
41 🍒
advertencia: contenido +18
La noticia se asentó sobre ellos como plomo, en especial en Seungmin. Aunque no le gustaba demostrarlo, muy en el fondo él sabía que su autoestima desde hace tiempo había sido tan baja como para hacerle pensar que lo único que le daba valor era estar destinado con Hyunjin, antes de que se reconciliaran y éste hubiera tratado tan desesperadamente de darle su lugar como persona independiente a él.
Hyunjin era completamente diferente a su alfa, pues nunca tuvieron tiempo de acoplarse el uno al otro cuando se reveló como uno. Era por eso que a veces parecía que habían dos personas habitando en el cuerpo del pelinegro, el abismo entre su lobo y su persona era grande, tanto que Seungmin no tenía duda de que si no actuaban rápido, sus instintos más profundos cederían antes que el razonamiento humano. Dos personalidades apenas coexistiendo.
Tan pronto como las dos soluciones fueron puestas frente a ellos, se movieron para llevar a cabo una reunión con la familia de Hyunjin para acordar una solución rápida. Acercarse a la ciudad era potencialmente peligroso, pero tener a un omega puro en estado de celo en un lugar lleno de alfas lo era más, y volver a poner en riesgo la salud del líder no era una opción.
—Sé que lo que les estoy pidiendo es algo que puede ponernos en peligro, pero necesitamos ir hasta la ciudad donde conseguiremos estos supresores. Tomen sus precauciones, en dos días estaremos de regreso y hasta que eso pase el líder a cargo será Changbin.—Dijo Hyunjin cuando reunió a toda la gente en la explanada donde solían juntarse.
Nadie parecía muy convencido, ni el propio Changbin incluso, la simple idea de que estuvieran atendiendo las necesidades de un omega fuera de la manada con tanta vehemencia les disgustaba, pero más les molestaba saber que si querían acceder a aprender y hacer uso de las armas tenían que dar el brazo a torcer. Podían criticar mucho a Hyunjin y cuestionar su liderazgo, pero no podían poner en duda que él sabía hacer su trabajo sin orgullos de por medio mientras fuera lo mejor para su manada.
Seungmin se aferró, esperanzado a que Hyunjin accediera a llevarlo con él a la ciudad, pero no fue así. En su lugar, discutieron hasta que él lloro por escuchar al alfa alzando la voz desesperado por dejarlo a salvo y esperando a su regreso, y el menor nunca sintió el vértigo de la separación tan fuerte. Ante los ojos de cualquiera aquello podría ser un berrinche caprichoso de un niño pequeño, pero para él era la primera vez que estaría lejos de Hyunjin, incluso si se trataba solo de un par de días.
—Eso es porque tienes problemas de apego.—Remedió Felix aquella noche, mientras tomaban la cena con Changbin y Yeji a su lado.—Es comprensible que te sientas así, Minnie.
—¿Problemas de apego, de verdad?
—Pues... realmente nunca has estado sin Hyunjin desde que llegaste aquí. Aún cuando estuvieron distanciados seguían viviendo juntos, pero ahora se va y todos sabemos lo que ir a la ciudad representa, es normal que tengas miedo de que lo atrapen o–
—¡Felix!—Interrumpió Yeji a tiempo.—No tenemos que pensar siempre lo peor.
Changbin y Felix parecían, curiosa e inexplicablemente, haber intercambiado la personalidad desde un tiempo atrás. Poco quedaba del tímido omega que tartamudeaba al hablar, o se sonrojaba con la atención, pero un poco de confianza había servido para que él dejara a flote su personalidad intrépida. En repentinas ocasiones, Changbin había callado a la gente de la mesa para que el pecoso pudiera hablar, había aprendido a escuchar y hacerle sentir como que sus ideas tenían validez absoluta.
Parecían más únidos que nunca, pero seguían manteniendo su fuerte individualidad. Uno era confianzudo y platicador, siempre con una opinión que soltar, mientras que el otro era callado y comentarista ocasional, siempre abierto a escuchar y pensar soluciones en su querido silencio. Seungmin se dio cuenta de eso en la cena, porque a pesar de que Felix gustaba de alimentarse del plato de su alfa y viceversa, sostener su mano o usar su ropa, no parecían dependientes el uno al otro. Pensó más allá, y se preguntó cómo es que él y Hyunjin eran percibidos ante los ojos de los demás.
