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Capítulo 25

Tyler se levantó con la ayuda de Lauren y a continuación vio como todo pasaba demasiado rápido frente a él; Dos guardias llegaron, separaron a Brandon y a Mac y luego no supo cómo salió del terminal y llegó al auto del amigo de Lauren. Aún estaba un poco aturdido por el golpe, sentía la mano fría de Lauren sobre el golpe y escuchaba que ella le decía algo con lágrimas en los ojos, pero él no podía entenderle. Entonces recordó la escena de hace unos minutos con Brandon, apartó la mano de ella de su mejilla y llevó a Lauren hasta su pecho hasta abrazarla.

—Tranquila, todo estará bien —le susurró y sintió como su amiga le empapaba la camiseta de lágrimas. Mac, que iba conduciendo, los miró a través del retrovisor.

— ¿Tienen hambre?

Lauren no quería bajarse del carro porque sentía que su rostro estaba hecho un desastre con el maquillaje corrido y los ojos hinchados de llorar.

—Si alguien tiene derecho a no salir del auto, soy yo. Ese tipo tiene la mano pesada —comentó Tyler viéndose la mejilla en el retrovisor.

Mac los llevó hasta un bar en donde pidió tres tragos de tequila ante la mirada sorpresiva de Lauren.

— ¿Qué? Después de eso no puedo invitarlos a un café... ese imbécil... ojala hubiese tenido tiempo para molerlo a golpes —Lauren confiaba que hubiese sido así teniendo en cuenta que Mac salió ileso de los golpes que Brandon le lanzó.

— ¿Cómo se sienten?

Lauren y Tyler se miraron y sonrieron.

—Esteremos bien —respondió el chico.

El mesero llegó con los tres vasos pequeños y a contrario de lo que creía, apenas lo vio, Lauren lo tomó y se bajó el tequila de una sola pasada. Sintió como el líquido le quemaba la garganta y extrañamente se sintió mejor.

—No hay mejor medicina que esta —dijo Tyler dejando a un lado su vaso vacío.

— ¿No deberías estar trabajando?

—Pues mi jefe me acaba de golpear... no sé si aún tenga un trabajo.

—Seguro si lo tienes —comentó suavemente Lauren— tú no has tenido nada de culpa en esto.

—Lauren, debemos regresar al terminal para el servicio privado que nos llevará a SynCin. ¿Dónde dejaste tu maleta?

—En la oficina del señor Bernal —respondió ella con tristeza— pero... no regresaré contigo Mac.

Los dos chicos la miraron confundida.

— ¿Qué quieres decir?

—Tyler me debe un paseo por Medy y creo que lo tomaré hoy —Tyler del otro lado de la mesa sonrió. —De todos modos, si puedes llevarte mi maleta, te lo agradezco Mac. No es muy grande.

—Cuenta con eso. Ahora, creo que mejor me apresuro. No puedo estar un segundo más aquí y ni siquiera sé cómo voy a hacer para regresar a ese lugar. Ojala no me encuentre a ese tipo porque no podré contenerme. ¿Escuchaste todo lo que dijo? Es un imbécil... es más, voy a llamar a Audrey para que esté al tanto del monitoreo con los otros clientes. No voy a permitir que ese estúpido hable mal de nosotros, ¡mesero, la cuenta! —Mac había estado hablando tan rápido que no se dio cuenta en qué momento los ojos de Lauren volvieron a llenarse de lágrimas— Tyler, quedas a cargo. Al parecer le sigue doliendo el brazo, ten cuidado Lauren— antes de irse, Lauren se permitió darle un abrazo.

—Gracias Mac. En serio...

—Para eso estamos. Ahora, olvida el mal rato y trata de sacarle provecho a algo bueno de esta ciudad —Mac le dio un beso en la frente, estrechó la mano con Tyler y salió del bar.

—En serio, tus amigos son geniales —volvió a decir Tyler viendo a través de la ventana como Mac llegaba hasta su auto.

