Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

°4°


Kenma, Kuroo y Tsukishima se encontraban exhaustos tras buscar a Hinata en todos los lugares que frecuentaba: el gimnasio, el parque donde solía entrenar saltos y hasta la cancha donde jugaba vóley callejero. Sin embargo, no había rastro de él.

Kenma: (suspirando) Esto es inútil. ¿Y si simplemente no quiere que lo encontremos?

Kuroo: (dándole un leve golpe en la cabeza) No seas pesimista. Si hay un lugar donde podría estar, es en su casa.

Kenma: (haciendo una mueca) ¿Subir toda esa montaña? ¿Estás loco?

Kuroo: (sonriendo) No hay nada como un poco de ejercicio. Vamos, no seas flojo.

Kenma: (mirando a Tsukishima) ¿Tú qué opinas?

Tsukishima: (ajustándose las gafas) No tengo otra opción, así que vámonos ya.

Kenma: (quejándose) ¿Por qué siempre terminamos haciendo las cosas difíciles?

Sin más alternativas, comenzaron a subir la montaña donde vivía Hinata. El camino era empinado, y aunque Kuroo mantenía el ritmo con facilidad, Kenma parecía al borde del colapso.

Kenma: (jadeando) Esto... esto es una tortura. ¿Por qué no vive en un lugar más accesible?

Kuroo: (riendo) Tal vez para que gente como tú no lo moleste.

Kenma: (con sarcasmo) Muy gracioso, Kuroo.

Finalmente, después de un arduo esfuerzo, llegaron a la puerta de la casa de Hinata. Kuroo tocó con firmeza, mientras Kenma se apoyaba contra el marco para recuperar el aliento. La puerta se abrió, revelando a una pequeña niña de cabello naranja: Natsu, la hermana menor de Hinata.

Natsu: (mirándolos con curiosidad) ¿Quiénes son ustedes?

Kuroo: (sonriendo) Somos amigos de Shoyo. ¿Está en casa?

Natsu: (entrecerrando los ojos) ¿Y cómo sé que no son extraños raros?

Kenma: (suspirando) No tenemos tiempo para esto...

Kuroo: (interrumpiéndolo) ¿Puedes decirle que Kuroo y Kenma están aquí? Él nos conoce bien.

Natsu: (asintiendo) Está bien, pero si intentan algo raro, los golpearé con un palo.

Kenma: (murmurando) Esto se está poniendo ridículo.

Natsu los dejó entrar y les ofreció agua, lo cual aceptaron desesperadamente después de la subida. Mientras bebían, Tsukishima tomó la palabra.

Tsukishima: (directo) ¿Dónde está Hinata?

Natsu: (señalando hacia el patio trasero) Está practicando.

Los tres se levantaron y caminaron hacia el patio. Ahí estaba Hinata, sudando y completamente concentrado mientras trabajaba en sus saltos y remates contra una improvisada pared. La intensidad en su mirada dejaba claro que estaba decidido a mejorar, a pesar de todo.

Kuroo: (sonriendo) Así que aquí estabas, piojito naranja.

Hinata: (deteniéndose y volteando sorprendido) ¡Kuroo! ¡Kenma! ¿Qué hacen aquí?

Kenma: (cruzándose de brazos) Buscándote, obviamente.

Hinata: (rascándose la cabeza) ¿Por qué? No necesito que nadie me busque.

Tsukishima: (con frialdad) Porque el karasuno es un desastre sin ti.

Hinata: (bajando la mirada) Yo ya no soy parte del equipo...

Kuroo: (colocando una mano en su hombro) Oye, no te des por vencido tan rápido. No puedes dejar que las mentiras de alguien arruinen lo que amas.

Kenma: (asintiendo) Además, nadie cree realmente esas tonterías. Ni nosotros, ni Tsukishima.

Hinata miró a Tsukishima, quien lo observaba con una expresión más seria que de costumbre.

Tsukishima: (suspirando) No voy a dejar que te rindas.

Pasaron la tarde juntos, conversando, bromeando y animando a Hinata. Poco a poco, el ambiente se alivianó, y Hinata comenzó a sonreír de nuevo. Sin embargo, el sol empezó a ocultarse, y Kuroo y Kenma se levantaron para irse.

Kuroo: (dándole un golpe amistoso en la cabeza a Hinata) Cuida ese espíritu, ¿sí? Nos vemos pronto.

Kenma: (con una pequeña sonrisa) No hagas cosas tontas mientras no estamos.

Ambos se despidieron, dejando a Tsukishima y Hinata solos.

Tsukishima: (rompiendo el silencio) Entonces, ¿qué piensas hacer? ¿Te vas a cambiar de colegio?

Hinata: (pensativo) No lo sé. Tal vez...

Tsukishima: (mirándolo fijamente) ¿Tal vez qué?

Hinata: (suspirando) Tal vez sea lo mejor. Si me quedo, todo será raro.

Tsukishima: (con tono sarcástico) Sí, porque claramente huir es la solución perfecta.

Hinata: (molesto) ¡No estoy huyendo!

Tsukishima: (arqueando una ceja) ¿Ah, no? Entonces, ¿cómo llamas a esto?

Hinata: (mirándolo fijamente) Yo...

Tsukishima: (interrumpiéndolo) Eres mejor que esto, Hinata. Si te rindes ahora, le estás dando la razón a Yamaguchi y a los demás.

Hinata bajó la mirada, sintiendo un nudo en el pecho. Sin embargo, Tsukishima dio un pequeño paso hacia él.

Tsukishima: (con una leve sonrisa) Pero si decides quedarte, asegúrate de no ser tan molesto como siempre. No sé si podría soportarlo.

Hinata: (sonrojándose) ¿Eh?

Tsukishima: (burlón) ¿Qué? ¿Por qué estás rojo?

Hinata: (balbuceando) ¡N-no estoy rojo!

Tsukishima: (riendo suavemente) Claro, claro.

Ambos se quedaron en silencio por un momento, pero el ambiente se sentía más ligero.

Hinata: (mirándolo con determinación) No sé qué voy a hacer todavía, pero gracias, Tsukki.

Tsukishima: (con una sonrisa apenas visible) No me llames así.

Y así, la noche cayó, dejando a ambos con una extraña pero reconfortante sensación de compañerismo. Hinata, aunque aún indeciso, comenzaba a recuperar su confianza.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro