Capítulo 26
De lo primero que se dio cuenta Lauren cuando se estaba despertando, fue que no tenía sus pantalones puestos. Aquello no la asustó hasta que abrió los ojos por completo, vio las cortinas verdes y entendió que no estaba en su habitación. Se levantó con pesadez, sintiendo como en su cabeza había un enorme gong que no paraba de sonar.
Lauren intentó buscar por la habitación su pantalón y sus ojos se detuvieron en el cuerpo que yacía sobre el sofá que estaba a un lado. Era Tyler quien al parecer dormía profundamente. Ella divisó los pantalones a un lado de la cama cerca del sofá y cubriéndose con la sabana, fue hasta ellos.
— ¿Cómo es que luego de todo lo que tomaste anoche aún estas tan consciente como para ponerte los pantalones de una manera perfecta? —era Tyler que le hablaba sin abrir los ojos.
— ¡Oye! No hagas eso. Me asustaste. —Le respondió ella poniéndose de pie, pero regresando de nuevo a la cama— no creas que estoy tan bien. Hace tiempo no tomaba de esa manera, en mi cabeza parece que hubiese un tambor sonando sin querer detenerse.
—Eso tiene solución —Tyler abrió los ojos y se levantó— Por cierto... en el armario hay toallas por si quieres darte un baño.
—Uy sí. Creo que lo necesito.
Tyler le señaló la única puerta dentro del apartamento y Lauren no volvió a salir sino media hora después. En el pequeño bar de la cocina encontró un plato con waffles, jugo de naranja y una aspirina al lado.
—Lo único que me sale bien son los desayunos. Qué suerte la tuya —Tyler estaba del otro lado del bar, con una nueva camisa puesta.
— ¿Qué conveniente, cierto? Es decir, las chicas que vienen aquí se van con un buen desayuno.
—No solo con eso —dijo él sonriendo y levantando los hombros— ¿Cómo te sientes?
—Mucho mejor —respondió ella tomándose la aspirina— Veo que el golpe ya está mejor —Tyler se llevó la mano a la mejilla que tenía buen aspecto— ¿Qué harás hoy? ¿Iras a recuperar tu trabajo?
—Tal vez. ¿Qué harás tú?
—En realidad quisiera seguir durmiendo para luego regresarme a SynCin.
—Puedes hacerlo. ¿Te parece si nos encontramos en el terminal?
Lauren se lo pensó por un momento y al final accedió, la cama de Tyler estaba tan cómoda que a lo mejor era eso lo que calmaba el gong que seguía sonando en su cabeza.
Despertó cuando ya estaba siendo hora del almuerzo. Encontró algunos mensajes de Audrey en su celular y mientras se subía al taxi de camino al terminal, decidió llamarla.
—Estoy odiando esta mala costumbre tuya de no responderme los mensajes y dar señales de vida. ¿Dónde estabas? ¿Cómo seguiste? —Audrey desde el otro lado del teléfono parecía estar dando vueltas por su casa mientras le hablaba a su amiga. Lauren notó que parecía forzar un poco la voz.
—Estoy bien. Recuperándome de una resaca, ya voy al terminal a coger el bus de regreso. ¿Tu como estas? Te escucho extraña.
—Yo estoy bien, son solo cólicos..., pero en fin, ¿Qué hicieron anoche? ¿Acaso se pasaron de tragos tú y Tyler?
—Sí, creo que sí. No tengo muy claro cómo llegamos al apartamento.
— ¡Vaya! ¿Y cómo te sentiste? —Lauren notaba que Audrey estaba preocupada más que todo porque ella no estaba a su lado y sabía que no cualquiera podía consolarla, aunque Lauren pensó que Tyler lo había hecho muy bien.
—Extrañamente llegó un momento en que olvidé que estábamos tomando para olvidar penas, y pensé que solo la estábamos pasandolo bien....
— ¡Auch! —se quejó Audrey desde el otro lado.
— ¿Qué pasó?
—Nada, son los cólicos te digo. Sígueme contando.
—Pues nada, te decía que Tyler es un buen tipo, sabe cómo hacer sentir bien a alguien... Vale, eso se escuchó mal.
—Un poco. Hiciste que mi mente se fuera algo lejos.
—Oye, párale ahí, no vengas con tus teorías raras a dañar una linda amistad —le dijo Lauren mientras le pagaba al taxista.
—Disculpa, te recuerdo que quien empezó admitiendo que le quedaba de maravilla el uniforme, fuiste tú.
