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54 🍒

Un médico omega llegó al refugio en la madrugada con equipaje para hacerle una revisión a Seungmin. Aunque tanto él como Hyunjin insistieron en que Jihoon los había estado atendiendo, Tzuyu y Chaeyoung insistieron en que fuera revisado y obtuviera una segunda opinión dado su avanzado estado de gestación.

Aunque Seungmin pensó que podría seguir aguantando de pie, tanto física como mentalmente, lo cierto era que el gran ajetreo y la cantidad de emociones que inundaron su cuerpo en las últimas horas lo debilitaron de sobremanera. Estaba agotado y necesitado de mucha protección, no había dejado que Hyunjin se separara de él ni siquiera para ir al baño.

—Eres un omega muy listo, Seungmin.—Le dijo Hyunjin mientras el doctor instalaba sus pertenencias para la revisión. Su alfa acariciaba su frente descubierta con cariño.—Incluso antes de saber que corríamos peligro, me advertiste. Tu instinto lo sabía.—Hyunjin estaba fascinado. Lo besó allí donde había estado acariciándole.—Serás una gran madre para nuestro hijo.—Aseguró soltando feromonas que embriagaron a Seungmin.

El doctor carraspeó antes de preguntar si podía iniciar con el chequeo. Ambos aceptaron, y entonces el doctor empezó a revisar su ritmo cardíaco, revisó sus reflejos, sus sentidos y su temperatura. Seungmin estaba constantemente abochornado.

—Hueles a chocolate, Seungmin.—Le dijo el doctor.—Tendrás a un niño ¿Lo sabías?

Seungmin asintió con una sonrisa satisfecha.

—Sí. Chocolate para los niños, vainilla para las niñas.—Presumió su conocimiento.

—Mucha gente cree que son supersticiones, pero en todos los años que llevo como obstetra, no ha fallado ni una sola vez.—Le contó mientras tomaba su temperatura.—Cuando estaba esperando a mi hija, olía a vainilla. El año pasado tuve a mi hijo, y olía a chocolate.—Miró a la pareja.—Nunca falla.

El doctor continuó haciendo conversación para que la revisión fuera más amena y que Seungmin pudiera relajarse y dejarse tocar en una zona tan íntima como lo era su barriga. Cuando terminaron, el doctor hizo algunas anotaciones durante unos minutos.

—Bien, Seungmin. Primero que nada, quiero decirte que conozco a muy grandes rasgos tu situación. Tan solo sé que no te quedarás aquí, y que has estado muy agitado y en un ambiente de angustia últimamente.—Empezó a explicar el doctor.—Es importante que recuerdes que estás a mitad del sexto mes. Tu piel brilla como debe hacerlo la de un embarazado, a pesar de lo que estás viviendo irradias luz.—Lo halagó con una sonrisa sincera.—Pero exponerte a una situación más de estrés nuevamente va a ser dañino. Si lo haces, corres el riesgo de que el cachorro sea prematuro. Como sabrás, Seungmin, en omegas hombres un parto prematuro es más peligroso en comparación con el de las mujeres. El bebé está amoldado a tu cuerpo, no tu cuerpo al bebé. Si nace antes de que tu cuerpo esté listo, será fatal. Necesitarás reposo, demasiado reposo. No puedes volver a pasar por una situación que te provoque una crisis de cualquier tipo.

Seungmin asintió un poco asustado. Incluso por más que quisiera acatar la recomendación a pie de la letra, la situación en la que se encontraban era mucho peor de lo que alguna vez experimentó. Hace seis meses, cuando él y Hyunjin decidieron tener al cachorro, pensaron que podrían soportar la situación de persecución que estaban viviendo como lo habían estado haciendo previamente, pero entonces todo empeoró de la noche a la mañana. En ningún momento imaginó que volvería a estar lejos de casa.

Seungmin mantenía, hasta el día anterior, la esperanza de poder regresar a la casa Hwang para poder tener a su bebé. Incluso si sabía que la situación tuvo que ser lo suficientemente grave como para haberlos hecho huir de allí, pensó que las cosas podrían arreglarse dentro de tres meses. Pero eso había cambiado radicalmente después de la confesión que Tzuyu le hizo sobre hasta quien hace tiempo creyó que solo era una enemiga política. Jeongyeon estaba tras de ellos, y no descansaría hasta encontrarlos.

—Lo hará.—Prometió Hyunjin al sentir su angustia a través de lazo. De la otra parte, el alfa intentaba mantenerse optimista.—Estará en reposo de aquí al parto doctor, muchas gracias por la advertencia.—Añadió Hyunjin acariciando suavemente la mano de Seungmin.