—Pero Felix tiene razón, Yeye. Creo que simplemente su omega está ansioso por Hyunjin, y de verdad no hay un día que recuerde en el que él no estuviera aquí con Seungmin más que el tiempo en que nosotros estuvimos fuera, pero él regresó de inmediato. Y bueno, nadie les asegura que no vayan a ser arrestados.
—¡Dios mío! No, eso no va a pasar Seungmin.—Le aseguró la beta al menor que había dejado de jugar con su comida incluso. El nudo en su garganta lo tenía satisfecho desde la mañana.—Es decir, hay una posibilidad... pero están haciendo lo mejor para todos. Aunque es curioso, antes Hyunjin parecía nunca poder estar sin tí.
—Aww, los roles se invirtieron. La solución es una marca.
—Cariño, es claro que no ¡Duh! Si lo marca solo crearán más codependencia, tienen que tomarse el tiempo.
—Pero tú y Changbin–
—Es diferente Minnie, mucho. Nosotros éramos prácticamente desconocidos cuando pasó, y tuvimos que aprender a conocernos sin engaños o mentiras, fue incómodo incluso.—Expresó Felix.
—Mucho.
—Pero no lo comprendo, yo me siento listo para nuestra marca.—Dijo Seungmin al compás del reloj que marcaba la hora en punto. El movimiento de las casas bajo la colina cerrando sus puertas y prendiendo sus luces se reflejó en el ventanal del comedor.
—Tú—Marcó Changbin el énfasis señalándolo con su dedo—te sientes listo. ¿Pero qué tal que Hyunjin no? No significa que no te ameo que no quiera hacerlo, antes de que empieces a comerte el cerebro con eso.
—Eso es verdad... Hyunjin siempre ha sido muy terco. Él hace todo a su tiempo, aunque es muy bueno para los imprevistos.—Comentó Yeji sobando su espalda.
—Pero tú no eres un imprevisto para él, eso todos lo tenemos bien en claro.—Felix le pasó una servilleta para la pequeña lágrima que se le estaba escurriendo y prosiguió.—Minnie, si en dado caso Hyunjin no se sintiera listo para la marca, no pienses que está en tí, porque estamos hablando de la misma persona que amenazó a todos sus hombres de confianza con que deberían entregarte la vida antes de dejar que te pusieran un pelo encima. Ningún Yang ha tocado esta casa desde que se fueron hace horas.
—Eso lo ordené yo, de hecho. Pero él accedió pensando en tí.—Interpuso Changbin.
—¿Qué? ¿Y eso?
—Estás tu aquí, con un omega depresivo, mi hermana menor y nuestra Yang Mi cuidando al abuelo, sin el señor Kyung que ahora está sirviendo para Jisung y mi tío. ¿Detenerlos yo solo?
—Hey, tente un poco más de confianza Binnie.
—No es que yo no me sienta capaz pero– ¡Auch Yeji, eso es un maldito limón grande! ¿Por qué me lo arrojas?
—Soy tu hermanita menor, pero sigo siendo fuerte. ¿Quién ha ayudado a Hyunjin a supervisar que los alfas de este lugar mantengan su acondicionamiento? ¡Yo!
—Correr y hacer lagartijas o abdominales no te va a ayudar contra un alfa. ¡No lo digo por alfista arrogante o una mierda así, lo juro que no!—Alzó sus brazos al aire declarándose inocente.—Es solo que Hyunjin les arrancaría el cuello con un chasquido, y yo al menos conseguiría una buena nariz rota. Prefiero evitarme la molestia.
—Eso es lo más Changbin que he escuchado en mi vida.—Dijo Seungmin.
—Sin duda alguna.—Confirmaron los otros dos en la mesa.—Vamos, hermano, no te juzgaremos si admites tener miedo de ellos.
—¡De aquí no saldrá!
—Maldita sea sí ¿De acuerdo? Tienem armas. Claro que no quiero ninguna arma usada en nuestra contra, porque eso va más allá de puños.
—¿En verdad los creen capaces de ser tan ruines para usar armas en nuestra contra?—Preguntó Felix a los hermanos. Éstos compartieron una fugaz mirada de acuerdo.
