Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

46 🍒

contenido +18

Una mala sensación alertó a Hyunjin cuando estaba en su estudio. Los disparos se escuchaban últimamente demasiado por las prácticas que tenían, pero el último que escuchó fue acompañado de un grito y sin perder tiempo fue para asegurarse que todo marchara en orden. En su camino se encontró a un alterado Seungmin con las manos manchadas de sangre y los ojos llorosos, y ni siquiera supo como había actuado tan rápido para tranquilizarlo y tranquilizarse él mismo.

—¿Qué sucedió?—Preguntó horrorizado cuando lo vio temblando.

—Una bala rozó a Yukhei en el hombro pero no deja de sangrar ¡Ayúdalo Hyunjin, ayúdalo por favor!—El alfa comprobó que su omega estuviera bien y antes de ir hacia Yukhei le ordenó que buscara al doctor de la manada.

—Escúchame, ve por Soonyoung y dile lo que pasó. ¡Que venga preparado! También avísale a Jeongin y a mi hermano para que venga a ayudar.

Seungmin memorizó todo y corrió hacia la cabaña de Minghao para buscar al doctor, la gente empezó a mirarlo con cierta preocupación cuando notaron la sangre de sus manos. Tocó a la puerta con desespero antes de que el omega mayor abriera con el ceño fruncido.

—¿Qué demonios ocurre con ust–? ¡Seungmin! ¿Estás bien?—Minghao pegó el grito en el cielo al verlo así. Volteó hacia dentro de su hogar y llamó a su marido.—¡Soonyoung, ven aquí!

El alfa se acercó a la puerta mientras se ponía las gafas, pero al verle así también se preocupó.

—¿Qué ocurrió? ¿Estás bien?

—Por accidente una bala rozó el brazo de Yukhei pero no sé qué tan grave es. Sigue sangrando y-y no sé ¡Venga rápido por favor!

El alfa tomó su maletín y un botiquín de primeros auxilios que mantenían a la mano. Se volteó hacia su preocupado omega y enlistó las cosas extras que necesitaría para atender a un herido de bala, esperaba que no fuera grave.

—Cuando encuentres todo eso trae más vendas y gasas por favor. Ve a avisarle a Changbin también para no perder más tiempo.

—Yo me encargo de eso, ustedes váyanse ya.—Ordenó nervioso. Se dirigió al consultorio donde su alfa almacenaba todos los medicamentos y tomó lo necesario armando otro botiquín con gasas extras.

Salió corriendo para buscar a Jeongin o a Changbin, y cuando pudo hacerlo todo se movió más rápido. El omega lloraba corriendo hacia su hermano, pero Hyunjin lo impidió de acercarse mientras dejaba al doctor hacer su trabajo, parecía no ser tan grave porque el alfa se mantenía consciente.

—La bala no se enterró tan profundo, puedo sacarla y encargarme de la hemorragia pero necesito que me ayuden a llevarlo hasta mi consultorio.

Changbin obedeció y fueron a buscar una camilla improvisada de la que se habían armado para ayudar a cargarlo. Seungmin se mantuvo sereno intentando ayudar, pero no servía de mucho así que solo se mantuvo susurrando un lo siento.

—¡Como se te ocurre disparar si no habías descargado un arma grandísimo imbécil!—Explotó Jeongin contra él sosteniéndolo de la ropa con sus puños.—¡Casi matas a mi hermano! Voy a matarte yo a tí si algo le pasa.

—¡Lo siento, se disparó por error yo no sabía!

Hyunjin los separó con agilidad interponiéndose entre ellos.

—Jeongin, todo va a estar bien. No fue tan grave y lo estamos atendiendo a tiempo ¿Sí? Tranquilízate, ven aquí.—Lo abrazó alejándolo de la escena.

Seungmin se sintió terrible así que se fue de ahí llorando por la culpa y vergüenza de saber que pudo ser peor. Tomó rumbo hacia el consultorio donde Felix ayudaba a Minghao a esterilizar todo.

—Seungmin, si quieres ayudar mejor ve a preparar algo que ayude a los nervios de Jeongin. Haz un té y traéme los calmantes que están arriba ¿Sabes cuáles son?

