Cuando divisó el cartel de Medy City, respiró aliviada. En la terminal estaría esperándola el gerente con quien hablaría acerca del servicio que requerían. En aquella ocasión, Lauren solo iba a estar en Medy el viernes y el sábado en la tarde estaría de regreso, en su reunión con el gerente quedaría determinado que tan constante serían los viajes, aunque teniendo en cuenta el que había finalizado, ella hubiese querido que no se repitieran.

La flota de buses que los había contratado se llamaba ArrowXpress, y solo cubría la ruta de SynCin City a Medy City y viceversa. Era una empresa nueva que poco a poco se había posicionado en las ciudades y ahora estaba innovando con un servicio Premium de calidad con pantallas táctiles y servicio de internet gratuito.

Lauren jamás había estado en Medy City, pero le sorprendió muchísimo lo arborizada y colorida que parecía la ciudad; sus edificios y construcciones parecían obviar los colores neutros y las divisiones que se encontraban en medio de las avenidas, tenían lindas esculturas con baldosas trituradas. El bus giró por la derecha de una glorieta que en el centro tenía una enorme placa con unos dibujos que ella no alcanzó a ver, entró por un túnel y al salir vio el cartel del Terminal de Transporte de Medy City. Era de una planta también, pero mucho más grande que el de SynCin donde cada empresa tenía un local, pues la administración no había logrado unificarlos todos en un solo edificio.

Al bajar del bus, Lauren buscó la oficina de ArrowXpress y preguntó por el gerente, Enrique Bernal. Una mujer que parecía ser la secretaria le pidió que esperara y al cabo de unos segundos un hombrecillo de buen humor que parecía más un vendedor de productos televisivos, salió a darle la bienvenida.

—Muchas gracias y bienvenida señorita Lauren. El señor Mac me ha dicho que vendría y la hemos estado esperando. ¿Cómo ha estado el viaje? ¿La han tratado bien? lamento no haberle podido ofrecer uno de nuestros servicios Premium, pero estamos en el afán de conseguir suficientes buses para ello —el hombre hablaba tan emocionado que Lauren temió haberse equivocado de persona.

—Todo ha estado muy bien, muchas gracias.

—Me alegra escuchar eso. Venga, adelante. Puede dejar la maleta allí, no se preocupe. Erika, si llega Brandon, le dices que pase por favor.

Lauren y el señor Bernal entraron a la oficina. Ella sacó una libreta y dejó a un lado su bolso de mano

—Señor Bernal, Mac dijo que prefería darnos las especificaciones de lo que requería personalmente así que, estoy presta a escuchar lo que desean y posteriormente les haremos una propuesta basado en ello.

— ¿Podemos esperar a Brandon? Es mi sobrino y también accionista de la empresa. En realidad fue a él quien se le ocurrió toda esta idea.

—Está bien

— ¿Quiere algo de tomar? ¿Café, tal vez?

—Sí, café está bien —respondió Lauren con una débil sonrisa.

El señor Bernal salió y dejó Lauren sola en la oficina que en realidad no tenía demasiada decoración para examinar. Mientras paseaba su mirada por los pocos cuadros de la habitación, recordó a su amiga Audrey y le marcó. Ella de nuevo contestó al segundo tono

— ¿Has llegado bien? —la saludó su amiga.

—Sí. Estoy en la oficina del gerente esperando al otro socio para la reunión. Pero cuéntame, ¿Qué es lo que ha pasado con Jake?

—En realidad no es nada, durante la mañana me he puesto a analizar y creo que estoy celosa de que le dedique más tiempo a algo que no soy yo —Lauren suspiró— he escuchado el suspiro. ¿Qué estabas imaginando?

—No lo sé. No diste demasiadas pistas. Pero bueno, ¿Cómo va el asunto de sus clases?

El novio de Audrey, Jake, era un arquitecto que siempre había soñado con ser chef, pero debía seguir el negocio familiar. Ahora que vivía con Audrey y podía pagárselas, se había inscrito en varias clases de alta cocina que al parecer le estaban ocupando demasiado tiempo.

—Lo bueno de todo esto es que claramente quien prueba cada uno de sus platillos soy yo. Debe mejorar el filete de pescado, pero en cuanto a lo demás creo que tendrá éxito.