—Si hay algo que aprecie Mac es su trabajo, te metes con él y bueno... ya has visto. ¿Y bien? ¿Cuál es el plan?

—Lauren... ¿de verdad quieres...? ¿No quieres hablar sobre...?

—No todavía. —Sentenció ella levantándose de la silla— ¿Nos vamos?

—Está bien. Pero consigamos algo de hielo para mi mejilla.

Salieron del bar y caminaron varias cuadras sin ir a un lugar definido. Tyler le contaba algunas historias que había escuchado de la ciudad, al tiempo en que le señalaba los nombres de las calles y algunas tiendas y restaurantes a las que había ido. En medio del recorrido llegaron a una plazoleta abarrotada de camiones de comida y al verlos sus estómagos saltaron de alegría. Se permitieron visitar todos y mirar el menú para ver cual les atraía más. Lauren había dejado de llorar y Tyler solo se acordaba de su golpe cuando un ataque de risa lo atacaba, algo que era recurrente. Se lo estaban pasando demasiado bien, tanto así como para que Lauren ignorara el celular que estaba en el fondo de su bolso y al cual le estaban entrando múltiples llamadas y mensajes de Audrey.

En la tarde visitaron algunos museos y parques de la ciudad que terminaron de encantar a Lauren. Mientras caminaba y trataba de prestar atención a lo que Tyler le decía sobre un parque de diversiones abandonado, ella no podía dejar de pensar que en algún momento vio la posibilidad de mudarse con Brandon... no es que lo hubiesen hablado alguna vez, era algo con lo que soñaba.

—Está oscureciendo. Vamos, date prisa. —Tyler la tomó de la mano y la obligó a correr en dirección recta hasta llegar a una explanada que tenía un lago en la mitad y detrás del cual el sol empezaba a ocultarse.

—Vaya...

—Aún queda tiempo, ven. —Tyler se sentó sobre el pasto, ella lo imitó recogiendo sus piernas y abrazando las rodillas.

Allí se quedaron hasta que el cielo que se había bañado de rojo empezó a colorearse de negro. No se decían nada. En realidad ninguno de los dos sabía de qué manera volver a abordar el tema de aquella mañana. Tyler sabía que ella estaba lastimada al enterarse de las cosas de esa manera, además estaba la cuestión de su trabajo, pero sabía que lo que más le dolía en esos momentos era su corazón.

—Vale, creo que tengo que hablarlo rápidamente sino voy a explotar —le dijo Lauren quitando la mirada del horizonte.

— ¿Quieres que te deje sola? Puedo ir a comprar algunos refrescos y...

— ¿Por qué querría que me dejaras sola? —le preguntó ella confundida.

—Para que puedas llamar a Audrey ¿no? —Lauren lo miró con ternura.

—Esperaba que fueras tu quien me escucharas —Tyler sonrió.

—Te escucho.

— ¿Sabes? Hace un rato he estado pensando en algo que él me dijo hace unas semanas mientras cenábamos; me dijo que conmigo nada era improvisado. Ahora entiendo por qué... Me siento demasiado estúpida, es decir, ahora todo tiene sentido.... Creo que sus viajes a SynCin no significaban nada, en realidad me pregunto si yo en algún momento llegué a significar algo para él... esto del amor no está hecho para mí, no lo merezco... no sé por qué siempre termino lastimada si doy lo mejor de mi... es absurdo, yo...—y rompió a llorar. Tyler le pasó la mano por detrás de los hombros y otra vez la abrazó.

—No hables así Lauren. El camino del amor es difícil y tal vez a algunos les va mejor que a otros, pero no digas que no está hecho para ti. Algún día encontraras a ese chico que de verdad te corresponda como debe ser.

— ¿Y mientras tanto qué? ¿Me sigo lastimando con los que no son los adecuados? Esto cansa Tyler. Es bonito conocer a alguien e ilusionarse con que sí, este será el indicado. Pero creo que no vale la pena buscarlo, sino sentarse a esperar a ver si aparece.

