Sasuke caminaba por una de las calles principales de la aldea con un gesto de claro aburrimiento en la cara, mantenía las manos en los bolsillos y los hombros ligeramente caídos hacia adelante. Cualquiera a cincuenta metros de distancia podría notar su apatía.

―Hmnp... ― dijo, después de que Itachi terminó el pequeño monologo que había mantenido desde que salieron del distrito Uchiha.

La adolescencia y sus cambios hormonales llegaron tarde para el menor de los hermanos, y aunque los miembros de la familia hubieran odiado una etapa de intenso descubrimiento de su sexualidad, llegó algo peor: la rebeldía.

Ni Mikoto ni Fogaku sabían cómo pasar aquello, su primer hijo había sido tan tranquilo y en control de cada faceta de su persona que ninguno esperó que Sasuke fuera diferente.

Puertas azotadas, malas caras ante llamados de atención fueron parte de la primera etapa, seguido de un distanciamiento, dejando atrás esa admiración que parecía tener por su hermano mayor.

Itachi no tenía mucho tiempo en su agenda para su hermano, pero cada momento que tenía libre lo utilizaba para entrenar con él, salir a comer al puesto de dangos o solo sentarse frente al lago.

―¿Quieres que entrenemos más tarde? ―preguntó el de coleta, tomando un par de manzanas y peras del puesto que su madre encargó.

―No puedo, saldré con Sakura y Naruto. ― contestó tranquilo, sin apoyar en la lista de compra.

―¿No salieron también ayer? ―cuestionó, alzando una ceja.

Sabía que muchos equipos gennin se volvían muy unidos, algo que no pasó con él al ascender tan rápido entre las filas ninjas.

―Si, pero hoy haremos otra cosa.

―¿Qué van a hacer? ―quiso saber, volteando para quedar frente a él una vez que pagó por las frutas.

―No creo que sea interesante para un ANBU lo que un par de chunnin hagan. ― soltó, girando para ir al puesto de pescados.

―Es que no lo has expresado de forma correcta. Para mi podría ser interesante lo que mi hermano haga con sus compañeros de equipo.

―Ni siquiera los conoces.

―¿Qué te hace pensar que no los conozco? ―lo retó, alzando una ceja mientras le pasaba la bolsa que le entregó la anciana del puesto. ―Uzumaki-san, un interesante ninja, ¿de verdad crees que llegue a Hokage?

―¡Por supuesto! ―alzó la voz, mucho más alto de lo que le gustaría, sonrojándose al darse cuenta de su arrebatada respuesta.

―Entonces no puedo quitar mi atención de nuestro próximo Hokage, ¿Verdad? ―se rio, Por mucho que creciera Sasuke, no dejaba de ser igual de ingenuo en muchas cosas, hasta le parecía tierno. ―Por otro lado... ¿No esta siendo Haruno-san entrenada por Tsunade-sama?

―Hmnp...

―Es todo un merito recibir entrenamiento directo de un sannin.

―Itachi... cállate.

―¿Porqué? ―preguntó. ―Yo solo te quiero demostrar que conozco a tus compañeros de equipo.

―Alejate de ellos.