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El despertar

Hola ¿Como están? Espero que bien, tarde un poco más con este capítulo, pero no había tenido mucho tiempo libre, hice mi mayor esfuerzo, espero les guste. 

Espero les guste.

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Habían dejado Ba Sing Se a los dos días después, un barco de guerra de la Nación del Fuego los esperaba en el puerto. Zuko no había pronunciado ni una sola palabra desde la pelea en las cuevas. No podía sacar de su mente la situación respecto a Sakura. La figura de piedra que había desaparecido junto con su tío puso en alerta a su hermana y a los maestros Dai Li.

Esto solo confirmó su sentir respecto a la pelirosa, estaba seguro, ella estaba viva. Pero lo que no sabía es si estaba bien. Y esto realmente le preocupaba. Sin embargo, sabía que no podía arrepentirse y regresar.

Fuera a las orillas del barco, cerca de la costa de la nación del fuego, miraba contemplativo.

Azula lo había estado observando desde atrás durante un rato. Con sigilo, se acercó detrás de él y le habló: "Zuko es hora de que dejes esa patética y deprimida actitud. Cuando lleguemos a casa, le hablaré a padre sobre toda la situación, evitaré mencionar tu cercanía con la ridícula pelirosa, pero debo contarle sobre ella. Sabes, me da tranquilidad saber que, aunque no pudimos encontrarla después de que desapareció, cualquier cosa que le haya ocurrido terminó con su vida".

Zuko apretó los puños con furia y respondió: "Nos estuviste vigilando ¿Cierto? ¡Sabes que ella tenía poderes curativos! Está viva, y de eso estoy seguro".

Azula frunció el ceño "Pues más vale que estés equivocado porque no necesitamos otro Avatar detrás de nosotros. Elegiste tu destino Zuko, si ella está viva, que lo dudo, entonces es tu enemiga. Y en la nación de fuego no dudamos en exterminar a nuestros enemigos.

Zuko se fue de ahí completamente enojado.

...

Días después del incidente en las cuevas de cristal de Ba Sing Se, Aang, maestro de los 4 elementos, despertó desconcertado.

En su intento por levantarse de la cama donde había estado dormido, se dio cuenta de las vendas que cubrían su cuerpo y, un poco mareado al inicio, se levantó. Inspeccionando el lugar con temor, se dio cuenta de que estaba rodeado de indumentaria de la Nación del Fuego ¿Qué había sucedido? No recordaba mucho, solo que había entrado en estado Avatar... Y... Sakura había gritado. Era todo lo que podía recordar.

Temeroso de la situación, se asomó por el pasillo. Estaba oscuro y, por el ruido y el movimiento, se dio cuenta de que estaba sobre un barco. "Debo salir de aquí", murmuró, temeroso de la situación, mientras se escondía entre los pasillos y corría evitando a los maestros fuego que custodiaban los corredores.

"¡Hey, tú!" Gritó un hombre a su espalda.

Aang, temeroso de empeorar la situación, lanzó una ráfaga de viento y corrió por el pasillo hasta toparse con unas escaleras. Al subir, comprobó dos cosas: estaba en un barco y había sido capturado por la nación del fuego. A pesar del dolor en sus músculos, se preparó para la batalla. Sin embargo, cuando uno de los guerreros de la nación del fuego corrió hacia él y lo abrazó, lo desconcertó completamente.

Su mente aún confundida por tan extraña situación lo hizo perder la fuerza en las piernas, cayendo de rodillas, abrazado por sus tres amigos.

"Todo está bien, Aang", dijo Katara. "Estamos con mi padre.

Todos tenían un sentir diferente respecto a la situación, cuando Katara, Toph y Sokka le contaron lo ocurrido con Sakura en la cueva el se sintió muy triste y enojado consigo mismo por no ser capaz de proteger a sus amigos. No fue capaz de dormir en toda la noche a pesar del cansancio que doblegaba su espíritu, se sentó fuera en la cubierta del barco donde contempló las estrellas.

En medio de la noche cuando una manta cubrió sus hombros. Katara se sentó a su lado abrazandolo, las lágrimas que ambos derramaron solo demostraron la tristeza que sentían.

Katara se limpió el rastro de las lágrimas en sus ojos "Intentamos volver, pero fue imposible. Los Dai Li custodiaban toda la ciudad.

Aang agacho la cabeza con tristeza "Ganare está guerra para traer paz al mundo y cosas cómo estas no vuelvan a suceder. Hablaré con los espíritus para encontrar una forma de ir al mundo de Sakura para brindar mi respeto por ella.

...

Los días, pasaban uno tras otro y si no fuera por el atardecer y amanecer de todos los días Zuko no se habría dado cuenta del tiempo. Ver a su padre de nuevo represento una carga enorme para su corazón, el hombre que lo había marcado de por vida y que lo había condenado a perseguir al Avatar.

Intento cumplir con su papel de príncipe. Tener sirvientes de nuevo era extraño, que la gente en las calles de la ciudad principal lo vieran con admiración era reconfortante, pero no lo llenaban, de hecho, lo hacían sentir más vacío.