—Audrey ya voy entrando al terminal, ¿nos vemos esta noche? ¿Dónde está Jake, por cierto?
—Salió a comprar unos ingredientes para el almuerzo. Y sí, vale, esta noche nos vemos... ¡aggg!
— ¿¡Audrey!? ¿Qué pasa? ¿Aló?
—Lau... llama a Jake... yo.... —La llamada se cortó.
Lauren desesperada corrió hacia el terminal en busca de Tyler y mientras lo hacía llamó a Jake y le explicó la situación. Él aún estaba en el supermercado, pero dejó la compra a medias y salió volando para el apartamento.
Estaba ya entrando al edificio, cuando por estar mirando el celular, tropezó con alguien quien alcanzó a sostenerla para que no cayera. Levantó la vista y sintió un vació en su estómago. Era Brandon.
—Lauren...—susurró él con extrañeza. Ella reaccionó y se apartó de él.
Se miraron durante varios segundos, Lauren sabía que él trataba de buscar las palabras correctas que decirle sin herir su orgullo, pero no podía. Cuando Brandon abrió los labios para decir algo, ella lo interrumpió.
—Presiento que puedes echarlo a perder aún más —le dijo conteniendo las lágrimas— así que mejor déjalo así... —A unos metros, detrás de Brandon, Tyler apareció caminando al lado de unos pasajeros. Divisó a Lauren y al ver su acompañante, su rostro cambió. Ella dio unos pasos hacia Brandon, sacó un papel de su bolsillo y se lo entregó— Ojalá de verdad encuentres a alguien con quien aplicar esta guía. Suerte.
Lauren caminó hasta donde Tyler la estaba esperando dejando a Brandon con la tarjeta que precisamente él le había entregado unas semanas atrás.
Tyler caminó hacia ella con preocupación, pero Lauren lo tranquilizó.
—Todo está bien... ahora lo importante es... ¡Diablos!... Audrey... pas... pasó algo....
—Ve más despacio Lauren, respira... a ver, mírame —Tyler la tomó por los hombros, la obligó a mirarlo y luego la ayudó a retomar el aire— ¿Mejor? Ahora sí cuéntame, ¿Qué pasa?
—No lo sé. Estaba hablando con Audrey y se ha puesto a gritar como si algo le pasara... no contesta el teléfono y Jake no estaba en casa. Estoy muy preocupada Tyler... —Lauren estaba a punto de llorar cuando sintió que su amigo la abrazó.
—Vamos, consigamos un boleto a SynCin.
Pero el próximo bus salía dentro de dos horas.
— ¿Y si probamos en Lanus? —le sugirió ella.
—No, tenemos que buscar algo más rápido. —Tyler la tomó de la mano y la llevó hasta la entrada del terminal. Divisó una camioneta roja y corrieron hacia ella.
— ¿De salida Erik? —le preguntó a un hombre de gorra y camisa negra.
—Sí, estaba esperando los acompañamientos de siempre, tú sabes...
—Pues delante de ti los tienes. ¿Nos vamos?
— ¡Estupendo! Súbanse atrás, porque adelante ya llevo unas cajas.
Tyler y Lauren se subieron en la parte de atrás de la camioneta y luego de abrocharse el cinturón, tomaron la avenida hacia SynCin. Lauren tenía muchas preguntas en la cabeza sobre aquello, pero la preocupación por Audrey no la dejaban pensar en nada más. Lo que si no pudo evitar notar fue el uniforme azul que de nuevo lucía Tyler.
— ¿No te despidieron? ¡Ay no! ¿Y tú turno? No me digas que...
—No lo tomo sino hasta la noche, tranquila. Y sí, al parecer el señor Bernal ha abogado a mi favor y bueno, aquí estoy. ¿Te sientes mejor?
—Lo haré cuando llegue a SynCin. —Tyler miró su reloj.
—Será pronto. Erick no le teme a la velocidad.
Y sí que era cierto. Lauren sintió náuseas y quiso bajarse a tomar aire ante las curvas tan cerradas que tomaba el amigo del Tyler, pero no había tiempo para eso. Erick estaba de verdad restando horas al viaje y eso era lo que importaba.
En un tramo de la vía en donde logró entrar algo de señal, Jake llamó a Lauren y le dijo que estaban en el mismo hospital donde ella fue atendida en su accidente. Audrey estaba en operación, pues el dolor al parecer venía de su apéndice.
— ¿Y qué dicen los médicos?