—N-no.—Susurró llorando. Odiaba ser tan estúpido.

—Ve a hacer el té, Seungmin.—Le  indicó Felix con más comprensión.

No quiso estar en la casa cuando trajeron a Yukhei que seguía despierto, eso logró estabilizarlo un poco más como consuelo. Dejaron que Soonyoung se encargara y salieron de la casa para ayudar a Jeongin. Su orgullo estaba enterrado ahora mismo, quería pedirle disculpas sinceras. De ninguna manera había hecho aquello intencionalmente.

Para tranquilidad de todos, Soonyoung logró sacar la bala y curar la herida horas después. Puso al alfa a dormir para que descansara, y tuvo que tranquilizar al hermano menor con una pastilla también. Seungmin sintió que volvía a respirar.

El diagnóstico fue que mejoraría en unos dos días o al siguiente y podría retirarse a su casa, pero Jeongin insistió en quedarse a cuidarlo mientras dormía. Seungmin estaba demasiado arrepentido, pero ni siquiera podía acercarse sin que el menor de los Yang le gruñera agresivamente en señal de advertencia.

Odiaba ser tan egoísta incluso en momentos así, pero todo se puso un poco peor cuando Hyunjin también ofreció quedarse a cuidar de Yukhei mientras lo daban de alta. La idea de ellos dos solos, con su alfa dándole consuelo lo enfurecía, pero reconoció que no era ni el momento ni el lugar para un ataque de celos. Únicamente se regresó torturándose la cabeza.

Hyunjin se dejó caer en la bañera después de llegar a su hogar tras un día entero de velar por Jeongin. El pobre se había quedado dormido demasiado rápido mientras cuidaba a su hermano, así que los llevó a su casa al día siguiente y con la ayuda de Jisung y de Felix ordenaron su vivienda y prepararon comida y los medicamentos necesarios para que Jeongin no tuviera que encargarse de los deberes del hogar mientras cuidaba de Yukhe.

Había sido realmente exhausto limpiar de arriba a abajo la casa y preparar comida, más aún cuando Jeongin había desatendido últimamente esas tareas por ayudarlos a practicar. Pero era lo mínimo que podía hacer. Era ya de madrugada, así que intentó ser lo más discreto posible cuando llegó junto con Felix.

Dejó su cuerpo relajarse en el agua caliente, procuró no hacer demasiado ruido o de lo contrario Seungmin se despertaría. Parecía que las cosas entre ellos estaban tensas y, sinceramente, Hyunjin se encontraba en blanco. No sabía a dónde demonios su relación se dirigía, ni qué era lo que necesitaba hacer para que Seungmin confiara en él, pero se permitió dejarlo de lado.

La relajación en su cuerpo lo llenó hasta el punto en que sus ojos se habían cerrado y dejádolo en trance. Estaba disfrutando de su ducha en la bañera cuando la luz del baño fue encendida y la puerta azotó, despabilando alzó la mirada hacia la figura de brazos cruzados que tenía frente a él. Vestía una bata de transparencia, tan fina que incluso parecía un baby doll. Las noches en donde vestía tan poca ropa  siempre habían sido tentadoras a lado de Seungmin, quien parecía muy sereno a comparación de la última vez.

—¿Te desperté?—Preguntó realmente preocupado.

—No.—Respondió recargado contra la puerta.

—Pensé que estabas dormido.

—No he dormido desde que te fuiste, Hyunjin.

El alfa asintió con la cabeza, sabiendo a donde la conversación se dirigía. Muy a su pesar, hizo el amago de levantarse antes de ser detenido por la mano de Seungmin que se levantó en el aire.

—Eres un maldito terco, me dan ganas de golpear tu estúpido trasero por todo lo que haces sin pensar.—Comenzó con la mirada clavada en él, Hyunjin se avergonzaba de pensar que su adorable novio lo estaba calentando con esa actitud demandante suya.—Su tú hubieras aceptado a cambiar de instructor, yo ni siquiera hubiera tenido que pedirle a Yukhei que me enseñara y tal vez esto no habría pasado.