En una de esas noches solitarias del palacio alimentando a los peces del estanque perdido en sus pensamientos reflexionaba como siempre sobre sus decisiones. Pensó en su tio esperando que estuviera bien y que algún día pudiera perdonarlo, y Sakura. Ella nunca salía de sus pensamientos, realmente la extrañaba.

Una roca cayendo en el estanque ahuyentó a los peces. Zuko volteo de inmediato para encontrarse con Mai, la cual se acercó sentándose a su lado.

"¿Cuando vas a dejar de revolcarte en la autocompasión?" Le preguntó ella con voz severa.

Zuko frunció el ceño "No sabes como me siento.

"Si, si lose. Estas arrepentido de todo lo que hiciste, no estás en paz contigo mismo, no deseas estar aquí por más que intentes engañarte. Sé que la extrañas.

El la vio fijamente sorprendido. No supo qué decir.

"Por mucho tiempo pensé que cuando mi padre me hablara de nuevo, cuando volviera a mi hogar sería feliz" Se levantó dándole la espalda "Él me habla, incluso cree que soy un héroe, y nada ha cambiado, nada ha mejorado. Estoy más enojado que nunca y no sé por qué.

"Responde una pregunta a la vez, Zuko", declaró Azula, emergiendo del pasillo que bordeaba el jardín. "¿Con quién estás realmente enojado?"

La tormenta de emociones que sentía lo abrumó. Sin tener una respuesta a la pregunta, sintió el impulso de alejarse, pero Mai lo detuvo sujetando su mano.

"Contesta la pregunta, Zuko. En esta guerra no tenemos lugar para los débiles."

"¡Déjenme en paz!" Gritó para luego irse.

...

Zuko había estado contemplando el retrato de su tatarabuelo durante un largo tiempo, sumergido en profundas reflexiones sobre el pasado. Las pesadillas lo habían acosado, el sueño era escaso y el peso de la culpa por sus acciones se cernía sobre sus hombros.

"Los secretos más grandes se ocultan a simple vista", había dicho alguien sabio. Zuko comprobó la verdad de esas palabras aquella noche, cuando el pergamino que había estado leyendo bajo la luz de la lámpara reveló un secreto en la tumba de su tatarabuelo.

Vagando escondido cómo ladrón en su propia casa, se escabullo en la cripta real, hasta la tumba de Sozin, que entre telarañas recordaba su testamento y última voluntad. En sus memorias relató su amistad con el Avatar Roku y su reencuentro después de 12 años, contando su propia visión del mundo encaró al Avatar donde le contó sobre su plan para extender la nación de fuego a lo que Roku se negó completamente, a pesar de sus advertencias su visión era clara y continuó con su plan, hasta años más tarde cuando colonias de la nación del fuego invadieron el reino tierra. Roku fue personalmente a enfrentarlo. Durante más de 25 años no se vieron hasta la noche donde el volcán hizo erupción y Roku murió.

Nada de lo que decían las memorias de su abuelo era relevante era la historia que ya sabía la que se contaba en los libros de historia. Se sentía tan confundido, con tantas preguntas, tantos sentimientos.

Pensó de nuevo en Sakura. Seguramente ella debía estar terriblemente molesta con él. Se había planteado seriamente la idea de mandar a un caza recompensas tras la cabeza del Avatar, pero con la posibilidad de que Sakura estuviera con ellos se abstuvo completamente.

...

Vivir camuflados en la nación de fuego había sido difícil, aunque tenía su lado bueno. La mayor parte del tiempo terminaban teniendo problemas. Entrar a la escuela para Aang nunca había pasado por su mente, pero las cosas se dieron y terminó tomando clases donde se dio cuenta de cómo la nación del fuego manipulaba la historia y a los niños para hacerlos creer en el poder totalitario de la nación de fuego sobre los demás. Después de una fiesta, ideas revolucionarias y música fue necesario huir de esa ciudad, al menos los niños habían aprendido algo.

Una aldea carente de comida, un espíritu benevolente del río Jang Hui, el entrenamiento de Sokka con el maestro Piandao, algunos días parecían más largos que otros, pero todos se enfocaban en el mismo objetivo; derrotar al señor de Fuego.

Unos días después en su travesía, Aang recibió un mensaje en un sueño. La voz del Avatar Roku le instó a dirigirse a la isla que llevaba su nombre. Al despertar, Aang compartió la noticia con sus amigos y se dirigieron rápidamente hacia allá. La isla volcánica, envuelta en cenizas y con una vegetación escasa, los recibió mientras un mar tranquilo bañaba sus costas.

A su llegada, Aang se sintió nervioso ante la idea de entrar nuevamente en el estado Avatar. Sin embargo, se había comprometido a hacer todo lo necesario para poner fin a la guerra. Sentado en la orilla de un acantilado, adoptó la posición de loto y cerró los ojos, concentrándose. El cielo cambió de color rápidamente. Detrás de montañas de nubes violetas y sobre un dragón, apareció Roku.

Las ilusiones del pasado cobraron vida: la juventud de Roku y su amistad con el entonces príncipe Sozin, su viaje para dominar los cuatro elementos. El reencuentro con su amigo y, finalmente, su confrontación.