—Si aparecerá, no seas negativa. En lo que a Brandon se refiere, es solo un idiota que se aprovechó de la persona incorrecta. Eras muchísimo para él...

—Gracias. Lo que no entiendo es por qué tener que hacer todo eso para al final beneficiar a sus amigos con el tema de los videos... ¿de verdad valía la pena usarme? ¿Por qué no siguió tratándome indiferente?

—Son respuestas que no tendrás... y que ya no valen la pena.

Ella no se apartó de su pecho sino hasta cuando soltó una risilla que sorprendió a Tyler.

— ¿Sabes? Ahora creo que mis tres estornudos de aquella mañana no han servido para nada

—Al contrario —le dijo él— el amor está representado en muchos sentidos. Tienes el amor de nosotros, tus amigos, y de tu familia. Además, ese estornudo no te auguraba un tiempo indefinido, ¿o sí? Has vivido el amor al estar con Brandon, solo que no ha sido el que buscabas. Ahora solo tenemos que tratar de que en los próximos tres estornudos, encuentres al ideal.

—Eso no va a pasar ya...

—No dejes de creer en esas cosas mágicas, Lauren —dijo Tyler guiñándole un ojo— son las que hacen la vida más divertida. Además, ¿quieres estornudo? —Y entonces la jaló hasta su pecho fuertemente hasta que ella se separó.

—Oye... que crees que... ¡Achis!

—Salud...

—De nuevo tu perfume —dijo ella aun con las manos en el rostro— ¿Te has dado cuenta que cada vez que estornudo siempre tienes un dato curioso sobre eso? A ver cual tienes para mí ahora...

—Menos mal lo preguntas. Existe una creencia que sostiene que si alguien estornuda un sábado cuando comienza a anochecer y se han encendido las luces del lugar o la ciudad, durante la semana siguiente se tendrá la buena fortuna de conocer a una persona interesante...

—No inventes Tyler... —le dijo ella sonriendo.

— ¡No bromeo! Incluso esa misma creencia dice que las condiciones serán adversas si se estornuda el domingo por la noche después de apagar las luces.

Ella soltó una leve carcajada

— ¿De dónde sacas todo eso?

—Lo he leído. No te miento. Así que no te des por vencida, hay alguien interesante esperando por conocerte.



Esa noche Tyler convenció a Lauren para que se quedara en el pequeño apartamento que él había logrado alquilar en la ciudad y ella no dudo en aceptar. Lo menos que quería era regresar al hotel y tropezarse con Brandon. Pero a unas cuadras del edificio, ella le pidió que entraran a un bar porque quería tomar algo. Tyler la esperó en una mesa del fondo, mientras ella iba al baño. Allí aprovechó para llamar a Audrey.

¡¿DÓNDE HAS ESTADO METIDA TODO EL DÍA?! ¿SABES LO PREOCUPADA QUE ESTABA?

—Audrey, no grites...

—SÍ, SÍ GRITO.

No lo hagas amor... —se escuchó decir a Jake desde el fondo.

—Bueno está bien, me calmo. Pero ¡hey! pudiste haberme enviado un mensaje, tuve que llamar a Mac y preguntarle en donde estabas metida. Me tranquilicé al saber que estabas con Tyler.

Sí, he querido despejarme un poco y él ha ayudado. No te preocupes, todo está bien. Mañana temprano estaré de regreso. ¿Puedo llegar a tu casa?

—Sabes que sí Lauren. ¿Cómo estás? Aun no puedo creer lo que ese hijo de su.... Ha hecho. Jake y yo hemos hecho una lista de groserías solo para él.

—No lo dudo... pues al menos estoy mejor que esta mañana... Tyler ha ayudado.

— ¡Gracias a Dios ese chico! Vale, me cuentas cualquier cosa. Descansa. Te quiero.