—Por ahora parecen calmados, cada parte interesada en que su miembro no sea afectado por la pureza que los dos comparten. Pero no muestran intenciones de que esto sea algo para tomar ventaja, realmente están calmados.
—Hyunjin pensó que fue un poco muy conveniente que él haya sido atacado al primer momento en el que llegaron los Yang, y que tuviera que marcharse una vez que los dejó entrar. Es decir, claro que puede ser una casualidad, y no tendría sentido porque él mismo les pidió estar desarmados y dejarlas almacenados en la bodega.
—¿¡Tenemos bodega!?—Interrumpió el menor.
—A medio kilometro de aquí. Como sea, los únicos con acceso somos mi tío, mi abuelo y yo. No las necesitarán hasta el regreso cuando tengamos que aprender a usarlas todos. Pudo haber sido una trampa, pero mientras tanto tomaremos esto con pinzas.
—Yo nunca imaginé que en nuestra manda llegaría el día en que tendrían que aprender todos a defenderse. Como una manada de la mafia o algo así...—Se lamentó Yeji.
—Ni yo, pero el estúpido de Hyunjin—A esas alturas, ya parecía un mote cariñoso entre los alfas incluso—es bueno para jugar sus cartas. Él y Minho literalmente acaban de asegurar nuestros traseros.
"Algo salió mal"
Algo salió mal fue la noticia a la que despertó la manada el día en que estaba programado el regreso. Hyunjin se había contactado con Minho, y Minho con Jisung para explicarle por encima lo poco que había alcanzado a comprender.
Algo había salido mal, pero ¿Qué fue?
Jisung no dejaba de temblar aquella mañana frente a todos cuando tuvo que notificarles, Changbin tuvo que sopesar demasiado la opción de hablar antes de volver a tener algo de información, pero la próxima llamada que obtuvieron fue directamente al teléfono fijo de la casa.
—Escúchame, Changbin, necesito que te muevas y me ayudes a desconcertar este teléfono y todo lo que pueda ser rastreado, un celular o lo que sea. Demonios, incluso la maldita televisión. Yukhei reconoció a uno de los policías que manda el gobierno, al parecer es es líder del escuadrón o una mierda así. Necesitamos desviarnos un poco, porque el carro en el que íbamos fue multado.
—¡Maldición Hyunjin, manera mejor!
—¡Yo no iba al volante estúpido! Yukhei está intentando recuperarlo, pero obviamente algo no concuerda con la dirección que está dando. Es uno de nuestros departamentos, pero están a nombre de mi abuelo, y el número es el de la casa.
—¿Quién mierda hizo eso, tú? ¿No pensaste en un nombre falso?
—¿Y qué pasaba con el registro? ¡Claro que no! Solo cambié el apellido y el número tenía que estar dirigido a mí, porque nunca me imaginé que nos iban a estar persiguiendo. Solo me iba a encargar de mover las escrituras a través del teléfono, pero tenemos miedo porque si de verdad pararon a Yukhei como pretexto como lo sospechamos, van a tener una forma de rastrearnos.
—¿Desde dónde estás hablando? ¿Cómo voy a saber qué está pasando? ¿Cuánto van a tardar en regresar? ¿Qué les tengo que decir a todo mundo? ¡Hyunjin!
—De un teléfono público. No lo sé, arreglátelas hasta dentro de una semana. Se te ocurrirá algo que decir, sabes abrir esa boca. ¡Hazme caso, estás a cargo!
Genial. Changbin reaccionó cuando colgó la llamada y ordenó a todos hacer lo que le habían dicho sin esperar a que algo peor sucediera, y en cuanto la realidad cayó sobre él sintió que había perdido el toque por completo. Cuánto daría por simplemente desaparecer con Felix, y olvidarse de todos sus problemas. Pero al igual que Hyunjin, no podía.
Cuando Minho supo el problema había estado atendiendo a la revisión de su próximo discurso político, pero no se imaginaba a a quién podía pedir ayuda para que la situación fluyera un poco más rápido. Le marcó a Chaeyoung con la esperanza de que pudiera obtener ayuda, y como siempre, la ayuda le fue brindada.