Pasaron años en la ilusión y esta cambió nuevamente. Más de 25 años habían transcurrido desde su último encuentro. La visión se transformó, presentando una erupción volcánica devastadora que arrasó el pueblo donde Roku vivía. Con un inmenso esfuerzo, Roku intentó detener la erupción, pero la fuerza del volcán era abrumadora.

Aang se sorprendió bastante cuando en la visión apareció Sozin para ayudar a Roku, sin embargo, al final lo dejo atrás, la visión cambió totalmente y Aang vio su propio nacimiento.

"Encuentra el sentido de nuestro pasado y trae equilibrio al mundo" Dijo Roku desapareciendo en un aura blanca.

"Espera por favor" Pidió Aang.

De nuevo el ambiente cambio, en medio de un bosque colorido y brillante con un cielo oscuro Aang y Roku sentados se veían de frente.

"Debo hablarte de algo. Conocí a una chica llamada Sakura.

Roku asintió "Se lo que pasa con ella.

"¿Enserio?" Preguntó Aang con curiosidad.

"Su alma es noble, hay un gran amor por los demás dentro de ella, aunque también una fuerza letal que no duda en pelear cuando es necesario.

Aang bajo la mirada "Manipula los elementos y al principio cuando la conocí pensé que era un Avatar más y me emocioné mucho porque una parte de mi se alegró de que el destino y mi deber cómo Avatar pudiera ser cumplido por ambos. Fui egoísta ¿Verdad?

Roku negó con comprensión. "Todos merecemos ayuda en algún momento."

Los sentimientos de Aang se mezclaron con culpa. "Ella me ayudó tanto y yo, cuando más me necesitaba, no estuve allí para ella. Le prometí que la ayudaría a regresar a su mundo."

Roku permaneció en silencio, su mirada fija en el Avatar. "Todos los mundos están conectados, todas las sendas se cruzan, el destino se moldea mediante nuestras acciones. Sakura partió debido a sus propias acciones y relaciones."

Aang volvió a la realidad, sin comprender completamente las palabras de Roku. Ni siquiera había tenido la oportunidad de preguntarle si existía una manera de viajar al mundo de su amiga para brindar respeto a su memoria. "Cuando la guerra termine", pensó para sí mismo.

Día tras día más cerca del eclipse el equipo Avatar continuaba escondido en la nación del fuego, entrenando cada día para para poder enfrentar al señor del fuego.

Poco antes del eclipse Aang empezó a sentirse muy nervioso, al punto de que de dormir y el estrés lo empezó a consumir. Katara, Toph y Sokka intentaron ayudarlo, sin embargo, no hicieron gran cambio.

El cansancio al final lo venció, durmió plácidamente después de hablar con Katara. Tenía una promesa y un deber que cumplir.

Cuando llegó el día del cometa, el padre de Katara llegó a tiempo cómo lo había prometido encontró a su demás amigos. Maestros, guerreros, inventores y amigos estaban reunidos para la batalla.

Se dieron las instrucciones, y al siguiente día el asalto a la nación de Fuego comenzó. Los barcos cumplieron su cometido para acercarlos a la isla, por supuesto alertas los maestros fuego levantaron la gran muralla para evitar su entrada, las rebuscadas ideas de Sokka y la ingeniosa habilidad del mecanista para crear los submarinos los hicieron llegar a la isla, pronto el enfrentamiento se desató. Todos participaron dando lo mejor de sí.

Siguiendo con el plan. Aang voló con su planeador directo al palacio donde se adentro a la cámara real con la adrenalina al límite y su corazón latiendo rápidamente. Al entrar espero todo, o casi todo, por qué la ausencia del señor del fuego realmente lo sorprendió y preocupó.

Rápidamente voló de regreso con sus amigos, encontrándose primero con Sokka y Toph quienes al contarle la situación infirieron que el señor de Fuego se había escondido en algún lugar, gracias a las habilidades de Toph fue que dieron con el búnker subterráneo.

Había sido una trampa. Estaban preparados. Azula había sabido de la invasión desde tiempo atrás. El cometa pasó sin poder cumplir con su objetivo, la aparición de los maestros Día Li fue el colmo.

Retirada.

A las orillas de la isla, los guerreros que se habían alzado en batalla se rindieron. El equipo Avatar partió con los más jóvenes y el juramento de volver y acabar con la guerra.

Las despedidas fueron tristes, el templo aire del sur los recibió con una vista maravillosa, pero sus corazones seguían tristes.

...

El castillo parecía más grande de cuando se había ido. Todo era diferente, las reverencias que recibía se sentían extrañas. Las comidas tan elaboradas y con tanta parafernalia no sabían tan bien como las comidas que preparaba su tío.

Había pocas cosas que sentía familiares ahí, caminar por los jardines donde niño jugaba con su madre calmaba un poco su pesar. Había ordenado que los sirvientes se alejaran, pues lo persiguian por todos lados ofreciendo ayuda para incluso las cosas más sencillas.

Salió del castillo ligeramente sorprendido por la multitud que lo esperaba, jóvenes de la nación de fuego esperaban por él. Todas eran bonitas, pero Sakura, ella no tenía comparación. Se negó completamente a que lo llevaran sobre el palanquín, intento explicarles a los sirvientes que solo iría a la casa de Mai, apenas unos metros adelante, pero las miradas confundidas que recibió lo hicieron solo pensar más.

Se debatió internamente si debía o no tocar la puerta. Por varios segundos viendo fijamente la puerta. En cuanto toco rápidamente uno de los sirvientes de la casa abrió viéndolo sorprendido, rápidamente lo dejó pasar.

Mai había estado leyendo cuando recibió la noticia de la visita de Zuko, cuando él entró a su habitación se sintió tentada a arrojar uno de sus cuchillos a sus pies por puro despecho "¿Qué haces aquí?

Zuko espero que el sirviente cerrara las puertas detrás de el para hablar "Quería verte.

"¿Por que?

Zuko frunció el ceño confundido "Eres de las pocas personas en este lugar en las que puedo confiar.

Algo en el corazón de Mai se calentó, pero no lo demostró "Di que es lo que quieres y vete.

"No siento que pertenezca a este lugar, una parte de mi quiere salir corriendo, pero otra me obliga a quedarme y cumplir con mi deber.

Mai lo vio fijamente cruzada de brazos "No soy tu guía espiritual Zuko, eres lo suficientemente grande para darte cuenta de que hacer.

Un silencio incomodo reino en la habitación Zuko estaba a punto de irse cuando Mai hablo "¿Realmente crees que ella este viva?

Zuko asintió

"¿Y la amas?

"Con todo mi corazón.

"Entonces ¿Qué haces aquí?

El príncipe se quedó sin palabras, con una vorágine de sentimientos atacándolo de nuevo "Creí que estaba haciendo lo correcto.

Mai se sentó en la orilla de uno de los muebles con los brazos cruzados y una mirada crítica "Tienes dos posibilidades, la primera te vas, cargando deshonra en tu espalda, sin nombre, sin familia, sin reino y sin amigos, con una fingida esperanza del amor que sientes por una mujer que apenas conoces, que ni siquiera estás seguro que está viva.

"Ella está viva ¡Lose!

Mai mueve su mano restándole importancia "Cómo sea, si regresas con ella ¿Crees que te va a perdonar? Por lo que se ella no tenía idea de quién eras tú, en la cueva ella estaba ayudando al Avatar, no a ti.

Zuko se sintió muy mal.

Mai no apartó su firme mirada. Segunda opción: Te quedas y cumples tu papel de príncipe. Y si Azula tiene razón y ella es otra Avatar... Tu destino es matarla.

Él se fue de ahí rápidamente.

Esa misma tarde en medio de la opulencia del castillo, se enteró de una reunión para planear la guerra a la que ni siquiera había sido convocado, la sensación de no encajar en su propio hogar lo llenaba de una nostalgia melancólica.

Y luego estaba Sakura. El nombre solo traía a su mente la imagen de una sonrisa cálida y unos ojos llenos de bondad. Recordaba los momentos compartidos con ella antes de que todo se desmoronara. Habían establecido un vínculo especial, y su ausencia solo aumentaba el vacío que sentía en su interior.

Las noches de insomnio lo hacían reflexionar mucho. No podía evitar pensar en su tío, su viaje por el mundo persiguiendo al Avatar y Sakura. Si de algo estaba seguro y que había comprobado por sí mismo era la gran mentira que la nación de fuego les había hecho creer a sus ciudadanos. La guerra solo era una excusa donde contaban que llevarían la prosperidad de la nación de fuego a todo el mundo, cuando la realidad era que todos les tenían miedo.

Paseando por el pueblo a las faldas de la montaña del palacio ignoraba las miradas sorprendidas que recibía de los transeúntes, no tenía un objetivo claro, pero prefería ir a caminar que pasar el resto del día en el palacio. Su pueblo parecía feliz, ignorantes o engañados de la miseria fuera de las fronteras, los niños jugaban sin preocupación, sin pensar que si la guerra continuaba cuando fueran más grandes seguramente se enlistarían en la fuerza de la nación. Con un suspiro se dio cuenta melancólico que nunca había llegado a tener amigos. El Avatar alguna vez le había dicho que podían ser amigos ¿Quién querría ser amigo de la persona que te ha perseguido por todo el mundo para matarte?

Estaba seguro que si volvía a ver a Sakura ella estaría muy enojada con él. Le había dicho que sus amigos eran muy importantes y que pelearía por ellos hasta el final.

Había reflexionado mucho sobre ella, sobre su estatus no confirmado cómo Avatar, no tenía una explicación, pero tampoco la necesitaba. Meditando en la ladera de un acantilado se dio cuenta de algo que ya sabía. No quería nunca más volver a pelear con ella.

"Si no pertenezco a este lugar ¿Por qué sigo aquí?" Se pregunto asi mismo.

Le había tomado dos días más estar seguro de su decisión. Su punto de quiebre fue la siguiente reunión de guerra donde está vez había sido convocado, sentado a la derecha de su padre escuchó atento los planes para detener la invasión en el eclipse.

Todos lo escucharon.

Su padre pidió su opinión.

Sus órdenes fueron escuchadas.

Todos lo respetaron.

Y todo eso a pesar de cuánto lo había anhelado, no cambió nada dentro de él, no lo hizo sentir mejor, ni al sitio que pertenecía y eso fue muy triste. Fue el punto de quiebre.