Gruñó. Se lo estaba volteando de una manera impresionante, como si en realidad hubiera sido su culpa. Pero sobre todo le avergonzaba el descaro de estar teniendo una erección cuando el día anterior su bonito novio había herido de bala a alguien.

—Dios, Seungmin. Discutamos esto cuando no esté desnudo.

—Eso se puede arreglar.—Resolvió restándole importancia, desamarrando los tirantes de sus hombros que se abrieron y se dejaron caer a la vez que la tela acariciaba el cuerpo del omega, deslizándose sobre sus piernas hacia sus pies.

Sabía lo que estaba haciendo, a qué estaba jugando y maldición, Hyunjin nunca había sido tan débil en su vida. Seungmin caminó hacia él, metiéndose en la bañera y siseando por el agua tibia que estaba a nada de convertirse en fría.

—Apestas a él. Quiero que te bañes, no que te duches.

—Vamos, Seungmin. Para con esto, ya sabes que no hay nada entre él y yo.

—Mhm, eso es de lo que vengo a hablarte. Es un trato.

—¿Qué clase de trato?

—Uno muy bueno. Mira, consiste en que mientras tu cuidas de ese pequeño omega al que tanto cariño le tienes, yo cuidaré de Yukhei.

Hyunjin gruñó.

—¿Qué tonterías dices?

—Ninguna, Jinnie.—Lo miró con ojos de cachorro.—Me parece justo que los dos podamos ayudarlos, además de que yo sé cuidar bien de un alfa ¿Lo recuerdas?

Hyunjin se estiró para tomar sus muñecas y acercarlo a su pecho, sus ojos lentamente tornándose de un color rojo ante el descaro del ofrecimiento de su omega.

—Tú no vas a cuidar de Yukhei, ni de ningún otro alfa. ¡Por Dios, Seungmin! Ni siquiera estabas a favor de cuidar de mí.

—No, pero era porque me lo estaban imponiendo. Ahora yo me siento en deuda con él por casi matarlo, así que ¿Por qué no?

—¡Porque te desea! ¿¡No lo has visto!? La manera en la que te mira cuando cree que no estoy atento... no lo soporto.

—Esas son imaginaciones tuyas. Yukhei es mi amigo, deja de ser tan inseguro.—Repitió el omega con voz firme. Touché. Hyunjin lo miró sorprendido, tragándose sus disculpas.

Agachó la mirada frotándose el puente de la nariz. Eso había sido una buena jugada.

—Yo no quiero a Jeongin de esa forma. Es... es como mi hermanito menor ¿Sí?

—Está bien. Me parece genial que le tengas cariño, pero entonces es correcto decir que los dos estamos aquí porque nos interesan los hermanos Yang. ¿No?

—No.—Respondió Hyunjin a la defensiva, y antes de que el omega pudiera reprochar, se apresuró a decir.—No de esa forma. A mi el único que me gusta eres tú. Siempre has sido tú. Tú y solo tú, Seungmin. Yo soy tuyo por completo.—Le aseguró enterrándose en su cuello, abrazando su cintura.

—Niégame que has pensado en tenerlo.

—Nunca. Ni una sola vez he pensado en tener a alguien más que tú.

—¿Y por qué hueles a él? ¿Por qué no le pones un alto?

—¿Por qué elegiste a Yukhei si siempre has sabido como te mira?—Contraatacó.

Seungmin se tensó en su lugar, estaba sentado sobre Hyunjin con su cara igualmente enterrada en su cuello. Ninguno tenía la valentía de verse a la cara.

—¿C-cómo?

—Los había visto platicar antes, Seung. Él siempre lo iniciaba pero... pero tú no hacías nada para detenerlo. Parecías disfrutar la atención.

—¡Porque estaba confundido! Me altera verte tan cercano de ese niño.—Confesó enervado.

—¿Y cuándo yo estoy confundido soy el malo de la historia? Yo le dije a Jeongin que estoy en una relación desde el día en que intentó algo más. Pero no se detuvo, y supongo que no quería hacerle daño.

—¡Pero debiste hacerlo!

—Tú también debiste...

