Rosa el color más peligroso
Hola, personitas bonitas, ¿cómo estan? Espero que muy bien. Mi plan con esta historia era empezar a publicar justo después de terminar otro de mis fics; sin embargo, estoy tardando un poco más de lo que anticipé para terminar alguna de mis otras historias.
Este fic está llamando la atención y no me gustaría dejarlos esperando, así que comenzaré a publicar los primeros capítulos. Espero que les gusten; son cortos, pero eventualmente serán más largos y enmarcarán la verdadera historia detrás de este fic.💜💜💜
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"Estás exagerando, Kizashi. ¡Sakura no puede tener tanto dinero! Mucho menos un Libro Bingo.
"Te lo juro, ¡yo lo vi!
Pero cuando buscaron en el cuarto al día siguiente, mientras Sakura estaba en la academia, no encontraron nada. Ni una sola moneda.
...
Kizashi simplemente no fue capaz de explicar lo que había pasado. ¿Se lo había imaginado? Tal vez alguno de sus amigos de la unidad chūnin lo había puesto en un genjutsu.
Había estado preocupado algunos días, tres para ser preciso. Analizó profundamente a su hija, a su princesa. Ella era una niña normal. Viéndola desde la ventana jugar en el patio con sus muñecas, lo supo; solo había sido un mal sueño. Su bebé rosita no podía cometer ningún mal.
Fue un jueves alrededor de medio día. Había salido rápido de la casa para recoger a Sakura de la academia. Mebuki estaría fuera de la ciudad algunos días visitando a un familiar, por lo que él había desistido de las misiones para encargarse únicamente de la casa y su princesa.
Quince minutos antes de las 12 de la tarde, salió de la casa hacia la academia para recoger a su hija. Al llegar, saludó a varios amigos que también acudían por sus hijos. Con una sonrisa confiada, se acercó a Tsume Inuzuka, su vieja amiga de la academia.
Ella, en cuanto lo vio acercarse, lo golpeó en el brazo de forma amistosa.
Kizashi se rió, sobando su brazo. Los golpes de Tsume siempre dolían. "Te ves bien, ¿cómo estás?
Ella sonrió, mostrando sus colmillos. "Guiar a la manada no deja mucho tiempo libre, pero sobrevivo. ¿Cómo le va a tu pulguita rosa en la academia? Kiba siempre está hablando de ella y sus maravillosas historias.
Él sonrió orgulloso. "Mejora cada día. Será una kunoichi maravillosa.
Tsume asintió. Antes de decir algo más, Kiba, su hijo menor, apareció corriendo entre los demás niños con su cachorro compañero Akamaru. No le importó mucho empujar unos cuantos niños en el camino. "¡Mamá!" saludó feliz. "No vas a creer lo que Sakura hizo hoy.
Tsume se rió, mirando a su amigo que se había puesto un poco pálido. Al mismo tiempo, en la entrada, Iruka-sensei, maestro de su hija, se acercaba a él. Lo peor, el Hokage-sama venía con él.
"Suerte con tu pulga, Kizashi", dijo Tsume con una sonrisa burlona.
Kizashi se acercó firme hacia su superior y el maestro de su hija. Sin decir nada, los tres se dirigieron dentro de la academia. Dentro, en una de las oficinas de maestros que Kizashi infería pertenecía a Iruka, lo invitaron a sentarse al otro lado del escritorio.
Hiruzen, con la tranquilidad que lo caracterizaba mientras fumaba de su pipa, exhaló el humo y habló: "Kizashi-san.
"¡¿Sakura está bien?!" gritó preocupado, interrumpiendo al Hokage.
Él asintió. "Está bien. En este momento, se encuentra en el salón cumpliendo un leve castigo; se le ordenó limpiar el salón de clases.
Kizashi frunció el ceño. "¿Qué pasó?"
Iruka pidió permiso con la mirada al Hokage para hablar y explicó: "Estamos preocupados por Sakura, se ha comportado un poco... difícil últimamente. Divaga mucho entre las clases, a pesar de que va bien académicamente, pienso que necesita un poco más de supervisión.
Kizashi se sintió ofendido. "Sakura es mi hija, mi princesa, mi tesoro. Es la niña más hermosa, inteligente y maravillosa de la aldea. Aún es pequeña; como cualquier niño, se distrae y quiere divertirse.
Hiruzen asintió en comprensión. "Claro, entendemos esto. Simplemente, hoy ocurrió un incidente que nos preocupa". Exhaló una vez más el humo. "Como sabrás, hoy es el aniversario de la fundación de la aldea.