—Por favor, procuren que duerma bien. Se vienen los meses más difíciles, querrás comer todo el tiempo algunos días y después no querrás comer nada. Necesitarás a tu alfa a tu lado casi todo el tiempo. Anidar también es muy importante, procura hacerlo en una habitación en donde te sientas cómodo y que puedas marcar con tu aroma. Por favor, si hay una noticia que puede causarle estrés de sobremanera, procuren dársela con cuidado.—Le dijo lo último a Hyunjin, quien asintió obediente.

—No me gusta que me escondan las cosas.—Objetó Seungmin.

—Bueno, Seungmin, no lo veas de esa manera. Tan solo piensa en que tú lobo está muy sensible ahora por el instinto maternal que carga, cualquier situación de peligro lo alertará para huir incluso si no es lo más racional. Por favor, trata de no escapar de tu alfa ni de nadie de confianza si te sientes amenazado. Ellos te entienden, estarán ahí para cuidarte.—Le aseguró el doctor. Ante ello, Seungmin tan solo se avergonzó y apretó la mano de Hyunjin cuando el simple pensamiento de él escapando volvió a ellos.

—Hace tiempo aprendí a no huir de mis problemas.—Fue lo único que contestó Seungmin esbozando su mejor sonrisa.

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Con el despertar del sol y el sueño de la luna, cada miembro de la manada bajó a tomar el desayuno hora y media antes de lo que se acostumbraba en el refugio. Comieron rápido y bastante, inseguros de su próxima travesía, y entonces Chaeyoung llegó con el teléfono en manos.

—Bien, acabo de hablar con Seori. Jia y Yujin ya acomodaron las cosas para ustedes junto con las otras omegas que están allí. Son todas de confianza. Cuando lleguen ahí, Tzuyu y yo iremos para no levantar sospechas. Puede tardar unos días, pero queremos que sean lo menos rastreables posibles.

—Así es, mientras tanto Bang Chan y yo nos encargaremos de hacerle creer a Jeongyeon que han escapado de nuevo.—Dijo Tzuyu.

Hyunjin frunció el ceño.

—¿Después de que nos sacaron de ese cuartel militar? No lo creo. El idiota de ese general desconfió todo el tiempo, le dirá la verdad a Jeongyeon.

—Además.—Opinó Changbin a lado de su hermano.—Todavía no sé cómo se encargarán del elefante en la habitación. Bang mató él mismo a todos sus hombres. ¿Un general va a regresar sin su tropa y dirá que falló la misión? No lo creo.

—Jeongyeon ni siquiera conoce que existen, al menos, un cuarto de los cuarteles que yo conozco alrededor del país.—Aseguró Chan.

—Pero si ha estado detrás de nosotros todo este tiempo ¿Crees que no sabe ya que en un radar de solo kilómetros tiene una base militar?—Insistió Changbin.

—No, porque la habría usado antes.—Debatió Bang Chan.—Escuchen, el cuartel del general Kang está a cargo de la inteligencia y el armamento. No de la fuerza.

—Alguien que está a cargo del armamento seguro sabe pelear.—Comentó Felix al aire.

—Nadie está en la milicia sin saber disparar un arma. Pero una cosa es saber utilizarlas, saber cómo armarlas y estar a cargo de la logística de sus importaciones y exportaciones. Otra cosa es tener la sangre para matar a tanta gente se te ordene con ellas. Kang no la tiene, por eso no le sirve a Jeongyeon. Si Kang quiere hablar, lo hará hasta que sea seguro desobedecerme.

—Jeongyeon no puede deshacer ella misma a su antojo a la milicia. El poder legislativo está detrás de cada ejecutivo ante algo tan arbitrario como eso, recuerden que todavía pueden hacerle un juicio político así como quisieron hacérselo a Minho.—Explicó Chaeyoung.

Jisung, que había estado sentado a lado de Minghao y a lado de su papá, tan solo se encogió y emitió un chillido. La omega le dedicó una mirada de disculpa.

—Entiendo eso.—Dijo Hyunjin.—Pero alguien que llegó al poder por ensuciar la imagen de alguien más y que no fue genuinamente votada como lo fue Minho ya es lo suficiente arbitrario para mí, y no le han hecho nada. Sabemos de lo que es capaz, y ahora que sé el motivo verdadero de por qué está buscándonos, estoy más intranquilo de lo que estaba.