—Jeongyeon, la chica de tu partido que trabaja en asesoría pública, ella es una mujer de ideales Minho.
—Lo sé, supe de información que ella reveló en su momento y que fue importante. Aunque parece odiarme.
—No creo que sea el caso, ella simplemente es callada. Jeongyeon en serio es de las personas en las que más confío, así que confiar en ella es lo único que puedo ofrecerte. Eso es independiente al partido de ambos ¿Cierto?
—¿¡Le has platicado sobre–!?
—¡De ninguna manera! Ella simplemente iría para ayudar a unos "manifestantes" que fueron detenidos con la excusa de la multa. Ella no sabrá más allá de que no son manifestantes, te lo aseguro.
—Chae, Hyunjin es prácticamente mi familia... yo no puedo dejarlo así.
—Jeongyeon también es como mi familia. Es familiar de mi alfa, claramente confío.
Y sin esperarlo ni poder evitarlo habían conseguido una nueva aliada.
Ella hasta hace un tiempo había sido demasiado entrometida para el gusto de Minho, considerando sobre todo que solía trabajar para el partido de los Im, pero no le quedaba de otra más que confiar en ella, y cuando la vio antes de que saliera por la puerta asintiendo con la cabeza en complicidad, pensó que tal vez no era el único que mantenía secretos respecto a la gente y causas que estaban ayudando.
Seungmin había caído en cama durante el tiempo ausente de Hyunjin, su rostro estuvo más pálido de lo normal aquella mañana antes de finalmente colapsar mientras ayudaba a Felix a ordenar las residencias de la manada Yang.
El doctor Soonyoung dijo algo acerca de su omega y después perdió el conocimiento en la fiebre más aterradora que recordaba, el dolor muscular no ayudaba y él ni siquiera tenía fuerzas suficientes para levantarse a tomar un baño que deshiciera todo su sudor. Estaba mentalmente agotado, y aquel estado jugaba un rol importante en su condición física. Él de todos modos hizo el esfuerzo para dirigirse hacia el armario y sacar la ropa de Hyunjin, la regó sobre su cama y volvió a entregarse a las garras de su cansancio.
Fue Jisung el que sugirió una impregnación después de escuchar el relato del omega de su primo acerca de cómo Seungmin estaba deteriorado, y aunque al principio les pareció imposible, Soonyoung lo concluyó así dando como hipótesis el hecho de que Hyunjin no sabía cómo controlar a su alfa al cien por ciento, había veces en las que ni siquiera se daba cuenta que salía a la luz.
—Es demasiado adorable pensar que Hyun lo inpregnó sin darse cuenta, pero para el pobre de Seungmin esto tiene que ser el infierno.—Dijo Han.
—Sobre todo porque no sabemos cuánto tiempo más van a tardar en regresar...—Murmuró Felix preparando una nueva compresa para su amigo.—¿Tú crees que se tarden mucho aún?
—No lo sé, ya pasó una semana y no hay rastros de ellos. Pienso que esperar hasta la mitad de esta semana es prudente antes de salir a buscarlos, y en verdad ojalá no tenga que hacerlo.
El miércoles en la madrugada apareció Yukhei, siendo visto por los hombres que vigilaban en la noche que lo interceptaron al notar que venía sin compañía. Se armó una pequeña revuelta entre los hombres del alfa Hwang y los de Yang, que intentaban ayudar a su líder de las acusaciones que le eran hechas. Lo cierto era que su sola aparición causaba un poco de desconfianza, pero se aseguró de dejarle bien en claro a Changbin que al día siguiente llegarían Hyunjin junto con Jeongin y los alfas que habían ido para ayudarles llegarían al final.
—Al parecer Minho consiguió que alguien nos ayudara cuando nos detuvieron, al parecer ella pensó que éramos protestantes o algo así, porque mencionó algo sobre una organización a la que pertenecía. Nos preocupamos porque había uno de ellos, de los que nos detuvieron, que había estado en los ataques de nuestra manada y lo reconocimos al instante. ¡Sospechaban de nosotros! Tanto que hasta iban a traer a un tal comandante, y estaban rastreando hasta la mierda de nosotros.
—¿Dijiste comandante?—Preguntó alarmado Changbin.—¿¡Comandante!?