Sintiéndose atrapado en su propio hogar salió del palacio y camino hasta la playa. El atardecer se fundía con los colores del cielo, y Zuko se encontraba en una encrucijada interna. A pesar de su posición como príncipe y de la admiración que recibía, se sentía atrapado en una jaula de expectativas y responsabilidades. La búsqueda de redención y el anhelo de encontrar su lugar en el mundo lo empujaban hacia un cambio profundo.

No merecía el reino y sinceramente ya ni siquiera le importaba su título como príncipe. Regresar a la nación de fuego solo demostro cuánta razón tenía su tío. Si tan solo no hubiera sido tan tonto. Sakura seguiría a su lado.

Cerró los ojos por un momento, dejando que la brisa de la noche acariciara su rostro. Sabía que debía enfrentar su pasado y encontrar su propio camino, independientemente de las sombras que su padre proyectaba sobre él. Quizás era hora de buscar la redención, no solo en los ojos de los demás, sino también en su propio corazón.

Al día siguiente empacó sus pocas pertenencias cerca de medio día, el mismo día del eclipse. Antes de irse, se vio así mismo en el reflejo del espejo en su habitación. Quitándose el peinado con el broche real, dejándolo sobre la cama marco el final de su decisión.

Antes de ir a ver a su padre se coló a escondidas en la habitación de Mai, no quería meterla en problemas, fue cuidadoso de que nadie lo viera, la encontró descansando mientras leía un libro, ella ya se había dado cuenta de su presencia, le dedicó una leve mirada.

"Así que te vas.

"Si.

Mai se levantó, calmadamente dejo el libro sobre la mesa de café frente al sofá, se acercó a Zuko viéndolo fijamente, luego levantó su mano y acarició su mejilla "A pesar de todo, lo único que quiero es que seas feliz.

Zuko se quedó sin palabras. Ella levantó la vista hacia él, sus ojos entrelazándose en un silencioso entendimiento. Lentamente, Mai acercó sus labios a los de Zuko y lo beso. Zuko correspondio al efecto y la abrazo "Perdóname Mai, mereces algo mejor que yo.

Ella se apartó del abrazo "Si, supongo que sí.

...

Su padre se había protegido en las mazmorras detrás del castillo, un lugar que solo pocas personas sabían que existía. Cuando entró Ozai le gritó por su falta de respeto.

"Tengo que hablar contigo" Desenvainó sus dos espadas "¡Escucharas lo que tengo que decir!

Ozai miro a su hijo sin mucho interés ordenándole a los guardias que se fuera, el eclipse estaba iniciando.

Zuko se mantuvo firme, su mirada en llamas reflejaba la tormenta de emociones que había guardado durante tanto tiempo "Vine a informarte que me iré, me uniré al Avatar y le enseñare fuego control para que cumpla su destino y te derrote.

Ozai no pudo evitar que una sonrisa arrogante se formara en su rostro "¿Crees que tus acciones pueden cambiar algo, Zuko? Eres un traidor a nuestra nación, un cobarde que se une a los enemigos para sobrevivir", escupió Ozai con desprecio.

Zuko apretó el puño, sus espadas temblaron ligeramente en sus manos. "No se trata de supervivencia, padre. Se trata de redimirme por todo lo que he hecho. Estoy decidido a corregir los errores que cometí" La sala estaba cargada con la electricidad de la confrontación entre padre e hijo. Mientras el eclipse oscurecía el poder del fuego, el fuego interno de Zuko ardía más intensamente que nunca.

Ozai dejó escapar una risa burlona, la oscuridad de sus ojos danzaba con un brillo malicioso. "Azula menciono a una mujer, una curandera de Ba Sing Se de la cual te enamoraste. Tus ilusiones son dignas de lástima, Zuko.

"Y dime padre, acaso Azula menciono que Sakura también podía manipular mas de un elemento.

"Lo hizo, pero Zuko" Se levanto lanzando un rayo cuando el eclipse termino y su poder regreso "Pueden venir mil Avatar a enfrentarme y los venceré a cada uno de ellos. Te advierto algo si esa mujer sigue con vida la buscare personalmente para quemarla viva por placer. A menos que te creas capaz de enfrentarme ahora mismo. Hazlo ahora, Zuko.

Las palabras de Ozai resonaron en el aire, cargadas de desprecio y amenaza. Zuko sintió cómo su sangre hervía de ira ante la crueldad y la frialdad de su padre. No podía permitir que amenazara la vida de Sakura.

"No permitiré que lastimes a Sakura", afirmó Zuko con determinación "Me iré, y ayudare al Avatar a cumplir su destino, él te derrotará.

"¡Eres débil, Zuko!" gritó Ozai con un rugido de furia, levantándose mientras lanzaba un gran rayo. Zuko apenas pudo detener el impacto ocacionando que ambos poderes chocaran y los impulsaran con fuerza hacia atrás. Fuego y humo lleno la sala, cuando las llamas se apaciguaron Zuko ya no estaba ahí.

Huyó de su propio pueblo, perseguido por aquellos que alguna vez fueron sus súbditos. Atravesó el mar en un viaje que le pareció más largo de lo que realmente fue. Con cada ola que rompía a su alrededor, su mente se sumergía en un torbellino de pensamientos. Sabía que el Avatar y sus compañeros se dirigían al Templo Aire del Oeste.