Simplemente lo habían dejado pasar, el problema creció en sus narices y ambos lo habían permitido. Se sentían, una vez más, demasiado estúpidos.

—Ya no tenemos dieciséis o diecinueve años, pero aún así a veces es difícil para mí. Siento que... siento que tal vez quieres otras experiencias. Como si necesitaras algo que yo no te puedo dar.  Aún cuando tratamos de hablarlo todo, siempre habrá algo que no puedo decirte o que no puedes decirme. Es estúpido e inamduro ¿Cierto?—Habló Hyunjin acariciando su espalda.

—Yo no quiero nada que no seas tú.—Susurró el omega sonando arrepentido y desesperado.—No pienso las cosas y arruino todo.

—Yo soy muy orgulloso para intentar hacerte frente. Sé que no soy perfecto, pero me asusta que tengas una queja sobre mí. Eres lo que yo más quiero en este mundo.—Besó su hombro. Seungmin sonrió con pequeñas lágrimas en sus ojos.

—Tengo una queja enorme de tí justo ahora.

—¿Qué es?—Preguntó Hyunjin, por primera vez separándolos y acunando su rostro para que pudieran establecer un contacto visual.

—Que no me estás haciendo el amor.—Susurró recuperando la osadía con la que entró inicialmente. Escuchó a Hyunjin jadear y lo sintió enterrando sus dedos sobre la piel de sus caderas.—Sabes que mi celo empieza pronto y–

—¿No habías tomado tus supresores?

—Solo lo retracé un poco con píldoras parecidas, pero lo estoy teniendo contigo esta noche si dejas de hablar.—Hyunjin no pudo evitar soltar una carcajada.

—¿Estás convenciéndome con sexo?

Seungmin lo besó anímosamente, siendo un poco brusco para callarlo pero concediéndole el poder cuando Hyunjin intentó tomarlo. Necesitaba pedirle perdón, pero realmente nada más sensato cruzaba su mente que entregarse a él.

El alfa bajó sus manos hasta su miembro y tironeó de él, disfrutando de los espasmos que el más joven sentía entre sus brazos. Seungmin se aferró a los costados de la bañera mientrás separaba los muslos para permitir la intromisión de los dedos de Hyunjin. La sesión de besos lo había dejado goteando, por lo que la sensación de dos dedos dentro suyo lo hizo retorcerse aún más.

—Dios, esto es incómodo.—Siseó mientras se empalaba en los dígitos de su amante.

—Tal vez. Pero apuesto a que te gusta ¿Verdad? No hubieras entrado a seducirme semi-desnudo de otra forma.—Le dijo mientras lamía uno de sus pezones.

—Yo no vine a seducirte.

—Mhm ¿Y ese baby doll? ¿Se lo quitaste a Yeji?—Bromeó mordiendo su sensible botón. Seungmin gimió antes de darle un golpe en el hombro.

—Estúpido, esto es de Jisung. Planeaba dejarte duro y arrepentido aquí.

—Estoy duro y arrepentido ahora. Pero no vas a dejarme.—Le aseguró introduciendo un tercer dedo, la boca del omega se abrió en un grito silencioso y entonces se tapó con sus manos, avergonzado de poder ser demasiado ruidoso.

—¿Vas a prepararme toda la vida?—Se impacientó mirando hacia abajo, donde estaba parado en sus rodillas y con la mano de Hyunjin dentro de él.

El alfa tomó su cadera, y alineando tortuosamente lento en su entrada, lo sostuvo deslizándolo hacia abajo para sentarlo sobre él.

—Maldición.—Rugió Hyunjin al sentir la apretada cavidad.—Eres tan bueno.

—El agua se cayó.—Comentó el omega acostumbrándose al tamaño.

—Entonces trata de no moverte.—Le advirtió antes de impulsarse hacia arriba para darle una embestida que robó el aliento de Seungmin, dejando caer su cabeza hacia atrás.

El omega serpenteó sus brazos alrededor de su cuello y se aferró a él mientras que su cuerpo era fuertemente invadido por el miembro del alfa, golpeando cada vez más ese punto dulce que iba a lanzarlo por la borda. Seungmin tocó las estrellas cuando Hyunjin finalmente lo hizo, alcanzó su próstata entre las duras embestidas.