—Al menos cuenta con tu apoyo y eso ya es suficiente.

—Sí, lo mismo me he dicho. Por eso te digo que es algo absurdo sentirme mal por su éxito.

—Creo que deberías decirle lo que piensas y entre los dos lograr un equilibrio.

—Vale, tal vez funcione.

En ese momento Lauren escuchó que la puerta se abría y le dijo a Audrey que la llamaba en la noche. El señor Bernal regresó, pero esta vez venía acompañado. Un hombre alto de cabello largo peinado hacia atrás lo acompañaba. Para Lauren fue imposible no notar el perfecto perfil que tenía, pero lo que más la atrajo fue la profunda mirada que encontró cuando él notó su presencia.

—Él es mi sobrino Brandon, que también está a cargo de la compañía —Lauren se puso de pie y le extendió la mano. El hombre se tomó unos segundos en responder el gesto y ella no pudo evitar ver de qué manera él la examinaba de pies a cabeza.

—Mucho gusto —respondió Brandon en un tono tan seco que a Lauren la confundió. ¿Era su imaginación o el chico parecía estar enojado? ¿Era acaso el problema con ella?

Luego de la extraña presentación, el señor Bernal le explicó a Lauren que requerían una serie de videos institucionales los cuales proyectar en unas pantallas que habían instalado en el servicio Premium de los buses. Ella tomó nota, hizo preguntas y finalmente les dio un concepto general de lo que se podría hacer. El gerente parecía complacido, pero Brandon no dejaba de hacer preguntas e interrumpirla cada vez que podía.

—Bueno, tengo algunos comentarios que sin duda durante el proceso se pueden ir dando, pero sí, creo que funcionará. —comentó finalmente Brandon.

—Te dije que son los mejores. —le respondió su tío aun mirando la presentación.

—Eso está por verse. Ha sido un placer Lauren. Estaré en las ventanillas, tío.

Brandon se despidió sin sonreír y salió de la habitación llevándose consigo el pesado ambiente que se había creado con su llegada. Lauren sintió que volvía a respirar.

—Al parecer su sobrino no está muy contento con nuestra contratación —se atrevió a comentar Lauren.

—No se preocupe. Es un joven demasiado orgulloso como para admitir sus equivocaciones. Lamento si se comporta un tanto brusco, pero es que he decidido contratarlos a ustedes y no a la Productora que él ha querido; soy más amante de la experiencia y estos chicos que él pretendía involucrar pues... aún están en la universidad, creo que sería demasiado riesgoso.

—Ya entiendo. De todos modos señor Bernal, muchas gracias por el respaldo. Le prometo que no lo defraudaremos. —Lauren se puso de pie y el señor Bernal la siguió. Estrecharon la mano y él la invitó a almorzar.

Decidieron almorzar en el restaurante del hotel que estaba cerca al terminal de transporte y en el cual se quedaría a dormir Lauren.

— ¿Ha venido antes a Medy? —le preguntó el hombrecillo mientras leía el menú.

—Es la primera vez —admitió ella un poco apenada. El señor Bernal inmediatamente dejó la carta a un lado y la miró sorprendida.

—No puede ser cierto, ¡Tiene tanto que conocer! No se preocupe señorita Lauren que en el tiempo que viene le mostraré la ciudad como se debe.

Aunque ella había insistido en que la llamara por su nombre, el señor Bernal jamás lo hizo.

—Bueno ojalá se den otras oportunidades para conocer la ciudad —respondió Lauren amablemente.

—Claro que las habrán.

Después de almorzar se fue a la pieza del hotel a descansar para empezar el recorrido por el Terminal en las horas de la tarde. El hotel Fearless era un edificio de tres pisos con habitaciones pequeñas y cómodas. Por el balcón de su habitación le echó un vistazo al vecindario y en ese momento pensó en que aquel hotel tenía la mejor vista de la ciudad sin siquiera conocer otros lugares. Desde su ventana podía ver los edificios de Medy City y algunas zonas verdes que se filtraban en medio del montón de techos. Lauren quiso que fuera de noche para desde allí ver las luces de la ciudad, ¿se verían mejor?