Cuando finalmente llegó al templo, sintió un nudo en el estómago. La perspectiva de volver a ver a Sakura lo llenaba de nerviosismo. Imaginaba su posible enojo y, aunque entendía sus razones, no sabía cómo enfrentar su decepción. En cuanto al Avatar y los demás, su mente era un laberinto de incertidumbre.

Antes de dirigirse al templo, decidió practicar su disculpa frente a una rana que cruzaba su camino. Se visualizó en innumerables escenarios, tratando de anticipar cada reacción posible. Cuando por fin tuvo el valor de presentarse camino hacía el templo.

...

Después de que el equipo Avatar llego al templo el comportamiento de Aang preocupó a sus amigos, era claro que su falta de interés era el resultado de un montón de culpa, sentimientos encontrados y desbordados en un comportamiento infantil, pero después de todo el era un niño realmente.

Katara había intentado hablar con el sin conseguir un buen resultado.

Sokka, siempre el estratega, había insistido en entrenar más intensamente y había propuesto revisar planes para lanzar un nuevo ataque a la nación del fuego. Pensaba que la acción podría ser la mejor manera de sacar a Aang de su ensimismamiento.

Toph había sido más directa lanzándo grandes pedazos de roca cada vez que lo veía.

Más tarde, cerca del atardecer, los cuatro se encontraban alrededor de una fogata mientras calentaban la comida.

"Tienes que aprender fuego control", declaró Sokka mientras arrojaba más leña al fuego, las llamas se elevaron un poco más.

Aang cruzó los brazos con una expresión de disgusto en su rostro. "Lo dices como si fuera una tarea simple."

"Sí, pero es la única alternativa", intervino Toph en su característico tono directo.

Aang sentía que estaba al borde de un colapso. Había enfrentado tantos desafíos en tan poco tiempo que se sentía abrumado, incapaz de encontrar una dirección clara. Apretó los dientes y trató de ocultar su creciente frustración. Había llegado a un punto en el que se sentía perdido, sin saber cómo dominar el fuego control, sin cumplir con su deber como Avatar y sin sentirse lo suficientemente fuerte para proteger a sus seres queridos.

El silencio que siguió se volvió incómodo, cargado con las emociones no expresadas. Katara se disponía a hablar, pero Toph se puso en pie repentinamente, alertando a todos con su aguda percepción. "Tenemos compañía", advirtió en voz baja.

El equipo Avatar se puso en guardia, sorprendidos, pues no era otro que Zuko.

El ex príncipe se paró frente al equipo Avatar, intentando mostrar una expresión amigable, aunque por las miradas de desconfianza que recibió, se dio cuenta de que estaba fracasando miserablemente. "Hola, soy Zuko. Supongo que ya me conocen."

Los cuatro miembros del equipo se tensaron de inmediato, preparados para cualquier eventualidad. Zuko retrocedió cautelosamente al notar sus reacciones defensivas. "Esperen, por favor", comenzó a decir con cautela, sé que esto es raro, pero vengo en paz, deje al señor del fuego. Yo... me equivoqué y me di cuenta que debo resarcir todos mis errores por eso te busque". Dijo refiriéndose a Aang "Quiero enseñarte fuego control y luchar a tu lado para derrotar a mi padre.

Sokka gritó "¡Nos crees unos tontos! ¿Piensas que vamos a creer tus mentiras?

Toph estaba preparada incluso para colapsar el techo de piedra arriba del maestro fuego, pero mientras el hablaba se paró firme, pero confundida "Él está diciendo la verdad.

Katara negó con la cabeza "No ¡Nunca! Por tu culpa Sakura murió" Enojada y alterada por la situación lanzó un fuerte látigo de agua que derribó a Zuko asiéndolo estrellarse en el muro detrás de él.

Aang y Toph aprovechando capturaron las manos del príncipe en gruesas cadenas de piedra.

El impacto del ataque de Katara había sido fuerte, y Zuko sintió un dolor agudo en su espalda mientras se recuperaba. Con determinación, levantó la cabeza de golpe, mirando al equipo Avatar con angustia "¿Sakura no está con ustedes?", preguntó con una agonía palpable en su voz.

Sokka se acercó, presa de su enojo y actuando por impulso, golpeó a Zuko en la boca con su puño, haciendo que empezara a escupir sangre. Aang actuó rápidamente para detenerlo antes de que pudiera darle otro golpe a Zuko.

"¡Cómo puedes ser tan cínico! Tú, tu tonta y loca hermana y esos maestros Dai Li causaron la muerte de Sakura. ¡Ella confiaba en ti! Maldito monstruo", gritó Sokka, realmente furioso y lleno de dolor por la pérdida de su amiga.

Las lágrimas comenzaron a correr por los ojos de Katara, y Toph simplemente no sabía qué hacer ante la intensidad de la situación.

Zuko agachó la cabeza, colapsando por segunda vez esa semana. Arrodillado en el suelo, inclinó la cabeza hasta el piso en un gesto de profunda culpa y arrepentimiento. "Por favor, perdónenme".

Sokka intentó volver a golpearlo, pero Aang una vez más lo detuvo.

