Era un hermoso día, una hermosa mañana, el sol brilla agradablemente, la brisa es fresca, los pájaros cantan, si un día perfecto para salir y divertirse lástima que es día de clases.
Nuestra protagonista está muy cómoda en su cama durmiendo, su cabello esparcido por toda la almohada, con la boca abierta mientras un hilo de saliva se escurre de ella, durmiendo de espaldas tiene la mitad de la cobija en el suelo luego de haberla pateado mientras duerme.
La alarma suena y ella se despierta gruñendo mientras se sienta en la cama, al sentarse su cabello rizado parece como si unos cuervos se hubieran metido allí preparándose para anidar.
Cuando está completamente despierta se levanta y se dirige al baño mientras escucha los ruidos de su madre preparando el desayuno, después de su rutina de limpieza y luego de batallar con su cabello para que se vea presentable se pone su uniforme y llega a la cocina para recibir su desayuno, su madre le sirve mientras la insta a que se a toda prisa, ella asiente mientras se lleva una baleada a la boca, la saborea mientras piensa "comer es lo mejor del mundo ", termina de desayunar y después de lavarse los dientes corre para poder llegar a tiempo para ir a clases con su amiga.

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-- Como detesto ir a clases - dice nuestra protagonista llamada Sofía
--Ya cállate, vamos a llegar tarde - contesta Elizabeth mientras apresura sus pasos
--Mi culpa no es ¿de quién era el perro que no dejaba de seguirnos?
--Mio--murmura con la cabeza gacha
--Ah-suspira Sofía tratando de alcanzar a la pelinegra-- La pequeña Luna es muy cariñosa y siempre nos quiere seguir
-- Bueno si lo hace es probable que se pierda.
--Tienes razón, pero mira ya llegamos y llegamos a tiempo -- dice mientras señala las puertas del instituto que aún están abiertas.

Después de llegar se apresuran a su salón esperando que queden más sillas además de "la maldita" no es que fueran supersticiosos pero esa maldita silla era muy incómoda el asiento no era lo suficiente largo para acomodar bien su trasero, la paleta donde poner el cuaderno quedaba del lado izquierdo cuando todos en el salón eran diestros y no zurdos excepto el maestro de inglés, pero ¿se sentaría el maestro en la silla de los alumnos? No, no lo haría, aparte el respaldo de la silla tenía un clavo que si no te fijabas donde te ibas a recostar se te metía en las costillas y sentías como si te perforara un pulmón, no podías moverte porque las patas de la silla eran desiguales y sentías que te ibas a caer, eso aparte del takataka que hacia la silla cuando te movías.
Al llegar solo había tres asientos libres incluyendo a "la maldita". Corrieron para poder agarrar las buenas y luego vieron a Arturo llegar y ver la única silla que quedaba, se veía muy triste tan lamentable, así que Sofía aparto la vista después de todo ojos que no ven corazón que no siente.
--Bien alumnos vamos a revisar la tarea-- dijo la maestra nada más llegar

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Al sonar el timbre que anuncia el descanso todos salen en estampida para apresurarse a la caseta para lograr comprar algo mientras eres manoseado por los demás al mismo tiempo que luchas por respirar y que tus pulmones no sean aplastados mientras avanzas con valentía al frente para que la doña que atiende te pueda ver si tienes suerte y lograr gritar con la esperanza que tu voz sea más alta que las demás y te escuchen o que alguien pida lo mismo que tú y te lo den a ti por error y poder salir más rápido.
Pero Sofía ya tiene un trato con la doña y espera que la marea de gente baje antes de ir.
Mientras caminaba con Elizabeth vio un chico muy apuesto y es exactamente su tipo dejo de escuchar lo que decía su amiga solo veía a ese chico que ya está avanzando con la multitud y es probable que no lo vuelva a ver, sería una linda historia de amo... Espera que no lo vuelva a ver, Sofía entro en pánico y sin saber que hacer mientras su cerebro esta distraído.
--¡HEY TU! ¡SALGAMOS A COMER! - Grito mientras su amiga se cubría el rostro con vergüenza y pensaba si sería muy tarde para cambiar de amiga
--Si claro está bien -- dijo el joven de apariencia sobresaliente se puede ver que hace ejercicio es un manjar para la vista.
-- No, tu no, me refiero al lindo chico detrás de ti, espera no te vallas, NO ESTOY LOCA LO JURO- Dijo mientras veía al chico de lentes y apariencia de nerd que la veía desconcertado mientras retrocedía con pánico solo para empezar a correr lo más rápido posible.