Las historias del Viejo Mar

El crepúsculo caía sobre el pequeño pueblo de Kilbride, rodeado por las lejanas colinas de Irlanda, bañando las casas de piedra en un cálido resplandor dorado. En la puerta de una modesta cabaña, un anciano de cabello canoso y arrugado se sentaba en su mecedora, contemplando el horizonte donde las colinas se encontraban con el cielo. A su lado, su nieto, Daniel, observaba con curiosidad mientras el viento suave acariciaba sus rostros.

—Abuelo, cuéntame una historia —pidió Daniel, sus ojos brillantes de emoción.

El anciano sonrió, su mirada perdida en los recuerdos. —¿Quieres escuchar sobre Belisario, Anthony y las criaturas marinas de Isla Coral? Esa es una de mis favoritas.

—¡Sí! —exclamó Daniel, mientras se acomodaba en el regazo de su abuelo, ansioso por escuchar.

—Muy bien —comenzó el anciano, su voz suave y nostálgica—. Hace mucho tiempo, en las costas de Venezuela, existía una isla llamada Coral. Allí, los humanos y las criaturas del mar solían ser enemigos, pero todo cambió cuando un valiente joven llamado Belisario y su amigo Anthony se unieron para luchar contra una titánica bestia que amenazaba con destruir todo lo que amaban.

Daniel escuchaba atentamente, imaginando las batallas y la valentía de Belisario y Anthony. Cada palabra de su abuelo lo transportaba a un mundo lleno de maravillas.

—¿Y qué pasó después? —preguntó Daniel, ansioso por saber más.

—Después de una feroz batalla, Belisario y Anthony lograron unir a los humanos y a las criaturas marinas, enseñándoles a vivir en armonía. Celebraron su victoria con un festival, donde compartieron risas, bailes y comidas deliciosas. Pero, como todas las historias, había un giro inesperado.

El anciano hizo una pausa, mirando a su nieto con ojos profundos. —En la noche del festival, Belisario desapareció misteriosamente. Nadie supo qué le sucedió, y el pueblo de Isla Coral quedó sumido en la incertidumbre. Algunos dicen que fue llevado por el mar, otros creen que se convirtió en parte de las leyendas que aún recorren esas costas.

Daniel frunció el ceño. —¿Pero abuelo, era todo eso real? ¿O solo una historia?

El anciano sonrió enigmáticamente. —Ah, mi querido Daniel. A veces, las historias son más que ficción. Pueden ser fragmentos de lo que realmente sucedió, o quizás solo un eco de la imaginación de quienes las cuentan. Kilbride tiene sus secretos, y a veces el viento guarda misterios que nunca serán revelados.

El joven miró hacia las colinas, donde la brisa suave susurraba entre los árboles. —¿Crees que Belisario y Anthony realmente existieron?

—Es posible —respondió el anciano, su voz cargada de sabiduría—. O tal vez, solo son personajes creados para enseñarnos sobre el valor de la unidad y el amor. Lo importante es que sus historias nos inspiran, nos hacen creer en lo extraordinario y en la posibilidad de que el pasado y el presente puedan entrelazarse.

Daniel asintió, sintiendo que cada palabra de su abuelo tenía un significado más profundo. —Entonces, ¿la historia de Belisario y Anthony sigue viva?

—Así es —confirmó el anciano—. Las historias nunca mueren mientras haya alguien que las cuente. Y cada vez que miras el mar o el horizonte, recuerda que puede haber más de lo que nuestros ojos pueden ver. Quizás, en algún lugar entre las olas, Belisario y Anthony aún están viviendo sus aventuras, esperando ser recordados.

El sol comenzaba a ocultarse en el horizonte, y el cielo se llenaba de estrellas. La brisa fresca acariciaba sus rostros mientras el anciano y su nieto compartían ese momento de conexión, donde lo real y lo imaginario se entrelazaban.

—Gracias, abuelo —dijo Daniel, sintiendo una mezcla de asombro y gratitud.

—Siempre, mi niño —respondió el anciano, abrazándolo con cariño—. Nunca dejes de creer en las historias, porque son la esencia de lo que somos.

Quizás la historia de Belisario y Anthony no era solo un cuento, sino una conexión eterna con un mundo donde la magia y la realidad se entrelazan de maneras sorprendentes.

Y así, la historia continuó, viva en los corazones de aquellos que creen, recordando que cada susurro del viento puede traer consigo un eco del pasado, un recordatorio de que las aventuras nunca terminan realmente.

¿Fin?

•••

Ahora sí, hasta aquí el primer libro de "Criaturas"

¿Se lo veían venir?

El segundo libro ya lo he comenzado a escribir y, por si les interesa leerlo, anunciaré su publicación en esta misma historia.

¿Cuál creen que sea la criatura de la nueva historia? Escucho sus teorías.