, no hay nadie más capacitado que él. —Brandon se quedó en silencio un rato hasta que Lauren de nuevo habló— ¿Tú ves al señor Bernal como un jefe?
—Prefiero verlo así en el trabajo porque creo que puedo exigirme más y él también lo prefiere de ese modo. Aunque cuando necesito hablar con alguien de otra cosa distinta él me ofrece su amistad y eso es algo que valoro mucho.
—Me parece muy bien esa relación. Originalmente tener de amigos a los jefes a veces resulta caótico por el conflicto de intereses.
—Es decir que tú y yo no podemos ser amigos.
— ¿Por qué no?
—Porque ahora eres tú mi jefe —respondió él dejando a un lado el cubo con el que estaba jugando.
—No, somos compañeros, no me veas como una jefa —le dijo Lauren sonriendo.
— ¿De verdad? —Lauren asintió y lo miró. Los mechones de cabello le estaban cubriendo parte de los ojos a Brandon que insistía en mirarla.
—En serio sí, es mejor que me veas como otra cosa, pero no como a una jefa.
— ¿Cómo a otra cosa? Interesante —dijo él susurrando y Lauren se sonrojó.
—Quiero decir que... —ella se cubrió el rostro apenado y él soltó una carcajada.
— ¿Lauren, estas ahí?
Mac apareció en la pantalla oportunamente y Lauren empezó a conversar con él sobre unas presentaciones animadas que debía sustentar el lunes a primera hora. Lauren no levantó más la mirada, pero sabía que desde el otro lado de la habitación Brandon no le quitaba los ojos de encima.
Salieron de la oficina media hora después rumbo al hotel en donde cenaron dejando a un lado las indirectas cómplices de hacía un rato, pero Brandon las retomó cuando subieron al tercer piso y cada uno caminaba a su habitación.
— ¿Viajas mañana? —le preguntó él dejándola salir primero del ascensor.
—Sí, a primera hora. Debo asistir a un evento con mi mejor amiga.
— ¿Tienes algún día de descanso?
—En realidad el trabajar con tu propia empresa a veces te permite manejar mejor tu tiempo, pero te exige estar más atento. Como ahora estoy trabajando los viernes y sábados, procuro tomarme el martes o miércoles como descanso, todo depende.
Habían llegado a la habitación de él y Lauren se detuvo esperando algo, no sabía qué, pero ese algo no llegó. No todavía.
—Que descanses —dijo él abriendo la puerta de su habitación.
—Tu igual —respondió ella retomando su camino.
Cuando llegó a la habitación quiso llamar a Audrey, pero estaba muy cansada como para empezar una conversación que pasaría más de los veinte minutos. En realidad después de salir de la ducha, se acostó y se quedó profundamente dormida. Ni siquiera escuchó los golpes en la puerta que llegaron diez minutos más tarde.
Como lo prometí, aquí subo un capítulo más. ¡Me gustaría leer sus opiniones! :D Nos vemos en una próxima actualización.
Saludos y de nuevo, gracias.
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