Zuko se recompuso momentáneamente mientras el equipo Avatar discutía entre ellos. Aún de rodillas, empezó a entrar en pánico. Nunca pasó por su mente que Sakura no estaría ahí. La lúgubre idea de que ella realmente hubiera muerto doblegó el poco espíritu que le quedaba, pero no se dejó vencer. Lo sabía, lo sentía. Ella estaba viva. Podía jurarlo por su propia vida.

Mientras el equipo Avatar discutía qué hacer respecto a Zuko, las palabras que pronunció los hicieron callar.

"Sakura está viva."

Toph se acercó a él. "¿Cómo lo sabes?"

"...Mi corazón me lo dice. Cuando se fueron de la cueva, Sakura se había convertido en piedra, pero piensen, no tiene sentido. ¿Cómo lo explican? Ella podía curarse a sí misma."

"¡Dejó de respirar!" Gritó Katara. "Yo la vi."

Zuko negó. "Sé que pueden pensar que es una locura, pero siento que ella sigue con vida. Después de que se fueron de la cueva, debajo de Sakura se abrió un agujero creado por tierra control que la arrastró. Yo pensé que habían sido ustedes."

Aang, que había estado callado hasta el momento, finalmente habló. "Tal vez fueron los Dai Li."

"No, cuando Sakura desapareció, Azula ordenó que la buscaran. Durante dos días, la fuerza de los Dai Li inspeccionó cada rincón de Ba Sing Se, pero no había rastro de ella."

"No tiene sentido", dijo Toph.

Zuko sintió un nudo que le cortaba la respiración. "Si Sakura no está con ustedes y tampoco en Ba Sing Se... ¿Quién se la llevó?"

.

.

.

Naruto justo después de que Sakura apareció fue invadido por el pánico, el anhelo, y la preocupación. La abrazó entre sus brazos, pero el olor a sangre que invadió el ambiente lo alertó, había mucha sangre, con la oscuridad del desierto poco aminorada por la luz de la luna no podía ver bien que estaba sucediendo.

Yamato y Sai se acercaron rápidamente. Ambos actuando por los protocolos ninja de primeros auxilios, revisaron a Sakura aun entre los brazos de Naruto.

Mientras Sai dibujaba un gran pájaro de tinta, Yamato convocó dos grandes plantas del suelo que florecieron con una luminiscente luz amarilla que les brindo un mejor panorama.

Cuando Naruto pudo ver mejor, la preocupación lo desplomó emocionalmente. El brazo derecho de Sakura cercenado hasta la altura de su codo goteaba de forma grotesca con pedazos de piel y sangre. Naruto entró en pánico incapaz de moverse solo la sostuvo entre sus brazos, viendo al capitán Yamato colocar un torniquete ¿Qué había sucedido?

Volaron a Suna, el lugar más cercano para brindar atención médica. Prácticamente invadieron el hospital en el centro de la aldea. Poniendo en alerta a la guardia en turno. El Kazekage llegó en cuestión de minutos para calmar todo. Sakura fue atendida rápidamente.

Hamura Koyoko era un médico veterano encargado del sistema de salud y atención médica de la aldea de la arena. Cuando en medio de la noche solicitaron su presencia en el hospital por una intervención de emergencia pensó en muchas cosas, un grupo de ninjas, algún veneno, tal vez alguno de los pacientes aún convalecientes por las heridas de la guerra había empeorado, lo que nunca se imagino fue encontrarse con Haruno Sakura aprendiz de la princesa Tsunade.

Por supuesto había escuchado de ella, cualquier médico o personal de salud en general conocía ese nombre, más incluso después de la guerra. Al llegar de inmediato se puso a atenderla.

Laceración profunda grave con amputación traumática del brazo derecho a la altura del surco bicipital medial fue la primera nota en el expediente médico. Dentro de la sala de operaciones Hamura Koyoko no pudo evitar soltar una fuerte carcajada mientras inspeccionaba la herida. A pesar de lo terrible que se veía, Haruno Sakura aun inconsciente había sido capaz de cerrar la herida.

La cirugía fue simple: incisión profunda hasta el hueso para extraer con cuidado 6 cuerpos extraños, entre ellos 2 pedazos pequeños de hueso y 4 fragmentos de piedra.

El no sabía cómo había perdido el brazo Sakura, pero si de algo estaba seguro es que había sido traumático y doloroso. El humero había sido estrellado cómo una simple astilla. Además los caminos de chakra de ella estaban rotos, y quemados. Nunca había visto algo así, pero no le preocupó mucho. Haruno Sakura era conocida por su excelente control de chakra y ninjutsu médico, si alguien podía curar un daño interno tan severo sería ella.

...

Tsunade, Shikamaru y Shizune habían llegado pocas horas después de que recibieron la noticia de la aparición de Sakura. De inmediato la Sannin irrumpió en la habitación de su alumna comprobando con un chequeo médico su estado.

"Las vías de chakra están marchitas y dañadas" Preocupada vio a su alumna que dormía por el agotamiento. Examinó la amputación del brazo derecho, en buenas condiciones no había nada que hacer por el momento con eso, luego forzó los párpados de Sakura para comprobar el estado de los ojos. Durante el resto de la tarde junto con Shizune empezaron la curación de su alumna. Las vías de chakra eran extremadamente complicadas de reparar, era cómo inmiscuirse en una ramificación dentro de un laberinto de raíces tan delgadas que era difícil localizar.