—¡Ahí, es ahí Hyunjin! ¡Oh!—Gimió sintiendo la obedencia del de abajo mientras que lo ayudaba a montar sus caderas, salió del pequeño shock antes de empezar a cabalgarlo el mismo en busca de su placer.

La pasión que los envolvía los estaba haciendo unirse como animales en un acto de apareamiento, pero no les importaba, lo necesitaban tanto. Hyunjin quería reclamarlo y viceversa, el tiempo separados y sus altos niveles de estrés por sus mal entendidos les estaban pasando factura. La parte favorita del omega acerca de esta posición, era sentir el gran bulto a través de su estómago cuando el contrario ya estaba demasiado enterrado en él. Parecía algo altamente fetichista pues a Hyunjin le parecía placentero también, y al verse a sí mismo dentro de su omega sus instintos se separaron.

—Voy a venirme muy pronto.—Avisó Hyunjin chupeteando su cuello.

—Hazlo, pero no salgas.

—Estás loco. No estamos protegidos.—Como respuesta recibió un apretón por parte de Seungmin en su interior que lo condujo a la locura.

—Tomaré algo, que sé yo, pero hazlo.—Lo convenció tramposamente. La mente de Hyunjin era un borrón de placer, así que siguió empujándose hasta que su abdomen se contrajo y toda su esencia fue derramada dentro de su amante.

Con la caliente sensación dentro suya y la devoción el los ojos del alfa, Seungmin también llegó, temblando entre sus brazos y con la cabeza todavía escondida en su cuello.

—Te amo.—Le confesó dejando un casto beso sobre su hombro.

Hyunjin retiró su cabello sudoroso y besó su frente castamente.

—Yo te amo más.

—Uh-uh. Yo lo hago mucho más.

El mayor únicamente negó con la cabeza antes de salir del interior de Seungmin. Le había tomado toda su fuerza de voluntad no anudarlo. Se estiró hacia el pasamanos y salió de la ducha, tomó la toalla colgada y mojó la punta con agua limpia antes de pasarla por todo su cuerpo, después de que Seungmin drenó la bañera se levantó y dejó que Hyunjin lo secara. Habían hecho un gran desastre alrededor, pero honestamente, no les importaba.

El omega sabía lo mucho que al pelinegro le gustaba cuidarlo después del sexo, había sido siempre su mayor atributo a la hora de sostener relaciones. Como si lo estuviera esperando, dejó que Hyunjin lo tomara desde los muslos y lo cargara para poder así enrollar sus piernas en el alfa y dejarse llevar hacia la cama donde fue depositado con cuidado. Le dio un beso cálido y profundo antes de intentar retirarse de entre sus piernas, el agua escurriendo de sus cabellos machando todo alrededor de ellos.

Seungmin fue más rápido y lo atrapó con sus piernas, alzando los brazos sobre su cabeza y arqueando la espalda mientras abría las piernas para él, ofreciéndose casi de forma promiscua para su alfa. Sabía que tenía la atención de Hyunjin en él, así que deslizó su mano entre su pecho y la recorrió lento hasta llegar a su entrada. Antes de poder auto penetrarse, Hyunjin sostuvo su muñeca fuertemente, sus miradas habían estado conectadas todo el tiempo y ahora la del  líder se había tornado aún más dorada y oscura olfateando las feromonas seductoras que desprendía el pequeño descarado bajo él.

—¿Qué haces, Minmin?—Se atrevió a usar aquel apodo para avergonzarlo aún más, causando que el menor corriera su vista hacia un lado con toda la cara ardiente y los labios mordidos. Su valentía de repente pareció diluirse.

—Tú solo me follaste.—Susurró demasiado bajo.

—¿Qué?

—Me follaste en la bañera, y honestamente me encantó pero... necesito que...

—¿Qué necesitas?—Cuestionó Hyunjin subiéndose a la cama, a horcajadas de él sin apretarlo.

—Tú lo sabes, ya te lo pedí.—Lo instigó.