—Sabemos que es difícil confiar.—Dijo Chaeyoung.—Pero nosotras tampoco queremos a esa mujer que tanto daño a la familia de mi alfa le ha hecho, y que piensa que porque soy omega puede manipularla con mi integridad física. No creo que comprendan lo mucho que son apoyados y que serán respaldados aquí; cada quien tenemos un motivo para estar, en un principio Tzuyu y yo buscábamos a Seungmin.—Relató dedicándole una mirada.—Y luego llegaron omegas que habían huido de manadas peores, Minho en una ocasión salvó a una chica que estuvo con ustedes y que fue llevada a trabajar a los burdeles de los políticos de Im. La trajo con nosotras, y ella misma encontró un motivo.

Changbin se acomodó atento en su lugar.

—¿Soongi?—Preguntó esperanzado.

—A los omegas rescatados de manadas nunca les pedimos dar su nombre verdadero. Ellos daban el que querían, y ella nos dijo que se llamaba Sa-ra.

Hyunjin observó la inquietud de Changbin.

—Nosotros, cuando Daniel todavía era el líder, no teníamos idea de en lo que estaba metido. Nunca quisimos hacerle daño...—Explicó apenado Hyunjin.

—Lo sabemos.—Asintió Tzuyu.—Minho nos lo dijo también, lo decía todo el tiempo. ¡Los Hwang no son malos! Y le creímos. Todavía lo hacemos.

—Esto va más allá de rescatar omegas, queremos que se descubra quién es verdaderamente Jeongyeon. Ella tiene al poder militar de su lado, pero si Bang Chan lo logra...—Esperanzó Chaeyoung.

—No creo que sea fácil volver a ganarme su respeto después de lo que hice, pero mientras permanezca en mi cargo, lo intentaré. Las facciones siempre son malas para las democracias débiles, y la de Jeongyeon se sostiene en hilos.

—¿No será muy arriesgado?—Preguntó esta vez Jeongin al fondo de la mesa.—No confío en esa mujer... y estás arriesgándote demasiado.

—Omega.—Lo llamó el militar. Caminó hacia él y sostuvo su rostro. Todas las personas tenían sus miradas puestos en ellos.—Mi deber no ha terminado con salvarte a ti y a tu manada. Necesito asegurarme de que el riesgo termine de verdad, y si puedo hacerlo lo haré. Ya se me ocurrirá algo.—Jeongin reunió lágrimas en sus ojos.

—Jeongin, tu alfa sabe lo que hace. Nos ha mantenido con vida hasta ahora, seguro podrá mantenerse a él mismo con vida también.—Lo intentó consolar Seungmin.

—Es fácil decirlo, Hyung. No es tu alfa quien está en el ojo público.—Musitó con tristeza, las manos ásperas de Christopher limpiando los rastros húmedos de sus mejillas como a un niño chiquito. Jeongin rápidamente recapituló lo que había dicho, y se levantó para hacer una reverencia.—Lo siento, Hyunjin-hyung. No pretendí sugerir–

—Lo sé, Jeongin, lo sé.—Lo tranquilizó el Alfa.—Tienes razón. El peso de la opinión pública no está sobre mis hombros ahora mismo, ni en ninguno de los demás alfas de esta manada.—Dijo volteándoles a ver a todos para hacerles saber.—Pero si de algo estoy seguro, es que Bang Chan no te dejará.—Le prometió mientras observaba al susodicho, ambos compartieron una mirada cómplice. Jeongin pareció tranquilizarse visiblemente después de escuchar aquello, y buscó la mirada de su alfa quien le asintió con cariño.

A Bang Chan le sorprendió el poder que tenía Hyunjin sobre de su manada para hacerlos tranquilizar con tan solo unas palabras o hasta una seña. Eso tan solo hizo que su respeto por el menor creciera.

—No estará solo, Jeongin. Yo también trabajo con ella, es imposible no enterarme de su próximo movimiento a menos que realmente sepa mantenerlos ocultos como atentar en contra de manadas. Así deshizo a los Yang.—Dijo ella, y Jeongin tan solo tragó saliva.—Pero cosas como la remoción de un cargo tan importante como el de Chan... no, no hay forma de no enterarme antes. Cualquier cosa vamos a avisarle, y a ustedes también. Intentaremos que nos tome lo menos desapercibidos posible.

—Además tenemos a redes de omegas.—Dijo Chaeyoung con orgullo.—Algunos han estado aquí, otras fueron voluntarias, otras buscábamos a alguien. Para todas hubo apoyo, y lo tenemos devuelta. Nadie confía en Jeongyeon, y están listas para lo que sea. Buscaremos su ayuda, porque ellas también querrán ayudarlos.—Propuso la omega con entusiasmo.

A Tzuyu asintió también entusiasmada por la idea que, tal se veía, le pareció buena. Entonces ella tuvo otra:

—Llamemos a Jihan.—Dijo Tzuyu, como exasperada de no haberlo pensado antes. El rostro de Chaeyoung también se iluminó.

—Oh, Jihan no dudará en ayudarnos.—Asintió y luego volteó a ver a la manada.—Ella es realmente increíble.—Les aseguró.

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El viaje de Seoul a Gwangju duraría alrededor de tres horas. Irían en el autobús en donde habían sido traídos ayer, y cada uno recibió instrucciones con la historia que deberían decir en caso de que un retén los encontrara en la carretera, pero les aseguraron que era altamente improbable. Tan solo eran precauciones extras.

Cuando Seungmin y Hyunjin estuvieron a punto de subir, Tzuyu se acercó lentamente.

—Seungmin... yo...—La alfa no supo qué decir y chasqueó la lengua. Un hábito suyo muy común que Seungmin recordaba a la perfección.—Le pedí a Jia que equipara una habitación espaciosa para tí. Ninguna tiene baño propio, como aquí, pero ese está a lado de su habitación.—Les indicó a ambos.—Sé lo que dijo el doctor.—Seungmin miró reprochante a Hyunjin, quien solo desvió la mirada.—Así que espero que esa habitación pueda sentirse tuya el tiempo que permanezcan allí. Ayudamos a cuatro omegas en sus labores de parto, así que la enfermera So sabrá qué hacer en caso de que sea hora.

Seungmin quedó un poco atónito. Después del diagnóstico, le pidió a Hyunjin que no lo dijeran todavía porque no quería desviar la atención de lo realmente importante. Sin embargo su alfa, siendo al criatura protectora que siempre fue, falló en la misión. Tzuyu lo miraba con tanto arrepentimiento, que el enojo de Seungmin no podía bajar incluso si ella le aseguraba haber bajado a la luna a sus pies. No pudo decir gracias.

—Gracias.—Se encargó Hyunjin.—Lo pagaré de vuelta algún día.

Tzuyu asintió.

—Algún día.

El camino se mantuvo tranquilo después de la primera hora en marcha, algunas personas durmieron y otras intentaron contener el llanto y el aburrimiento de sus cachorros. Hyunjin, desde atrás, sostenía a un Seungmin muy cansado y adormilado en su hombro. No pudo dormir en todo el camino por estar atento a cualquier irregularidad, la cual nunca llegó incluso cuando el conductor avisó que les faltaban quince minutos para arribar.

El nuevo refugio era como una pequeña villa en donde habían cuatro estructuras con habitaciones y una quinta donde estaba el comedor y la enfermería. Estaba un poco más escondida dentro del bosque a comparación de la anterior, por lo que respirar el aire producido por los árboles nuevamente les hizo bien e inconscientemente los animó. Jia, Seori y Yujin ya los esperaban junto con otros cuatro omegas que les dieron una cálida bienvenida. Los niños corrieron hacia el bosque, y aquellas omegas se preocuparon al unísono hasta que vieron a las madres de los cachorros correr tras de ellos, como si estuvieran jugueteando entre la maleza.

—La naturaleza es esencial para el crecimiento de nuestros niños.—Les explicó Hyunjin.

—Ya vemos... el bosque aquí es más pesado, así que solo asegúrense de conocerlo.

—Lo harán.—Aseguró Hyunjin mientras avanzaba de la mano de Seungmin hasta su habitación.

—La comida está lista, vengan en cuanto antes después de acomodarse en sus habitaciones.—Les explicaron mientras las omegas repartían las llaves y algunas toallas o sábanas extras.

—En su habitación hay sábanas nuevas.—Les explicó Yujin a Hyunjin y a Seungmin cuando les dio únicamente toallas extras.—Por órdenes de Tzuyu, si necesitan más, las conseguiremos.

—Gracias.—Dijo Seungmin apenado. La omega frente a él solo sonrió y se marchó después de indicarles su habitación.

Al entrar, encontraron una habitación con dos grandes ventanas que permitían el paso del sol y que estaba perfectamente cálida para Seungmin. Deshizo el empaque de las nuevas sábanas, y casi chilló cuando vio la cantidad de almohadones nuevos que también llenaban la cama.

—Jinnie, marca todas estas con tu olor.—Le pidió entusiasmado como un infante con juguete nuevo en Navidad.—Y después estas.—Le extendió otra cantidad de sábanas.

