Vacaciones. Ese momento de descanso tan esperado por todos. Pero especialmente por mí. Este año tenía planeado solucionar los problemas familiares. Nunca había tenido esa idea, lo cual era algo bastante absurdo ya que odiaba la terrible relación de mi abuela y mi mamá, y la solución es muy fácil. O eso yo creo. Más bien, no creo, sé. Sé que podré solucionar todo, lo sé.

Jhon está dormido a mi lado. El resto del grupo hace lo mismo. Yo solo miro unas cuantas películas que descargue en Netflix cuando Jhon se levanta y me mira fijamente. Cuando giro a verlo, noto en su cara un sueño o aburrimiento.

-No logro dormir y mi celular está sin batería- con una amarga cara suelta él. Me saco uno de los dos auriculares de mi oreja derecha y extiendo mi mano para dárselo.

-¿Que te parece "Mean Girls"?- pregunto. Jhon no hace ni dice nada, solo toma el audífono y lo coloca en su oído. Busco en mis descargas la película y noto como Jhon se acuesta en mi hombro.

Al terminar la película, el ya estaba dormido. Ahí, en mi hombro, pude verlo como algo vulnerable, en vez de fuerte como siempre lo lucía.

Una película y 5 capítulos de Friends fueron suficientes para que el viaje terminará rápidamente. Despierto a mis amigos y todos salimos del tren juntos. Cada uno toma su camino.

-¡Taxi!- grito al ver a uno libre pasar. Este frena. Le paso mi dirección y me lleva hasta allí.

-¿Vacaciones?- pregunta el taxista dando conversación.

-Si, al fin. La universidad es complicada, estuve esperando este momento.- exhausta admito. Él hombre solo asiente y gira para dejarme frente a mi casa.

-¡Gracias! ¿Cuánto es?- pregunto, pago y salgo del auto.

Nerviosa, empiezo a caminar. Subiendo las escaleras que decoran la fachada, puedo sentir los nervios consumir mi cuerpo. Cada gota de nervios aprieta la zona de mi figura en la que pasa.

Toco el timbre de mi casa y en segundos mi madre abre. Ella sonríe fuertemente al verme y me abraza con toda su fuerza.

-¡Hola, mielcita!- ella me decía así desde chica.

-¡Hola, Mami!- saludo. Mi madre se aparta para que pueda saludar a mi gentil abuela.

-Hola, cariño.- en un tono cariñoso dice est

-Hola, las extraño en Cambridge.- mi abuela me abraza.

-Nosotras a ti. Pasa, ¿Tienes hambre? ¡Haré café!- mi abuela dice antes de que pueda reaccionar. Me siento en mi sofá junto a mi madre, disfrutando de su compañía y su calidez.

***

-¿Llegaste a tu casa?- la voz de Jhon suena por el teléfono.

-Si, hace un rato. ¿Tú? ¿Todo bien?- pregunto.

-No te preocupes, estoy perfecto. ¿Ya les hablaste?- Jhon me pregunta haciendo referencia a mi abuela y madre.

-Todavía no. Mañana lo haré.- confieso.

-Okey, llámame si necesitas hablar sobre eso. Recuerda hacerlo mañana si quieres que para el 24 ya estén bien. Mañana es 23, estás apurada.- me recuerda las fechas.

-Si, gracias. Chau- saludo.

-Chau, Lu.- cuelgo el teléfono y bajo mis escaleras al escuchar a mi madre llamarme a cenar.

***

-¿Má, podemos hablar?- pregunto a mi madre después de almorzar el 23 de diciembre. Ella asiente y nos apartamos de mi abuela. Estamos sentadas en el sofá. Ella tiene las manos sobre mis piernas y me mira confundida.

-¿Que pasa, Mielcita?- Pregunta mi madre luego de un rato, al notar mi reflexión interna.

-Me preguntaba, si la abuela te pide perdón... ¿Podrías perdonar sus errores? Quiero una familia sana, mami, ¿Podrías?- mi madre piensa un largo rato. Ella posa un beso sobre mi frente.

