Salta, una provincia Mística a vista de muchos... y el State un tremendo hijo de puta.

Pero, muchos ignoran o desconocen su historia, su nacimiento... ¿Que pasó en su vida? ¿Qué lo llevó a ser la leyenda viviente de la Nación Argentina?

ꔴ⍥⃝ଠ๛ Prólogo: Tiro en el Blanco.

Rio de la plata, un Country destacado por su belleza y encanto... este hombre yacía leyendo los informes de sus hijos. No era misterio que al menos 4 de ellos eran adoptados directamente del campo.
San Felipe, un hombre regio, adoptado directamente del campo y pese a ello siendo uno de los que mejor estaba económicamente respecto a sus hermanos...

Luego estaba Tucumán, El Jardín de la República, el hijo menor de Rio de la Plata, un muchacho idéntico a su padre y comprometido con todo lo que se proponia.

Tucumán, era alguien regio que no conocía del todo a sus hermanos, aveces ni siquiera reconocía la cara de ellos, sus hermanos mayores...

- "Padre, ya hice mis deberes ¿puedo ya irme?"
Habla Tucumán mientras estaba en la oficina del mayor, recogiendo los papeles que habia dejado en la mañana... Rio de la Plata, en su estado abismal de concentración asintió suavemente y sonrió hacia su hijo menor.

- "Sí, podés irte..."
Sonríe el Country mientras volvia su mirada a los papeles que debia de terminar antes de fin de semana.

Tucumán sonrió y salió corriendo de la casa para irse al campo, a buscar a su amada Miguela.

Tras un largo camino a caballo, Tucumán sonríe al encontrarse con la muchacha, una State que tenia en su rostro solo una estrella como escudo...

- "¡Amor! ¿Como estás?"
Se ríe la muchacha mientras dejaba lo que hacía (Afilar machetes) y saltaba a los brazos del petiso Tucumano..

- "¡Miguel! ¡mi preciosa! Estoy más que bien, feliz de venir a verte mi vida"
Se rie Tucumán mientras la alzaba y la hacia dar vueltas en el aire, dandole besos juguetonamente coquetos en el cuello y en los cachetes, acompañado de un profundo ronroneo del State gatuno...

- "Ay que sos tierno... ¿y no me vas a preguntar por mi día, bruto?"
San Miguel solo rodó los ojos al ver que Tucumán habia olvidado el preguntarle por su día, y cuando lo iba a hacer la muchacha ya le habia plantado un beso en los labios dejàndolo más colorado que un tomate.
- "Ya pa qué me preguntás... de todas formas mi día ya mejoró con tu presencia"

Tucumán solo sonríe, dandole otro beso juguetón en los labios a la muchacha mientras yacían ambos acurrucados bajo el Lapacho que les daba la sombra en ese tierno día de Primavera...

/ y Solo bastaron reuniones y pocos días...

- "Tucumán, apurate, tenemos que ir a lo de tu hermano..."
Hablaba Rio de la Plata hacia su hijo mientras se terminaba de atar su largo cabello azul azabache... Tucumán suspiró, alistado y con paciencia salió de su cuarto, peinado similar a su progenitor pero con el pelo corto.

Mientras salian con paciencia, en la entrada estaba San Felipe con un machete... Rio de la Plata se exhaltó y metió un zape a su hijo por esa Locura que estaba haciendo.

- "¡Au! ¡Padre, estoy buscando a un tal Aarón! ¿Usted lo conoce? Mi hija, San Miguel, me ha dicho que él es su novio y el padre del hijo que está en su vientre"
Habla San Felipe apurado mientras Tucumán estaba quieto.. de la nada su piel palidecia... La única persona que se apodaba Aarón en la zona era él mismo...

- ". . . ¿Aarón? Tucumán, vení ya para acá"
Menciona Rio de la Plata, sin siquiera voltear a ver a su hijo más chico de 21 años...

Tucumán obedientemente dió media vuelta y salió corriendo, a la siga estaba Rio de la Plata y San Felipe.

- "¡Vení para acá, remilgado! ¡EMBARAZADOR DE HIJAS, COBARDE!"
Corría San Felipe tras su hermano menor... obviamente Tucumán se trepó como pudo a un Árbol sin saber que San Felipe igual lo iba a tratar de Alcanzar para hacerlo re cagar por embarazar a su hija, San Miguel...

Del único tiro que habia dado... habia sido un tiro al blanco.

/ Luego de una Mística paliza... San Felipe arrastró a su hermano a la iglesia junto a San Miguel para casarlos... fue simple y privada la boda, pero a San Miguel, una dama caradura que le encantaba hacer rabiar a su padre apenas vió a Tucumán en el altar y dieron sus votos improvisados como la copla de un gaucho...

Le metió un beso profundo en los labios y tumbandolo en el suelo lo continuó sin vacilar... el Cura se dió media vuelta y se tapó los ojos y los oidos, pues era tremendo momento íntimo de la pareja.

San Felipe solamente quiso gritar pero Rio de la Plata lo acogotó para que no haga una escena MAYOR a la que habia hecho ya de apalizar a su hermano y obligarlo a que se case con su hija.

- "Siento que algo muy malo va a pasar.."
Murmura Cuyo, la joven mujer mientras acurrucaba entre su aguayo a su pequeño hijo de nombre Córdobita.

- "Ni que me lo digas, querida"
Habla el esposo de Cuyo, el Córdoba grande... dió un fuerte suspiro y miró a los recién casados...