—Sí, pero pídelo de nuevo Seungmin. Te lo daré siempre y cuando lo hagas.

—Hazlo suave ahora.—Le pidió de la manera más tierna. ¿Cómo podía sonar tan adorable mientras pedía por un deseo carnal?

Hyunjin comprendió al instante, sabiendo exactamente cuál era su pedido. Parecía que los efectos del celo estaban llegando, porque esa faceta cariñosa y necesitada de amor la conocía a la perfección tanto como su alfa interior. Todo el tiempo separados los había hecho ansiar unirse en un acto amoroso, más ahora que habían estado atravesando un altibajo en su relación. Seungmin quería que le demostrara su amor, y el brillo expectante en sus ojos había excitado lo suficiente a Hyunjin para bajar de la cama y atacar sus muslos abiertos para él, besándolos con parsimonia mientras recorría los montes de seda que escondían una cueva abierta para su curiosidad.

Mordió el interior de una pierna deleitándose con el gemido que escapó de Seungmin, subió su recorrido hasta el río de dulce lubricante encharcado que desprendía el menor, ya estaba preparado por la anterior ronda, pero el juego previo de ésta era lo que llevaría a Seungmin a otro nivel. Masajeó la parte de su pecho plano con cariño hasta que unas pequeñas manos lo detuvieron, levantando su mirada se encontró con un su sonrojado novio que tiró de él hasta posicionarlo sobre la cama a lado suyo y subir para dejar marcas en su cuello.

Pronto ambos volvían a arder en brazos del otro, enamorados no menos que la primera vez. Su amor se había forjado con los años en un nido de confianza y sinceridad, así como afecto y cuidado mutuo. Se habían visto crecer y enfrentar los problemas por más que éstos parecieran el fin del mundo. Habían madurado, pero dentro de ellos en alguna parte, seguían siendo el amo y el sirviente destinados que se enamoraron bajo las sombras de los árboles.

Hyunjin volvió a estar arriba y se apoyó a los costados de su cabeza para abrirse paso en la entrada de Seungmin que lo acogió al instante, apretando a su alrededor. Él gimió mientras chupaba su cuello y gruñía por lo bajo, se meció más hacia dentro y comenzó con penetraciones certeras pero lentas. Seungmin enlazó sus manos y disfrutó gimiendo el nombre de Hyunjin, indicándole el camino hasta su punto dulce. Cuando lo encontró lo penetró por minutos en los que el omega únicamente vio puntos sobre su visión nublada, sus ojos llenos de lágrimas de placer.

—Eres tan hermoso. Te amo, Seungmin. Te amo más que a mi vida.—Lo halagó cerca de sus propios orgasmos.

Seungmin no iba a desperdiciar esta oportunidad, estaba dispuesto a llevar a cabo lo que tanto habían soñado por tanto tiempo. Subió sus manos hacia su cara para conectar sus miradas.

—Márcame.—Demandó. Hyunjin abrió sus ojos desorbitadamente, como si la noticia lo hubiera azotado.

—Seungmin...

—Márcame ahora. Quiero tener tu marca, hazlo Hyunjin.—Exigió el omega una vez más dándole una mirada hambrienta de deseo y la cara reluciente de esperanza. Era una petición de compromiso y lazo eterno que se sentía decidido y listo para llevar a cabo, mostró su cuello como señal de completa entrega.

La perlina piel que conectaba el hombro con el cuello yacía ahí a plena disposición de Hyunjin, virgen de cualquier marca profunda y reservada como un gran banquete para él. Suspiró y acercó su rostro lamiendo la superficie sudorosa, los dientes brillantes de posesión que empujaron al mismo tiempo sus colmillos. Siguió embistiendo firme dentro de su amante hasta que lo sintió llegar a la cúspide de su unión, Seungmin tembló debajo de él y antes de que pudiera descender ya su cuello estaba siendo atravesado por unos filosos colmillos que abrieron su piel.

El dolor se vio estratégicamente rebajado después de la nula sensación de todo su cuerpo ante un poderoso orgasmo, mas no quitó el hecho de que las sensaciones fueran demasiadas para siquiera tomar pues ante el fuego ardiente del ambiente el nudo de Hyunjin había crecido irreparablemente después de su llegada.