—No es una operación riesgosa. Espero que cuando llegues ya esté en una habitación. Te espero.
— ¿Y bien? —le preguntó Tyler. Ella le explicó y para los dos el viaje se hizo más llevadero. Incluso Lauren se permitió recostar la cabeza al asiento y cerrar los ojos. Tyler la levantó minutos después cuando ya estaban en la entrada del hospital.
Audrey ya había sido llevada a una habitación, pero dormía. Jake los recibió y les contó que había pasado; al parecer ella sentía desde hace algunos días el dolor, pero siempre decía que eran cólicos.
—Recuerdo que le dije que viniéramos al hospital, pero no quiso.
En ese momento Audrey se movió en la camilla y Jake fue hasta ella.
—Hola... no te muevas mucho... el médico dice que los puntos son sensibles. ¿Cómo te sientes?
—Inútil — respondió Audrey abriendo los ojos poco a poco— ¿Sabes algo de Lau...? ¡Oh! están aquí los dos.
— ¡Tremendo susto me has dado! —le dijo Lauren caminando hacia ella.
— ¿Ves lo que se siente?
—No tenías por qué mostrármelo.
—Bueno, creo que estaré aquí por un largo tiempo, el suficiente como para que me expliques de ese golpe en tu cara Tyler y los detalles de los tragos de anoche.
Estuvieron un rato conversando hasta que Tyler se dio cuenta que debía regresar para su turno de la noche. Lauren se quedó otro rato con Audrey hasta que Jake la convenció para que fuese a su casa a cambiarse de ropa para luego volver. Ella no quería, y no porque fuera terca, sino porque iba a ser la primera vez que iba a estar sola y aquello la perturbaba.
Entró a su apartamento y extrañamente cada rincón le recordó a Brandon. "Que estupidez, es tu casa" se dijo mientras dejaba el bolso sobre el sofá y caminaba al baño quitándose la ropa. Se tomó su tiempo en la bañera para limpiarse y reflexionar sobre su vida. Los recuerdos la estaban torturando en su propio hogar y era mejor enfrentarlos. Intentó darle argumentos a la actitud de Brandon, pero todas conducían a una sola; él era un idiota. Mirando las burbujas que se formaban en el agua, Lauren volvió a pensar en la magia de los estornudos y se convenció más en lo estúpido que sonaba. ¿Cómo podía la gente si quiera creer en algo así? ¿¡Cómo ella lo había hecho?! Solo porque ese día hubiese conocido a Brandon no significaba que ya iba a ser el hombre de su vida, eran solo simples coincidencias a las que ella le había dado demasiada importancia. El amor de nuevo la había decepcionado... o bueno, le había dejado una nueva enseñanza, una nueva experiencia que ella se hubiese querido evitar. Lauren dejó entonces que su corazón estallara en lágrimas que se diluyeron con el agua de espuma. Se permitió llorar y juzgarse por no ser lo suficientemente bella, inteligente o divertida como para tener una relación estable, se preguntó si algún día lo conseguiría y finalmente se lavó la cara indignada por aquellos pensamientos; ¿Acaso el amor era lo que necesitaba para vivir? Ella tenía un buen empleo, ¡estaba viva!, eso debería bastar, pero no... allí estaba dándose latigazos por simplemente no tener a alguien que la amara.
Mientras se vestía para regresar al hospital se dio cuenta que solo estaba pensando en ridiculeces. Necesitaba cuando antes empezar a distraer su mente de aquellas ideas tontas y lo mejor sería direccionar todo su entusiasmo al trabajo. Se dijo que hablaría con Mac para comprometerse con más trabajos e incluso puso un recordatorio mental para buscar tiquetes e ir a BlindStone a visitar a su hermano y ahijada, un viaje a otros lugares no estaría nada mal. Incluso pensó en pedir unas vacaciones, pero desechó esta idea, lo menor que necesitaba ahora era tiempo libre a solas.
Lauren tomó un taxi al hospital y al llegar encontró en la entrada a alguien que le sonreía.
¡Vaya que maratón de capítulos! Espero los hayan disfrutado. Realmente se los debía.
Gracias por leer y vale, tengo algunas noticias para ustedes; el final se acerca ;) así que... ¿tienen algunas teorías de cómo terminará esto?
¡Nos vemos mañana! porque sí, mañana es martes y toca actualizar. ¡Más del maratón!
Saludos :)
pd: ¿Adivinen quien estornudó tres veces hoy?
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