Antes de bajar, se cambió el suéter por una camisa azul con el logo de la empresa, cambio su bolso de mano por un morral en donde metió la cámara fotográfica y una carpeta roja.

Durante el resto de la tarde Lauren recorrió el Terminal de Transporte de Medy City por mero capricho de conocer, cuando creyó que tenía todo, volvió a las oficinas de ArrowXpress  y empezó a analizar el flujo de pasajeros, el personal y el parqueadero de buses.

Mientras anotaba en una hoja algunas ideas, Brandon se acercó hasta ella que quiso evitarlo, pero fue imposible.

— ¿Y bien? ¿Qué te parece?

—Es un bonito edificio. Espero las oficinas de ArrowXpress en SynCin queden igual a estas.

—La idea es que queden mejor —dijo él en un tono amable nuevo para Lauren— pero bueno, ahorita mismo estoy enfocado en el servicio Premium que estamos ofreciendo y con el que estamos innovando en el mercado.

—Bueno, confío en que vamos a entregarles un producto de calidad.

—Yo también espero lo mismo —Y de nuevo Lauren percibió algo de burla en sus palabras— Como soy el encargado del proyecto, debo preguntar sobre los elementos que necesitarás.

—Pues creo que lo más importante es la disponibilidad del personal para las tomas y algunos testimonios.

—No habrá problema con eso. ¿Algo más?

—Por lo pronto eso. Ya he examinado algunos puntos clave para el video, el próximo viernes ya les traeré más unificada la propuesta y también algunos equipos necesarios para empezar las grabaciones.

—Está bien.

Brandon de nuevo no sonrió, simplemente se fue y Lauren quedó envuelta en una nube de confusión ante el comportamiento extraño de aquel chico.

El sol empezó a ocultarse y sin poder decir que no, Lauren cenó con el señor Bernal y Brandon en el restaurante del hotel. Estuvieron discutiendo algunos asuntos de la política en Medy City y ella les contó sobre Syncin City y las mejoras que estaba teniendo últimamente.

Cuando se hicieron las siete, el señor Bernal se despidió y se disculpó con Lauren porque el día siguiente no iba a poder acompañarla ya que debía viajar con su hija a un recital.

—Pero Brandon la acompañará en el Terminal para cualquier cosa que necesite. El transporte de regreso está cubierto, solo debe decidir su horario y listo. De nuevo muchas gracias señorita Lauren.

—A usted señor Bernal —respondió ella y lo vio alejarse hasta su auto.

Cuando Lauren se dio la vuelta, vio que Brandon ya no estaba, caminó hasta la recepción y lo encontró allí hablando con la recepcionista. Lauren pasó de largo hasta el ascensor y justo cuando las puertas se iban a cerrar, unas manos lo impidieron. Brandon entró y los dos subieron hasta el último piso sin dirigirse la palabra.

No sabía por qué, pero Lauren pensó que él iba a dejarla salir primero del ascensor, era una regla de caballerosidad que Brandon no cumplió y casi corrió hasta su habitación que estaba tres puertas antes que la de ella.

Lauren salió del ascensor y pasó delante de él que parecía tenía problemas para abrir la puerta.

—Buenas noches —le dijo sin esperar una respuesta, que extrañamente si llegó.

—Buenas noches.

Esa noche no le dio tiempo de devolverle las llamadas perdidas a Audrey ni de contestarle los mensajes a Mac. Estaba cansada y necesitaba dormir. Después de salir de la ducha y ponerse el vestido de pijama, miró hacia su ventana y se enamoró de la vista nocturna. Un estornudo la interrumpió y volvió a recordar las teorías de aquella mañana. ¿Había encontrado ese día el amor? A lo mejor sí y no se había dado cuenta, o tal vez aquella no iba a ser la oportunidad. Mientras se metía a la cama esperó los otros dos estornudos que no llegaron. Lauren cerró los ojos y pensó en lo bien que le quedaba el cabello largo a Brandon.

Muchas gracias por pasarte por este segundo capítulo, espero te siga interesando la trama para que puedas conocer el resto de la historia. Hasta el momento estaré actualizando los martes y sábados. 

De nuevo, gracias por leer. Saludos!