El sello Byakugo estaba intacto, con curiosidad Tsunade encontró un nuevo sello Byakugo en la base de la espalda de su alumna, aunque estaba vacío. Trabajaron por días. Hasta que no pudieron hacer más, dependía de Sakura el resto.

...

Naruto no había podido dormir bien, preocupado por la situación de Sakura. Al principio, no le habían permitido verla. Fue hasta dos días después que por fin lo dejaron pasar, pero ella estaba dormida. Tsunade había diagnosticado agotamiento de chakra severo, y pasarían días hasta que despertara. La mayor parte del tiempo lo pasaba junto a ella, esperando que despertara.

Tsunade, Shizune y los médicos de la Aldea de la Arena habían asegurado que ella estaba fuera de peligro, sin embargo, Naruto creía firmemente que debía proteger a Sakura de cualquier cosa. Ante la insistencia del capitán Yamato y los golpes y gritos de Tsunade, Naruto finalmente se había ido a dormir cerca de las dos de la mañana del cuarto día desde el regreso de su amiga. No sin antes asegurarse que Sai se quedara a su cuidado.

En medio de la noche, en la habitación levemente iluminada Sai terminaba una pintura especial que había comenzado el día que encontraron a Sakura.

El lienzo sobre el que trabajaba plasmó de trozos de grafito la silueta de su compañera de equipo, , dormida como si nada malo pasara, con una paz en su mirada. Absorto en su dibujo, no se dio cuenta de que Sakura se movió hasta que ella despertó.

Luces deslumbrantes la recibieron al despertar con una atmósfera fría y desconocida, con la boca seca y un sabor metálico en el paladar. Aturdida, miró a su alrededor, pero sus ojos se negaron a reconocer o enfocar su entorno. Pudo sentir la fina y suave sábana que la cubría. Su cuerpo se sentía entumecido y confundido.

Una intravenosa estaba conectada a su brazo izquierdo, y el ruido constante del monitor cardiaco calmó sus pensamientos. Cerró los ojos, exhausta, con su cuerpo rindiéndose al descanso.

Dormir.

Dormir en una cama de hospital.

¡Una cama de hospital!

Se levantó de golpe, moviéndose por el impulso, y llevó sus manos a su cabeza. Tardíamente se dio cuenta de la ausencia de su brazo derecho al mismo tiempo que un escalofrío recorría su espalda, y la realidad de la pérdida golpeó su mente con fuerza. Pero se recompuso rápidamente, pues estaba entrenada para sobrevivir. Pensó aturdida, tratando de recordar en qué momento había perdido el brazo. Su chakra estaba en niveles muy bajos, y el repentino movimiento la mareó, por lo que se recostó de nuevo.

"Hola fea. Es bueno que estes despierta.

Ella volteó de inmediato. Ni siquiera se había percatado de que Sai estaba ahí. Él se levantó y sirvió un vaso de agua, ayudándola con calma a sentarse nuevamente para beber. Sakura agradeció con una sonrisa cansada; el agua sabía a gloria en su garganta exhausta.

"Sai", pronunció con voz ronca, "¿Qué pasó?"

"Apareciste de repente, un portal se abrió y caíste encima de Naruto. Estabas sangrando e inconsciente. Tu sello Byakugou estaba activado, aunque desapareció casi inmediatamente. ¿Cómo perdiste el brazo?"

Sakura intentó recordar, pero lo último que venía a su mente fue su intento de salvar a Aang, inundándose completamente de energía natural y colapsando. Recordó a Sasuke y toda la situación que había vivido con él. "No sé cómo perdí el brazo, no lo recuerdo", admitió con pesar.

Sai la miró fijamente durante un momento y luego regresó a su dibujo. "Tus nuevos ojos no combinan con mi dibujo", comentó en voz baja.

Sakura sabía que su compañero no pretendía ser grosero ni mucho menos. Con ternura, extendió su ahora única mano hacia él. Sai se quedó mirando fijamente la mano de Sakura.

"Reconozco este gesto", dijo Sai "El libro de relaciones humanas en su tercer capítulo, gestos, mencionaba el confort de tomar la mano de una persona para brindar cariño, consuelo o seguridad".

Sakura asintió y sonrió cuando Sai le dio la mano.

"Te extrañé, Sakura", expresó Sai.

"Yo también te extrañé, Sai", respondió Sakura sinceramente.

... "Sakura. Tengo una pregunta. Ya que Naruto, Sasuke y tú perdieron un brazo, me pregunto si es un nuevo requisito para ser parte del equipo 7. ¿Yo también debo perder un brazo para ser parte del equipo?"

Sakura soltó una risa cálida y apretó la mano de Sai con cariño. "No, Sai, no es necesario perder un brazo para ser parte del equipo", le aseguró.

"Me alegra", respondió Sai con una leve sonrisa. "Habría sido difícil dibujar con un solo brazo".

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Esta historia las ultimas dos semanas a tenido muchas visitas y estoy realmente soprendida, me alegra mucho que les este gustando. Gracias por leer, les mando un fuerte abrazo.  💜💜💜

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