Se mantuvieron quietos en la misma posición, con el cuerpo del mayor cubriendo al más chico mientras éste había entrado en una especia de trance o que intensificaba al máximo todas sus sensaciones. Las lamidas en su cuello que buscaban curar la herida eran una caricia sincera para él, el nudo palpitante en su interior hundió a la parte humana hasta abajo y descendió la parte lobuna que le llenaba la cabeza con ideas demasiado soñadoras. Casi era una burla pensar aquello en ese momento.

Cachorros. Pensó Seungmin con Hyunjin enterrado dentro suyo, un cachorro de los dos que fuera un seguro eterno de su amor.

—Deja de pensar en eso si no quieres que te estampe a esta cama toda la noche.—Gruñó Hyunjin refugiado en su cuello, admirando la recién hecha mordida que los unía oficialmente, la carne al rojo vivo y perfectamente marcada. Los latidos de sus corazones estaban sincronizados, así como sus pensamientos.

—Olvídalo. No quiero tener hijos de todas formas.—Le aseguró acariciando su húmedo cabello.

—¿No quieres?—Preguntó preocupado al instante. Nunca habían hablado de ello realmente, así que lo miró con incredulidad.

—¡No! Es decir, sí quiero. En un futuro, supongo. Cuando no seas el líder de una manada buscada por los enemigos políticos de tu cuñado. O cuando por fin se revele toda la verdad y nuestra vida no sean tan... caótica como lo es ahora mismo.

—Mhm, me gusta como piensas.—Musitó dejando un beso sobre la marca.—Algún día voy a darte un bebé, vas a cargar con mis cachorros. Todos los que tú quieras tener te los daré. Y yo los cuidaré, a tí y a nuestros hijos.

Seungmin sonrió enternecido ante la idea y la bonita promesa de su pareja bajo la luz de la luna, ella era testigo también de aquellas palabras. De repente, como un clavo colado en una sopa que amarga y echa a perder el sabor, o como un alfiler en un pajal potentemente peligroso de desgarrar algo, sintió un recuerdo abriéndose paso en su mente.

《—No quiero nada que venga de tí.》

Intentó ahuyentarlo mientras que un escalofrío recorría todo su cuerpo. Pronto unas manos lo tomaron desde la cintura y el cuello y lo acunaron en el pecho de Hyunjin quien con más movilidad ahora que el nudo había bajado un poco, pudo arrullarlo entre su regazo.

—Perdóname, amor. Perdóname.—Le rogó con vehemencia. Nunca terminaría de arrepentirse de no haber medido bien las palabras que dijo aquella noche, de haber causado una horrible inseguridad en su omega.—Era estúpido y no sabía lo qué decía. Claro que quiero tus bebés, Minnie. Quiero todo lo que tengas para darme, te quiero mucho.—Depositó castos besos por todo su rostro.

—Lo sé, Hyunjin. Y-yo no sé siquiera porque pensé en eso. A veces no lo controlo, es mi omega. Pero él ya sabe que algún día será su momento de cumplir ese tonto capricho maternal.—Dijo aceptando todo el afecto. Le encantaba.

—¡Hey! No creo que sea tonto. Yo lo lastimé, pero cuando esperes un hijo mío voy a remendar mi error ¿Sí? Te lo prometo.

—Deja de sentirte culpable.

—No lo entiendes, no puedo. Ahora que sentí ese dolor yo mismo... te comprendo más, me preocupa que caigas en una especia de depresión post parto, no lo sé, me preocupas mucho.

—A tí te preocupa hasta que yo salga a recolectar manzanas.

—Son precauciones. Riesgos que no pienso correr cuando se trata de tí.—Enfatizó lo último dándole un apretón a su nariz. El contrario la arrugó fingiendo desprecio y después se ríeron por un buen tiempo.

Cuando la alegría se calmó el omega se acomodo en el pecho del contrario y trazó círculo imaginarios, sabiendo que pronto la charla fluiría entre ellos. Antes que nada, quiso asegurarse de que las cosas ya hubieran quedado claras.