—Adiós y gracias. Saludos a Jake.

Cuando Lauren llegó a la mesa, ya Tyler había pedido dos cervezas.

—Creo que esto era lo que necesitaba... ¡ah, el colmo! —dijo levantando el rostro. Él no la entendió— lo digo por la canción... era lo único que necesitaba este día. Un soundtrack deprimente.

Tyler escuchó con atención y sonrió al ver como Lauren trataba de poner gestos de sufrimiento mientras seguía la canción Torn de Natalie Imbruglia. Estuvieron un buen rato tomando cervezas hasta que ella decidió que no estaría mal pedir algo más fuerte.

— ¿Quieres emborracharte, o algo así? —le preguntó Tyler sorprendido.

—Lo que quiero es tratar de perder el conocimiento y levantarme mañana sin que nada de esto hubiese pasado. Pero vale, puedo quedarme con lo primero porque lo segundo es imposible. Ahora, vamos, pide una botella de tequila... ¡mesero!

—Vale, pero hagamos esto más divertido. Jugaremos...

— ¿Qué quieres decir? Por favor que no sea de esos juegos en los que tenemos que quitarnos prendas, aún tengo consciencia para saber que estoy en un bar. —Tyler no pudo evitar reír fuertemente.

—No, vamos a compartir información personal el uno del otro. Si son datos que sabes, no tomas, pero si por el contrario es algo que en serio desconocías de mí, debes tomar. ¿Vale?

—Creo que no entendí...—dijo ella confundida.

—A ver...—en ese momento la botella de tequila llegó con dos vasos pequeños— voy a decirte algo que se supone no sabías de mí: he terminado con Liss.

— Ya eso lo sabía. —dijo Lauren muy tranquila.

— ¿De verdad? ¿Cómo?

—Pues ya no hablabas de ella. Era más que obvio. Aunque.... ¿cómo pasó?

—Fue luego de la boda... Justo cuando le conté que me habías ayudado a escoger la canción de los novios. Se puso histérica —Tyler sonrió— me reprochó el haber discutido eso contigo y volvió a llamarte Laura.

— ¡Ay por Dios! Esa si está loca. ¿Sabes? Nunca te lo dije, pero de verdad que esa no era una chica para ti...

—Bueno, en fin... no tiene caso hablar de ello ahora. Vamos, es tu turno. —Lauren vio como Tyler cambiaba el tema y sabía que no iba a poder sacarle nada más.

—Está bien... ¿Sabías que una vez iba a hacerme un tatuaje pero al ver la aguja me desmayé? —los dos compartieron una risa y Tyler se sirvió un trago de tequila que rápidamente se tomó.

—Esa ha estado muy buena. A ver... me toca. ¿Recuerdas mi semana de vacaciones obligadas a principios de abril? En realidad me quedé en SynCin porque Brandon me suspendió.

— ¿¡Qué?! ¿Es en serio? —Tyler asintió— Pero... ¿por qué?

—Lo que voy a decir son simple conjeturas, pero creo que es obvio; esa mañana cuando llegué a Medy, me mandó a llamar a su oficina y me dijo que algunas cosas habían estado mal porque yo no me quede ese fin de semana (cuando él precisamente me lo había dado libre) y al final me dijo que me alejara de sus cosas, de todas sus cosas y ya, me suspendió.

—No entiendo.

—Claramente se ha enterado que somos amigos y no sé, no le agradaba verte conmigo.

— ¡Ah! A lo mejor vio tu mensaje aquella vez en el celular... en fin, eso no lo sabía —dijo Lauren tomándose el trago que se acababa de servir— Te contaré, siempre he tenido una debilidad por el color rojo, pero no el normal, sino el que es oscuro... no sé porque, per...

—Eso ya lo sabía. Habría que fijarse en tus camisetas, bufandas y los mugs de tu cocina para darse cuenta de ello.

Estuvieron otro buen rato en aquella dinámica hasta que no quedaba casi nada en la botella y ya las cosas que se decían estaban perdiendo el sentido. A Lauren le dolía la cabeza y sentía que no podía levantarse de aquel lugar.

—Ya, ya.... Juro que esta es la última... —dijo Tyler recostándose sobre la silla— aquella noche en que... te... ayude a poner la camiseta de la pijama... ¿te acuerdas? —Lauren soltó una carcajada— cuando diste la vuelta para que desabrochara el sujetador... yo... abrí los ojos. Tienes una bonita espalda.

— ¡¿Qué?! Eres un pervertido Tyler... —ella quiso alcanzarlo con las manos para pegarle, pero estaba tan borracha que no coordinaba sus movimientos.

—Lo siento... no he podido contenerme...

— ¡Ay Dios! Esa sí que ha estado buena, me toca a mí... —ella intentó decir algo, pero no podía— lo siento, estoy tan ebria que no sé qué decir... Me siento incluso en una de esas películas de comedia romántica en donde la protagonista... se va a un bar a llorar sus penas con sus amigas... pero bueno, en este caso es mejor amigo

— ¿O sea yo? —Lauren asintió divertida— si fuera una de esas películas, el mejor amigo siempre está enamorado de la protagonista, así que... solo falta que nos besemos —le dijo él mirándola fijamente.

—Mejor no —respondió ella de repente.

—Bueno... no era una invitación... pero, ¿por qué no?

—Porque no estaría bien.

—Vamos, estamos tan ebrios que mañana ni siquiera lo recordaríamos—insistió él acercándose un poco al centro de la mesa. Lauren se rio, cruzó los brazos y se recostó a su silla.

—Ya te dije que no —compartieron una sonrisa y él levantó los hombros dándose por vencido. Lauren tomó la botella que estaba en medio de ellos, pero ya estaba vacía.

— ¡Ops!, se ha acabado.

—Y esto aquí también. Vamos.

Aun con los reproches de Lauren, Tyler la levantó y salieron del bar dando tropezones. Afortunadamente el apartamento de él estaba cerca, pero subir los escalones hasta el piso cuarto representó todo un desafío que estuvo a punto de perder. Hablando entre susurros y riendo cada dos segundos, lograron llegar a la puerta del apartamento de él que presentó varios problemas para abrir.

El apartamento estaba desprovisto de paredes, salvo el baño que estaba al fondo. Al lado derecho había una diminuta cocina con un bar y dos sillas frente a él. Tyler llevó a Lauren hasta la cama doble que estaba del otro lado y cuando quiso acostarla, tropezaron y él cayó encima de ella. Tan solo faltó que ellos quisiesen besarse, porque sus narices ya se estaban tocando. Se miraron un largo rato, él preguntándose en qué pensaba ella y Lauren admitiéndose que jamás se había fijado en los ojos de él.

—Hace un momento tenías razón —le dijo él entre susurros— Lo del beso no hubiese estado bien. Estamos demasiado ebrios como para recordarlo mañana y a mi si me hubiese gustado hacerlo.

Las miradas continuaron, hasta que ella intentó decir algo, pero no era la respuesta que él esperaba.

¡Achis! —Lauren estornudó y él sonrió.

Tyler se levantó rápidamente y le quitó los zapatos a Lauren que ya no decía nada porque había cerrado los ojos lista para dormir. Le pasó por encima la sabana y él fue hasta el sofá que estaba a un lado desde donde por una hora se mantuvo despierto observándola dormir. Ni siquiera supo en qué momento se quedó dormido, no podía conciliar el sueño mientras estuviese pensando en el beso que pudo ser. 



Mil disculpas si ha sido un capítulo largo, Jeje me emocioné un poco creo XD. 

Pd: Este capítulo es especial así como su dedicatoria. Para quien ha estado siguiendo la historia, comentando y creando múltiples teorías. ¡Gracias Kerlly! 

Espero les haya gustado y muchas gracias por leer :D

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