Kizashi asintió de forma natural, aunque ni siquiera recordaba la fecha antes de que el Hokage la mencionara, pero no lo admitiría.
"El consejo y yo visitamos a los niños aquí en la academia para la ceremonia de celebración. Los niños son el futuro de esta aldea, y es importante que conozcan sus raíces. Son la voluntad de fuego que mantiene viva la aldea. Lo que sucedió y nos preocupa es que, después de la ceremonia al finalizar, cuando los niños regresaron a sus salones, el consejo y yo nos dirigimos a la sala de reuniones para hablar con el director Mokita sobre el progreso del programa académico.
Kizashi escuchaba atento.
El Hokage continuó, "En los pasillos nos encontramos con la pequeña Sakura, y ella... Bueno, como lo diría... Corrió con un kunai muy afilado, completamente dispuesta a herir al concejal Danzo.
Kizashi no podía creer lo que escuchó; simplemente no podía ser cierto.
¡Kunai! Sakura no tenía permitido utilizarlos aún.
Atacar al concejal Danzo. ¡Nunca! Su princesa sería incapaz. Debía haber una explicación.
Iruka, que vio reflejado el conflicto en la mirada del padre primerizo, habló: "Por supuesto, Sakura no logró mucho, ni siquiera fue necesario detenerla. Tropezó en su carrera hacia el objetivo y se cayó, se golpeó un poco la rodilla, pero nada grave. Apenas un rasguño.
Kizashi estaba paranoico. ¡Un rasguño! Su bebé había sido herida. Kami, ¿qué está pasando? rogó mentalmente.
El Hokage se levantó del asiento. "Kizashi-san, entendemos que Sakura aún es pequeña, pero nos preocupa su actuar".
Él habló de inmediato. "Por favor, no malinterprete las acciones de mi hija. Tiene una imaginación increíble; a veces, sus fantasías la hacen actuar de forma impulsiva, pero ella es muy pequeña aún. Por supuesto, entiendo que portar un kunai sin supervisión está mal. Hablaré con ella...
Sakura recibió un regaño por parte de Kizashi; le habló fuerte y realmente lo intentó. Fue firme y serio, pero después de las dos primeras palabras, se quebró al ver la tristeza reflejada en el rostro de su princesa. El corazón le dolió solo al pensar que su hija estaba triste. Casi cayó de rodillas, rendido por el dolor; simplemente no podía regañarla, no tenía el coraje necesario.
"Sakura, ¿por qué atacaste al consejal Danzo?
La pequeña frunció el ceño, extendiendo sus brazos para explicar con toda la frustración que una niña de cuatro años podía tener: "El es malo papá, es igual a mis pesadillas.
Kizashi frunció el ceño. Ahí estaba la explicación. ¡Qué culpa tenía Sakura de que el Shimura tuviera una apariencia tan fea a los ojos de su hermosa princesa! Ahora que lo pensaba, era obvio; el hombre estaba cubierto de vendas, su rostro apenas se veía. A los ojos de su hija, sí parecía un monstruo. Él se inclinó para estar a la altura de Sakura. "Sakura, no puedes atacar a los adultos de esa forma. Estuvo mal lo que hiciste. Tienes que pedirle una disculpa.
Sakura estaba claramente enojada.
Fue al día siguiente el momento preciso. Kizashi, como el buen padre que era, sabía que debía enseñarle lecciones a su hija. Por lo que ideó todo desde temprano, levantó a Sakura el viernes una hora más temprano de la entrada a la academia. Él sabía que Danzo-san todas las mañanas con paciencia se dirigía a la Torre Hokage para hacer cualquier cosa que hicieran los consejales.
Vistió a su princesa con un bonito vestido, no muy práctico para la academia, pero hoy solo tendría teoría y no práctica, por lo que no tendría problemas.
En el camino, Sakura le contó emocionada su sueño: "Y entonces estaba todo oscuro, pero de repente había luz y mi amigo que se volvió malo nos veía desde arriba, y luego mi otro amigo...
Kizashi interrumpió a su hija, inclinándose a su altura y tomándola de los hombros. "Sakura, mira quién está ahí". Él señaló hacia la izquierda.
La pequeña volteó a ver y, en cuanto vio quién era, un ceño profundo se instaló en su dulce carita. "Es él", murmuró con odio.
Por supuesto, Danzo los vio venir, como no ver a la abominación de cabello rosa y su padre también con ese ridículo cabello; los civiles que se creían ninjas eran los peores.
"Danzo-san", saludó Kizashi con respeto. "Lamento el comportamiento de mi hija ayer. Sakura tiene una imaginación inigualable y su sueño de ser ninja, en ocasiones, crea una combinación muy particular.
El hombre lo miró con escrutinio. "Las palabras no son nada. Cría a tu hijo con honor o no lo hagas.
Kizashi se sintió un poco enojado, pero no podía decir nada. Empujó un poquito a su princesa incitándola a hablar. "Sakura, tenías algo que decirle, ¿cierto?
Sakura miró a su padre y luego a Danzo, repitiendo la acción un par de veces. Dio un paso al frente con los puños cerrados y el mayor odio que podía reflejar. "¡Espero que te pudras en el infierno!
Kizashi sintió su corazón detenerse por algunos segundos, miró con horror a su hija, sin creer lo que acaba de suceder, miró al consejero buscando cualquier indicio, pero el hombre no expresó nada más que su ceño fruncido natural. Kizashi se disculpó efusivamente y salió corriendo con Sakura en sus brazos.
...
Hatake Kakashi no tenía amigos, o al menos eso le gustaba pensar. El poco tiempo libre que tenía fuera de Anbu, las misiones y la piedra conmemorativa, estaba reservado para cubrir necesidades básicas y no morir. Así que una vez a la semana, dos si se volvía un poco perezoso, caminaba al supermercado del pueblo.
Tomaba una canasta pequeña y compraba lo necesario. Una vez al mes, debía ir al pasillo de productos de higiene personal, buscar en el estante de mujeres en la sección más rosa y llamativa, y tomar el champú favorito de Pakkun, su perro-nin.
Cuando llegó al pasillo, algo destacaba, algo más rosa que las botellas. Una niña pequeña con el cabello rosa, que combinaba con un pantalón igualmente rosa y una blusa blanca. "Mutación genética", pensó; nadie podría tener el cabello de ese color.
La ignoró, se acercó buscando la botella indicada. Su presencia no fue ignorada; la niña volteó, lo vio y se sorprendió notoriamente. Sus ojos se abrieron, un brillo cruzó su mirada. Luego, ella intentó... ¿atacarlo? Extendió sus manos e intentó rodearlo, tal vez con la intención de clavarle un cuchillo. ¿Qué otra razón tendría para acercarse?
Por supuesto, Kakashi era un Anbu, de los mejores. Lo vio venir y dio un paso atrás. La miró fijamente, ella parecía estar en conflicto, un puchero en sus labios reflejaba su frustración. Sin decir nada, regresó su mirada al estante, tomando la última botella del shampoo que necesitaba.
Justo en ese momento, doblando por el pasillo, apareció una mujer rubia, parecía preocupada. Se acercó rápidamente. "¡Sakura! Te he dicho que no te apartes de mi lado.
"¡Pero mamá, faltaba mi champú!
Kakashi, mientras la madre e hija conversaban, se planteó seriamente crear un genjutsu que les permitiera tomar el champú sin que se dieran cuenta e irse. Pero incluso él tenía límites. A punto de retirarse, notó que la mujer lo observaba fijamente con una sonrisa.
"Lo siento, Hatake-san. ¿Mi hija te molestó, verdad?" Ella colocó su mano de forma cariñosa sobre la cabeza de la niña. "Sakura tiene una imaginación muy grande; tal vez te confundió con alguno de sus amigos imaginarios. Lo hace seguido", dijo pensativa.
Kakashi levantó una ceja escéptico y miró a la niña, que ahora tenía un puchero en los labios.
La mujer continuó, "Ya sabes cómo son los niños de hoy, corren por todos lados haciendo amigos y tratando de apuñalar a gente aleatoria por la calle.
Kakashi estaba confundido, aunque su semblante no lo pareciera.
"En fin, un gusto, Hatake-san. Hasta luego. Sakura, despídete.
"Adiós", dijo la niña con una sonrisa.
Mebuki y Sakura se alejaron, esta vez ella se aseguró de mantener firme su agarre sobre la mano de su hija. "¿De qué estaban hablando, Sakura?
Sakura miró a su madre con una sonrisa, "Quería el mismo champú que yo... Mamá te digo un secreto" Mebuki asintió "¡Él será mi amigo! Pero aún no lo sabe.
Mebuki sonrió; la imaginación de su hija no conocía límites. "¿Y qué hiciste hoy? No volviste a intentar apuñalar al concejal Danzo, ¿cierto?
Sakura negó con vehemencia, y clara molestia "No desde que papi me lo prohibió.
Mebuki asintió encantada. Tenía una hija maravillosa.
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Gracias por leer 🫂💜
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