°6°
El tiempo que Tsukishima pasaba con Hinata se volvió algo que esperaba con ansias, aunque nunca lo admitiera abiertamente. Le encantaba escuchar las historias del pelinaranja, desde emocionantes anécdotas de partidos hasta ideas locas que surgían en su cabeza. A pesar de su actitud fría y sarcástica, Tsukishima sentía algo especial por Hinata. No era solo cariño, sino algo más profundo que aún no sabía cómo expresar.
Por su parte, Hinata encontraba en Tsukishima una compañía reconfortante. Aunque al principio le costó acostumbrarse al carácter directo del rubio, pronto se dio cuenta de que sus palabras siempre estaban llenas de intención. Se sentía seguro a su lado, como si pudiera enfrentar cualquier cosa.
Sin embargo, no todos estaban contentos con esta nueva cercanía. Yamaguchi, quien veía cómo su antiguo mejor amigo se alejaba más y más de él, no podía soportar la idea de que Tsukishima pasara tanto tiempo con Hinata. Los celos comenzaron a crecer en su interior, y en un intento desesperado de recuperar la atención del equipo, decidió inventar otra mentira.
Durante un descanso en el entrenamiento, Yamaguchi reunió al equipo y, con una expresión de tristeza falsa, comenzó a hablar.
Yamaguchi: (con voz temblorosa) Chicos, creo que hay algo que deberían saber.
Daichi: (mirándolo preocupado) ¿Qué pasa, Yamaguchi?
Yamaguchi: (haciendo una pausa dramática) Es sobre Tsukishima. Él... ha estado diciendo cosas horribles sobre todos nosotros. Especialmente de mi.
El equipo reaccionó con sorpresa, y algunos incluso mostraron indignación.
Asahi: (frunciendo el ceño) ¿Estás seguro de eso, Yamaguchi?
Yamaguchi: (asintiendo rápidamente) Sí. Me lo dijo cuando estábamos practicando juntos. No sé por qué se volvió así, pero creo que Hinata lo está influenciando.
El comentario encendió a varios del equipo, quienes ya tenían prejuicios contra Hinata por las mentiras previas. Cuando Tsukishima llegó al gimnasio, se encontró con un ambiente tenso. El equipo lo rodeó y comenzó a confrontarlo.
Daichi: (cruzando los brazos) Tsukishima, tenemos que hablar.
Tsukishima: (arqueando una ceja) ¿Sobre qué?
Tanaka: (con el rostro serio) ¿Es cierto que has estado diciendo cosas malas sobre nosotros?
Tsukishima: (mirándolos con calma) ¿Y quién dijo eso?
Yamaguchi: (interviniendo) Yo lo hice. Porque es verdad.
Tsukishima: (mirándolo con frialdad) ¿De verdad, Yamaguchi? ¿Otra vez con tus mentiras?
Daichi: (interrumpiendo) ¡No estamos aquí para discutir! Queremos una explicación, Tsukishima.
Tsukishima suspiró profundamente, cansado de la situación. Sus ojos recorrieron a cada miembro del equipo antes de hablar con firmeza.
Tsukishima: (con tono indiferente) No tengo nada que explicarles. Si creen en las mentiras de Yamaguchi sin pruebas, es su problema, no el mío.
El equipo quedó en silencio, sorprendido por su respuesta directa. Pero Tsukishima no había terminado.
Tsukishima: (cruzando los brazos) Si esto es lo que piensan de mí, entonces no tiene sentido que siga aquí. Me voy a otra preparatoria.
El equipo reaccionó con sorpresa.
Daichi: (confundido) ¿Qué estás diciendo?
Tsukishima: (con una pequeña sonrisa sarcástica) Y no solo eso. Voy a convencer a Hinata para que venga conmigo.
La declaración dejó a todos boquiabiertos. Antes de que alguien pudiera responder, Tsukishima se dio la vuelta y salió del gimnasio sin mirar atrás.
El silencio que quedó en el gimnasio era abrumador. Nadie sabía cómo reaccionar. Incluso Yamaguchi, quien esperaba que su mentira le ganara el apoyo del equipo, comenzó a sentirse incómodo.
Mientras tanto, Tsukishima fue directamente a casa de Hinata. Al llegar, lo encontró practicando saques en el patio trasero.
Hinata: (sorprendido al verlo) ¡¿Tsukishima?! ¿Qué haces aquí tan tarde?
Tsukishima: (cruzando los brazos) Vengo a hacerte una propuesta.
Hinata: (parpadeando) ¿Qué tipo de propuesta?
Tsukishima: (con una leve sonrisa) Cambiémonos de preparatoria. Este lugar ya no vale la pena.
Hinata: (confundido) ¿Qué? ¿Por qué dices eso?
Tsukishima: (suspirando) Porque no pienso quedarme en un equipo que no confía en mí ni en ti. Merecemos algo mejor.
Hinata: (mirándolo conmovido) ¿De verdad piensas eso?
Tsukishima: (con una sonrisa pequeña) Claro que sí, piojito. Además, sería divertido ver a otros equipos lidiar con tu hiperactividad.
Hinata rió ante el comentario, pero también sintió una calidez en su pecho. Por primera vez en días, se sintió comprendido y apoyado.
A que preparatoria quieren que vayan?
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