—Yo... yo sí acepto tener la culpa porque no rechacé a Yukhei cuando se me acercaba.—Comenzó inseguro.—¡Pero te juro que hablé con él! Lo hice un día antes de que empezáramos a entrenar, cuando comprendí la magnitud de todo y sin el coraje encima. No justifica nada pero quiero que sepas que te amo y te respeto. Yo tampoco quiero a nadie más que tú, Hyunjin.

Éste sonrió y asintió en comprensión, sobando todavía la marca con leves caricias.

—Te juro que yo nunca acepté ningún cortejo de Jeongin. Él sabía mi posición pero, mierda, ahora siento que debí pararlo mucho antes.—Se quejó decepcionado de sí mismo.—Llegué oliendo a él porque lo hubieras visto, estaba muy asustado. Intenté consolarlo, hasta Felix y Jisung lo hicieron con sus feromonos. ¡Puedes preguntarles!

Seungmin asintió ignorando el pequeño gruñido en su pecho. Hyunjin se rió y besó su garganta, dejando rastros de besos hacia su corazón.

—Sabes que te amo. ¿Verdad?

—Lo sé, e incluso si no lo hucieras no tienes mucha opción porque tengo tu marca ahora.—Celebró emlcionado.—Es como un sueño.—Suspiró acariciándola con sus propias manos.

—Todos van a estar muy felices cuando lo sepan, esto para mí es un honor. Tenerte a mi lado me ha costado tanto, pero por fin eres mío Seungmin.

—Solo nos falta tener un hijo, o una nena. Y después casarnos.—Le recordó el omega acariciando su espalda, recorriendo con cuidado sobre las marcas que formaban relieves en ella.

—Sí... casémonos primero. No quiero tenerte embarazado con alfas aprendiendo a utilizar armas por aquí.

Seungmin lo miró sorprendido.

—¿L-lo dices en serio?

—¿Qué?

—Casarnos. ¿Nos vamos a casar?

—Mhhm, no lo sé, eso depende. ¿Tú te quieres casar conmigo?

—¡Hyunjin!—Se aventó a sus brazos riendo estrenduosamente.—Claro que me quiero casar contigo, menso. Nada me haría más feliz, planear nuestra boda... si me lo hubieras preguntado hace unos meses te hubiera dicho que esperaramos más. ¿Pero ahora? Lo único que quiero es pasar el resto de mi vida contigo.

El alfa acunó su rostro entre sus grandes manos.

—Vaya, nunca te había escuchado ser tan expresivo con tus emociones... es nuevo para mí, pero puedo acostumbrarme. Y si esto significa que seas mi esposo, entonces te pondré una sortija, un collar, o el tatuaje que tu quieras lo más pronto posible.

Seungmin sonrió tan grande como lo haría un niño que obtiene sus regalos de Navidad, la idea de verse a él mismo vestido de blanco mientras se casaba con el amor de su vida lo tenía volando sobre las nubes, incluso más que el sexo. No sabía si era obra de su celo el que se sintiera tan excesivamente enamorado, pero solo sabía que el pequeño nido que había empezado a formar y sobre el que estaban en ese instante, era tan reconfortante como los brazos de Hyunjin.

Lo sabía ahora y no había dudas, quería casarse con él y envejecer juntos. Verlo cargar a sus cachorros, enseñarles a caminar juntos, verlo enseñándoles a pintar y a él preparando el desayuno para ellos. Seungmin nunca cambiaría su forma de ser ni renunciaría a su autonomía y libertad, pero una vida hogareña no le molestaba en lo más mínimo siempre y cuando tuviera a Hyunjin a su lado.


ahskldqlkqs *punches the wall* estoy llorando al fin escribí este capítulo T_T mis trolitos favoritos ya están marcaditos y pronto casaditos después de solo 46 capítulos 👉🏻👈🏻

escribí esto desde hace como un año wtf, estaba todo enterrado en mis drafts.  en verdad agradezco mucho a la gente que, a pesar de todo, me está acompañando en los últimos capítulos de esta historia <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro