El día que nos conocimos, fue raro pero lindo. ¿ Imaginaste que terminaríamos así?

—« Vamos, Haruka es ahora o nunca. Solo dale su almuerzo y sal corriendo »

La castaña exhaló fuertemente y llenó de aire sus pulmones. Maldición, era una sensación tan intensa que le recorría el cuerpo cuando estaba cerca de él, se supone que debería estar centrada en trabajar para tener algún día su restaurante pero ...¿ Era eso lo que realmente quería?,¿ Era lo único que deseaba?.

Debía deshacerse de este sentimiento.
Sería lo mejor, después de todo, Leona era un príncipe y ella una simple camarera aspirante a cheff.

Leona podría tener a cualquier mujer qué quisiera...¿ Por qué se fijaría en una chica tan sencilla ordinaria y sin magia como ella?.

—« Light tiene razón, debo ser realista y no ilusionarme »— meditó.

Aparte, aún le faltaba para poder conseguir su restaurante, algo como amar solo la distraería de sus sueños, aún había mucho que quería descubrir y aprender.

—« Debo trabajar duro cada vez y lo demás vendrá después »

Siendo honesta, ya no sabía cuántas veces al día se repetía esas palabras para no declinar ante ese sentimiento que pedía arder en su pecho.

« Vamos Kim, es un principe arrogante, deshonesto, cruel y manipulador. No le interesaría una mujer a menos pudiera volverse rey con ello »

Las palabras de su amiga fénix hicieron eco en su cerebro. Ciertamente había visto como Leona trataba a Ruggie y no era particularmente amable con él. Tal vez no amaba a Leona, tal vez lo estaba idealizando y si así fuera, entonces este sentimiento se desvanecería lentamente.

Tal vez, solo... tal vez

— Oye, hervibora, llevas 20 minutos andando en círculos— la voz ronca del león se dejó oír— pareces una liebre perdida entre los matorrales, je —

La castaña estornudó al sentir los pelos de una colita restregarse en su nariz.

Oh, todo este tiempo estuvo sobre el árbol, con razón no lo encontraba.

—¡ Lo siento! Traje su almuerzo. Ruggie me dijo que estaría por aquí — expresó nerviosa.

El felino bajó del árbol de forma tan ágil que recordaba a los leones de la sabana. Se recostó en el árbol y extendió su mano para recibir su almuerzo. Una vez recibido, no logró evitar sacudir levemente las orejas ante el buen aroma que tenía aquel pastillo.

— Uhm, hice un arrollado de carne. Supuse que te gustaría. Además, leí que los felinos deben consumir mucha carne — explicó ella al ver con suma atención como el príncipe comía sus alimentos. Vaya, se sentía como en un concurso de cocina, siendo evaluada por el juez malo.

— Sabe bien — él finalmente respondió después de a ver disgustado. En realidad, sabía muy bien, pero tampoco lo diría. No admitiría que cada pequeño trozo sabía a gloria. Ni siquiera los Cheff del palacio cocinaban tan bien. No percibía condimentos exóticos o algo parecido...¿ Cómo podía hacer que cada bocadillo supiera tan bien?.

—¿ Ya comiste?— él volvió a preguntar mientras tenía algunas migajas de comida en sus labios. Realmente estaba bueno para que Leona comiera así.

— Ah, pues de hecho no. Quería entregarte tu almuerzo primero pero ya me iré a comer — comentó con una sonrisa. Realmente se esforzaba por ocultar sus nervios.—« Que no se note. Por favor, que no se me notee»— chilló internamente la menor, mientras tomaba su cesta para finalmente poder irse.

— La próxima vez, trae tu almuerzo. — se oyó la perezosa voz— No sería algo propio de un principe dejar que una señorita con hambre me vea comer, mhp~?— argumentó su petición con una sonrisa sutilmente ladeada y coqueta.

Leona poseía un atractivo natural, sus gestos eran seductores y magnéticos. Tenía esa aura misteriosa e imponente que cautivaba a las mujeres.

Kim, no era la excepción.

La femenina no podía dejar de mirarlo y sentir ese hormigueo en su estómago similar al revolotear de una mariposa, pero... más allá de todo eso. Tenía curiosidad, había algo en él que le intrigaba y la traía como un imán.

— Eso, es....muy amable. Gracias, Leo- Mhm...¿ Majestad?— dudó en como dirigirse a él. Realmente no tenía idea de cómo tratar a un príncipe.

— Je. ¿ Majestad?. Realmente eso no suena mal— respondió observando a la chica de arriba abajo. Era tan adorable verla tratar de ocultar su nerviosismo. Percibía el fuerte latir de su corazón y la dulce fragancia de su emoción.

— "Leona". Está bien. Puedes llamarme así o en todo caso "Su real Majestad".

— Kim, Kim Haruka — la menor se presentó formalmente extendiendo su mano, la cuál fue recibida por el león.

— Kim...«La de gran fortaleza» no?— sonrió al ver la mirada de sorpresa de la castaña.

— Sí, eso significa. Creí que ya nadie buscaba los orígenes — comentó ella con ilusión

Sí, se estaba comportando un tanto coqueto, era porque sus reacciones se le hacían bastante.... divertidas. ¿ Tal vez estaba siendo amable por lo mismo?. No, quizás era porque era la primera vez en mucho tiempo que alguien lo observaba con admiración.

Ambos se quedaron en silencio por un leve momento, aunque en realidad fue Kim quién se quedó mirando al principe como idiota.

— Ejem! Bue-Bueno, debo irme.— carraspeó ruborizada para tomar sus cosas —¡ Nos vemos, Majes- Leona! — corrigió mientras se iba rápidamente, incluso casi se cayó de los nervios. Cosa que solo hizo reír al joven felino.

— Ja! Realmente es una torpe coneja — exclamó para llevar sus brazos tras su nuca y dormirse con una sonrisa.

Poco se imaginó que aquella coneja pronto haría un desastre en su helado corazón.

Fin ❤️

|| Corto. Lo sé, pero me esfuerzo ༎ຶ⁠‿⁠༎ຶ
Espero les haya gustado. Si tienen ideas para más caps no duden en decirme