—Un comandante, policía, jefe de seguridad o lo que demonios fuera. Era obvio que querían jodernos, pero la mujer nos hizo decir que eramos estudiantes de la Universidad del Sur, y que estábamos ejerciendo nuestro derecho a la libertad de expresión, supongo que era abogada. Después estuvimos en uno de sus departamentos.
—¿Dieron la información completa? Hyunjin dijo que podían rastrearnos si no desconectabamos todo.
—No, no tuvimos que decir nada más después de que la mujer que Minho envió fue a ayudarnos. Estuvimos ausentes por precaución, diario veíamos al mismo tipo de antes patrullando por la zona, y en cuanto dejó de hacerlo decidimos regresar. Mañana y pasado habrán manifestaciones, así que todos esos policías estarán ocupados y Hyunjin podrá regresar junto con mi hermano en el día de más caos en la ciudad y pasarán desapercibidos, mis otros dos hombres estuvieron escondidos y regresarán tras ellos para cubrirles la espalda. Su líder está a salvo ¿Felices?
Changbin asintió y junto con su tío agradecieron por haber puesto a Hyunjin en una posición menos peligrosa y con protección, se aseguraron de saber que al menos consiguieron los infernales supresores y solo pudieron estar más tranquilos cuando Yukhei afirmó que ambos ya los habían tomado, así todos tendrían la seguridad de que la idea de ellos regresando juntos no pondría en riesgo a ninguno de los dos.
Tal y como Yang había prometido, la llegada del alfa y el omega fue en la madrugada, Seungmin con la noticia incluso había conseguido levantarse de la cama para acudir a la sala y esperar. Felix insistió junto con Minghao que aquello no era en absoluto bueno para su salud, pero al ver que no daría su brazo a torcer, y que incluso había bajado con una frazada a esperar, accedieron y se marcharon a sus habitaciones.
—La noche es larga, eh.
Seungmin vio hacia la sombra que se acercaba hasta él, y lo reconoció al instante. Asintió fugazmente y volvió su vista al frente, recargado en el marco de la ventana. Era claro que no quería tener una conversación con él.
—Creo que no nos hemos presentado correctamente, mi nombre es Yang Yukhei ¿Y tú eres...?
—Seungmin, el omega de Hyunjin.—Espetó. Yang se rió de él con una carcajada.—¿Algún problema?
—Lo siento, es solo que ¿Tu forma de identificarte es siempre tan devota a él? Solo pregunté por tu nombre, lo demás todos aquí lo tenemos bien claro.
—Bueno, tú dijiste algo sobre mí cuando llegaste, y eso hizo que los celos de Hyunjin–
—Oh, vaya. No, no te confundas Seungmin, claro que no lo hice por tí, ni siquiera te conozco. Fue solo para... agregar un poco de diversión al asunto ¿Tú sabes?—Preguntó con su sonrisa descarada, llena de superioridad.—Tienes que tener un ego muy alto para pensar que estaría detrás de tí de esta manera, pero supongo que tienes una razón, así que si te molesta puedo ir a esperar a que llegue mi hermano allá afuera. Suerte, Seungmin omega de Hyunjin.
Aquello dejó al omega rojo de la vergüenza, como una luciérnaga colorada entre la penumbra de la noche, y con un sentimiento tenue de vergüenza. El alfa fue muy contundente cuando le aseguró no tener ningún interés en él, y Seungmin recordó a sus tiempos de colegio, él nunca fue muy asediado por alfas en esos días. Se sintió tonto, también descortés por haber ahuyentado al alfa, pero él no podía cambiar su desconfianza de la noche a la mañana.
Conforme las horas pasaron y la noche se aclaraba como el trazo de unas acuarelas rebajadas, dos sombras se acercaron subiendo la colina. Yukhei las detectó primero, así que despertó a Seungmin quien se había quedado dormido hace no mucho tiempo. No supo cómo mágicamente estaba de regreso, con sus energías hasta el tope, pero supo de inmediato que era gracias al olor de Hyunjin. Internamente, sentía a su lobo moviendo la cola como un cachorro a punto de recibir un premio.
Su encuentro fue un fuerte abrazo en el que Hyunjin levantó a Seungmin y le dio vueltas haciendo que éste pataleara mientras fingía disgusto. Si habían estado peleados antes de salir, no podían recordarlo porque ambos se habían extrañado demasiado. Tanto que no se dieron cuenta en que momento habían empezado a caminar como si de un paseo se tratase, con las manos entrelazadas y poniéndose al tanto.
La noche seguía reinando, pero la brillante luz blanca de la luna siempre favorecía a todos sus pedazos de almas unidas que ella misma había visto enamorarse, y como una farola natural, les alumbraba el camino en dónde fuera.
—Y entonces me desmayé con Felix, y lo–
—Espera ¿Te desmayaste?
—¡Sí! Déjame continuar. Lo siguiente que supe fue que estaba en nuestra habitación mientras Felix y Jisung se reían de que tú—Enfatizó con su dedo en el pecho—¡Me inpregnaste!
El semblante de Hyunjin se descompuso aún más, ladeo su cabeza y lo miró a los ojos aterrorizado.
—¿Yo hice... qué, Seungmin? ¡Ni siquiera sabía que podía hacerlo! Una impregnación es...
—Como una marca. Lo sé, Jinnie. Y déjame decirte, es horrible estar sin tí, y no solo en el sentido figurado. Tuve fiebre y mi cuerpo dolía mucho, pero lo que más me tuvo al pendiente fue saber que algo había salido mal.
—Oye Minnie, tranquilízate. Ya te dije cómo salió todo. ¿Ves como las cosas salieron bien? Yo nunca me pondría el riesgo, sé que estás esperándome.
—¿Y tomaste tus supresores? ¿Cómo te sentiste?
—No había indicios de mi celo acercándose así que cuando lo hice no noté ningún efecto, con Jeongin sin embargo el mejoramiento fue considerablemente notorio. Parecen mágicos.
Seungmin hizo su intento por asentir sin ninguna mueca, pero supo que había fallado cuando Hyunjin se burló de él y le dio un pequeño beso en su puchero remarcando que controlara sus gruñidos.
—¡Yo no gruño!
—Sí lo haces, MinMin. Eres mi pequeño gruñoncito adorable.
—¡Hyunjin! Déjame en paz.—Se avergonzó el omega caminando de prisa lejos de él, y antes de que el alfa pudiera tomar su mano para abrazarlo, él la esquivó jugetonamente.
Como dos cachorros empezaron a jugar a corretearse, con los gritos de Seungmin haciendo eco mientras intentaba huir de la agilidad de Hyunjin, que por cierto había tropezado ya dos veces con el gran pastizal. Seungmin corrió más hacia arriba, y solo cuando Hyunjin se avalanzó sobre él se dieron cuenta de qué tan lejos se encontraban pues al caer rodaron hacia la entrada de una cabaña.
—¿Éstas son... las cabañas donde pasaban los celos?
—Lo son.—Confirmó Hyunjin rascando su cabeza.—Se supone que esto sería una sorpresa.—Susurró afligido.
—¿Qué sería una sorpresa?—Preguntó Seungmin despidtado, echando un vistazo más de cerca.—¡Esta parece remodelada!—Comentó cuando se pegó a la ventana para observar dentro. Volteó a ver a Hyunjin expectante, pero la expresión de su rostro no demostraba mucha sorpresa o interés con el aspectos de aquella cabaña.—Espera ¿Tú...?
—Así es, Minnie. Yo estuve aquí hace un tiempo. Intenté arreglarla y limpiarla, porque algún día te traería aquí.
—¿Para el celo?
—Sí. ¡D–digo, claro que no es solo para eso! Planeaba hacer algo como... como más privado para nosotros dos. Cuando estuvimos separados yo solía venir aquí. No sé qué me pasaba en la cabeza, tomando en cuenta el pasado uso de esta cabaña pero yo solo quise–
Fue Interrumpido por un beso y unos brazos que se abalanzaron sobre su cuello para callarlo, el omega se acurrucó a su lado y descansó su mejilla sobre su pecho cuando terminaron el beso.
La cabaña se había tornado en algo completamente distinto ahora. Con un tragaluz lo suficientemente grande que permitía ver el estrellado manto con solo mirar hacia arriba, la cama pintada y restaurada con un cubrecamas nuevo (aunque inevitablemente percudido por el polvo) y un sillón encima de un tapete con cobijas. Las luces industriales amarillas le daban el toque rústico perfecto, aportando su tenue brillo y opacadas por la brillante luna colada en su espacio. Plantas que habían sobrevivido solas y otras que no, sobre unas repisas nuevas.
—¿Es un bosque con luciérnagas?
—Así es. La idea era terminarlo con dos lobos en el centro, pero todas mis responsabilidades me tienen asfixiado. No he podido terminarlo.
Un mural pintado a mano de un bosque que era alumbrado por luciérnagas, Seungmin sintió que sus ojos se aguadaban inevitablemente. Lo amaba, amaba tanto a Hyunjin que no figuraba lo qué sería el sentido de una vida sin él.
Y sin forzarlo, así como era de espontáneo, siguieron besándose hasta que la lengua del alfa recorría el cuello de Seungmin con deseo palpable, sus manos despojando a su omega de sus prendas superiores mientras éste trabaja en sus pantalones. Besó sus clavículas y siguió chupando la tersa piel de su níveo cuello, ese lienzo que algún día portaría su marca con orgullo.
Seungmin se sentía en las nubes con el delicado tacto que obtenía de Hyunjin, su chico era único en todo el mundo. Cuando sintió su entrada lubricar, los dedos ajenos se filtraron con delicadeza y pudor a pesar de su desnudez ya previamente conocida. Cuando estuvo siendo estirado sus jadeos incómodos ya se habían adueñado de las cuatro paredes. Hacer esto fuera de la adrenalina del celo era algo nuevo para ellos, como si estuvieran haciéndolo por primera vez.
Pero estuvo seguro de seguir aún cuando el mayor intentó retirarse, pues él sabía que era Hyunjin quien estaba presente, y no su bruto alfa. Se sintió preparado y entonces se acomodó con la ayuda del otro encima de su miembro, sintiendo la intrusión en cada vena de su interior mientras ambos echaban sus cabezas para atrás ante el placer. Tanto tiempo de abstención los tenía sintiéndose sobre el borde como lo que realmente eran, dos jóvenes inexpertos.
Las embestidas fueron cobrando fuerza a la par que ellos tomaban confianza para experimentar más con sus cuerpos, besando partes erógenas de sí mismos, como los pequeños chupetones en el cuello de Seungmin o los lóbulos de la oreja y los besos en la barbilla de Hyunjin. El omega movió sus caderas formando una forma de infinito para buscar más placer cuando algo tocó su próstata, y fue demasiado para tomar cuando se dio cuenta de lo lleno que estaba.
Empalado sobre Hyunjin, y éste mirándolo con ese semblante oscuro cargado de lujuria, meciéndose sobre su magullado punto que lo estaba lanzando a la borda. Los gemidos eran exquisitos en sus oídos, tan abrumadores que era lo único que se escuchaba en el lugar hasta que Hyunjin habló.
—Eres lo más hermoso que existe, Seungmin. Mira lo lleno que estás de mí.—Dijo orgulloso con una extrañada seguridad.
—¡Ah! Hyun... Se siente tan bien.—Murmuró de vuelta entre suspiros y lágrimas de placer puro.
—Te amo, Seungmin. Te amo tanto que tengo miedo de hacerte daño alguna vez más. Eres mío, con o sin marca, eres mío.—Declaró al son de cada nueva embestida.
—Lo soy, soy tuyo. Puedes hacer lo que quieras conmigo.
—Te haré sentir bien, amor.—Hyunjin bajó su mano hasta el miembro del más chico y lo masturbó hasta sentir que se venía en su mano, curiosamente extasiado por tener ese efecto en su pareja.
Cuando el interior de Seungmin se cerró sobre su miembro él tuvo toda la voluntad del mundo para salirse a tiempo y a acabar sobre su cuello como resultado de una mala puntería, pues en realidad planeaba hacerlo en su pecho. De igual manera, cayó rendido a su lado igual de sudado que su compañero.
La pequeña cabeza del omega se escabulló debajo de sus hombros hasta que estuvo siendo abrazado por Hyunjin quien los tapó, besó su frente, y regularizó su respiración.
—La luna está hermosa hoy ¿No lo crees, Seungmin?
no fue una marca pero ellos definitivamente están más unidos ahora :)
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro