Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 33

El Último Enfrentamiento

La atmósfera en Isla Coral estaba cargada de tensión mientras la titánica criatura emergía de las profundidades del océano. Su presencia era abrumadora, y el rugido que había resonado en el aire había dejado claro que esta batalla sería la más feroz de todas. Las criaturas marinas y los soldados, exhaustos pero decididos, se prepararon para dar su último esfuerzo contra el monstruo que amenazaba con destruirlo todo.

El cielo oscuro y tormentoso parecía reflejar el caos que se desataba en la costa. Las olas chocaban con furia, y el viento aullaba como un espíritu atrapado, llevando consigo los ecos de la lucha.

—¡No podemos permitir que nos derrote! —gritó Belisario, sintiendo cómo la adrenalina corría por sus venas. Miró a su alrededor, viendo los rostros de sus compañeros, soldados y criaturas marinas, todos con la misma determinación brillando en sus ojos.

La bestia, más grande que cualquier adversario que hubieran enfrentado, se alzó en toda su gloria monstruosa. Su piel estaba cubierta de escamas brillantes que destellaban a la luz intermitente de los relámpagos, y sus tentáculos se movían en un baile de destrucción, como serpientes enloquecidas. Con un rugido ensordecedor, la criatura lanzó un ataque devastador.

—¡A la carga! —ordenó el padre de Belisario, su voz resonando con fuerza. Las criaturas marinas se lanzaron al ataque, mientras los soldados tomaban posiciones, listos para defenderse.

La batalla era brutal. La bestia contraatacaba con una fuerza devastadora, utilizando sus tentáculos para lanzar a los soldados por los aires. Un soldado fue golpeado y se estrelló contra una roca, y el horror llenó los corazones de aquellos que lo presenciaron. El miedo se apoderaba de la batalla, y la desesperación comenzaba a asomarse.

—¡No! —gritó Gael, viendo caer al soldado. Con furia, se lanzó contra la bestia, golpeando con fuerza su costado. Pero el monstruo, con un movimiento brusco, lo lanzó lejos, y el impacto hizo que el agua se salpicara a su alrededor.

Las criaturas marinas, aunque valientes, luchaban contra un adversario casi imbatible. A pesar de sus esfuerzos, varios de sus compañeros fueron derribados, y la escena se tornaba cada vez más sombría. Belisario podía sentir el peso de la responsabilidad en sus hombros, sabiendo que la supervivencia de ambos mundos dependía de ellos.

—¡Vamos, sigan luchando! —gritó el padre de Belisario, intentando mantener la moral alta mientras se lanzaba a la carga. Pero la bestia no mostraba signos de debilidad y cada ataque parecía solo enfurecerla más.

Con un último esfuerzo, Belisario y sus compañeros se reagruparon. —¡Debemos concentrar nuestros ataques! —gritó, sintiendo que el tiempo se agotaba. —¡Vamos a hacerlo juntos!

Las criaturas marinas y los soldados, sintiendo la urgencia, comenzaron a coordinar sus movimientos. Con un grito unificado, se lanzaron hacia la bestia, atacando desde todos los flancos. Las criaturas marinas usaron su agilidad para moverse rápidamente, mientras los soldados disparaban desde la distancia, creando una sinfonía de ataque.

El monstruo, sintiendo la presión de los ataques, giró su cuerpo con fuerza, tratando de deshacerse de los guerreros que la asediaban. Belisario, aferrándose con fuerza, sintió la furia del monstruo mientras se sacudía.

—¡Concentrémonos en su punto débil! —gritó, recordando las enseñanzas de su padre. —¡Apunten a su vientre!

Con esa orden, todos se reagruparon, prestando atención a la estrategia. Las criaturas marinas y los soldados se lanzaron en un ataque coordinado, cada uno dirigiéndose hacia el mismo lugar. La furia de la bestia se intensificó, pero la determinación de la alianza era más fuerte.

Con un grito unificado, cada guerrero se lanzó hacia el vientre expuesto de la criatura, y el impacto fue devastador. Las balas, los colmillos y los tentáculos se unieron en un ataque formidable. La bestia aulló, un sonido que resonó en el aire, y comenzó a tambalearse.

—¡Sigamos! —gritó el padre de Belisario, viendo que su estrategia funcionaba. —¡No se detengan!

La batalla continuaba, y aunque las bajas eran terribles, los guerreros luchaban con un fervor que desafiaba la muerte. El cielo, que había estado cubierto por nubes oscuras, comenzaba a despejarse lentamente, como si la naturaleza misma estuviera sintonizando con la lucha.

Finalmente, después de un esfuerzo titánico, la bestia comenzó a ceder. Con un último grito de dolor, se desplomó en el agua, creando olas que sacudieron la costa. Un silencio abrumador se apoderó del campo de batalla, y Belisario, exhausto pero aliviado, miró a su alrededor.

—Lo logramos —susurró, sintiendo la adrenalina desvanecerse lentamente.

El cuerpo de la bestia, aún temblando, se hundió lentamente en el mar, mientras las criaturas marinas y los soldados se reagrupaban, mirando el resultado de su ardua batalla. Aunque habían sufrido pérdidas, la unión de sus fuerzas había hecho posible lo que antes parecía imposible.

La tormenta, que había sido el telón de fondo de su lucha, comenzó a alejarse, dejando tras de sí un cielo despejado. El sol brotó, iluminando la costa con una luz cálida y dorada. Era como si el propio mundo celebrara su victoria, y una sensación de esperanza comenzó a llenar el aire.

Mientras las criaturas marinas y los soldados se miraban entre sí, una nueva comprensión se formaba. Habían luchado juntos y habían ganado, y a pesar de las pérdidas, estaban más unidos que nunca. Las criaturas marinas, aunque diferentes, habían demostrado ser aliados valiosos, y los humanos comenzaron a ver en ellas no solo a seres temidos, sino a compañeros de lucha.

Belisario, con la mirada fija en el horizonte, sintió una mezcla de emociones. La historia de Isla Coral no terminaba aquí; en realidad, acababa de comenzar. Sabía que había un futuro por delante, uno donde humanos y criaturas marinas podrían coexistir y proteger su hogar en armonía.

Con una sonrisa melancólica en su rostro, pensó que ya era hora de que las personas de Isla Coral supieran de su existencia. La revelación de la vida marina y su importancia sería un nuevo capítulo en la historia de la isla, y él estaba listo para ser el puente entre ambos mundos.

Las personas de Isla Coral comenzaron a salir de sus casas, aún con confusión y algo de miedo por las criaturas marinas que habían luchado junto a los soldados. Pero en sus corazones, había una chispa de esperanza. La visión de los guerreros, humanos y criaturas, trabajando juntos, comenzaba a cambiar la percepción que tenían sobre el otro.

Los sobrevivientes, lado a lado, se mostraban como un verdadero equipo. Los soldados y las criaturas marinas, ahora compañeros, se unieron en un abrazo de victoria. Habían superado un gran desafío, y aunque el camino por delante sería difícil, sabían que juntos podían enfrentar cualquier cosa.

Belisario miró a su alrededor, sintiendo la calidez del sol en su piel. La historia de Isla Coral estaba a punto de cambiar, y él sería parte de esa transformación. Con el corazón lleno de esperanza, se preparó para guiar a su pueblo hacia un futuro donde todos pudieran vivir en paz.

La batalla había terminado, pero la lucha por la coexistencia apenas comenzaba. Con determinación en su corazón, Belisario sabía que el camino sería largo, pero estaba listo para enfrentarlo, junto a sus nuevos aliados.

•••

Finalmente acabó la batalla, después de 3 capítulos. ¿Qué les ha parecido?

Estamos a sólo un capítulo para el final de esta historia.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro