Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

(IXXX) Luciérnaga

Cosas buenas empezaban a suceder en mi vida, por fin.

Mi reciente comienzo del noviazgo con Jhon era algo que me emocionaba.

No llevaba más de un día desde que lo anunciamos al grupo, y ya estaba que quería lanzarme arriba de Jhon en los recreos, pero me resistía a hacerlo.

Aunque, de todas maneras, en ciertas clases Jhon dejó de estar en mi cabeza para permitir espacio a algo mucho peor... Mi padre.

Seguía estresandome la idea de tener un desconocido que se hacía llamar papá en casa junto a mamá.

¿Por qué no lo sacaba? Él no sintió pena al abandonarme a mí y a su pareja, sabiendo como nos iba a desequilibrar su ausencia. Ahora, el karma le estaba jugando la venganza, pero mi madre se interponía porque era buena persona.

Quizás esté mal tener ese sentimiento rencoroso, fue hace mucho tiempo. Pero es justamente eso lo que me enoja. No es que se fue poco más de un mes y regresó a cuidar a su hija, no. Él se fue de mi vida por catorce años, muchísimo más de la mitad de mi vida, y ahora se le ocurría llegar a mi puerta y llamarme hija. Él perdió a su hija hace mucho tiempo, y lo peor, lo hizo voluntariamente.

—¿Señorita Montogery?— me llama la profesora Lucernogo. La odiaba, ella había notado mi falta de atención y justamente por eso me llamó.

Alzo mi cabeza, pero no la miro, quizás había hecho una pregunta y yo no la había escuchado, mierda.

—Pase a hacer el ejercicio— ordena, y yo me levanto de mi asiento, para ver en la pizarra una ecuación complicada.

X - (L+1) = 7X - 6

Sabía resolver ecuaciones con facilidad, pero estaba casi segura de que algún número faltaba en ésa.

De igual manera, me levanto a malas ganas y muevo números de un lado a otro, buscando el resultado sin rumbo.

¡Oh, vamos, de todos los que había para elegir me pides a mí!

Y es que parecía que lo hacía a propósito. Y de hecho, lo más probable es que sí.

Hago mi mejor esfuerzo por buscar un resultado, pero no lo encuentro.

—¿Es posible?— le pregunto, dudando y rezando por que no lo sea, así yo tendría la razón.

—Muy bien, Montogery, aclaré en voz alta antes de llamarla que esa ecuación no era posible. ¡Ahora váyase a sentarse y preste atención!— me ordenó y no dudo en hacerlo. Esa mujer era tan imponente e intimidante.

La campana suena luego de un rato, salvandome de la mierda que llamábamos matemáticas.

—Que materia de mierda— le comento a Erick al llegar a su lado. Jhon no estaba, lo que era poco usual, ya que éstos dos iban a clases juntos.

—Fue al baño— me comenta, como si me leyera la mente —. ¿Que tuviste?

—Matemáticas. Además, mi profesora es Lucernogo, podrás imaginarte el castigo del que acabo de salir.

—¿Tienes a Lucernogo?-—parece sorprendido —. Uff, te compadezco, Jhon y yo la tuvimos el año pasado, era puro sufrimiento de parte de esa ogra— comenta, haciendo que suelte algunas carcajadas.

—Sí, definitivamente hace falta un poco de azúcar en su vida amargada— le digo y él ríe junto a mí.

Jhon aparece entre la gente poco después. Verlo caminar hacia nosotros con una sonrisa me daba algún tipo de cosquilleo.

—¡Hola!— saluda a ambos, tomando mi cintura con su brazo. Me es imposible no sonrojarme, y creo que Erick lo nota.

—¿Sabías que Luna tiene a Lucernogo?— le informa mi amigo.

—¿En serio? ¿Tiene a luciérnaga?— también él parece sorprendido.

—¿Luciérnaga?— pregunto yo al escuchar el apodo que había dicho mi novio.

—Oh, vamos, Lushu, ¿Acaso no notaste la similitud entre Lucernogo y luciérnaga? ¡Suenan iguales!— me explica Jhon, como si fuera algo obvio.

—A lo mejor no tengo una mente tan malvada como para crear apodos infantiles— suelto.

—¡¿Infantil?!— fingiendo indignación responde —¡¿Yo infantil?! ¡No sé de qué hablas!

—Te aseguro que le preguntes a quien quieras afirmará que eres un mente de niño— chisteo.

—¡No me lo creo!— en sorpresa fingida dice.

—¿Qué pasó??— adentrándose en la conversación, junto con el resto del grupo, pregunta Leo.