-Esta bien, yo también le pediré perdón. Lo haré por tí- me sorprende la accesibilidad fácil que consigo de mi madre siempre. Ella me quiere mucho, puedo notarlo.

-Ire a hablar con ella, estoy segura de que podremos perdonarnos.- mi abuela es más estricta, pero se que si mi madre habla con ella seriamente, cara a cara, podrán entenderse.

Yo subo las escaleras emocionada. Corro hasta mi cuarto y tomo mi teléfono. Rápidamente marco el número de Jhon.

-¿Aló?- atiende él.

-¡Funcionó! ¡Mi madre va a hablarle!- grito al celular.

-Te dije que iba a funcionar. ¡Festejemos!- el cuelga mi celular haciéndome dudar. Veo un mensaje directo de el en Instagram con una dirección.

-un café. Está en la mitad del barrio, así que queda igual de cerca para ambos. Te veo allí- decía el mensaje de Jhon. Yo reaccionó con un corazón a su mensaje, y se que el tomara eso como un "si".

Ato los cordones de mis zapatillas, tomo mi bolso a juego con mi vestido celeste, saludo a mi familia y me voy. Tomo el metro hasta llegar al café.

Veo a Jhon sentado ahí. Al verme, se para. Yo corro hacia el y lo abrazo feliz.

-¡Funcionó!- lo suelto y empiezo a hacer una especie de baile de la victoria.

-Claro que lo hizo. Yo siempre soluciono todo- me sonríe él y guiña su ojo izquierdo fuertemente. Le devuelvo la sonrisa y vuelvo a abrazarlo.

-Gracias Jhony- al despegarme, el me mira con una cara extrañada.

-¿Desde cuándo eres tan cariñosa?- Jhon ríe. Yo encojo mis hombros.

-Solo estoy muy feliz. ¡Es hora de festejar!- doy unos cuantos brincos, -¡Nunca mi familia estuvo así de bien! Gracias Jhony.

-Deja de decir eso- responde. Yo hago una mueca dudosa -, no tienes que decirme gracias, Lu, claro que te ayudaré. Soy tu amigo, puedes confiar en mi para todo, ¿Okey?

Asiento con mi cabeza.

-Dilo- Vuelvo a hacer notar en mi cara lo confundida que estaba con las cosas que decía Jhon -, dilo en voz alta. "Jhon es mi amigo y puedo confiar en el para todo".

Ruedo mis ojos.

-¡Ridículo!- bufo en chiste. Veo como Jhon me mira fijamente y sus marrones ojos me atormentan con mariposas. -Esta bien, "Jhon es mi amigo y puedo confiar en el para todo"

Una sonrisa se posa en los labios de Jhon.

-Así me gusta. Ahora: tengo hambre, pidamos algo para tomar.- este dice y estiende su brazo para sostener mi silla y que me pueda sentar.

-Que caballeroso- digo al notar su gesto.

-Siempre- responde el.

-Mentiroso- una cara indignada falsamente pasa por su rostro al escucharme decir esas palabras.

-¿Perdón? ¿Yo? Jajaja, Luna, me parece que te confundes.

Le pegó amistosamente en la cabeza.

-Te odio.

-Me amas.

-Irritable.

-Insoportable.

Me cruzó de brazos.

-Agh, contigo no puedo- bufo en broma.

-No terminaste la oración: contigo no puedo controlar mi exitación- bromea Jhon.

-Ya quisieras.

-Ya quisiera.

Jhon era esa persona con la que pude tomar confianza y no juzgarlo más. En un inicio, lo odiaba, odiaba su manera de ser, pero ahora lo que odio son los pensamientos de perder a ese gran amigo.

-¿En qué piensas?- Jhon me devuelve al mundo.

-Nada que te incumba, "lindo"-

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NOTA DE LA AUTORA: Ay este capítulo me gustó mucho!! No tengo mucho para decir, JAJAJA

¡Hola! Les habla la Ratita del futuro. Solo era para decir que mi misión de editora ha dado su fin, ¡Bye!

Besitos,
Ratita 🐀🐭