Hyunjin rió enternecido. Se quitó el rompe vientos que traía para poder marcar con su olor las cosas que Seungmin le pasaba ansiosamente.

—Alfa, anida conmigo.—Le pidió Seungmin extendiendo sus manos cuando improvisó su nido.

—Lo haré, Minnie. Solo tenemos que ir a comer, y regresando seré todo tuyo.—Lo condicionó. Por la forma en la que los ojos de Seungmin se volvieron grandes, como los de un cachorro, supo que tendría que prometer varias cosas para convencerlo.

—¡No! Quiero anidar ahora.

—Si no comemos, será malo para el bebé. Debes alimentarte bien para que estés fuerte y sano.

—Pero... pero yo quiero estar aquí.—Insistió con un puchero en sus labios. El omega de Seungmin podía ser muy caprichoso cada que quería conseguir algo de Hyunjin.

—Vamos, amor, tenemos que–

Cuando Seungmin amenazó con llorar, Hyunjin supo que caminaba sobre hielo fino. Respiró hondo antes de frustrarse, y tan solo se dejó llevar. Envolvió a Seungmin con sus brazos.

—Bien, amor, déjame entrar en tu nido y comeremos en la cena.

—¡Sí!—Aceptó Seungmin.—Comeré, alfa, podrás alimentarme tú mismo.

Hyunjin asintió y tan solo tomó a Seungmin en sus brazos cuando éste recargó su cabeza contra su pecho. El alfa pasó sus manos por el suave cabello del omega, y cuando el sueño los envolvió a ambos, por fin descansó como no lo había hecho en un largo tiempo.

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—¿¡Una emboscada!?—Preguntó Jeongyeon alterada, pegando fuertemente a la mesa donde estaba sentado Bang Chan. Éste ni se inmutó.

—Nadie la vio venir. Cuando me di cuenta, la mitad había sido masacrado por esos alfas. La otra pudo escapar, pero los perdieron en el bosque. Ellos lo conocen a la perfección. A mi me noquearon, y cuando desperté ya no estaban. Algunos de mis hombres seguían con vida, pero estaban agonizantes. Me quedé a su lado hasta que murieron.

—¡Eso es pura mierda!—Se exaltó la mujer.—Eres el general de la fuerza armada. ¡De los mejores militares! ¿Y ellos te ganaron? ¿Una simple manada?

—La manada sabe pelear.—Respondió Bang.—Y aunque agradezco ser considerado un militar ejemplar, tampoco soy una máquina de matar. Alguien les avisó de antemano, ellos ya estaban preparados y esperándonos.

—¿Qué dijiste?—Preguntó Jeongyeon desconcertada.

—Alguien les advirtió que iríamos.—Repitió Bang Chan, justo como le había pedido Tzuyu.

Fue idea de la alfa hacerle creer a Jeongyeon que había algún traidor dentro de su equipo, y cuando quisiera investigarla a ella misma, no encontraría nada para alimentar su sospecha, lo cual la volvería paranoica de intentar algo más al menos por unos cuantos días hasta descartar la opción de un posible traidor o encontrar un culpable, culpable que no existía pero que Jeongyeon  encontraría de todas formas.

—Si es así, serás juzgado...—Lo amenazó. Bang entornó los ojos.

—Sabe que no iré ante el poder judicial.—Le dijo.—Si voy a ser juzgado, lo haré. Pero por el tribunal militar, no por el del Estado. Es la ley.

—¡Ellos te darán la razón! Si no soy estúpida.

—Y el judicial le dará a usted la razón. No hay imparcialidad aquí.—Comentó.—Pero si condena a un militar a un juicio de civiles... ningún militar estará de acuerdo. Usted lo sabe.

—A mí no me amenaces, Bang Chan.—Le advirtió y mordió el anzuelo, justo como Christopher quería.

Si Jeongyeon se atrevía a condenar a Bang Chan a un juicio del Estado, se echaría encima a la milicia quienes eran celosos de sus propios órganos independientes y quienes no admitirían que alguien con tan alto rango militar como él fuera juzgado por jueces no militares. Toda la gente se enfocaría más en eso que en el fondo del asunto, y le jugaría a su favor.

—Yo misma decidiré ante qué tribunal te presentarás. Si descubro que estás encubriendo algo...—Ella negó con la cabeza.—Entonces no sabes en lo que te metiste. Haré lo que tenga que hacer para destruir a esa manada y a todos sus aliados. Ya lo hice con Lee Minho una vez, puedo hacerlo de nuevo contigo.

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capítulo express aprovechando que estoy de vacaciones

que bonito es seungmin esperando un bebé, lo amo tanto <3

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