—¿O no que Jhon es la definición de infantil?— sobresale Erick.

—Infantil es poco para describirlo— bromea Steve, sentándose junto a nosotros.

—Dah— chilla Jhon, volteando los ojos —, Luna, eres mi novia, se supone que debes defenderme.

—¿Ahora perdí el derecho a insultarte?— bufo —, que mierda es ser tu novia entonces.

Jhon se acerca y me agarra nuevamente de la cintura.

—Mmhh... Dudoso es el que no quieras ser mi pareja.

—Eh, eh— lo freno —, yo nunca dije eso, claro que quiero.

Su sonrisa se posa en sus labios.

—Cuando los felicitamos por su relación no nos referíamos a que queríamos aguantar tanto amor— bromea Luke.

—Sí, son demasiado amorosos— tapándose los ojos, fingiendo desagrado, agrega Jack.

—Oh, vamos— bufa mi novio (yo sigo sin creer que pueda hablar de él como 'mi novio') —, uno ya no puede ser cariñoso.

—No si son así de melosos— responde Erick.

—Yo los apoyo— defiende Steve —, quién pudiera tener tan linda pareja.

—Por eso eres mi favorito— digo con una sonrisa divertida.

—Ey— capricha Jhon.

Ought, tú siempre igual_ volteando los ojos, fingiendo desagrado, comento —, ¿Cuándo dejaras de ser tan celoso?

El timbre suena cuando termino de hablar y nos despedimos.

—Chauu— saludo al igual que el resto.

Jhon deposita un beso de despedida corto en mi boca y nos vamos cada uno a su clase.

***

Al comenzar mi segunda clase, mi mente sigue divagando en los pensamientos sobre mi padre.

No podía estar menos enojada al respecto.

Y necesitaba hablarlo con alguien, ya sean Inés y Elena, Jhon y los chicos, o mamá.

Aunque la última no era tan buena opción, puesto que ella seguía y seguía defendiendo que mi padre se tenía que quedar.

¿Cuándo concientizaría?

Y, efectivamente, me había pasado toda la clase pensando en ello, en vez de prestar atención.

Ya le pediría apuntes a mis amigas.

Yo estaba en mi propia nube, y no reaccioné hasta que el timbre del recreo hizo su llegada, pero, de todas maneras, seguía notoriamente encerrada en mis pensamientos.

Esta vez, al acercarme a donde siempre me juntaba con los chicos, no estaba Erick —Erick y Jhon siempre eran los primeros— junto a mi novio, sino sólo el último solo.

—¿Al baño?— pregunto, intentando sacar a mi padre de mi cerebro.

—¿Qué pasa?— Jhon parece serio, realmente quiere saber y nota en mi una preocupación.

¿Cómo es que me conocía tan bien?

—No intentes excusarte, Lushu, lo noto desde que te hiciste ésto— señala mi pie lastimado —, estás rara, en las nubes.

—Okey— digo, dejando mis manos en sus hombros —, te diré todo, pero nos apartaremos.

Y eso hace, ayudándome a caminar, nos alejamos un poco para poder estar solos.

—¿Ahora me dirás?— insiste.

—Ehh, Jhon, yo...— empiezo, entrecortando mis palabras; al notarlo, mi novio deja una mano sobre  mí y comienza a acariciar, dandome apoyo.

—Puedes contarme lo que sea, ¿Eh?

—Es que es un tema difícil— explico, dejando que él se acerque y me abrace. Hablo entre sus brazos —. Mi papá me abandonó cuando tenía cuatro años, y, ahora, resulta ser que es un vagabundo y reclama a mi mamá poder quedarse.

Las lágrimas empiezan a brotar de mis ojos, recorriendo mis mejillas. Mi voz es temblorosa, fragmentandose mientras hablo. Mis piernas tambalean, agradeciendo el sostén de Jhon.

—Lo peor: mi mamá no lo hecha, lo deja estar viviendo en mi casa. Han pasado catorce años desde que me abandonó, catorce, y ni siquiera un mensaje por mi cumpleaños o lo que sea... nada, y ahora quiere aprovecharse de la bondad de mi madre.

Él me abraza aún más fuerte, haciendo mimos por todo mi pelo, reconfortante.

—Y tú... Es como si el universo se hubiera apiadado un poco de mí, y al menos me dejó algo bueno en toda esta miseria. Claro, los chicos, Inés y Elena, me ayudaron, aunque sin saber, a sentirme bien, pero tú eres como mi salida de emergencia de la realidad en la que mi padre está viviendo en mi casa.

Ahora, mi novio se despega de mi, viéndome cara a cara. Su pulgar pasa por mis mejillas, secando algunas lágrimas al pasar.

—¿Sabes qué es lo bueno de llorar?— murmura. Niego con la cabeza, haciendo puchero con la boca —: tener a alguien que te ayude. Y quiero que sepas que estoy aquí, Lushu, pase lo que pase, estoy aquí. Yo y todo el resto, recuérdalo siempre: no estás sola.

Beso su cachete suavemente, con tristeza pero agradecimiento.

—Y, entiendo lo que pasa, no imagino qué haría yo en tu situación, es difícil, lo sé— dice por lo bajo —, pero es importante eso, que sepas que tienes a muchas personas que te quieren y te aman y no se niegarían a abrazarte, y mucho menos en estas situaciones.

»Así que, Lushu, sé que es difícil todo ésto, pero también sé que yo te ayudaré en todo el proceso. Podemos llamar a tu madre ahora mismo, si quieres.

—Sí, eso sería una buena idea— digo, entre su agarre.

Tomo mi celular y busco entre mis contactos a mi madre, que atiende luego de unos pitidos.

—¿Má?— intentando ocultar la fragilidad de mi voz saludo —, eh, era para hablarte sobre papá. Ya sé que no tiene donde dormir, pero, eh, no me parece justo que nuestra casa sea una opción para él, no si estuvo ausente por todo este tiempo.

—Sabía que me odiabas, pero, disimula un poco— la voz de mi padre responde el teléfono.

—¡¿POR QUÉ MIERDA RESPONDES AL CELULAR DE MI MAMÁ?!— ya está, me había cabreado.

—Pues, tu madre está durmiendo y su celular sonó, y parecía importante, hija, así que atendí, pero resulta que me lleve esta mala noticia de que me odias.

—¡CLARO QUE TE ODIO! ¡¿AL MENOS SABES CUÁNTO TIEMPO ESTUVE SIN UN PADRE?! ¡¿EH?! ¡¿LO SABES?!— al escuchar su silencio, continúo —. Ja, pedazo de estúpido.

Corto el celular sin pensarlo y me vuelvo a Jhon, llorando nuevamente.

—¿Cuándo acabará todo esto?

—Tranquila, Lushu, ¿Qué te parece si este fin de semana vamos a visitar a tu madre y hablamos bien todo con ella? Será más fácil cara a cara.

—¿Seguro?— él asiente con la cabeza—, gracias, Jhon, eres el mejor novio que puedo tener.

—No hay de qué, es mi trabajo ayudarte en momentos oscuros.

—No, no es tu trabajo, lo haces porque eres lo mejor.

—Pues, a mí me gusta llenar de color tu vida cuando está completamente gris, Lushu, no hay de qué, en serio.

Me balanceo sobre él hasta llegar a su boca, en un beso suave y calmante, no apasionado, sino más bien abrazador.

Jhon era como la definición de reconfortante, y quizás se lo había hecho saber en voz alta, pero es que tener a alguien como él en estos momentos es como tener un brillo en la oscuridad.

Jhon era como una estrella que solo quería esparcir su brillo.

Como un atardecer que quería dejar su anaranjado encanto en todos.

Él sólo quería ayudar, y agradecía mucho eso.

—Gracias, Jhon, en serio.

—Gracias a ti por confiar en mí para contarme sobre todo este asunto. Entiendo lo costoso que debe ser para ti estar pasando por todo esto.

—¿Es que hay algo en lo que no seas bueno?— el sonrió, dejando salir una risa enloquecedora —, no sé de qué ríes, hablo en serio: eres bueno en el deporte, buen amigo, buen novio, buen abrazador y buen apoyo.

—¿No se te ocurre que las últimas son solo contigo?— lo admitía, también era bueno para hacerme sonrojar.

—Ay, Jhon, me tienes tan perdida— confieso, dando un beso corto en su boca, para quedar a centímetros, cara a cara.

—Luna, no debería de tener tantas ganas de besarte si acabas de llorar— dice. Yo río, negando con la cabeza, y lo beso, esta vez con intensidad.

----------------------------★-----------------------------
NOTA DE LA AUTORA: Me encanta este capítulo, puedo asegurarles que la pasé muy bien escribiéndolo.

¿Alguien más está con la necesidad de tener un Jhon en su vida?

Es que, ¿Dónde se consigue uno así? (Suelta un gritito ahogado desesperado)

¡Besitos muy alegres, aunque sin motivo para estar tan felices!,
Ratita 🐀🐭.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro